Nevinirral
03-01-2009, 10:59 PM
Antes que anda una nota del autor: este realto sigue la historia relatada anteriormentehttp://regnumonline.com.ar/forum/showthread.php?t=36583&highlight=cronicas+caballero%3A+solo+imperia
Este oscuro, muy oscuro, no oigo nada, ni si quiera el sonido de mi corazon. Lo primero que se me ocurre fue que cai muerto, la causa de mi fallecimiento, la ignoro.Se que estoy muerto por que lo siento, jamas me dijieron como se sentia, la experiencia mas cercana a la muerte la tenia cuando remataba sin piedad a los enemigos del reino. ¡Mi reino! ¡Alsius!. De repente todo encaja, mi cabeza (o mi mente no se muy bien que tenia en ese universo oscuro al que llaman muerte) se ordena y empiesa a funcionar con la mayor coherencia que le resulta posible. Ya me acuerdo la causa de mi muerte: cai defendiendo Imperia de incontables enemigos.
Cuando ya no sabia que iba a ser de mi destino, ahi me quede pensando en esa oscuridad total, en ese silencio total.
Repentinamente siento un tirón, como de alguien que me lleva a otro mundo, pero este tiron es cálido, es recofortante, ahi lo supe: es el tirón de vuelta a la vida.
Abro los ojos de par en par, y tosiendo inspiro grandes bocanadas de aire frío, del aire frio de Alsius.Ahi estaba la maga que se quedo en imeperia con el arquero al lado. La maga susurraba palabras que me producian un ardor en todo el cuerpo, casi insoportable.Ahi me doy cuenta que mi rescatadora, para decirlo de alguna manera, era una habil conjuradora, y fue ella quien me saco del mundo de tinieblas y silencio en el que estaba.
Me trato de levantar como puedo pero mis piernas no responden, caigo arrodillado al suelo, con las dos amnos de soporte para no pegarme la cabeza. Escupo sangre, me sentia horrible, en eso la conjuradora me dice:
-Tranquilo, siempre es duro volver a la vida.
Despues de eso susurra otras palabras, que me calman la todavia persistente sencacion de dolor y en un abrir y cerrar de ojos tenia la salud de un dragon nuevamente.
No tuve tiempo para descansar cuando un mensajero trae noticias:
-¡Es el momento compañeros alsirios!-dice con orgullo-¡Estamos reuniendo un ejercito lo bastante grande para captruar las defensas de Syrtis, y asi recuperar nuestra gema usurpada por esos elfos malditos!
Mire a la conjuradora, esperando alguna respuesta, pero al parecer ya no sabia que decir. No la culpo ¿por que ayudar a aquellos que nos avandonaron para saciar su sed de gloria? En ese momento recorde mis pensamientos antes de morir: Ganar juntos, morir solo.
-Dile que estaremos preparados-digo sin vacilar, con vos decidida.
Estaba preparando mi caballo para el largo viaje cuando me percato que la conjuradora me veia con aire deseperansado, muy parecida cuando la vi antes de que nos dejaran la defensa de imperia. Reconociendo la mirada me acerco a ella para darles las palabras de despedida:
-Se que ellos no pensaron en nosotros pero, siento que es mi deber ir, pero tu no tienes que ir si no quieres.
-No-dijo, para mi sorpesa-Voy a ir, ¿Quien t debolveria a la vida si no fuera yo?
Dicho esto dejo escapar unas risas y ella me responde con una sonrisa alentadora.
En el viaje pude conocer mas a mi salvadora, su nombre era Sarah Circius y se puso a servicios del imperio por deseos de su padre.
-Cuentame de tu pasado Santhis-dijo Sarah
-Es algo que trato de olvidar-dije con vos entrecortada-Mi infancia no fue, digamos, "simple", mis padres eran mercaderes, no guerreros.
"El negocio de mis padres iba bien, por lo menos hasta que llego este nuevo cristal llamado Ximeriald, desde ese momento las cosas empesaron a ir de mal en peor."
