View Full Version : [RELATO] El Que Sueña Con El Horizonte
MalditoLobo
03-21-2009, 08:04 PM
Capítulo I
Ningún Lugar
Comparada con las épocas anteriores,
ésta era la edad de la utopía.
La ignorancia, la enfermedad, la pobreza
y el temor habían desaparecido virtualmente.
El recuerdo de la guerra se perdía en el pasado
como una pesadilla que se desvanece con el alba.
Pronto ningún hombre viviente habría podido conocerlo.
El Fin De La Infancia – Arthur Clarke
Alzerán despierta con lentitud junto al ascenso del sol. La enorme isla central del continente irradia luz desde las colinas donde el oro y los diamantes pueden recogerse con las manos.
Con la alborada se activan las fuentes centrales, la derecha, cálida bienvenida al día que inicia, la de la izquierda, gélido adiós para la noche que los abandona. En los campos el ganado sin pastor recorre su acostumbrado camino.
Los hombres y las mujeres, los adolescentes y los niños, se ponen ya en pie. El desayuno abre la actividad de ese mundo con claras reglas.
Hace ya demasiado que dejaron atrás los horrores de las luchas. Han evolucionado.
No poseen armada ni guardias internos. No los necesitan. Pocos son los crímenes que se dan en estas tierras, todos originados por motivos pasionales, inevitables por la enorme masa humana.
¿Para qué podrían querer un ejército?
Han prosperado en los últimos doscientos años. Los gremios, los sindicatos, los foros han traído paz. Entendimiento. Compasión. Solidaridad.
Trabajan uno junto al otro, ayudándose mutuamente. Y no conocen mayor beneficio. Probablemente porque no lo hay.
Todo es público y, a la vez, todo es privado. Un concepto difícil de comprender, pero verídico. Porque estas tierras las rige una bandera negra.
El trabajo dura sólo tres horas por día. No se necesita más. Todo está distribuido de modo justo y equitativo.
Los viejos cataclismos del pasado, controlados ya por la inigualable tecnología desarrollada en Alzerán, se habían convertido en recuerdo.
Esta mañana ocurren tres hechos destacables.
Cien kilómetros al norte, en plena altamar, Igor Deadeye capitanea la imponente flota con rumbo incierto. Una tormenta los desvió del sendero. Están extraviados, pero no perdidos. Reencontrarán el camino. Cumplirán su misión. Eliminarán a las fuerzas enemigas. Y esta vez será para siempre.
En los límites de la ciudad, un niño de blanca cabellera roba un conejo de una granja. Huye entre los sembradíos. No sabe muy bien para qué lo quiere, pero lo tiene entre sus manos. Presiona contra su pecho el cuerpo del pequeño animal hasta asfixiarlo.
En el otro extremo otro niño comete otro hurto. Es descubierto de inmediato.
-¿Por qué querés llevarte esto sin decir nada?-exclama el encargado del lugar, quitándole el objeto.
El muchacho no responde. Se muerde la lengua y mira sin expresión al hombre, mientras las lágrimas surcan sus mejillas.
Ellos lo ignoran, pero pronto sus caminos han de cruzarse, encendiendo las llamas de un incendio que consumirá la mitad del mundo.
Pronto, iniciarán un ciclo de tormento que acabará en un pequeña y distante isla, sesenta años en el futuro, cuando un guerrero, que por un momento será el diablo, empale a un anciano y cambie los cursos del horror para siempre.
-¿Por qué lo hiciste?-pregunta el viejo. Es pequeño, está azotado por los años. Pero posee un espíritu noble y poderoso.
-No lo sé, herr maestro-responde el pequeño-sólo lo vi y...
-¿Lo necesitabas?
-Lo quería-murmura, con la mirada clavada en el suelo. La vergüenza pesa sobre su nuca. Pero no huirá.
El calvo apoya una mano en el hombro del niño.
-Escucha, discípulo mío. Deberás pasar una prueba si querés seguir siendo mi alumno. ¿Estás dispuesto?
-Sí, herr maestro.
-Bien. Quiero que me digás una palabra real.
Consternado, se detiene a pensar un segundo. Luego habla
-Amor.
-Mal. Andá afuera. Pensá. Cuando sepás una palabra real, volvé.
Una hora después el niño regresa.
-¿Sabés la palabra?-cuestiona el viejo.
-Sí.
-Decila.
-Libertad.
-Mal. Seguí pensando.
Dos horas más tarde, se repite.
-¿Ahora sí sabés la palabra?
-¡Compasión!-exclama seguro de sí mismo.
-¡No! ¡seguí pensando!
Cuatro horas después, ya durante el ocaso, el niño encara a su maestro una vez más.
-¿Cual es la palabra?
-Vida.
El viejo menea la cabeza, reprobándolo. Se le acerca y le da un golpe en la cabeza.
-¡Ay!-grita.
-¿Ves? Ahí está tu palabra real. Pensalo.
El niño no responde, sencillamente obedece. Pienso en su grito. En el dolor. En orígenes y desenlaces. Piensa. Y entra en comunión con el todo.
No había necesidad de tomar nada. Todo está a disposición de la comunidad. Hay una idea errónea ahí fuera. Hay una maldad enorme ahí afuera, reptando desde las sombras. Algo oscuro y demencial, algo putrefacto que apesta al hedor del tiempo ignorado y a la muerte.
Hay algo que debe ser cambiado. Puede sentirlo en cada fibra de su ser.
Pasa el resto de la noche meditando bajo la luz de las estrellas, en el patio del templo. No es un lugar en el que se rinda culto a algún dios, sino un refugio para quien necesita encontrarse con sí mismo.
Y a ese pequeño, más que a cualquier otro ser en Alzerán, le urge hallar la imagen que un espejo tiene por obligación devolverle.
Al mismo tiempo, en la zona de las granjas, apartado de todo, cobijado en las sombras, el del cabello blanco como la nieve desliza una daga por el vientre del conejo. Siente ese ardor de nuevo. Quita uno a uno la mitad de los órganos mientras la sangre en su cuerpo fluye y se concentra en único punto.
