congomanliveup
06-06-2011, 07:58 AM
Es invierno y hace frío. El farol que se alza sobre la vereda a la que da mi ventanal, amenaza con dejarme tranquilo. La luz del foco comienza agonizar y con ella los miles de bichitos que se crian en la lámpara. Estoy un rato acechándola con mis ojos, como convenciéndola de que perezca de una vez. Hago tanta fuerza que por unos segundos ensayo una jaqueca. Hasta que al fin mi deseo primitivo de quedarme a oscuras se concreta. La luz se apaga y encuentro algo de calma.
Ahora hace frío y además estoy solo. Hay una radio en AM que siempre se dispone a regalarme voces de realidades mas miserables que la mía a modo de consuelo, pero está apagada. La sola presencia de el aparato empieza a incomodarme. Tengo miedo de tentarme y prenderlo. De ponerme a buscar voces que suenen a ceniceros rebalsados de colillas de cigarros baratos, a vasos de vino con borra espeza, a nostalgias tangueras, a bigotes descoloridos .. tengo una campera a mano, la arrojo sobre el aparato.
La campera casi que abraza con perfección la radio, como abrigando a todas esas voces quebradizas. Pienso en mi renegada misericordia, en que justo los abrigué con mi campera en una noche de frío. Pero mi sacrificio yace imperceptible a los ojos de los demás, no hay nadie que pueda atestiguar el momento.
Afuera un perro se lamenta. Su quejoso aullido estorba mi ansiedad por enmudecer la escena. Hay una de las dos puertas del ventanal entreabierta. Asomo primero la cabeza sin poder divisarlo. La frustración me empuja del todo hacia afuera. Camino el balcón de punta a punta, estoy descalzo, puedo sentir todos los granitos de tierra clavándose en las plantas de mis piés.
Hay una botellita de licor de arándanos escondida en algun rincón de mi cuarto. Vuelvo despues de un tiempo a reconciliarme a oscuras con su sabor. Le doy uno, dos y tres besos. Es como un capricho ancestral, que mas que un gusto, busca encender un recuerdo apagado. Pero apenas me ofrece un calor solemne en la boca, que al minuto siguiente, apago con tabaco.
El domingo se me va en cenizas de cigarros que apenas fumo, mientras la consciencia trabaja por lo bajo preparando una jugada, asegurándose de desvelarme. Mi cuerpo busca el sueño entre las sábanas. Me abrazo a la almohada durante algunos minutos hasta que doy por perdida la batalla.
Vigilia, again...
Para cuando acepto mi estado me encuentro de pie, y trato de esbozar una mueca risueña, la sonrisa del perdedor asumido que tantas veces regalo a quienes hago creer que me derrotan ... pero es en vano, tengo la boca dura dura como una piedra.
El espejo me confirma la oscura sospecha. Los ojos están otras vez perdidos en un punto indefinido y mis gestos no me responden. Se acabó la función, las luces se apagaron. Soy yo mismo de nuevo.
Que tan duro puede ser esta frente a uno mismo?
Es la luna la que inquieta mis adentros, la que embravece cualquier charco de consciencia empantanada, convirtiéndolo en un mar que inunda de sal las verdades cuál heridas a medio cerrar .. y es en ese intento de ardor, de cada escena consumada, en que lo real vuelve a encenderse.
.... algunos matices quedan en pie, a traves de esos colores se puede ver los restos de un personaje. La sal termina por erosionar todo lo que el mar no arrastra, consumiendo lo poco que queda de un disfraz que ya no quiere convencer a nadie.
El tiempo se hace agua bajo mis pies, vuelvo a sumergirme en un fuentón donde nadan mis realidades. Todas están flotando, renovándose. Son livianas y manejan cierta autonomía. En el fondo sigo yo, digitando un espacio para cada una, tratando de encajar en lo que pretende de mi un mundo que no me convence.
