View Full Version : Mi llegada, mi destino [Relato]
PredatorHunter
02-04-2010, 06:12 PM
La nave aterrizó poco a poco en una pequeña colina, en medio de un bosque verde. Los animales huyeron cuando escucharon el sonido de los motores de combustión. La pequeña nave posó sus planchas de aterrizaje y los motores se fueron apagando. Apenas medía 8 metros de largo y 3 de ancho, pero tenía autonomía suficiente como para volar entre distintas galaxias. Era una nave exploradora, de un sólo ocupante, con motores sub-warp de tercera generación.
La cabina se fue abriendo, y dentro, el piloto iba apagando todos los sensores, comprobando que todo estaba correcto. El aire era respirable, con una buena cantidad de oxígeno. Sin duda, era un planeta fértil y habitable. Pero los que vivían en él, desconocían en esos mismos instantes del peligro que corren.
El piloto se bajó de la cabina de un salto y respiró profundamente. Era un alivio sentir aire puro cuando una persona se pasa semanas respirando el mismo aire reclicado.
Los rasgos del piloto eran humanos, estatura media y con un poco de musculatura. Sin embargo, iba equipado con una armadura de color naranja, hecha de un material que no existía en ese lugar, muy ligero y resistente. Llevaba el casco de piloto bajo el brazo para poder sentir el aire fresco en la cara. No cabía duda de que aquel planeta era un lugar maravilloso.
Pero ahora tenía que pensar en su misión y en los planes que le habían encargado. Han pasado ya muchos años desde que le recogieron, en otro mundo, en otro planeta. Él era un simple habitante de Sosaria, que luchaba contra aquellos que se oponían a la ley y a su Rey Arnold. Sin embargo, no pudo rechazar un ofrecimiento por parte de unas criaturas de un planeta muy lejano. La posibilidad de aprender de ellos, de entrenar con ellos y de saber más sobre su cultura.
Ahora era tan sólo un aprendiz de guerrero, ni siquiera ostentaba el rango de cazador, pero al menos, le habían ofrecido varias misiones para que se fuera formando. No era fácil estar a su nivel o cumplir con las exigencias que ellos pedían. Cada una de las misiones ponía en peligro su vida, y cualquier error, cualquier fallo, significaba su muerte. Esta era la tercera que le habían asignado. Un pequeño favor de unos amigos que él mismo conocía.
Exploró un poco los alrededores para asegurarse de que había escogido una buena zona de aterrizaje. La infiltración era primordial en esta misión. Tenía que hacerse pasar por un humano más, sin que nadie sospechara que era de otro planeta o que sabía demasiadas cosas sobre aquel mundo. Aparentar que era nuevo en aquel mundo era imprescindible.
Cuando comprobó que no había nadie, se fue quitando su armadura, donde debajo llevaba una de cuero normal y corriente. El material era muy parecido al que usaban alli, asi no levantaría sospechas. Claro, que también, estaría mucho más desprotegido ante los peligros que el bosque escondía, por lo que tendría que llegar pronto a la primera ciudad que encuentrase y buscarse algo mejor. Igualmente, su lanza de cuchillas dobles, regalo de un amigo que dio su vida por él, la tuvo que guardar.
Lo metió todo en un cofre y lo puso detrás del asiento del piloto. Cogió una pequeña mochila, donde tenía una cantimplora con agua, alimentos y también algo de oro, moneda que se usaba para comerciar en ese planeta. Se miró a si mismo y estaba satisfecho del aspecto que tenía. Pasaba completamente por cualquier humano del lugar.
Lo único que llevaba encima que era de tecnología alienígena, era una pequeña pieza circular, que parecía un trozo de madera, simplemente para despistar a cualquier curioso. Pasó su dedo por encima, haciendo como un garabato. El dispositivo reconoció los movimientos con el dedo y se encendió una luz verde en la parte frontal de la pieza.
En ese momento, la pequeña nave encendió los motores y empezó a ascender poco a poco. Dos minutos más tardes, la nave se encontraba ya sobrevolando la atmósfera, volviendo a la base principal.