Se ensucia las manos con el interior del fallecido e inocente ser. Eso lo excita. No puede explicarlo, pero lo necesita.
Comienza su ominoso ritual. Diez minutos después estalla en un orgasmo.
Sonríe con cinismo al terminar. Sabe que otra vez saldrá impune. Su secreto está a salvo. Y aunque no lo estuviera, está convencido de que nadie querría verlo si lo exhibiera.
En altamar, en la nave líder, el contramaestre habla a su superior.
-¿Me llamó, capitán Deadeye?
-Sí, quería verlo, Goblindropper. Tenemos un problema.
-Lo escucho, señor.
-Estuvimos mucho tiempo a la deriva. A pesar de la larga experiencia de nuestra tripulación, en una noche como esta, con tantas nubes, es imposible encontrar el norte. Algunos hombres me pidieron audiencia. Los víveres se están terminando.
-Estoy al tanto, señor. Ya ordené que dispongan lanchas para la pesca.
-Ese no es problema. La discordia se debe a que el agua dulce pronto empezará a escacear.
-No entiendo, capitán. Eso no está en mis manos.
-Lo sé. Mire, le seré franco. Estamos corriendo riesgo de muerte en este momento. Estos hombres me contaron leyendas de sus tribus. Sabe que nadie se atrevió a navegar nunca hasta este punto, ¿verdad, Goblindropper?
-Sí mi capitán.
-Bien. Estos hombres hablan de unas islas cercanas. Islas repletas de recursos. Islas de gente pacífica, pero peligrosa. Dicen que no puede estar muy lejos. No sé que tanto perdemos intentando llegar. Sólo quería pedirle su opinión al respecto.
-Creo que estaría bien dirigirnos hacia ese sitio, señor.
-Bien...-murmura el militar-retírese. Eso es todo.
-¡Señor, sí, señor!-exclama el contramaestre y se retira por donde vino.
Igor Deadeye medita en silencio, de cara al océano. Hay una amenaza libre en el mundo. Hay algo que avanza de cultura en cultura, de sociedad en sociedad, de civilización en civilización, succionando recursos. Esclavizando personas. Incendiando ciudades.
La soberanía, la independencia corren riesgo de dejar de existir. El imperio se expande. Y él está orgulloso de seguir la tradición militar de su familia. Está orgulloso de su lealtad a la tierra en que nacio.
Está orgulloso por cada uno de los otros que transforma en uno de ellos. A través de la sangre y el fuego.
Al amanecer, el anciano maestro busca al joven.
-¿Aún no dormís?
-Estuve meditando.
-¿Y qué descubriste?
-Que el universo es uno, pero que pronto ha de ser dividido.
-Sabias palabras, muchacho. ¿También lo sentís?
-Sí... algo en mi interior me dice que todo cambiará pronto...
-Tras doscientos años de guerras logramos fundar Alzerán, esta tierra, donde la violencia y los penares fueron erradicados. Fue muy difícil, pero se logró. Hace cien años se vive en paz, en armonía. Pero no durará. No puede durar. Creo que la destrucción está en nuestra naturaleza.
-Casi puedo escucharlos, herr maestro.
-Sí, hijo. Vienen desde el norte. Ya soy viejo. No podré luchar. Antes de que ocurra lo que marca el destino hay algo que debés saber. Fuiste dejado acá por tu padre, en este templo, poco después de tu nacimiento. Tu madre falleció tras el parto. Él te trajo a nosotros desde una tierra distante, venía escapando del horror. El viaje fue muy duro. No sobrevivió más que unas horas tras llegar a nosotros. Pero pudimos hablar.
-¿Qué le dijo?
-Él sabía en ese momento, tan bien como vos y yo ahora, que había algo en camino. Me dijo que te preparara para que pudieras erguirte solo. Y lo hice. Vos y yo somos los únicos conocedores del antiguo camino del guerrero, ahora que todos mis camaradas han muerto. Algún día le enseñarás los que aprendiste a alguien. Pero eso no es lo que importa. Toma-dice el viejo, extendiéndole una caja de plata-me dijo que te entregara esto, cuando debiera partir.
-¿Qué es, herr maestro?
-No lo sé. Nunca la abrí. Guardala. El gran mal está llegando...
Más allá, en las granjas, aquel del cabello como la nieve regresa a su desierto hogar. Lleva un mes viviendo solo. Sus familiares han muerto. No fue su intención. ¿Cómo podría saber que ese artefacto que usaban a diario para generar calor explotaría? No siente culpa. Siente, en todo caso, alivio por haber estado fuera en ese momento.
No hay remordimiento.
Se sienta a la mesa. Come crudo un animal que cazó. Al principio vomitaba, pero ahora está acostumbrado. Es la supervivencia del más apto. Y otra vez, al igual que los veintinueve días anteriores, jura que el más fuerte será él, al final.
Al mismo tiempo en el Concilio Central, una cámara discute.
-Corremos riesgos, señores-dice el moderador.
-Lo sabemos-responde uno de ellos.
-Ese mineral es... siniestro-acota otro.
MalditoLobo
03-21-2009, 08:04 PM
-Xymerald... ¿a quén se le ocurrió ese nombre tan estúpido?
-Lo hizo la gente de Investigaciones. Dicen que es un código formado con las propiedades del objeto y sus valores químicos.
-Me pregunto porqué los científicos no pueden hablar como todos nosotros...
-Ese no es el punto...
-Señores-interviene el moderador-estamos acá con un fin específico. Tenemos que discutir que vamos a hacer con este mineral.
-Ese no es un problema-interviene un científico-tiene muchas utilidades. No tiene sentido librarnos de él tirándolo al mar como propusieron la semana pasada. Lo que me preocupa es otra cosa.
-Explíquese.
-No creo que otras culturas ignoren su existencia ni su utilidad. ¿Qué garantía tenemos sobre nuestro futuro?
-Vaya al grano.
-Temo una guerra por el xymerald.
Silencio. La congregación no quiere emitir palabra alguna. El extraño mineral es abundante en Alzerán. Demasiado para su infortunio.
