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05-15-2018, 05:58 PM | #1 |
Initiate
Join Date: Apr 2008
Location: Chivilcoy
Posts: 164
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¡Gracias Regnum!
¿Que tal todos? Les comparto un mensaje que compartí al facebook de Champions of Regnum y ahora muestro a la comunidad forera.
¡Hola equipo de CoR! Hace ya 10 años que juego Regnum y D&D y para mis campañas siempre elijo el mundo de Regnum aunque le agregué historia propia del dyd para llenar espacios y el origen de los elfos oscuros es todavía un misterio. Hice historias en Syrtis donde inventé que este reino en realidad se había independizado de otro reino de elfos más antiguo y sus líderes venían a recuperarlo mediante intrigas. En Alsius los syrtenses llegaron a conquistar todo el reino y refuerzos de la capital venían a liberar los poblados... Pero mi favorito siempre fue Ignis. Quería compartir la premisa de esa campaña: Hace eones, una raza de seres horripilantes con intenciones insondables apareció y esclavizó mundos enteros. Se trata de los azotamentes. Se interesaron particularmente por una raza misteriosa a quienes deformaron y convirtieron en la raza que hoy son los gith. Ellos libraron una guerra de liberación en la que al final hubo un cisma: Aquellos que querian exterminar por completo a los azotamentes sin importar nada más y aquellos que no querian convertirse en el monstruo que estaban erradicando. Por esto, entraron en guerra entre si: Los githyanki, exterminadores que culpan a sus primos, los githzerai, de no haber ayudado en la batalla final contra los azotamentes permitiendo que sobrevivieran. Y los segundos que no querían caer en el mismo camino que los azotamentes para convertirse en otra raza igual a la que estaban intentando erradicar. Siglos pasaron y en el multiverso, los githyanki, githzerai y azotamentes libran una triple guerra en la que si los primeros ven al último, estos se alían sin pensarlo contra su antiguo tirano. Un grupo de githyanki, arrogante y expertos en nigromancia, se acercaron a este mundo y fundaron un reino en las arenas sobre las ruinas de uno mucho más antiguo. Esclavizaron a sus habitantes, humanos robustos de piel negra, y se hicieron con el control del reino de las arenas. Estos githyanki no llegaron por azar a este mundo y a ese reino. Poseían conocimiento de que, al este, se encontraba una cadena de montañas, con una ciudad de elfos oscuros en su interior: Karaz-Feriel, y bajo esta ciudad, una entrada a la infraoscuridad en la que, en algun lado, descansaba una ciudad de azotamentes. Los githyanki entonces pusieron a prueba un experimento, empezaron a usar un ritual que habian venido a probar a este mundo: Transferir energía vital de otros a sus cuerpos y volverse poderosos e inmortales. Comenzaron con sus esclavos y luego empezaron a expandirse hacia el oeste, hacia los bosques de los elfos, a quienes les desertizaron el paisaje con el robo de vitalidad. Ante tal magia, los elfos huyeron y pidieron ayuda al reino humano de Alturia quienes solo pudieron contener la amenaza mientras los githyanki crecían en poder y mutaban hacia una forma más perfecta de si mismos, reptiloide, alta y majestuosa. Se habían convertido en los gith-neos o nuevos gith. El hecho de vivir en el desierto de Ignis y otras deformaciones en el lenguaje llevaron a conocerles como ígneos a partir de entonces. Los ígneos serían conocidos por sus nigromantes y evocadores de fuego y sonido, utilizaban mucho esta magia para comunicarse grandes distancias. Uno diría que en esta forma nueva eran más sensibles al sonido. Habia un problema, sostener esta forma de vida avanzada requeria un constante flujo de vida y fue por eso que decidieron atacar Karaz-Feriel y hacerse con sus pobladores antes de seguir avanzando hacia la infraoscuridad. Tenian el problema además de sostener el frente oeste contra los elfos a quieles les seguían robando la vitalidad de sus bosques y habitantes. Para ese entonces, ya había una revuelta en el reino de Alturia quienes tenían como ciudadanos de segunda a los esquelios, humanos del antiguo reino de Esquelia, conquistado y destruido por Alturia. Los esquelios eran maltratados y usados en la guerra, por lo que un héroe o bandido desconocido provocó una revolución y en lugar de huir hacia tierras mejores les condujo hacia Ignis, a tierras de sus enemigos, donde encontrarían la verdad. Fue así que se encontraron con los humanos negros que estaban liberándose también de los ígneos, se llamaban a si mismos moloks, o gente libre en idioma de las arenas. Mientras esto ocurría, los ígneos atacaban Karaz-Feriel pero no sabían que había cultistas de los azotamentes entre sus gentes. Un poderoso elfo oscuro ilusionista conocido como Tavrios Faelivrin, creó una grieta hacia el plano de las sombras haciendo que la ciudad sea una barrera infranqueable. Para esto, utilizó como conducto al general ígneo, Zon-Rha, encádenándolo al plano. Se hizo además con un trofeo: uno de los dos bastones resonadores, artefactos que llevaban sólo los generales Zon-Rha y Daen-Rha para destruir a sus enemigos en el frente este y oeste respectivamente. El resultado de la batalla fue una derrota para los ígneos en Karaz-Feriel porque perdieron sus tropas contra una ciudad. Y en el