Se adentró en el bosque, a paso ligero, hasta llegar a una cuesta. Desde arriba de la colina, podía ver la aldea de Ilreath. Marcaba uno de los puntos de la frontera del reino de Syrtis, lugar donde los comerciantes y aventureros llegan para conocer más a fondo el reino de los elfos.
Si bien es cierto que se permite la entrada a los humanos, a los elfos no les agrada demasiado su presencia. Pero su raza ahora no es que esté en su mejor momento tras la separación que tuvieron con sus hermanos, los drows. Necesitaban la ayuda de los humanos para poder seguir manteniendo su reino a salvo. Lo importante de Syrtis son sus conocimientos de la magia, y que serían necesarios para su misión.
Durante meses, el planeta fue investigado por varios de sus compañeros. Habían conseguido reunir bastante información. El continente donde se hallaba estaba sumergido en una guerra constante entre tres reinos: Alsius, Syrtis e Ignis.
Se miró cuál de los tres podría ofrecerles ayuda para la misión. Alsius no parecía contar con los conocimientos de la magia necesarios para encontrar conseguir el objetivo de la misión. Los habitantes de Ignis no estarían dispuestos a ayudarles para salvar el reino vecino de Syrtis, pues les
guardan rencor a los hermanos que los desterraron.
El reino de los elfos parecía la mejor opción, al contar sobretodo, con bibliotecas con mucha información sobre la magia. Lo malo, es que habría que infiltrarse muy bien para poder operar en Syrtis.
En este momento, dicho reino se encontraba en un grave peligro, aunque ninguno de ellos lo supiera. Para eso le habían enviado, para advertir del peligro y encontrar la manera de defender dicho reino, pues su desaparición significaría el final de dicho planeta.
Sin más dilación, se puso nuevamente en marcha, bajando la cuesta y fijándose en las personas que habitaban la aldea.
Predator Hunter había llegado.
climene
02-04-2010, 06:34 PM
Aliens en Regnum!, Ya sabía que había una razón para las cosas extrañas que pasan...
dale, síguele!!
PredatorHunter
02-05-2010, 11:40 PM
xDDD. Dicho relato tiene parte de relación con la historia de este personaje.
Es ilógico pensar que un humano nazca en un reino, y su padre le ponga el nombre de "Predator Hunter" ¿no? xDDD. Tenía que buscar otra historia que contara cómo llegó a adoptar aquel nombre :)
Quizás un día me anime y ponga aqui esa historia, para que sepan los orígenes de mi personaje.
Por cierto, he editado el post para corregir algunas cosas y añadir un par de párrafos más. No me dio tiempo a volver a leer el texto, y por eso, tenía algunos fallos. Ahora ha quedado mejor.
Shiriki
02-06-2010, 01:24 AM
Genial ^^! medieval con sci-fi!
PredatorHunter
03-04-2010, 11:56 AM
Seguimos con el relato, continuación del anterior :)
Seguía el camino que llevaba hasta la primera aldea del reino, Ilreah. Era un pueblo fronterizo con el mar, situado al oeste de Syrtis. Lo cierto es que son pocos los barcos que vienen por el oeste hasta dicha isla, aunque siempre se deja que atraquen sin problemas; claro está, mientras el barco no sea de Alsius o de Ignis.
El guerrero llegó hasta una estructura algo extraña, una especie de cúpula pequeña, de forma circular. Allí se encontraban varios habitantes del reino, que no parecían extrañarse por su presencia. Uno de ellos se le acercó y le habló:
- ¡Hola, humano! Bienvenido al Reino de Syrtis. Mi nombre es Rulec y soy un guía. – le dijo mientras hacia un movimiento con la mano a modo de saludo.
El guerrero se quedó extrañado de este recibimiento, y más por parte de un elfo. ¿No se suponía que no toleraban a los humanos?
- Eh… hola Rulec. Un placer. Mi nombre es Predator Hunter. ¿Qué hace un guía en esta parte de la colina? Desde aquí, se puede ver perfectamente la aldea.
- Sí, tenéis razón, pero mi misión no es llevaros hasta la aldea, sino informaros de la situación del reino.
- Ah… - Predator quedó aun más extrañado. - ¿Desde cuándo los elfos sois tan hospitalarios con los humanos? – preguntó de forma directa. La sutileza no era lo suyo.