-Entonces...-dice uno de ellos tras interminables minutos de dudas que no se atreven a escapar a través de la voz, en forma de palabras.
-Entonces... es probable que necesitemos un ejército-responde el científico.
-Eso implica jerarquías, y lo sabes. Superamos esa etapa.
-Se puede exorcisar un demonio-murmura un viejo-pero no se lo puede matar.
-Llamen a una audiencia general con el pueblo. Que cada comuna de Alzerán tome su decisión. Propondremos la creación de una fuerza de auto-defensa. ¡Y que el cielo tenga piedad de nosotros!-exclama el moderador.
En la lejanía de un horizonte arcano comienzan a aparecer, lenta pero inexorablemente, los navíos de la imponente flora imperial.
Avanzan, espectrales, con rumbo a las costas de Alzerán. Igor Goblindropper asiente satisfecho. Tendrán el agua que buscan. Quizás puedan saquear un poco, si no encuentran resistencia en un primer momento. Pero deberá ser rápido. Son una flota poderosa, pero no están en condiciones de vérselas con un ejército. Ninguna flota de ninguna facción lo está.
-¡Barcos!-exclama un niño en la costa y corre rumbo al puerto-¡barcos! ¡vienen barcos!
Los adultos lo escuchan. Se paran en la orilla y contemplan, sorprendidos, los estandartes albicelestes.
Uno de ellos los reconoce. Sabe lo que sucede.
-¡No!-grita y cae de rodillas, tomandose la cabeza-¡vamos a morir! ¡todos vamos a morir!
El resto lo rodea, no comprenden lo que sucede.
-Den aviso de los barcos-murmura uno.
Y así lo hacen. Pronto toda la comuna se acerca al lugar. El ondear de las banderas ante el viento les parece sublime. No entienden que esos símbolos están hechos para dividirlos.
-Están llegando ya-dice a su alumno.
-Lo sé, herr maestro-murmura el chico-¿qué haremos?
-Reúne tus cosas. Te vas ahora. Y no debés mirar atrás.
-¿Qué hará usted?
-Lo que siempre hice. Quedarme.
-¿Maestro?
-Te escucho, Kurt-dice el viejo, pronunciando su nombre por vez primera en los largos años que lleva entrenándolo.
-A veces creo que la última decisión de un hombre es siempre esa: no irse.
-Has aprendido bien. Ahora marcha. Vive tu vida con la frente en alto. Ya hay muchos agobiados por el peso de la mentira y la servidumbre, de la consciencia y la maldad. Nunca te rindas, hijo. Y no temas a la muerte, porque no es más que la confirmación de la vida.
Con ajeno orgullo en la mirada el niño saluda con su ademán ritual al viejo. El maestro le responde con el mismo gesto. Se da la vuelta y va a su habitación. Toma sólo lo indispensable. Cuatro libros. Una katana. Algo de ropa y comida. La caja de plata.
Luego sale del templo con rumbo incierto.
En el puerto están ya atracando los barcos. Los habitantes de la comuna se reúnen frente a ellos. Igor Goblindropper es el primero en pisar tierra firme.
-Bienvenidos a Alzerán-dice el primero de ellos, extendiéndole la mano.
El enano lo mira como a un insecto. Murmura algo en su idioma. Todos ríen. Mira de nuevo a quien lo recibe, le grita algo y desenfunda un puñal.
El otro no puede creerlo. Lo están amenazando. Termina rápido con un puntazo al bajo vientre. Con un alarido los visitantes del norte atacan a los pobladores, incapaces de defenderse.
Corren sin rumbo, aterrorizados, intentando conseguir un auxilio que no tienen. Los enanos bajan enormes barriles de sus barcos. Roban el agua como primera medida. Luego inician el saqueo a la comuna.
Matan a todo el que se interpone, al que intenta razonar con ellos, al que se topa en su camino, al que, sencillamente, tiene un rostro que no les agrada.
Algunos niños y ancianos caen víctimas de la violencia. Cientos de mujeres son violadas.
Pasada una hora, los enanos comienzan a preguntarse porqué nadie ha empuñado un arma contra ellos.
-¿Hay algo que deba saber sobre este sitio?-pregunta Goblindropper a los hombres que le sugirieron arribar a este lugar.
-La leyenda dice que es un paraíso en la tierra, señor.
-¿Paraíso? Tiene sentido. ¿Qué utilidad tendría un arma en el paraíso?
Y sonríen, comprendiendo lo que ocurre. El robo de agua convertido en saqueo acaba de ser ascendido. Ahora será una invasión a pequeña escala.
Igor está feliz. En una segunda instancia estas tierras podrán ser adheridas al imperio. Y el mérito, la gloria y la recompensa serán suyas.
A lo largo de los días que siguen los invasores toman comuna tras comuna. Se mueven rápido, traen con ellos el tormento y la muerte, la sangre y la furia.
Destrozan las puertas del templo. En el centro del patio el anciano los espera.
-Me preguntaba cuanto más tardarían en llegar-les dice con total calma.
-¿Así que hablás nuestra lengua, eh?-murmura con una sonrisa un soldado.
-Por supuesto.
-Es una alegría encontrar un enemigo que haga algo que no sea balbucear. De todas formas mi deber es matarte.
-¿Deber? Comprendo.
-Vayan-dice el soldado. Tres de sus camaradas de armas se lanzan contra el maestro.
El anciano desenfunda una katana y da tres golpes limpios. Los enanos no tuvieron la más mínima oportunidad.
-Reconozco esos movimientos. Mi padre me habló de esto...-dice uno.
-¿Qué significa?-pregunta el que está al mando?
-Que tendremos que atacar todos a la vez, o moriremos.
-Es uno sólo. Es viejo y está solo. No aguantará.
-Ya viste lo que hizo.
-Sí... pero es fue suerte.
Otros tres atacan a la víctima.
-Más cadáveres... vi suficiente. ¡Tenemos que atacarlos todos a la vez!
Durante quince minutos luchan veinte contra uno. Ni en sus peores pesadillas vieron jamás un rival tan poderoso. Finalmente logran vencerlo. Pero sólo seis de ellos permanecen en pie.
