|
|
La Taberna Un lugar para conversar sobre casi cualquier tema |
|
Thread Tools | Display Modes |
|
04-08-2010, 10:06 AM | #1 |
Pledge
Join Date: Apr 2010
Posts: 0
|
El Fenix del Sur - Cap I: La masacre de Gokstad
Fisgael, 87 del Paso Perdido de la Segunda Edad
Soy Ald Velothi, nuevo Maestre Magno de su majestad el rey Ataleón V, Señor de Fisgael y Rey de Syrtis. Mi función es aconsejar al rey y registrar los eventos acaecidos en la guerra de la Segunda Edad. En mis 1784 años de existencia he visto muchas guerras en la Primera Edad, pero nada como lo que ha acontecido en ésta. En la época de la Semilla Naciente de la Primera Edad, aconteció una cruda guerra contra las hordas Orcas de todo Regnum. En aquellos tiempos nuestra floreciente civilización contaba con nuestros magos oscuros y una reciente alianza con la colonia Alsius de enanos. Para aquellas épocas, tanto moloks como uthgars se jactaban de su imparcialidad contra los orcos, simplemente porque estas temibles criaturas no amenazaban sus humildes aldeas y pueblos. Igualmente los igneos no eran un problema, dado que su gran civilización proveía de importantes fuentes minerales en la guerra contra los orcos. El comercio era próspero entre igneos y elfos, y los inmigrantes enanos se aliaron solo por aprovechar tan grande oportunidad comercial. La guerra fue cruenta durante largos años, pero la alianza de elfos y enanos junto al apoyo de los humanos era imparable. La Batalla del Bosque Pétreo selló dos acuerdos de importancia: la dispersión de los orcos en todo el territorio y el permiso de asentamiento de la colonia alsiria como un nuevo reino. El problema acaeció años después, cuando un contingente de elfos magos del clan Guthenfurt descubrió los acertijos de las tablas de barro mágicas captuaradas a los nigromantes orcos. Sus peligrosos experimentos llevaron a la devastación de la antigua Rhy, ciudad de magos próspera a los alrededores de Raeraia donde hoy pueden vislumbrase sus oscuras ruinas. Ésta era la famosa Ciudad Arcana de Syrtis, donde magos de todo Regnum venían a estudiar y a refugiar sus experimentos en la Torre Arvanna y su majestuoso bosque. Poco a poco estos miembros del Guthenfurt fueron aprendiendo las artes arcanas negras y durante el periodo de Krutyos tomaron el poder con el control mental que el gran mago Valyantor ejercía sobre Huniret II, rey y padre de Ataleón V en aquellos días. Tres fueron los grandes héroes que descubrieron tal trampa e iniciaron la gran guerra con la que comenzaría la Segunda Edad: el gran mago Greathen, el gran cazador Lefrath y el gran espadachín Allmar. Todos conocen como la Alianza del Oeste entre alsirios y elfos de Huniret II vencieron a la Alianza del Este de moloks y elfos de Valyantor, logrando se replieguen a tierras de los igneos, donde ya hacía tiempo venían siendo destruidos por los moloks y donde, a pesar del apoyo de la Alianza del Oeste, fueron totalmente destruidos como civilización por la Alianza del Este. Allí fue entonces donde los elfos de Valyantor y los moloks fundaron la hoy conocida Ignis. Así ha seguido la guerra durante años. Tantos años que el gran Huniret II falleció de causas naturales a sus 4856 años cediendo la corona a nuestro magnánimo regente Ataleón V. Años han pasado, y eventos trágicos como la rupura de la Alianza del Oeste por la muerte del rey alsirio han convertido a ésta guerra en un interminable infierno de sangre. De hecho, en éste, mi primer relato oficial de la historia como Maestre Magno, me toca hablar de un evento tanto deplorable como glorioso de nuestro hermoso y verde reino. A principios de ésta era del Paso Perdido, la historia de la Masacre de Gostak comenzó a tensar sus intrincadas redes para cumplir su destino. Uthor Ator, un emisario real de Alsius realizó una reunión secreta con el rey Ataleón V en el baluarte de Algaros. Las órdenes estrictas de alto al fuego no solo cesaron la sed de sangre de las tropas de