Rulec le echó una mirada seria ante tal pregunta. Estaba claro que se sintió algo ofendido, pero aun así, puso su mejor cara para contestarle.
- Hace ya mucho tiempo que humanos y elfos vivimos juntos y sin problemas. Lo cierto es que, con la llegada de los humanos, el comercio exterior creció bastante, sobretodo con el reino de Alsius, con quienes mantenemos ahora mismo relaciones neutrales.
- ¿Relaciones neutrales con Alsius? Pensaba que estaban en guerra.
- En parte sí, aunque nuestros dirigentes están ya cansados de tanta lucha. Pero eso no quita que algunos habitantes, tanto de un reino como otro, sigan enfrentándose más allá de las murallas del reino.
Bueno, no quiero entretenerle más. Si necesita más información, no dude en preguntarme. Ahora quiero presentarle a mi amiga Coral.
Una guerrera elfa, equipada con una armadura plateada y con bordes verdes se acercó hasta la zona donde estaban charlando. Aun para ser una hembra, era bastante alta, casi de la misma altura que Predator Hunter.
- Maare tulde, guerrero. Yo soy Coral, guardia de esta zona y encargada de vigilar la zona oeste del poblado.
- Un placer, Coral. – le dijo Predator mientras hacía la misma expresión con la mano que antes había hecho Rulec ante él.
- ¿Qué os trae por aquí, atan?
- Pues soy un aventurero, que va de un reino a otro, y he venido a conocer dicho continente. Por lo que sé, los tres reinos están en guerra.
- Así es, aunque ahora hay más tranquilidad desde que Alsius y Syrtis parecen mantener una posición neutral entre ellos. ¿Sois de más allá de las aguas del oeste?
- Sí, vine en un pequeño barco desde el puerto de Caldim, aunque nací en las montañas de Istvan.
Predator sabía que, en alguna ocasión, barcos desde dicho puerto transportaban a personas hasta dicha isla. Desde hacía algunos años, Syrtis era más abierto ante los forasteros, aunque más por necesidad que por otro motivo. Por eso mismo, muchos habitantes de Syrtis no toleraban a los que venían de fuera. Pero parecía que esa información no era del todo cierta. Tanto Coral como Rulec no mostraban dichos sentimientos.
Sin embargo, Coral no tenía claro cuál era el propósito del guerrero. Sabía que había algo raro en él, y que le estaba dando demasiada información para ser un humano de fuera. Aun así, por su aspecto y el equipo que llevaba, su historia parecía cuadrar. Una espada corta como única arma, una armadura fina de cuero y poco más.
Muchos eran los aventureros que venían con tan sólo lo que tenían a buscar suerte por Syrtis, Alsius o Ignis.
Justo cuando Coral iba a preguntar algo más, se escuchó un grito, procedente de la cuesta que iba hasta el poblado. Un hombre, vestido con rompa de mercader, estaba siendo atacado por un pequeño grupo de goblins. Al instante, los dos guardias que estaban al final de la escalera, salieron en ayuda del mercader. Coral se acercó hasta la escalera y se puso en medio, por si los goblins atacaban a los que estaban bajo la cúpula.
Predator no lo pensó dos veces, y se lanzó escaleras abajo, para acabar con los goblins. De fondo escuchó a Coral gritarle “¡Vuelve, es peligroso!”
El mercader pudo conseguir huir, protegido por los guardias, y se dirigió hacia las escaleras, para ponerse detrás de Coral. Los dos guardias de Syrtis peleaban con mucha soltura. Los goblins apenas podían hacer nada ante sus armaduras y sus armas. Pero lo preocupante era su número, que cada vez aumentaba. Por cada goblin abatido, aparecían dos más. Además, un grupo de lobos se acercaban también, pero no iban a por ellos, sino que se desviaban hacia las escaleras. Uno de los guardias los vio, pero no podía interceptarles el paso, ya que eso significaba dejar solo a su compañero.
Cuando el guerrero extranjero llegó hasta ellos, le dijo:
- ¡Ayuda a mi compañero con los goblins, yo voy por los lobos!