"Un dia frio, como cualquier otro en alsius, les pidieron un encargo de armas para que llevaran a la Zona de Guerra (supusieron que era para el ejercito defensor), mi padre sabia que era peligroso pero necesitabamos el dinero. Decidieron dejarme en la ciudad de Birka, para esperar su llegada. Lo que me entere despues cambiaria mi vida para siempre: el envio fue un pedido falso creado por un contingente de elfos y elfos oscuros por igual, no pretendian pagar por el cargamento si no tomarlo de las frias y muertas manos de mi padres"
"Me entere de esto por uno de los guardias de la gran muralla, y me sentia lleno de tristeza, destrozado por dentro, pero luego ese sentimiento seria reeplazado por la ira. Empeze mi entrenamiento como guerrero decidido a vengar la muerte de mis padres, a temprana edad fui a las guerras esperando encontrar a los culpables. Por su puesto mis entrenadores se opusieron ferreamente a esto:
-¡No estas listo!¡Necesitas mas entrenamiento!
Y yo les respondia:
-¿Entrenamiento?...ver el cadaver de mis padres fue el unico "entrenamiento" que necesite."
Mi relato concluyo justo a tiempo, ya que adelante estaban el contingente de alsirios, todos vestidos para la guerra, algunos rezaban unas oraciones para la buena suerte en la batalla, otros, lustraban sus espadas y lanzas.
-Esto es lo que aremos-dijo un brujo montado en un Benkku con aire de liderasgo-Un grupo ira con migo a Eferias, el otro a Alagros.
Y asi partimos, por muerte y gloria, por el honor, por el deber, marchamos a la guerra.
Ni bien caputramos Eeferias (yo habia ido con el primer grupo junto con Sarah) empesaron a llover flechas, los guerreros aporreaban la puerta con todo lo que tenian, pero nosotros no ibamos a dejar que caiga tan facilmente.
La ultima ola es devastadora, rompen la puerta dejando entrar a incontables Elfos, pero nuestro objetivo estaba cumplido: aguantamos lo suficiente como para debilitar sus defensas, ahora estaban vulnerables.
Nos apresuramos a dejar Eferias, logrando apenas sobrevivir.
Cuando llegamos a la muralla de syrtis nos esperaba una ya paisaje conocido: el fragor de la guerra.
Yo me pongo en la primera fila, Sarah atras con los ortos conjuradores a manera de apoyo para las tropas.
Cargamos.
El primer impacto fue brutal, varios de mis compatriotar murieron, pero ya los reviviran los conjuradores. Yo entre tanto apartaba a los elfos del camino, con mi objetivo fijo en una sola cosa: La puerta.
Cuando llegamos por fin, le damos lo mejor que tenemos, aun cansados arremetemos contra la resistente puerta, volando flechas y demas conjuros sobre nuestras cabesas, un caos total.
Sin previo aviso me quedo acorralado contra la pared con 5 elfos apuntadonme la cabesa con sus lansas y espadas, pero ya no le tenia miedo a la muerte, no cuando ya la abia visto, y arremeti contra ellos.Casi me matan, si no fuera por otro caballero que los aparto, logrando matar a 2, pero los otros 3 uyeron.
-Gracias- le digo con esfuerzo ya que tenia todo el cuerpo magullado por las herdias-¿A quien le debo el honor?
-Escorpion-dice- Y el honor es todo mio.
Luego de un largo rato de retiradas por fin podemos mantener un terreno firme frente a la puerta cuando oigo un sonido muy familar que a la ves es desgarrador: Los cuernos de batalla de Ignis.
Seguramente se enteraron de la vulnerabilidad de Syrtis, y ellos tambien se encaminaron a la guerra.
Era una batalla que no podiamos ganar.
Lo peor fue cuando vi sobre mi hombro, donde deberian estar los sanadores, estaban una horda de ignitas matando a diestra y siniestra. En ese momento toda idea de honor, gloria, y venganza salieron de mi cabeza.
Abandone la poscion cerca de la puerta y me encamine a sancos largos hacia los conjuradores, y fue justo a tiempo, ya que cuando llege me encontre con un Molok que me superaba en tamaño a punto de rematar a la ya lastimada Sarah. En ese preciso instante actue a la velocidad del rayo, alsando mi escudo le profire un fuerte golpe, dandolo vuelta y luego rematandolo sin tener piedad.
La saque de la zona de conflicto, por suerte estaba Escorpion ahi tambien, no me gustaria pensar que quedo ahi en ese mar de lanzas, flechas y espadas.
-Esta batalla esta perdida, volvamos a alsius.