Trelleborg y Algaros, sino que también llamaron la atención de espías ignitas en ambos lados del Río de los Ancestros. La reunión fue cordial y un tratado de paz y comercio vislumbraba un nuevo nacimiento a la antigua Alianza del Oeste, pero todo cesó aquella noche del 15 del Paso Perdido. La reunión ya llevaba una semana sin saber que un grupo de brujos ignitas habían cruzado hacía días el Puente Blanco transmutados por magia nigromántica en elfos del bosque. Esa misma tarde del 15 del Paso Perdido llegaron a Algaros y prepararon la ejecución de su sádico plan. En la cena final de aquella reunión donde se firmaría el tratado de paz y comercio, éste nigromántico grupo de ignitas asesinaron a Uthor Ator degollándolo y matando a varios guardias alsirios y syrtianos por igual, con gritos que aclamaban la herejía de elfos y enanos. Está demás decir que en Alsius esos gritos de herejía fueron callados por gritos de guerra, algo que Ataleón sabía que sucedería. A los tres días, y urgido por las alertas llegadas de nuestros espías en Alsius de un ataque directo al baluarte de Eferias, Ataleón citó a los 30 Grandes Clanes de Syrtis para llevar el ejercito al mismo Alsius, evitar la batalla a toda costa y volver a iniciar los tratados de paz con los enanos a partir de suscitar su miedo a una inminente invasión. Aunque el plan se ejecutaba correctamente, el 47 del Paso Perdido, una batalla de algarianos y trelleburgueses en el Puente de Pinos Oeste resultó en una masacre de Algaros y su aldea vecina. La guerra estaba nuevamente en marcha, y un tratado sería imposible de lograr. Así pues el 54 del Paso Perdido, la Gran Muralla y todos sus mercaderes vieron pasar la columna del ejército syrtiano como muchas veces antes, pero ésta sería una historia diferente. El primer paso sucedió cuando los algarianos, presos de la furia de haber visto morir a sus seres queridos, retomaron Algaros y su aldea vecina liberando a los esclavos que habían tomado los alsirios como botín de batalla. Rápidamente se movilizaron hacia Trelleborg, mientras el contingente del rey Ataleón V se dirigía por Ignis hacia el castillo Imperia y la columna liderada por el Príncipe Allmar III llegaba a Puente de Pinos Este para hacer lo propio en el fuerte Aggersborg. Tan solo 6 días pasaron para que las defensas alsirias calleran, y 5 días más para que llegara la Batalla de Imperia. Las muertes eran incontables de ambos bandos. El valor inquebrantable de los enanos los ponían frente a las puertas de Imperia a pesar de la lluvia de flechas y artilugios arcanos que llegaban desde las tarimas del castillo. Ataleón sabía que sólo necesitaba un día más de resistencia para que Allmar y el capitán Gufriut de Algaros llegaran a la muralla alsiria y sitiaran su entrada. Y eso mismo pasó. En el momento en que las puertas de Imperia cedían, los emisarios alsirios llevaron el mensaje a su valeroso capitán en Imperia: “La muralla está siendo atacada. Montsognir solicita ayuda”. El caos fue total. Elfos pisando a sus caídos. Enanos dando estocadas a enanos. Magos matando enemigos y aliados, y lluvias de flechas ensartándose en cualquier carne sin distinguir amigos de enemigos. Esa era la escena en las puertas de Alsius. Tres días de cruentas luchas lograron destrozar las puertas. El rey Ataleón V, antes de dar el grito inicial a la invasión pidió serenidad a sus enfurecidas y enloquecidas tropas. Sabía que solo debía tomar la gran gema de Ximerald de Alsius para negocias con ella la paz, pero también sabía que sus tropas no querían ni la gema ni la paz… sólo querían venganza. Un ingreso caótico rodeado de gritos de horror, ruido de metales, zumbidos de flechas, estruendos de artes arcanas, y cuernos enanos y élficos sonando en el aire; anunciaron el día del desastre para ambos reinos. Syrtis entró y rápidamente un gigantesco ejército se dirigió al Portal de las Gemas de Alsius, donde una gran batalla permitió a una maga alsiria hacerse