Dicho esto, salió corriendo a por el grupo de lobos, y Predator se puso al lado del otro guardia.
Ante la gran cantidad de enemigos, usaron una formación de combate defensiva. Espalda contra espalda, los dos guerreros se cubrían mutuamente, moviéndose en un círculo que los goblins no podían atravesar. El estilo de lucha de estos pequeños pielesverdes era demasiado rudimentario. No hacían fintas, no hacían nada para esquivar los ataques de los dos guerreros. Tan sólo atacaban con gran fervor, pero nada más.
Las tácticas de combate que había aprendido Predator eran más que suficientes para vencer a dichos goblins. Sus dagas eran repelidas por la espada corta que llevaba, y sus ataques descendentes en diagonal provocaban varios heridos entre los goblins. Viendo que no podían ganar, las criaturas se retiraron y se marcharon colina abajo, hasta perderse entre los árboles. El guardia iba a darle las gracias a Predator, pero entonces vio a su compañero en un serio aprieto. Los lobos lo tenían acorralado. Las garras y las fauces eran más peligrosas que las dagas de los goblins.
Los dos fueron en ayuda del guardia syrtense, que tenía pequeñas heridas por el cuerpo, pero nada grave.
Los lobos no eran simples goblins que sólo atacaban sin pensar. Estos parecían atacar mejor en grupo, y en cuanto vieron a los dos guerreros acercarse, cuatro de ellos les cortaron el paso para impedir que se unieran a su compañero, y formar un grupo de tres, donde la ventaja sería para los guerreros.
Predator lanzó un golpe en vertical, pero el lobo lo esquivó sin mayores problemas. El lobo intentó morderle en el brazo, pero no lo consiguió.
En ese momento, el otro lobo se abalanzó sobre Predator para morderle en la yugular. Por puro instinto, colocó su espada hacia delante, y cuando el lobo lo tiró al suelo, la espada se clavó hasta la empuñadura.
Predator cayó de espaldas, con el lobo muerto encima. Podía oler el mal aliento del mamífero. Pero ahora mismo, tenía otro problema encima, y es que el otro lobo, viendo la oportunidad de que el humano estaba en el suelo, se tiró también encima de él. Predator pudo sacar la espada incrustada y rodar hacia su izquierda. Esquivó el ataque del segundo lobo, pero lo tenía muy cerca, y con tan sólo extender una de sus garras, podía acabar con su vida. El guerrero intentó ponerse de pie lo más rápido posible, esperando un ataque certero del lobo, pero no se produjo. Una espada larga había acabado con la vida del lobo, al cortarle la cabeza.
El guardia que había acompañado a Predator se había deshecho enseguida de los dos lobos que fueron a por él, y había ido en ayuda de Predator.
Estaba claro que no era la primera vez que se enfrentaba a los lobos.
Cuando Predator se incorporó del todo, los dos se unieron al otro compañero, que seguía luchando contra el resto de la manada.
Pero los lobos se retiraron antes de que se reunieran, pues al estar los tres juntos, era inútil seguir con la pelea. Los dos guardias se estrecharon la mano y se dieron palmadas en la espalda, satisfechos de la labor que habían hecho. Luego, se volvieron a Predator, y uno de ellos le dijo:
- Gracias por tu ayuda, guerrero. Mi nombre es Rothel y él es Utelor. ¿Cuál es el tuyo?
- Mi nombre es Predator Hunter.
- Pues peleas bastante bien. No es fácil luchar contra esos lobos cuando no conoces sus ataques. Nosotros llevamos ya muchos años defendiendo este lugar, y sabemos muy bien como piensan y atacan.
Predator se quedó mirando las caras de los dos guardias, tapadas un poco por los cascos que llevaban. Por sus rasgos, estaba claro que eran elfos. Luego, miró atrás, hacia la cúpula, donde se encontraba Coral en las escaleras, con un lobo muerto delante de ella. Parecía que, durante la lucha, uno de los lobos pudo pasar inadvertido y dirigirse hacia la cúpula, pero Coral le había impedido el paso.
Los tres guerreros se acercaron hasta las escaleras, donde Coral los estaba esperando.