oeste, los elfos y humanos aliados ya estaban haciéndoles retroceder. El general del oeste, Daen-Rha, destruyó el bastón resonador para evitar que caiga en manos enemigas y se retiró. Mientras, los elfos oscuros sobrevivientes fueron guíados por el profeta Allahed hacia los esquelios y moloks que se reunían con ansias de venganza. Fue así que los ígneos, sin un sustento de seres vivos comenzaron a flaquear y a debilitarse y a caer en manos de aquellos a quienes habían hecho mal. El reino ígneo cayó en manos de elfos oscuros, esquelios y moloks que refundaron el reino de Ignis y les rindieron culto a los cuatro dioses que se revelaron en ese entonces como los guías de los profetas. Tirriket, Junuamar, Sheanneth y Reptieth. Fueron entnoces adorados en todo el desierto y principalmente en Ignis. Ahora bien, sin un sustento de seres vivos, los ígneos se volvieron salvajes y degradados a una forma marchita de ellos mismos. No parecen necesitar agua ni comida para vivir y se congregan en las ruinas de su reino. Parece que la falta de vitalidad les juega en contra una vez que falta, quitándoles toda la que les queda. De todas formas, esto no impide que se reproduzcan y se vuelvan una plaga además de contagiar una enfermedad llamada “fiebre ígnea” que produce dolores en los músculos al principio para terminar con una horrible parálisis si no es tratada a tiempo. (Luego avancé la historia 200 años e hice un desastre con los reinos, cada uno fue destruído por el gran enemigo que está en la zona. Syrtis tuvo que retirarse ante una horda de muertos vivientes de Evendim, Daen-Rha comandaba a los ígneos y Thorkul destruyó Alsius desde abajo) Hace 200 años hubo un día en que de los cielos cayeron las estrellas. La raza de los gith venía a eliminar a Ignis por alguna razón desconocida para los mortales. El ataque fue demasiado rápido, los ignitas pelearon con gran valor, arrojo y fanatismo; pudieron contener la amenaza durante un tiempo debido a que los oráculos lograban predecir muchos de sus movimientos, pero sus números no eran tan grandes como los de los gith quienes además tenían la capacidad de controlar a los marchitos ígneos, carcazas viejas de lo que otrora eran los gith-neos. Eventualmente los enemigos asediaron la capital. Fue en ese momento que la suma sacerdotisa Rasha, se sacrificó para asegurar la seguridad de los ciudadanos en la retirada. Los nómades del desierto guiaron a montones de refugiados al este, cruzando las montañas donde descansan las ruinas de Karaz-Feriel, llevándoles al reino de Shariz en donde les esperaba el arzobispo Yusuf para recibirles y cuidarles en su huída. El reino de Ignis había caído. Pero no sólo ellos sufrieron. Al norte, los enanos de Alsius, junto a sus aliados humanos, sufrieron enormes pérdidas debido a extrañas criaturas que salían debajo de la tierra. Se hablaba de un gran gusano que devoraba montones de rocas y despedazaba las ciudades como si de hierbajos se tratara. Los enanos ya habían pasado por algo similar en el pasado y no se amedrentaron cuando tuvieron que abandonar las frías montañas por los cálidos desiertos de Shariz. Allí se encontraron con que sus enemigos, los ignitas estaban en la misma situación que ellos. Los eternos rivales pudieron haber convertido al reino de Shariz en un campo de batalla entre tropas extranjeras pero Yusuf, ahora sumo pontífice se entrevistó con el rey enano Garm y con la hija de Rasha, Sayara, quien era ahora suma sacerdotisa de un reino caído, y negoció con suma habilidad una paz que dura hasta hoy. Los enanos se asentaron en las montañas del norte, rápidamente tallaron salones y forjaron armas; estaban ansiosos por recuperar sus tierras. Los ignitas sin embargo, eran más pesimistas y se dedicaron a establecerse como lo habían hecho antes. Así fue como los elfos oscuros y humanos de Ignis, así como los enanos y humanos de Alsius se establecieron en el vasto reino desértico y capital comercial de la zona: Shariz, la perla escarlata del desierto. Cabe decir que al momento de su muerte, Yusuf fue beatificado debido a haber logrado reconciliar a dos reinos que eran enemigos y buscaban lo mismo en sus tierras: Un hogar. Este fin de semana estamos por jugar la sesion final: Involucra al dios oscuro que le dio el conocimiento a los ígneos para robar almas, un galéon volador hecho con tecnología alsiria y magia ignita y un grupo de cruzados listo para enfrentar a la muerte misma. Quería más que nada agradecer primero a todo el equipo de Regnum por todas las horas de diversión que me dieron en la PC y la que pude compartir con amigos en las mesas de rol ya que es inmenso el trabajo que hacen y trato de mostrarlo con estas historias. Y segundo a la comunidad que en forma de aliados o enemigos me dieron ganas de seguir jugando todos los días para salir a pelear. ¡Un abrazo enorme a todos! |
05-15-2018, 08:21 PM | #2 |
NGD·Studios
Join Date: May 2007
Location: Wien, Österreich
Posts: 2,859
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Otra que "Syrtis capturó Aggersborg"... "Thorkul hizo bosta Alsius", jajaja. Muy buena la campaña, che! Y gracias por tus comentarios. Me alegra mucho que no sólo hayas disfrutado el juego sino que también te inspire para crear historias.
¡Abrazo!
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