-Si hay más guerreros como éste...-dice uno, exhausto.
-Es un arte perdido. No pensé que en el mundo quedase aún alguien que lo conociera.
-Pero si hay más...
-No hay más como él. Denle un funeral vikingo. Lo merece.
Incendian medio Alzerán. Hasta que llegan a la zona de granjas. Hacen algunos prisioneros. Necesitarán esclavos.
Toman a todos los que encuentran. Hombre, mujeres, niños, ancianos. Los meten en jaulas transportadas por caballos. Uno entre ellos se distingue del resto. Uno cuyo cabello es blanco como la nieve. Los enanos no comprenden porqué aquella mirada les eriza la piel.
-¡Suéltenlos!-les grita en su lengua un crío, metiéndose en su camino.
Los soldados ríen. Es una escena graciosa para ellos.
-¡Suéltenlos!-exclama una vez más-¡ahora!
Ellos siguen riendo, presas del absurdo. Él se harta y arroja algo a sus pies. Nunca sabrán qué era, pero estalla, cubriendo de humo el espacio alrededor. Los asfixia, quema por dentro. Arde, garganta.
El pequeño rompe con las manos desnudas los candados de las jaulas. El humo se disipa rápido. Los soldados ven como huyen. Corren tras ellos. Se separan para cubrir más terreno, para tener mayor posibilidad de salvar sus vidas.
Por la noche las llamas de la ciudad iluminan los bosques. Los dos críos contemplan la situación.
-¿Cual es tu nombre?-pregunta el del cabello como la nieve.
-Soy Kurt-responde.-¿y vos?
-Soy Arán, llamado el bendito. No te di las gracias por sacarnos de las jaulas.
-No hace falta, herr Arán. Estamos todos en la misma situación.
-Sí... la misma situación-responde el otro.
En el centro del Concilio Central, Igor trata de encontrar información sobre la cultura que está destruyendo. No ha logrado grandes resultados. No puede comprenderlos.
-Tenemos noticias, capitán-le dice un soldado, entrando en el recinto.
-Habla.
-Hemos encontrado esto-explica extendiéndole una caja.
Goblindropper la abre. La luz que emana desde el interior lo ciega un momento. Luego su rostro cobra brillo propio.
-Xymerald-murmura.
-Sí, señor. Hay grandes cuevas repletas de él.
-¿Qué tan grandes?
-Inmensas. Tienen demasiado.
-No por mucho-dice el capitán-envíen una nota al emperador. Informen de este descubrimiento, el lugar, las condiciones y el xymerald. Pidan refuerzos. Digan que me hago responsable de todo lo que ocurra.
Y ríe cínicamente, a carcajadas, mientras contempla el futuro. Alsius tendrá una nueva provincia. Y él será el Rey.
Un gran mal está irguiéndose. Porque los finales conducen, irremediablemente, sólo a sus propios orígenes.
Próximo: Capítulo II “Lágrimas”
NOTA: Este texto es una precuela de Las Huellas Del Olvido. Se recomienda leer dicha novela para la completa comprensión de esta obra.
NOTA 2: Voy a publicar cuando pueda, porque ya empiezan las clases, así que no se envicien, o sí, como quieran xD
PRIMERA RESPUESTA!! :D
MUY BUENO, me encantó que desarrolles la trama del RO de esta manera. Ya empieza a tomar distancia de lo que el juego comprende, desarrollando la imaginación del escritor y aplicandola, creando nuevos territorios, culturas, historias, etc.
Realmente me encantó, seguila :)
EDIT: mwajajaj, me copiaron todos lo de robar lugar (?)
Maryan
03-21-2009, 08:31 PM
Segunda respuesta!!
Buenisimo Lobo! Me gusta mucho la idea de ver 'lo que paso antes'!!
The_Prisioner
03-21-2009, 08:44 PM
Lugar apartado... 3ro
Lobo eres un grande! Recien puedo dedicarme a terminar de leer el primer relato y ya sacas el segundo xD
Primero terminare de leer el otro y empiezo este :banana:
theotherhiveking
03-21-2009, 08:45 PM
hgfdygihgbukygbkyu 2+1
Muy bueno, como siempre.
Ya eres el escritor oficial del regnum(?)
Aranor
03-21-2009, 08:51 PM
Leyendo luego edito...
PD: hey Lobo muy poco entro al foro y apenas comence a leer el primer relato que creaste, el problema es que me da alguito de pereza buscar capitulo por capitulo en todo el tema... podrias poner un enlace donde este todo directo sin buscar capitulos y asi podermelo leer deuna ves?? =) seguro me lo leeria ESTA ELEGANTEEEEEEEEEEEE!!!! MAESTROOOO!!!! =) gracias... tratare de seguir este relato =)
MalditoLobo
03-21-2009, 08:59 PM
Leyendo luego edito...
PD: hey Lobo muy poco entro al foro y apenas comence a leer el primer relato que creaste, el problema es que me da alguito de pereza buscar capitulo por capitulo en todo el tema... podrias poner un enlace donde este todo directo sin buscar capitulos y asi podermelo leer deuna ves?? =) seguro me lo leeria ESTA ELEGANTEEEEEEEEEEEE!!!! MAESTROOOO!!!! =) gracias... tratare de seguir este relato =)
Las Huellas Del Olvido será publicado en breve en archivos .doc y .pdf para su descarga directa, con algunas sorpresitas para todos los que me siguieron durante el mes que me tomó escribirla =)
Aranor
03-21-2009, 09:05 PM
PERFECTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!! :thumb_up:
Leukothea
03-21-2009, 09:41 PM
Buenisimo =)
Vieron que no todo se acabo?
Jijijiji
Y creo que aun faltan cosas... ahora tendré que ampliar mi visión... por dios Lobi... te adoro hermanito =)
climene
03-21-2009, 11:11 PM
-Ese no es problema. La discordia se debe a que el agua dulce pronto empezará a escacear.
¿escasear?