En ese momento sonaban las ordenes de retirada, otro momento seria en el que retomemos lo que por derecho nos pertenece.
Este oscuro, muy oscuro, no oigo nada, ni si quiera el sonido de mi corazon. Lo primero que se me ocurre fue que cai muerto, la causa de mi fallecimiento, la ignoro.Se que estoy muerto por que lo siento, jamas me dijieron como se sentia, la experiencia mas cercana a la muerte la tenia cuando remataba sin piedad a los enemigos del reino. ¡Mi reino! ¡Alsius!. De repente todo encaja, mi cabeza (o mi mente no se muy bien que tenia en ese universo oscuro al que llaman muerte) se ordena y empiesa a funcionar con la mayor coherencia que le resulta posible. Ya me acuerdo la causa de mi muerte: cai defendiendo Imperia de incontables enemigos.
Cuando ya no sabia que iba a ser de mi destino, ahi me quede pensando en esa oscuridad total, en ese silencio total.
Repentinamente siento un tirón, como de alguien que me lleva a otro mundo, pero este tiron es cálido, es recofortante, ahi lo supe: es el tirón de vuelta a la vida.
Abro los ojos de par en par, y tosiendo inspiro grandes bocanadas de aire frío, del aire frio de Alsius.Ahi estaba la maga que se quedo en imeperia con el arquero al lado. La maga susurraba palabras que me producian un ardor en todo el cuerpo, casi insoportable.Ahi me doy cuenta que mi rescatadora, para decirlo de alguna manera, era una habil conjuradora, y fue ella quien me saco del mundo de tinieblas y silencio en el que estaba.
Me trato de levantar como puedo pero mis piernas no responden, caigo arrodillado al suelo, con las dos amnos de soporte para no pegarme la cabeza. Escupo sangre, me sentia horrible, en eso la conjuradora me dice:
-Tranquilo, siempre es duro volver a la vida.
Despues de eso susurra otras palabras, que me calman la todavia persistente sencacion de dolor y en un abrir y cerrar de ojos tenia la salud de un dragon nuevamente.
No tuve tiempo para descansar cuando un mensajero trae noticias:
-¡Es el momento compañeros alsirios!-dice con orgullo-¡Estamos reuniendo un ejercito lo bastante grande para captruar las defensas de Syrtis, y asi recuperar nuestra gema usurpada por esos elfos malditos!
Mire a la conjuradora, esperando alguna respuesta, pero al parecer ya no sabia que decir. No la culpo ¿por que ayudar a aquellos que nos avandonaron para saciar su sed de gloria? En ese momento recorde mis pensamientos antes de morir: Ganar juntos, morir solo.
-Dile que estaremos preparados-digo sin vacilar, con vos decidida.
Estaba preparando mi caballo para el largo viaje cuando me percato que la conjuradora me veia con aire deseperansado, muy parecida cuando la vi antes de que nos dejaran la defensa de imperia. Reconociendo la mirada me acerco a ella para darles las palabras de despedida:
-Se que ellos no pensaron en nosotros pero, siento que es mi deber ir, pero tu no tienes que ir si no quieres.
-No-dijo, para mi sorpesa-Voy a ir, ¿Quien t debolveria a la vida si no fuera yo?
Dicho esto dejo escapar unas risas y ella me responde con una sonrisa alentadora.
En el viaje pude conocer mas a mi salvadora, su nombre era Sarah Circius y se puso a servicios del imperio por deseos de su padre.
-Cuentame de tu pasado Santhis-dijo Sarah
-Es algo que trato de olvidar-dije con vos entrecortada-Mi infancia no fue, digamos, "simple", mis padres eran mercaderes, no guerreros.
"El negocio de mis padres iba bien, por lo menos hasta que llego este nuevo cristal llamado Ximeriald, desde ese momento las cosas empesaron a ir de mal en peor."
