MI HISTORIA - escrita por Velin

[Ferraje]

La toma de Shaanarid - 2º Parte

Vi luces a lo lejos y poco a poco el contorno de la fortaleza del desierto surgió ante mi vista, el imponente castillo negro llegó a ocuparlo todo. Como esperábamos ya estaban al tanto de nuestra llegada, si las cosas habían salido bien, los cazadores que habían ido a luchar a Samal y luego escapar habían logrado que el grueso de las tropas de Ignis aún estuviera viajando, al parecer así era, superábamos ampliamente en numero a nuestro enemigos. Valinor, Ferraje, Eorwyn y Gismo fueron los primeros en embestir contra los enemigos, sus gruesos escudos los protegían de la lluvia de flechas, se les unieron el resto de los caballeros seguidos por los bárbaros. Las espadas chocaron y los enemigos fueron cayendo. Los cuatro caballeros fueron abriéndose paso por el camino en subida que llevaba a la puerta, protegiéndose mutuamente con sus escudos y habilidades y matando a los que se acercaban, finalmente se corrieron para dejar que los bárbaros acabaran con la puerta. Prácticamente no se necesitó la intervención de nadie más, los cuatro caballeros habían acabado con la mayoría de los enemigos que se encontraban afuera, haciendo uno de los sistemas de defensa del castillo una trampa mortal, en aquel lugar solo podían luchar hasta cinco guerreros lado a lado. Me quede sorprendido ante aquella imposible victoria, pero no tenía tiempo para pensar, por lo que realicé el mismo hechizo usado anteriormente en Ferraje Y Remus y atravesé la puerta, es increíble la cantidad de vidas que esa magia puede salvar si es utilizada en buen momento, y aquel era el mejor, todos los golpes que recibían mis aliados eran desviados mágicamente, el único vulnerable era yo, aunque Tatu me estaba protegiendo con distintos hechizos. Rápidamente logramos tomar el fuerte, Jenofonte, Mordred y Cuajoneta subieron a las murallas, yo esperé en la rampa con los demás.

Finalmente llegaron los enemigos. Nazgul y Hada estaban entre ellos, había llegado la hora de la venganza. La batalla fue titánica, Tatu se que quedo adentro curando a aquellos que debían escapar del campo de batalla, mientras yo me quede lado a lado con Har. Pasado un tiempo comenzamos a competir por quien era el que mayo cantidad de guerreros curaba, pero perdí la cuenta luego del trescientos quince, si alguno de nosotros resultaba herido era rápidamente curado por el otro, lo que se transformaba en una burla hacía el herido. Vi como Narnia moría muy lejos del castillo entre la enorme cantidad de ignitas. Me lancé la protección perfecta y corrí a revivirla, pero demasiado tarde me di cuenta de que estaba muy lejos. Logre revivirla y comenzamos a correr una desesperada carrera hacía los aliados. Pero como lo había previsto mi poder no era suficientemente fuerte como para continuar con el hechizo y quede vulnerable. Recibí tres flechazos en la espalda, pero Serena que ya estaba a mi lado se apresuró a curarme. Narnia se detuvo y realizó un golpe en la tierra que hizo que nuestros perseguidores se detuvieran, pero ahora lo hacían desde otro ángulo. No llegaría, los bárbaros pronto podrían darme un golpe fatal, pero cuando estaban cerca Morgoth hizo que el miedo los invadiera, aún así algunos continuaban siguiéndonos. Mordred lanzó una flecha al cielo que se destruyó en miles de agujas que castigaron a los perseguidores que quedaban, Cuajoneta lanzó una flecha eléctrica que terminó el trabajo comenzado por su amigo. Pero aún me seguían dos enemigos, el bárbaro Denethor y el tirador Nazgul. El primero tuvo que retroceder ya que estaba muy cerca del grueso de nuestras tropas, pero el segundó tenía un gran rango de ataque, y sus ataques nunca fallaban, cuando me preparaba para recibir el golpe final, Edhesso se materializó delante de mí y lanzó dos flechas juntas a Nazgul que se desplomo sin vida, vi que Hada se acercaba para revivirlo, pero usé un hechizo para aumentar el rango de mis poderes y lancé un temblor que hizo que perdiera la concentración y no pudiera salvar al traidor. Cuando llegue entre mis aliados todo desapareció.