NOTA 2: Voy a publicar cuando pueda, porque ya empiezan las clases, así que no se envicien, o sí, como quieran xD
tarde...
relato+Maldito Lobo = vicio
darkfede
03-22-2009, 12:06 AM
Muy bueno Lobo. Como de costumbre. Espero que postees seguido, total jamas hago las cosas del colegio y apruebo igual y la unica vez que estudie me saque 3 en la prueba xD.
Saludos.
hugolituss
03-22-2009, 01:34 AM
Lindo Diego, lindo, aunque ya habiendo leido Las Huellas seguro sabre donde queres ir.
Espero que tenga tanto exito como el anterior.
Abrazo.
Hugo.
MalditoLobo
03-22-2009, 02:04 AM
Lindo Diego, lindo, aunque ya habiendo leido Las Huellas seguro sabre donde queres ir.
Espero que tenga tanto exito como el anterior.
Abrazo.
Hugo.
Gracias por los buenos deseos. Pero no estés tan seguro de lo que ocurrirá ;)
Gotten
03-22-2009, 02:48 AM
Muy bueno lobito! Y eso de las clases.... a mi no me importa, capitulo por dia sino TABLA:guitar:
Wolf_in_Black
03-22-2009, 02:54 AM
Muy bueno lobito! Y eso de las clases.... a mi no me importa, capitulo por dia sino TABLA:guitar:
jajaja ya se me habia olvidado eso xD
hugolituss
04-02-2009, 12:01 AM
Estemmm, paso mas de una semana sin novedad...
Parece que las clases van a full.
Hugo.
Gotten
04-02-2009, 01:41 AM
Para mi el no escribia, escribia alguno que se tomo vacaciones! NO HIZO EL CUENTO DEL TIO
Leukothea
04-02-2009, 01:52 AM
TABLA!!!
Por no escribir
TABLA!!
Por no hacer siquiera acto de presencia...
mal hermanito mal...
TABLA!!
climene
04-02-2009, 03:55 AM
a mier... buscando una imagen para inspirar a Lobo encontré un blog que, de seguro, lo mantendrá bastante inspirado xD
se lo mandaré por MP... sólo para él xD
MalditoLobo
04-05-2009, 02:02 AM
Capítulo II
Lágrimas
Durante seis días esperan ocultos entre las ruinas de las granjas que el ejército alsirio incendió. Son seis personas asustadas, en mayor o menor medida, ante algo desconocido. Tienen tras de sí seis cadáveres; son los que no lograron vencer a la naturaleza.
Al frente, los dos niños se mantienen en silencio. Observan con cuidado desde su refugio los movimientos de los invasores.
Son al menos treinta, acampando en las cercanías.
-¿Qué están esperando, Arán?-pregunta Kurt, frunciendo el ceño.
-No sé. Llevan dos días ahí. Creo que corremos peligro.
Regresan al silencio. No comprenden bien lo que ocurre. Nunca antes una muestra tal de violencia y estupidez fue presenciada en Alzerán, la tierra bendita no por los dioses, sino por La Razón.
Hoy arden las comunas. Cientos de miles de hombres han sido crucificados en las calles. Algunos más, aquellos que ofrecieron resistencia, fueron empalados.
Mujeres. Niños. Ancianos. Nadie se salva de la ira de los pequeños hombres que llegaron desde el norte para traer el odio a las tierras donde, por un siglo, la paz reinó.
Arán piensa. Recuerda todos y cada uno de sus actos. Se entristece. Aunque no comprende con totalidad lo que ocurre a su alrededor, está seguro de que hay actividades que no podrá realizar en el futuro. No extraña a las personas. Está acostumbrado a sobrevivir. Pero en su interior algo está clamando, algo pide sangre.
Kurt piensa. Desde que tiene memoria se lo preparó para luchar, para ser el último hombre en pie. Muchas veces se preguntó el sentido de tan extenuante entrenamiento. Ahora cree comprender el porqué. Tiembla por un momento. ¿Era esto algo inevitable? ¿realmente él entre todos debía someterse a tan cruento destino, a ser el que toma las vidas de otros?
Entonces el cielo pierde equilibrio. Se derrumba sobre ellos. Esconden, ahora, sus mundos. Nadie los verá, nadie sabrá qué es lo que guardan dentro. Hasta que sea tarde.
-¡Nos vieron!-exclama Kurt.
-¡Vamos!-le dice Arán.
Los adultos, un poco más atrás, comprenden lo que ocurre e inician la retirada. No esperan por ellos. El pánico cunde entre los presentes. Sienten que los cazan como animales. Y la verdad es que su sentir no es distinto a la realidad.
Los enanos son fuertes, veloces y persistentes. Durante una hora sin calma los siguen. Kurt se queja un poco por el peso de la mochila en su espalda, pero de ninguna manera podría haber dejado atrás sus libros y la extraña caja de plata.
Pronto los alcanzan. Sin preámbulos matan a los tres hombres. Golpean un poco a la mujer y se la llevan con ellos.
-Juraría que había dos más-murmura un soldado.
-También yo-responde el de mayor jerarquía.
Guardan silencio un minuto. Nada llama su atención.
-Vamos, esto es una isla. No tienen a donde ir.
Se retiran entonando una alegre canción tradicional de sus tierras, una canción que habla de dragones y castillos, de princesas y emperadores, de valor y lealtad, de como se aplasta al enemigo y como se trata a sus mujeres, tras vencerlos.
En la copa de un árbol Arán los escucha. Kurt, bajo la maleza, no sólo oye, también comprende. Lo que lo aterroriza es que lo que cantan es lo que viven, como ha visto con sus propios ojos durante los últimos seis días.
-Deberíamos...-dice a Arán, una vez se reúnen.
-Nada, Kurt. ¿Qué podríamos haber hecho?
-Herr Arán-murmura el chico-no tenemos que huir como cobardes. Tenemos que llevar la frente en alto.
-Es difícil hacer eso si vivís dos metros bajo tierra. Vamos, salgamos de acá. No tenemos motivo para quedarnos.