con la gema y llevarla a Montsognir, donde sus calles y viviendas se llenaron de sangre, dolor y cuerpos sin vida de alsirios, pero sobretodo de syrtenses. Ataleón, al ver la sed de de venganza que crecía cada vez más en su gente, decidió emprender la retirada y evitar más sufrimiento para ambos reinos. Su objetivo era la paz, no la sangre, y así no lo lograría. Pero en medio de la refriega de Montsognir, las tropas del capitán de Algaros se replegaron hacia las ruinas de Dvergardunn para salvar sus vidas. Gufriut, como todo algariano, era un semielfo muy emocional, sin mucha preparación en la guerra pero con basta experiencia en la matanza y el saqueo, por sus continuos choques con los trelleborgueses. Fue así que entre medio del dolor de las heridas y el cansancio en su cuerpo, logró vislumbrar el puerto de Gokstad que yacía apacible a tan solo un kilómetro de allí. Al verlo recordó su la masacre de Algaros. Recordó a su escudero siendo decapitado por el hacha de un uthgar. Recordó a sus soldados cayendo en la tarima cremados por artes arcanas o atravesados por flechas enanas. Según testigos, de su rostro se deslizó una pequeña lágrima que no alcanzó a limpiar la sangre y, mucho menos, su enorme sed de venganza. - ¡¡¡POR ALGAROOOOS!!! – dicen los pocos sobrevientes que se escuchó sobre los gemidos de los heridos aquella fría tarde en Dvergardunn. Poco más de treina syrtianos enceguecidos por la venganza y liderados por la furia de Gufriut ingresaron en el puerto de Gokstad, al mismo tiempo que Ataleón estaba saliendo de la muralla alsiria con su ejército. Aquel episodio fue triste. “Fuego y acero” dicen algunos sobrevivientes. “Sangre y llanto” replican otros testigos del hecho. Nunca se sabrá ciertamente que sucedió allí, porque los que sobrevivieron lo lograron por no entrar en aquel puerto, dado que todos los algarianos perecieron allí. Según los relatos de los testigos, los gritos de los campesinos y guardias alsirios indicaban que aquella pequeña aldea había sido, como le gustaba decir a Gufriut, “purificada por el acero”. Lo cierto es que la paz hubiera sido posible a pesar de la invasión, pero cuentan los espías que el rey alsirio derramó una lágrima al enterarse de lo acontecido en Gokstad, y luego emitió un enorme grito que acompañó toda la multitud en Montsognir: ¡¡¡VENGANZAAAA!!! Ataleón se ha aislado de la corte hace varios días luego de enterarse del Pacto de Menirah, donde ignitas y alsirios han creado la Alianza del Norte para destruir a Syrtis. Ataleón me confesó que Alsius y Syrtis han sido víctimas de los terribles planes de Ignis para obtener los cuatro Ximerald que posee el reino, y lograr recuperar el libro nigromante de la biblioteca de Fisgael. Mis artes arcanas del libro de Greathen son dubitativas y nebulosas, y no muestran las consecuencias de los actos de Gufriut. Pero lo que sí es seguro es que eventos sombríos vienen a mi mente cada vez que miro hacia el norte. Sólo sé que Gokstad fue el comienzo de un destino que, espero, podamos evitar. ********** Próximo Capítulo: La muerte del reino de la Primera Edad "Syrtis a caido. Una gran alianza se forjo en las tierras del norte del Lago de los Ancestros, y hordas de elfos oscuros y enanos cruzaron los puentes fronterizos hasta las debilitadas defensas de Algaros y Eferias. El rey Ataleón V decidió defender sus gemas producto de cruentas guerras y varias vidas perdidas. Con la unión de los 30 Grandes Clanes y los pequeños clanes de Syrtis, el rey fue al encuentro de la Alianza en el pequeño baluarte de Hebred... pero nada resultó como se esperaban." Si quieres conocer el desenlace del Capítulo II entra en http://imperiosyrtis.foro-blog.com/b...a-imperial-c4/ Saludos!!! Last edited by Ald_Velothi; 04-08-2010 at 10:54 AM. |
04-09-2010, 09:58 AM | #2 |
Pledge
Join Date: Apr 2010
Posts: 0
|
Revivo! Ya estaba en la página 3... no es buen momento postear algo asi el día siguiente de la nueva actua .
|
|
|