Cuando recuperé la conciencia estaba en el suelo, tenía varios huesos rotos, me apresuré a curarlos y vi que me rodeaban los enemigos, creían que estaba muerto, probablemente también lo creían el cazador que me embosco y los que me habían pisoteado. Me apresuré a lanzarme la protección absoluta y una vez dentro de mi pequeño santuario vi que ya no quedaban Syrtenses en el lugar, habíamos perdido mientras estaba inconsciente. Solo tenía una opción para escapar, usé la magia del pergamino de tele transportación que había encontrado antes de comenzar la batalla y ante mis ojos la imagen comenzó a difuminarse para quedar nítida otra vez en el centro de Doshim.

Corrí hacia el herrador, le pedí un caballo pero me lo negó, en ese momento no tenía el precioso material que me pedía a cambio, por lo que antes de que pudiera reaccionar lo golpee con mi báculo y mientras caía inconciente me subí a un caballo. Cuando llegue a Herbred tenía diez guardias siguiéndome, no me importó, había mucho en juego, mientras más me persiguieran sería mejor. Pasó un buen tiempo hasta que llegue al puente blanco y lo crucé, le advertí a los que allí se encontraban que se prepararan para la defensa, no dormí, no lo necesitaba, exigí el caballo al límite para llegar hasta donde estaban mis aliados. La retirada era lenta, los guardias dejaron de prestarme atención y se dedicaron a luchar contra los ignitas que acosaban el grupo. Aún éramos montones, pero el castillo no podría ser mantenido por más tiempo, me dediqué a curar y a dar energía, le dejé el caballo a aquellos que necesitaban dormir, para que lo hagan en la montura. Rápidamente llegamos al puente blanco, ya que no dormimos ni comimos, me enteré con pesar que Morgoth, Hércules y Mordred habían muerto, pero no era momento para ponerme triste. Los enemigos habían dejado de seguirnos, la batalla de Shaanarid había terminado, ahora todo volvería a la normalidad, un ciclo de muerte y dolor eternos, eso ya era la normalidad para mí, pero aún no había terminado. Cientos de cazadores enemigos aparecieron de la nada. Muchos de los nuestros resultaron muertos o heridos, la mitad de los atacantes escaparon, pero nadie estaban con fuerza para seguirlos, ni siquiera Julius y Edhesso. Reviví a un tirado que ese día entre en Fénix junto con su esposa, en ese momento vi dos cosas, Cedric yacía muerto junto al cuerpo sin vida de Taleneo. No podía revivirlo, no podía hacerlo tan seguido ya que nadie tenia tanto poder ni energía, pedía ayuda a gritos pero nadie acudió, ya todos habían llevado sus poderes al limite. Cedric había muerto, pero se había llevado consigo a uno de los principales enemigos del reino. Me acerque al cuerpo del ignita y vi algo que me llamó la atención, llevaba un anillo con una piedra roja en un extremo, tenía algo grabado en su perfecta superficie aunque era ilegible, se lo quité y lo coloqué en mi dedo, había visto uno igual antes, aunque no recordaba donde, por alguna razón solo podía pensar en aquella roca, algo de ella llamaba misteriosamente mi atención. ¿Dónde la había visto?

[Albus_Camus]

Que bueeenaaa, quiero mas capitulos... vamos vamos!!