No hablan durante el trayecto. Se estudian mutuamente. Son sólo unos críos y lo saben. Cada uno de ellos entiende que el otro no se comporta como suele hacerlo la gente de su edad. Descubren en la oscuridad los senderos internos del otro.
Arán está curtido por la vida. No sólo hay algo mal con él, algo que trae desde la cuna, sino que los últimos demenciales meses precipitaron la extinción de los suyos. Lleva treinta y seis días solo en Alzerán. No hay nadie que responda por él. Aprendió a vivir de lo que caza.
Kurt fue formado en una ya perdida tradición. Sigue El Camino Del Guerrero. Se lo preparó para pelear. Es un maestro del combate cuerpo a cuerpo, un arte perdido. Cada noche leía con su maestro, quien lo trató como un adulto. Su infancia, ahora que alcanzó las postrimerías, no fue más que un suspiro. Le enseñaron a pensar como un anciano.
Por eso sospechan. Saben que el otro esconde algo. Pero no preguntarán.
A sus anchas en el Concilio Central, Igor recibe a sus camaradas.
-¿Y bien?-pregunta al ver a su lugarteniente.
-No hay novedades, señor.
-Tienen a esos poderosos hechiceros... y aún así no responden.
-Señor, sabe que nuestros mediums no pudieron establecer contacto.
-Eso no importa. Enviamos dos barcos. Ya debiera saberse algo.
-Aún es pronto. Lo más probable es que los magos de la corte no puedan contactarse con nosotros.
-Seh...-dice con rabia-tal vez no envíen confirmación, tal vez sólo se limiten a mandar tropas para conquistar el lugar.
-Este sitio está conquistado, capitán.
-Porque estos inútiles no tienen un ejército. De otro modo, ya estaríamos todos muertos.
-Me pregunto qué clase de pueblo es el que cree que no necesita soldados.
-Uno muy optimista-responde Igor, terminante.
***
El aroma del mar antes del despertar del mundo los retiene en la vigilia. No han dormido en toda la noche. Están cansados y hambrientos. Es ya el séptimo día en el que huyen como ratas asustadas. Buscan las sombras, intentan sobrevivir. En el fondo ambos creen que no durarán mucho más.
Saben cerca el final. Pero, a la vez, tienen una fe desproporcionada en sí mismos. Pero que los maten si saben el porqué de semejante confianza.
-¿Cuanto más creés que podremos aguantar?
-No lo sé. No mucho, herr Arán. No podemos seguir quedándonos acá.
-Hay otras islas, Kurt. Podríamos ir al muelle y tratar de llegar a una de ellas.
-¿Sabés navegar?
-No.
-Eso pensé.
Silencio. Ofuscado, el del cabello como la nieve responde tras un momento.
-¿Qué significa eso?
-Que estamos rodeados. No tenemos donde ir. Y que no ayuda en nada encontrar soluciones que se nos van de las manos.
-¿Y qué sugerís?
-Tratar de llegar a un lugar más cercano al centro de la comuna, buscar otros sobrevivientes y...
-¿Y..?
-Y buscar el modo de formar la resistencia.
-¿Resistencia?
-Resistencia.
-¿Cómo, si ni siquiera tenemos armas?
-Oh, tenemos más armas de las que podés imaginar.
Emprenden la caminata. No se miran, no quieren hacerlo. El sonido de las pisadas les basta para saber que el otro está ahí. Nadie quiere estar solo.
Una inmensa congoja invade los pensamientos de Kurt. ¿Qué habrá sido de su maestro? Sabe que no es tiempo para llorar; sabe que luego será demasiado tarde para las lágrimas. Y odia ese punto ciego en el que se encuentra.
Una luz mortecina alumbra con un fulgor oscuro su consciencia. Toda su vida transcurrió en el templo. ¿Qué hay ahí fuera? ¿qué es lo que espera por él? Apenas conoce Alzerán. Sabe que el mundo es infinitamente más grande, que las opciones son enormes. Pero pocas veces se dirigió a las islas que circundan la suya.
Vivió en el paraíso, educado para sobrevivir al infierno, a las tempestades que sólo algunos intuían llegarían. El día es hoy. Un día de ciento sesenta y ocho horas ya, que insiste en no despedirse tras el límite de la visión, que se niega a perderse tras un ocaso.
***
Al mismo tiempo, en Etiainen, el emperador guarda silencio ante su consejo. Los examina con la mirada. Recorre los rostros uno a uno. Ellos tiemblan.
-Sigo sin entender la idea. Estamos en guerra por un motivo-les dice.
-Señor, sucede que...
-¡Nada!-exclama el enano-el conflicto con los elfos tiene dos objetivos: mantener la seguridad fronteras adentro y lograr réditos acordes a las inversiones. Ambos se han cumplido al pie de la letra siempre. No hay motivo para cambiar esto.
-El futuro está en el xymerald-acota el más joven de ellos. Su cara no le es familiar al emperador.
-¿Y este? ¿quién es?-cuestiona el viejo.
-Soy Ingmar, señor.
-Ingmar... ¿estuviste en el ejército?
-No. Soy analista económico.
-Bien. Cambiaremos eso.
-¿Perdón?
-Salís hoy mismo al área en conflicto, soldado.
-Pero...
-¡Pero nada! ¡vas a ir a esa guerra y lo mismo le espera a quién trate de contradecirme!
Con un chasquido de dedos da la orden a los guardias. Ingmar grita y patalea, entre lágrimas y rabietas. Se lo llevan a la fuerza. Partirá hoy mismo.
Nadie regresó nunca del área en conflicto. Él no será excepción.
***
Es tarde. Se reúnen una veintena de ellos en el centro de la comuna. Kurt y Arán escuchan con sobrada paciencia la conversación de los adultos.
-El problema es el xymerald-murmura el más viejo.
-¿Pero por qué?
-No puede extraerse. Está en una falla.
-¿Y eso qué significa?
-Que si se saca suficiente habrá un terremoto.
-¿De qué proporciones?
-No estoy seguro. Pero nuestros estudios revelan que será enorme. Podría incluso hundir Alzerán.
-¿Las siete islas?
-Eso me temo.
