Prefieres el derecho a la copia o el derecho a hablar en privado?

[sobis]

Hace cinco años, cuando fundé el primer Partido Pirata Suizo, establecimos tres pilares de nuestra política: Cultura compartida, Conocimiento libre y Privacidad fundamental. Estos eran temas que eran escuchados como ideales en los respetados círculos activistas. Tuve un presentimiento de que estaban de alguna manera conectados, pero me tomaría otro par de meses conectar los puntos entre el derecho a la libertad fundamental a la privacidad y el derecho a compartir la cultura.

Esta conexión era tan obvia una vez se había hecho que aun es uno de nuestros mejores puntos: El nivel actual de derechos de autor no puede coexistir con el derecho a la comunicación privada

Si envío un correo electrónico, ese correo puede contener una pieza musical. Si estamos en un video chat, yo puedo pasar un video clip licenciado para que ambos lo veamos. La única manera de detectar esto, con el fin de fortalecer los niveles actuales de derechos de autor, es eliminando el derecho a la correspondencia privada. Es decir, espiando en todos los “unos” y “ceros” que circulan entre los computadores.

No hay manera de permitir el derecho a la correspondencia privada para ciertos tipos de contenido pero no para otros: Habría que romper el sello y analizar los contenidos para clasificarlo entre permitido y prohibido. A esta altura, ya el sello está roto. O hay un sello para todo o no lo hay para nada

Así, estamos en caminos cruzados. Nosotros, como sociedad, podemos decir que los derechos de autor son la cosa más importante que tenemos, y renunciar al derecho de hablar en privado. Es eso, o decimos que el derecho a la correspondencia privada tiene más valor, en cuyo caso, tal correspondencia puede ser usada para transferir trabajos licenciados. No hay punto intermedio.

Una vez se acepta que los derechos de autor deben ser re evaluados, una gran paleta de ventajas a ese escenario se hacen visibles. Dos billones de seres humanos tendrían acceso 24/7 a toda la cultura y el conocimiento colectivos humanos. Ese es un salto más grande para la civilización que cuando las bibliotecas públicas llegaron en 1850. Sin ningún costo público ni impuestos. Toda la infraestructura está dispuesta. La tecnología se ha desarrollado, y las herramientas están desplegadas: lo único que tenemos que hacer es quitarle la censura a usarlas.

Lo que recientemente me sorprendió fue el nivel de entendimiento de esto en la industria de derechos de autor, y cómo persistentemente tratan de erradicar el derecho a la correspondencia privada con tal de salvaguardar los disputados niveles actuales de derechos de autor.

Un cable filtrado por Wikileaks justo antes de Navidad mostraba una lista dada al gobierno Suizo con demandas de la industria de derechos de autor estadounidense IIPA. La embajada de los Estados Unidos estuvo muy agradecida en como el departamento de justicia Suizo estuvo “hasta el cuello” e hizo un considerable progreso en las demandas en contra de sus propios ciudadanos, pero a favor de la industria de derechos de autor estadounidense.

En dichas demandas estuvieron casi todas las leyes Gran Hermano promulgadas en los últimos años. La retención de datos, la ley anti-piratería IPRED, tres huelgas, acceso policial a los registros IP por crímenes menores, la abolición de la inmunidad de la mera transmisión en mensajería, todo estaba ahí.

Se hizo claro que la industria de derechos de autor esta conllevando activamente a una sociedad Gran Hermano, como entiende que este camino será el único que salve a los derechos de autor.

Yo personalmente pienso que es más que hora de sacar esta industria de los procesos legislativos.

Rick Falkvinge es un columnista regular en TorrentFreak, compartiendo sus pensamientos cada viernes. Es el fundador del Partido Pirata Suizo, un aficionado del whisky y un motociclista de baja altura. Su blog en http://falkvinge.net/ se enfoca en políticas de información.

Fuentes:
Partido pirata
Fuente original(en ingles)

Yo de momento.....