[Tuor]

muy buenaaa
sigan asi

[chumy]

Wiiii, ya apareci en la historia, aunque recien entraba en el clan, jeje

[Ferraje]

El casamiento

No podía parar de pensar en ese anillo, estaba seguro de haber visto algo igual alguna vez, pero no sabía donde, solo sabía que debía guardarlo. Durante las siguientes semanas de la toma del castillo, grupos de guerreros buscaron los cuerpos para llevarlos a su última morada. Aquellos que habían muerto fueron llorados y velados, el reino tardó en recuperarse de aquellas perdidas, pero nuestros enemigos lo habían pagado aún más caro. Quizá si nuca hubiéramos atacado Shaanarid nunca habría pasado aquello que me trajo hasta aquí, a estar hoy con ustedes.

Luego de nuestra derrota, tomé conciencia de lo corta que puede llegar a ser la vida, tanto para los elfos como para el resto de las razas, y me decidí a hacer algo que hasta el momento no me atrevía. Aquella noche en el páramo de las mesetas le pedí casamiento a Eorwyn, quien acepto mi propuesta. Los días pasaron y la fecha designada cada vez estaba más cerca, no me había dado cuenta que no tenía un anillo hasta que faltó poco tiempo. Pensé en darle el anillo de Taleneo, pero enseguida aparte de mi cabeza ese pensamiento, si me apresuraba podría conseguir uno en Fisgael.

Cuando llegue a la capital de Syrtis me di cuenta lo distinto que era todo. Aquellos lugares donde antes los lobos y golems abundaban ahora estaban vacíos, las playas anteriormente repletas de aquantis ahora eran territorio de kelontes y lagartos, y lo que en algún momento me parecían enemigos imposibles de derrotar ahora eran de lo mas débiles. Recordé que hacia algún tiempo me costaba acabar con los escarabajos diminutos, los cuales ahora casi no veía acostumbrado a luchar contra los gigantes. Sin entretenerme mucho compre un anillo a un mercader y decidí volver, cuando recordé la biblioteca. Cuando le pregunté a Porlas si conocía el anillo negó con la cabeza, por lo que decidí buscar en varios libros. Quizá fue porque casi no tenía tiempo, pero no encontré allí lo que buscaba, en otro momento volvería con más tiempo.

En el camino a la puerta de la muralla, tuve que evitar Raeraira, ya que aunque no había sido juzgado por mi robo, no era precisamente el elfo más querido. Dentro de un día sería el día y yo aún debía llegar a Eferías. Apenas llegue a tiempo. Ya había un grupo de gente en el lugar, esperando mi llegada, estaba sucio y cansado, pero no me importo, ese día solo me importaba una persona. La busqué con la mirada pero no la vi, entre la gente logré ver a Hechicerita quien nos casaría, Tatunaty, la dama de honor y Galdor el padrino, pero ella no estaba en ninguna parte. Por un momento pensé que no vendría, pero luego la vi llegar con el mismo aspecto que yo, no pude evitar sonreír, me había olvidado lo mucho que nos parecíamos. Subí hacía la puerta del castillo y permanecí junto a aquella que nos casaría. Cuando la vi subir sentí que mi corazón estallaría, nunca me había dado cuenta de cuanto la quería. La ceremonia terminó cuando bajamos tomados de las manos, ahora estábamos unidos eternamente por un lazo invisible. Aquel fue uno de los últimos momentos de felicidad en mi vida, el ultimo que hubo antes de que todo comenzara fue el contaré ahora.

[Albus_Camus]

Otro capitulo?

[TrancoS]

Dale que quiero historiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa -.-

[Ferraje]

El máximo poder

Aunque las cosas a mí alrededor ocurrían con mayor velocidad de la que deseaba, nunca dejé de lado mi entrenamiento, sabía que para llegar a ser el mejor, primero debía encontrar el límite de mi poder. Mis hechizos eran poderosos, mi fuerza había aumentado poco a poco, mí inteligencia no tardó en volverse vasta, gozaba de buena salud y poseía una envidiable agilidad, el fin de mi largo entrenamiento estaba cerca, pronto podría cumplir mi destino, ocuparme de lleno en ayudar a mis aliados. Pensé en todo lo que había pasado para llegar hasta allí, no solo mucho tiempo, sino también muertes, traiciones, amistades y buenos momentos. Por todas esas cosas no me había desistido del objetivo que me había propuesto al morir mi hermano.