"Un dia frio, como cualquier otro en alsius, les pidieron un encargo de armas para que llevaran a la Zona de Guerra (supusieron que era para el ejercito defensor), mi padre sabia que era peligroso pero necesitabamos el dinero. Decidieron dejarme en la ciudad de Birka, para esperar su llegada. Lo que me entere despues cambiaria mi vida para siempre: el envio fue un pedido falso creado por un contingente de elfos y elfos oscuros por igual, no pretendian pagar por el cargamento si no tomarlo de las frias y muertas manos de mi padres"
"Me entere de esto por uno de los guardias de la gran muralla, y me sentia lleno de tristeza, destrozado por dentro, pero luego ese sentimiento seria reeplazado por la ira. Empeze mi entrenamiento como guerrero decidido a vengar la muerte de mis padres, a temprana edad fui a las guerras esperando encontrar a los culpables. Por su puesto mis entrenadores se opusieron ferreamente a esto:
-¡No estas listo!¡Necesitas mas entrenamiento!
Y yo les respondia:
-¿Entrenamiento?...ver el cadaver de mis padres fue el unico "entrenamiento" que necesite."
Mi relato concluyo justo a tiempo, ya que adelante estaban el contingente de alsirios, todos vestidos para la guerra, algunos rezaban unas oraciones para la buena suerte en la batalla, otros, lustraban sus espadas y lanzas.
-Esto es lo que aremos-dijo un brujo montado en un Benkku con aire de liderasgo-Un grupo ira con migo a Eferias, el otro a Alagros.
Y asi partimos, por muerte y gloria, por el honor, por el deber, marchamos a la guerra.
Ni bien caputramos Eeferias (yo habia ido con el primer grupo junto con Sarah) empesaron a llover flechas, los guerreros aporreaban la puerta con todo lo que tenian, pero nosotros no ibamos a dejar que caiga tan facilmente.
La ultima ola es devastadora, rompen la puerta dejando entrar a incontables Elfos, pero nuestro objetivo estaba cumplido: aguantamos lo suficiente como para debilitar sus defensas, ahora estaban vulnerables.
Nos apresuramos a dejar Eferias, logrando apenas sobrevivir.
Cuando llegamos a la muralla de syrtis nos esperaba una ya paisaje conocido: el fragor de la guerra.
Yo me pongo en la primera fila, Sarah atras con los ortos conjuradores a manera de apoyo para las tropas.
Cargamos.
El primer impacto fue brutal, varios de mis compatriotar murieron, pero ya los reviviran los conjuradores. Yo entre tanto apartaba a los elfos del camino, con mi objetivo fijo en una sola cosa: La puerta.
Cuando llegamos por fin, le damos lo mejor que tenemos, aun cansados arremetemos contra la resistente puerta, volando flechas y demas conjuros sobre nuestras cabesas, un caos total.
Sin previo aviso me quedo acorralado contra la pared con 5 elfos apuntadonme la cabesa con sus lansas y espadas, pero ya no le tenia miedo a la muerte, no cuando ya la abia visto, y arremeti contra ellos.Casi me matan, si no fuera por otro caballero que los aparto, logrando matar a 2, pero los otros 3 uyeron.
-Gracias- le digo con esfuerzo ya que tenia todo el cuerpo magullado por las herdias-¿A quien le debo el honor?
-Escorpion-dice- Y el honor es todo mio.
Luego de un largo rato de retiradas por fin podemos mantener un terreno firme frente a la puerta cuando oigo un sonido muy familar que a la ves es desgarrador: Los cuernos de batalla de Ignis.
Seguramente se enteraron de la vulnerabilidad de Syrtis, y ellos tambien se encaminaron a la guerra.
Era una batalla que no podiamos ganar.
Lo peor fue cuando vi sobre mi hombro, donde deberian estar los sanadores, estaban una horda de ignitas matando a diestra y siniestra. En ese momento toda idea de honor, gloria, y venganza salieron de mi cabeza.
Abandone la poscion cerca de la puerta y me encamine a sancos largos hacia los conjuradores, y fue justo a tiempo, ya que cuando llege me encontre con un Molok que me superaba en tamaño a punto de rematar a la ya lastimada Sarah. En ese preciso instante actue a la velocidad del rayo, alsando mi escudo le profire un fuerte golpe, dandolo vuelta y luego rematandolo sin tener piedad.
La saque de la zona de conflicto, por suerte estaba Escorpion ahi tambien, no me gustaria pensar que quedo ahi en ese mar de lanzas, flechas y espadas.
-Esta batalla esta perdida, volvamos a alsius.
En ese momento sonaban las ordenes de retirada, otro momento seria en el que retomemos lo que por derecho nos pertenece.