- Me has sorprendido, Predator. No esperaba que manejaras la espada con tanta soltura.
- Gracias.
- Sin embargo, hay criaturas mucho peores que los lobos y los goblins en nuestro reino, y esa espada, no te servirá contra ellos. Es mejor que vayas hasta la aldea y hables con Acael. Te indicará dónde podrás encontrar a la entrenadora de guerreros. Ella te dará varios consejos y un nuevo equipo.
- Muy bien. Muchas gracias por la información, Coral. Espero volverles a ver.
Cuando Predator se puso en movimiento hacia Ilreah, Coral le dijo:
- Espera. Utelor, acompáñale hasta la aldea.
Predator se quedó muy extrañado, y le preguntó a Coral:
- ¿No me dijiste que había peleado bien? ¿No te fías de que pueda defenderme?
- No es eso. Últimamente, estamos recibiendo muchos ataques de lobos y goblins. Quiero que Utelor eche un vistazo por el este. Ya que tú también vas en esa dirección, podéis ir los dos juntos.
La excusa no le pareció del todo convincente, aunque tenía su lógica. Así pues, Predator asintió y, junto con Utelor, se dirigieron al poblado de Ilreah.
danerot
03-04-2010, 10:48 PM
la historia se ve interesante, y siento que lo sera todavia mas. esta claro que no queres dejarlo asi. cuando tengas lista las siguiente parte posteala, que ya tengo ganas de seguir leyedo jajajaXD
PredatorHunter
05-06-2010, 10:06 AM
Tercera parte del relato que continúa con la historia :)
El paseo hasta Ilreath estaba siendo bastante ameno. Predator pudo conseguir bastante información del guardia Utelor, quien estaba encantado de contar todo lo que había pasado las últimas décadas.
- ¿Qué tipo de criaturas puedo encontrar en este reino, Utelor? – le preguntó Predator.
- Pues bien, puedes encontrarte de todo tipo. Pero yo diría que los Orcos y los Cíclopes son los más peligrosos. Aun así, si decides entrar en el Bosque de Myil, ten cuidado con los escarabajos. O peor aun, en el Bosque de Arvanna… - su voz se volvió en un susurro cuando dijo el nombre de este bosque.
- ¿El Bosque de Arvanna?
- Sí, allí es donde vive el Gran Escarabajo Sambro.
A Predator le sonaba algo el nombre, de haberlo leído en algunos de los informes que había estado leyendo durante su viaje intergaláctico.
- Me suena ese nombre…
- Vaya, ¿Así que Sambro es famoso más allá de Syrtis?
- Sí, pero no recuerdo ahora qué tenía de especial ese Sambro.
- ¿Qué tiene de especial? Pues que es el Rey de los Escarabajos. Es enorme, con una fuerza increíble, y su caparazón es capaz de resistir hasta las lanzas más poderosas. Además, cuenta con el favor de los espíritus del bosque, y no deja que los humanos, o incluso nosotros, los elfos, nos acerquemos hasta Arvanna.
- Ya veo. Así que es un rival difícil…
- Jajaja. ¿No estarás pensando en intentar acabar con él?
- ¿Yo? Bueno, quien sabe. – dijo Predator con una sonrisa.
Utelor no contestó, puesto que pensaba que, en cuanto Predator viera el tamaño de Sambro, saldría corriendo y se lo pensaría dos veces antes de atacarlo.
- Por cierto ¿Cómo es que ahora hay una neutralidad entre Alsius y Syrtis?
- Verás, hace unos meses, los dirigentes de un reino como de otro, decidieron dejar atrás sus diferencias. Es cierto que los enanos o los uthgars no son muy propensos a las negociaciones, pero los humanos parecen haberles convencidos. Al igual que aquí, los elfos tampoco estábamos de acuerdo, pero preferimos tener sólo un frente abierto en vez de dos. Ya nos cuesta mantener a raya a nuestros hermanos oscuros.
Todo parecía tener sentido, y Predator no pensaba que Utelor le estaba mintiendo.
Cuando estaban a unos pocos metros de la aldea de Ilreath, Utelor se despidió para seguir hacia el este. Predator se fue acercando hasta la entrada de la aldea. Lo cierto es que no era muy grande, pero servía como punto de partida para todos los que venían desde el extranjero.