Caminé hacia el lugar donde posee su campamento la hábil Jabeline, no tenía ningún apuro en llegar, el momento que había esperado hace tantos tiempo estaba ante mí y eso nada lo cambiaría. ¿Los años de entrenamiento serian justificados, o moriría sin haber realizado algo importante?, luego me di cuenta de que todo lo que había hecho había cambiado el curso de la historia. Si nunca le hubiera hablado a Hylari quizás en un arrebato de curiosidad habría muerto, si no hubiera decidido alejarme de todo quizás alguno de los muchos enemigos que asesiné hubiera podido ser una graba amenaza. Si nunca hubiera caminado hacia Shaanarid muchos guerreros habrían muerto y se hubieran desmoronado familias enteras y muchos decidirían abandonar sus caminos y sus sueños. Si yo no hubiera encontrado ese anillo… no sabia que podría haber pasado, pero probablemente haya sido el hecho más importante de todos los que realice, la razón de mí existir, probablemente también haya sido uno de los acontecimientos más importantes de esa época, pero claro en ese momento no lo sabía, solo sabía que pronto alcanzaría lo que muchos habían deseado, por lo que miles de personas habían muerto y muchas otras soñaban.

Cuando vi a un poderoso cíclope me planté frente a él, algo dentro de mí me decía que era el ultimo peldaño de la escalera, evité el ataque que me lanzó agachándome, y aproveché la situación para golpearlo con mi báculo en el punto donde se dobla la rodilla, mi acción logró derribar al cíclope, luego un certero golpe al cuello acabó con su vida. Nunca podría ser mas rápido ni fuerte que en ese entonces. Siempre espere concebir una gran felicidad en ese momento, pero la verdad es que no sentía nada. Sentí un sonido a lo lejos, podía ser tanto un monstruo como un aliado o un enemigo, pero era mejor no arriesgarse. Me escondí en un arbusto que crecía cerca de donde me encontraba y esperé, vi a dos cazadores y un caballero de Alsius llevando a cuestas un cofre pasar frente a mí, uno de los arqueros se quedo quieto mientras los demás seguían. Mi corazón se paralizó, no podía luchar contra un cazador yo solo, creía que me había visto, pero reparé que tenía la atención fija en otro punto. Una serpiente apareció de la nada y comenzó a atacarlo, cuando el enemigo intento defenderse un cazador syrtense apareció de la nada clavándole una flecha en el pecho, luego la siguieron tres más. A mi derecha se materializó el segundo arquero que lanzó un proyectil que se insertó en la espalda del aliado, cuando iba a rematarlo salí de mi escondite y logré empujarlo haciendo desviar la flecha. El moribundo syrtense aprovecho la distracción para matar al enemigo y luego se tiró tosiendo al suelo. Me apresure a socorrerlo y le salve la vida.

-Gracias- me dijo mientras examinaba el suelo.- ahora debo seguir he perdido mucho tiempo.
-puedo ayudarte- le conteste.
-No, nadie puede, esta misión se me ha encargado a mí porque solo yo puedo realizarla, y mi destino es hacerlo solo, tu debes preocuparte por encontrar tu camino. Si alguna vez nos volvemos a encontrar no olvidaré que me salvaste la vida.- y mientras se iba agregó.- bonito anillo.

Me quede sorprendido, nunca supe si sabía algo acerca de mi más importante posesión, nunca supe quien era ni quienes eran los portadores del cofre, y nunca lo volví a ver. Supongo que yo no formaba parte de su historia y que mi destino solo era salvarlo en ese momento, desconozco si cumplió su objetivo o si él también fracasó, pero estaba contento con migo, ya que había vuelto a cambiar el curso de los acontecimientos.

[TrancoS]

AAAAAAAAAAAAAAAH!!!!

Me aburri, la leo completa y listo -.-

[Albus_Camus]

Quiero otro capitulo...