-Los invasores ya están cargando sus barcos con lo que pueden. Si llegan refuerzos estamos perdidos.
-Necesitamos formar un ejército. Ahora-dice la única mujer presente.
-¿Y con qué los armaremos? Forjamos herramientas, no espadas.
-Disculpen-dice con firme voz Kurt, interrumpiéndolos-creo que tengo una solución.
Se quedan en silencio. La voz, tan frágil, les llama la atención. Porque a pesar de ser joven posee edad.
No podrían explicar el porqué, pero asienten, le ceden la palabra. Quieren escuchar lo que tiene para decir. Tal vez porque ya han pensado en todo.
-Creo que el xymerald mismo puede ser un arma.
-¿Cómo?
MalditoLobo
04-05-2009, 02:03 AM
-Ese mineral... se supone que tiene propiedades místicas, ¿verdad?
-Sí. Sí, tiene propiedades... fuera de lo común-responde el anciano-contiene una cantidad enorme de energía. En grandes cantidades es incluso peligroso.
-Si es así-toma la palabra Arán-podemos estallarlos cuando aborden sus naves.
-Destrucción en masa... podría funcionar. Aún así, muchos quedarían en tierra.
-Exacto-dice Kurt-pero los números estarían más igualados. Podríamos intentar expulsarlos.
Dudan. Son gente de paz. Sólo piensan en soluciones violentas porque el tiempo y los efectos de la atrocidad los presionan. En otras circunstancias jamás hubiesen contemplado ideas como las que ahora debaten. Pero han sido días infernales. Han visto su cultura arrasada. Han visto morir a sus seres queridos. Han visto arder su tierra.
Poco les queda para perder.
Durante la noche trazan un plan. Algunos ocasionarán una distracción, ganarán tiempo para que alguien logre acercarse lo suficiente a los barcos como para desencadenar la energía concentrada dentro de los cristales.
El único voluntario para dar inicio a la explosión es Arán. Pocos de ellos tienen conocimientos metafísicos. Se sienten tan derrotados que no les importa que un niño sea carne de cañón o mesías.
Comienza al amanecer. Acechan en las sombras. Ven la enorme cantidad de soldados cargando las enormes cajas repletas de xymerald.
-Esto es mejor de lo que pensé-dice el anciano-la mayor parte de ellos está acá. No creo que queden muchos en otras áreas.
-Bien-murmura Kurt-síganme.
-Espera, niño-dice su interlocutor, tomándolo por el brazo-no te expongas. Esos guerreros van a descuartizarte.
Él los mira. No dice nada, su mirada habla por él.
-Alguien tiene que abrir el juego-señala Arán-él es tan buena opción como cualquier otro. Además, es el que menos miedo tiene.
Silencio.
Kurt inspira profundamente y corre contra los enanos. Veloz y ágil trepa por unas cajas, se ubica sobre ellos y emite, por vez primera, un feroz aullido.
El sonido desgarra la percepción de los alsirios. Han atestiguado por vez primera el grito de guerra que torcerá sus destinos. Su sangre es hielo. Un ardor desconocido incendia sus pulmones. Son los vaticinios de un mundo nuevo en el cual no hay lugar para ellos.
El niño salta sobre un enano y le hunde los ojos. Parte las piernas de los dos que acuden en su auxilio. Atónitos, los otros soldados no reaccionan.
¿Un crío de verdad está haciendo esto?
El resto salta desde las sombras en ese momento. Atacan como pueden, con palos y piedras, con ira y odio, con resignación que se transforma en locura.
Retroceden. Se atrincheran tras unas cajas de madera, cubriéndose de la lluvia de flechas que ya se abalanza sobre ellos.
Las cartas brillan sobre la mesa. Arán aprovecha la mano de suerte. Sube al barco, destapa una caja y contempla el preciado material. Xymerald, el signo de una era aún por arribar.
Comienza un cántico arcano. Algo que lo conecta, más allá de la física, a la energía que reside en los cristales.
Es el fulgor de las almas que agonizan por siempre; la vida de los nonatos, los que jamás ocuparán cuerpo alguno.
Él lo comprende. Poder en estado puro. No tiene voluntad, por eso puede ser manipulado. Se concentra como jamás lo hizo antes y busca en un laberinto de formas y siluetas, de significados y significantes la ecuación justa.
-¡No se rindan!-grita Kurt cuando los enanos corren hacia ellos en una estampida brutal.
Sus compañeros están asustados. No quieren morir, la sangre y un puñado de pacíficos recuerdos les gritan que huyan, que vivan un día más.
-¡No se rindan!-exclama una vez más el hombre atrapado en el cuerpo de un niño.
Es tarde. Ya corren, ya lo dejan solo, ya los enemigos lo rodean. Cierra los ojos. Recuerda las palabras de su maestro. Recuerda su misión. Y ve hacia dentro, hacia lo profundo de su mente. En las simas de la memoria ve su rostro.
-¿Saben lo que van a hacer?-dice en lengua alsiria.
-Otro que habla nuestro idioma...-murmura un soldado.
-No importa-acota otro-¡matenlo de una vez!
La oscura mirada del niño llena de dudas sus corazones. Aún así se lanzan sobre él. Se resiste, claro, pero no es rival -aún no- para un puñado de soldados. Quiebra unos cuantos huesos antes de caer al suelo. Gruñe, sabiéndose derrotado.
-Levantenlo-dice uno.
Dos soldados obedecen, tomándolo por los brazos.
-¿Qué es esto?-pregunta mostrándole su mochila.
-Nada de tu interés-responde él.
-Veamos-dice el militar-libro... libro... ¿qué idiomas son estos?
-Élfico, quenúa, zeránian-responde.
-Ya veo... mirá esto... Rutas Mercantes. Esto es alsirio, ¿de dónde lo sacaste?
-De la biblioteca del templo en el que viví.
-Eso explica algunos puntos-afirma mientras termina de revisar la mochila- ¿Una caja de plata?
-¡Deja eso!-exclama Kurt.
Los soldados ríen.
-Vaya-dice que el que los lidera-¿oro, tal vez? Lo que sea de seguro es más valioso que la propia caja.