En la entrada, estaban dos guardias, que se quedaron mirando al nuevo guerrero que se acercaba. Predator se acercó y preguntó:
- ¿Quién es Acael?
- Yo soy Acael – dijo uno de los guardias.
- Me envía Coral.
- Sí, ya veo que eres un extranjero. ¿De dónde vienes?
- Del puerto de Calim.
Durante unos segundos, Acael le estuvo observando, por si veía algo raro. Pero la propia Coral lo había mandado hasta allí, lo que significa que ella ya se había encargado de que no fuera un espía o un asesino contratado por otro reino.
- Bien, pues en ese caso, bienvenido a la aldea de Ilreath. Puedes pasar y hablar con los ciudadanos. Si tienes alguna duda, puedes preguntarle a nuestro pregonero, Ilens.
- Muy bien, muchas gracias Acael.
Dicho esto, Predator entró en la aldea. A su izquierda y a su derecha se levantaban pequeñas casas, donde la gente iba y venía, mirando los puestos de los distintos mercaderes. De alguna de las casas, se podía ver salir humo, pero no un humo negro de fuego, sino uno más transparente. Un olor embriagador de comida inundó las calles.
Parecía que Predator no iba a tener mucho tiempo para ver los puestos, ya que ahora mismo, cerrarían la mayoría para irse a comer. La calle llegaba hasta una plaza, donde un gran árbol estaba puesto en el medio, y varios guardias charlaban en el lugar. Uno de ellos era bastante alto y fuerte. Por su aspecto, parecía ser un humano. La mayoría de los guardias eran elfos o elfas, pero también se contaban con humanos y humanas.
- Vaya, un nuevo visitante. – le dijo un hombre por detrás a Predator. El guerrero se dio la vuelta y pudo ver a un humano de mediana edad.
- Perdona, no quería asustarte. Mi nombre es Ilens.
- ¿Eres el pregonero de la aldea?
- Así es. Veo que has estado hablando con Acael. Por tu aspecto, diría que eres un guerrero ¿verdad?
- Sí, así es.
- Bien, en ese caso, te aconsejo que antes que nada, vayas a visitar a Gaeta.
- ¿Gaeta? ¿Es un guerrero también?
- No, es una guerrera, una entrenadora mejor dicho. Y de las mejores. Te enseñará muchas cosas sobre nuestro reino y algunos consejos de armas que puedes usar.
Predator lo estuvo pensando durante unos segundos. Lo cierto es que le vendría bien toda esa información para poder moverse mejor por Syrtis.
- Muy bien, iré a ver a Gaeta. Gracias Ilens.
- A ti. Espero volver a vernos.
Dicho esto, siguió su camino, no sin antes indicarle a Predator dónde se encontraba Gaeta en la aldea.
La guerrera iba equipada con una armadura de placas ligera. Cuando vio a Predator acercarse, le dijo:
- ¡Tú! ¿Eres un guerrero?
- Pues… sí, lo soy.
- Pues no tienes pinta de guerrero… ven aquí que te mire mejor.
Predator se acercó mientras Gaeta lo examinaba.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Predator Hunter
- Bien Predator… vas a tener que mejorar muchas cosas si quieres convertirte en un buen guerrero. Para empezar, la espada que tienes no es mala, pero necesitarás una mejor si quieres ir hasta el bosque. Toma, ten esta.
Gaeta cogió una de las muchas espadas que tenía dentro de un baúl, detrás de ella. La espada que le dio era un poco más ligera y manejable.
- Con esa no tendrás problema para matar a los lobos y osos del bosque.
Mientras Predator manejaba la espada con su mano derecha, Gaeta lo siguió mirando. Su forma de sujetar la espada, de moverla con el brazo…
- Predator, quiero que hagas una prueba.
- ¿Cuál prueba?
- ¿Ves esos muñecos que hay allí?
Cerca de la valla de la aldea, habían unos muñecos plantados dentro de una zona circular.
- Sí, los veo.
- Pues bien, quiero que destroces esos muñecos con la espada. No te preocupes si los rompes, hay bastantes de repuestos.