Soy un ídolo de barro en la cima de una montaña que nadie escala, un templo escondido que nadie visita, un arbol que crece solo en raíces. Soy una noche entre todas las noches.
Solo espero que la vida me sorprenda.
Caminando solito.
http://www.youtube.com/watch?v=kXZoxoNvZv8
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Ahora hace frío y además estoy solo. Hay una radio en AM que siempre se dispone a regalarme voces de realidades mas miserables que la mía a modo de consuelo, pero está apagada. La sola presencia de el aparato empieza a incomodarme. Tengo miedo de tentarme y prenderlo. De ponerme a buscar voces que suenen a ceniceros rebalsados de colillas de cigarros baratos, a vasos de vino con borra espeza, a nostalgias tangueras, a bigotes descoloridos .. tengo una campera a mano, la arrojo sobre el aparato.
La campera casi que abraza con perfección la radio, como abrigando a todas esas voces quebradizas. Pienso en mi renegada misericordia, en que justo los abrigué con mi campera en una noche de frío. Pero mi sacrificio yace imperceptible a los ojos de los demás, no hay nadie que pueda atestiguar el momento.
Afuera un perro se lamenta. Su quejoso aullido estorba mi ansiedad por enmudecer la escena. Hay una de las dos puertas del ventanal entreabierta. Asomo primero la cabeza sin poder divisarlo. La frustración me empuja del todo hacia afuera. Camino el balcón de punta a punta, estoy descalzo, puedo sentir todos los granitos de tierra clavándose en las plantas de mis piés.
Hay una botellita de licor de arándanos escondida en algun rincón de mi cuarto. Vuelvo despues de un tiempo a reconciliarme a oscuras con su sabor. Le doy uno, dos y tres besos. Es como un capricho ancestral, que mas que un gusto, busca encender un recuerdo apagado. Pero apenas me ofrece un calor solemne en la boca, que al minuto siguiente, apago con tabaco.
El domingo se me va en cenizas de cigarros que apenas fumo, mientras la consciencia trabaja por lo bajo preparando una jugada, asegurándose de desvelarme. Mi cuerpo busca el sueño entre las sábanas. Me abrazo a la almohada durante algunos minutos hasta que doy por perdida la batalla.
Vigilia, again...
Para cuando acepto mi estado me encuentro de pie, y trato de esbozar una mueca risueña, la sonrisa del perdedor asumido que tantas veces regalo a quienes hago creer que me derrotan ... pero es en vano, tengo la boca dura dura como una piedra.
El espejo me confirma la oscura sospecha. Los ojos están otras vez perdidos en un punto indefinido y mis gestos no me responden. Se acabó la función, las luces se apagaron. Soy yo mismo de nuevo.
Que tan duro puede ser esta frente a uno mismo?
Es la luna la que inquieta mis adentros, la que embravece cualquier charco de consciencia empantanada, convirtiéndolo en un mar que inunda de sal las verdades cuál heridas a medio cerrar .. y es en ese intento de ardor, de cada escena consumada, en que lo real vuelve a encenderse.
.... algunos matices quedan en pie, a traves de esos colores se puede ver los restos de un personaje. La sal termina por erosionar todo lo que el mar no arrastra, consumiendo lo poco que queda de un disfraz que ya no quiere convencer a nadie.
El tiempo se hace agua bajo mis pies, vuelvo a sumergirme en un fuentón donde nadan mis realidades. Todas están flotando, renovándose. Son livianas y manejan cierta autonomía. En el fondo sigo yo, digitando un espacio para cada una, tratando de encajar en lo que pretende de mi un mundo que no me convence.
Soy un ídolo de barro en la cima de una montaña que nadie escala, un templo escondido que nadie visita, un arbol que crece solo en raíces. Soy una noche entre todas las noches.
Solo espero que la vida me sorprenda.
Caminando solito.
http://www.youtube.com/watch?v=kXZoxoNvZv8
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