Abre la caja, sentenciando a los presentes, y a una diáfana luz emana de ella. Al principio sólo los ciega, acariciando su piel, pero luego arde; es la combustión de un alma perdida.
Entre gritos y súplicas los enanos tratan de arrojarse al agua. Casi ninguno llega al borde del muelle y los que lo hacen ya han sido calcinados antes de saltar. El poderoso fulgor compite con la luz de la estrella que nace en el horizonte.
Kurt es inmune, al parecer. A ciegas busca la caja y la cierra por instinto. Sabe entonces que puede sobrevivir, aún cuando no comprende lo que ha ocurrido.
Presuroso, sube al barco en busca de su compañero, en busca del único que no escapó. Lo encuentra de rodillas frente al xymerald.
-No queda mucho tiempo, tenés que apurarte, Herr Arán-le dice. El otro no responde.
Por un segundo el mineral brilla iluminando el muelle en un esplender mortecino. Luego se apaga y rápidamente la superficie del cristal se vuelve negra.
-Vamos-le dice Arán irguiéndose-esto va a estallar pronto.
-¿Qué hiciste?
-Preparé una trampa.
Corren hacia la salida. Ya hay al menos cincuenta soldados esperándolos.
-¿Y ahora?
-Ahora al agua, ¿sabés nadar?-pregunta Kurt.
-No.
-Qué bueno, yo tampoco.
Van con dirección a la proa con los alsirios a sus espaldas.
-El tiempo se acaba-murmura aquel del cabello como la nieve.
-Lo sé.
Mientras huyen una neblina comienza a cubrir la zona.
-¡Rápido!-exclama el futuro mago-¡pronto va a estallar!
-Creo que ya no importa-dice señalando los soldados que los rodean.
-Eso es todo. Terminen con esto-ordena un militar.
Algo cruje. La neblina y la oscuridad se mimetizan mientras el sol los cubre ya en lo alto. El tiempo se muestra como una ilusión y el espacio como una entelequia.
Todos pueden verlo. Un lugar remoto que no es sino acá. Un momento que es un ahora, dentro de cuarenta años.
Un hombre que sueña con el horizonte ardiendo para honrar las lágrimas de un mundo.
Un anciano convertido en un monstruo por su propia voluntad empalado por su propio hijo.
Murallas que caen. Un mundo enfermo que regresa a la normalidad.
Y en lo alto de una montaña, un semi elfo maldito que tomó su nombre de un animal, escribiendo las reglas del futuro.
Contemplan los designios del universo durante una fugaz eternidad y luego aquello encerrado en los cristales termina su ciclo. Algo se hace demasiado grande en muy poco tiempo. Y estalla.
Los barcos y el muelle, en el centro del huracán, no son afectados por la energía, pero sí lo es el aire. El viento los esparce en cien direcciones distintas.
Los dos niños caen al agua, bajo dos toneladas de madera. La mayor parte de los soldados muere al caer en el suelo de la ciudad.
La onda expansiva arrasa el área, desintegrando edificios, exaltando las aguas, penetrando en la tierra y alcanzando las minas de xymerald.
Comienza una reacción en cadena. Se sacude el lecho del mundo. Se estremece la voluntad de Alzerán. Un terremoto forzado.
Las aguas reclaman esa tierra que fue Ningún Lugar por un siglo.
Todo se pierde bajo el mar. Una hora más tarde aún se escuchan los sollozos de una cultura muerta que no será recordada más que por un par de soñadores.
Dos horas más tarde las gaviotas, desconcertadas, dan la vuelta en el aire y parten con rumbo al sur, con rumbo al lugar del que vinieron.
Tres horas más tarde la calma puebla el desolado paraje. Ya nada queda, en la superficie, de lo que otrora fue el paraíso en la tierra.
Cien kilómetros al oeste una solitaria viga de madera es llevada por la corriente, con dos niños dormidos sobre ella, hacia los horrores nacidos de un puñado de almas decadentes. Hacia las costas de la hermandad de Ignis.
Llueve. Aún, las lágrimas de las alturas son insuficientes para purificar a los no-arrepentidos. Aún, un pecador viola un millar de santas sin castigo.
Próximo: Capítulo III “Ritos De Paso”
darkfede
04-05-2009, 04:27 AM
Muy bueno como siempre Lobo.
Ahora ponete a escribir el proximo xD
Saludos.
mig_rog
04-07-2009, 01:05 AM
buena feo :clapping5365:
sigue asi :thumb_up:
hugolituss
05-29-2009, 02:56 AM
................Lobo esta ??????..................................
.................................................. .........
.................................................. .................
...........Estoy buscando el teclado..................
.................................................. .
.................................................. ......................
.................................................. ......
.................Lobo esta ???.............................
.................................................. ........
.................................................. ..........
........Estoy tipeando la historia.................
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.................................................. .............
....................................
4/4/09, estemmm...paso un tiempito, no ????
Va con onda.
Nos vemos.
Hugo.
climene
05-29-2009, 03:50 AM
xD que buen juego infantil me hiciste recordar...
Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está, ¿Lobo está?
y considerando que es/somos de Syrtis... queda como guante
hugolituss
05-29-2009, 04:31 AM
Para, para, que aca enseguida sacan la calculadora y hacen cuentas, yo por las dudas aclaro, 42, XDD...
En serio, sabes que nostalgia tengo de esos dias en que mi mayor obsesion era treparme al ombu de la plaza despues del colegio...???....ahhhh, que lindo.......y pensar que ya no los puedo sacar ni a la esquina a estos salvajes, si no es la play es la pc, si no es la pc son los dibujitos, en fin, al menos los sabados hacen futbol uno y scout el otro, y en verano pileta, pero....estoy desvirtuando demasiado con mis desvarios, no le habia hallado el sentido que le encontraste al post hasta que lei lo tuyo, Clime...
Nos vemos.
Hugo
ListusMinimusHTTB
07-19-2009, 03:59 AM
Vamos Lobo!! Tu puedes hacerlo!!
Solo tienes que postear!!
:superpusso:
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