Predator se acercó hasta la zona y se plantó delante del primer muñeco. Con varios mandobles de arriba a abajo, acabó con el primero. Luego, con una estocada, acabó con el segundo. El tercero fue también una sucesión de golpes. Gaeta miraba con atención a Predator. Estaba claro que había aprendido en algún lugar a manejar la espada, pero su estilo seguía siendo el de un novato. Cuando volvió junto a la entrenadora, esta le preguntó:
- ¿Dónde has aprendido a manejar la espada?
- En las montañas de donde vengo has de aprender a defenderte. De otra manera, no podrías sobrevivir.
Gaeta no parecía del todo convencida, pero la explicación tenía su lógica.
- Muy bien, en ese caso, no tengo mucho más que enseñarte, pero te daré algunos consejos. Tienes que mejorar tus movimientos y hacer los golpes más rápidos. No levantes tanto la espada cuando vayas a ejecutar un golpe descendente.
Predator hacía como que prestaba atención, pero realmente, todas esas cosas ya las sabía. Su papel era el de un guerrero recién llegado, buscando fortuna en un nuevo reino. Si desde un principio, mostraba todo su potencial, levantaría demasiadas sospechas.
- Los osos del Bosque son muy peligrosos, ten cuidado con ellos. Sin embargo, lo que más debe preocuparte son los Goblins, que atacan en grupo. Para matarlos, es recomendable que busques ayuda de otros aventureros.
- Muy bien, gracias por tus consejos Gaeta. – dijo Predator.
El guerrero volvió a la plaza central de la aldea, donde dos guardias hablaban con el guardia que había visto antes, el humano tan alto. Este parecía ser el de mayor rango. Los dos guardias salieron corriendo, hacia la cascada que no estaba muy lejos de allí. El guerrero decidió preguntar lo que pasaba:
- ¿Ocurre algo, señor? – le dijo al guardia de mayor rango.
Lo miró con detenimiento, y luego dijo:
- ¿Quién eres?
- Mi nombre es Predator Hunter, acabo de llegar a la aldea.
- El mio es Ahlob, y soy el jefe de la guardia en Ilreah. Ahora mismo, no necesitamos a ningún novato para que nos ayude.
Tras decir esto, Ahlob dio media vuelta y se marchó. Predator sospechaba que algo pasaba. Sin embargo, cuando estaba apunto de marchar tras los guardias y ver lo que sucedía, una joven elfa se le acercó.
- Señor, ayudadme, por favor. – le pidió ella, con las manos entrecruzadas.
Un poco a regañadientes porque no podía seguir a los guardias debido a esta intromisión, Predator miró a la chica y le dijo:
- ¿Qué os ocurre?
- Mi hermano aun no ha vuelto del Bosque de Marelah. Han pasado ya tres días. Algo ha tenido que ocurrirle.
- ¿El Bosque de Marelah?
- Sí, es un bosque que está pasando la cascada Salto Grande.
- ¿Habéis avisado a los guardias para que os ayuden?
- Sí, lo hice, pero están demasiado ocupados en otros asuntos. Es la única familia que me queda… - dijo ella mientras se tapaba la cara con las manos y se ponía a llorar.
Predator no podía hacer caso omiso de dicha petición. Lo cierto es que desde siempre, le habían enseñado que la misión era lo más importante. Debía cumplirla a cualquier precio. Pero aun le quedaba parte humana dentro de él, y no podía evitar en pensar en la pequeña elfa si se quedaba sola.
Predator suspiró y luego, su rostro cambió a un semblante más serio. Miró a la chica y le dijo:
- ¿Cuál es vuestro nombre?
- Mi nombre… es Tudruel. – dijo ella entre sollozos.
- Tudruel, encontraré a tu hermano, no te preocupes.
- De acuerdo… se llama Ethrihil. Traedle de vuelta, por favor.
Sin decir nada más, Predator salió de la aldea y se encaminó hacia el bosque. Esperaba que la espada que le dio Gaeta fuera suficiente para protegerse de las criaturas que moraban por allí; pero también esperaba que Ethrihil aun siguiera vivo.
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