[Relato] La Forja de un Túnica Verde

[Darith]

muy buena tuor como siempre un relato muy entretenido.... hacelo un poco mas seguido!!!

[climene]

na, nada de excusas, nos lo debes por el tiempo que nos haz abandonado...

otro capitulooooooo!!

[Fauno]

que lindo tour




el fauno



cn

[necroferos]

Dios mío! un señor capítulo!

Grax Tuor, y a seguir escribiendo dentro de 10 días ¬¬ que ahora necesito más


Un saludo groso!


EDIT: necesitas dar mas reputación y bla bla bla....

[Valkasar]

ancalimon puto








¬¬

¬¬








¬¬"



creia que no ibas a escribir mas!


por suerte seguiste escribiendo! bien ahi bien ahi!

[Tuor]

Si, ya se, ya se... soy un colgado
Bueno, hoy a la tarde si puedo dejo otro cap

[climene]

Originally Posted by Tuor

Si, ya se, ya se... soy un colgado
Bueno, hoy a la tarde si puedo dejo otro cap

Desgraciado, vi esto y me ilusione pensando que habría nuevo capítulo T-T

Esto o un nuevo relato de Lobo (Diego quiero mi relatooooooooo) pueden ser las únicas cosas que me separen de mi adicción a las novelas de los Cárpatos...





ps: o sea... llevo casi una semana sin meterme al Regnum sólo leyendo las malditas geniales novelas >.<

[MalditoLobo]

Originally Posted by climene

Desgraciado, vi esto y me ilusione pensando que habría nuevo capítulo T-T

Esto o un nuevo relato de Lobo (Diego quiero mi relatooooooooo) pueden ser las únicas cosas que me separen de mi adicción a las novelas de los Cárpatos...





ps: o sea... llevo casi una semana sin meterme al Regnum sólo leyendo las malditas geniales novelas >.<

Yo también me ilusioné, no te creas. Esta historia está muy buena. De todos modos vi que Hugo dejó un relato, aunque recién llego y durante el día no lo pude leer (me enganché con When Writing, de King, muy informativo, la verdad. Lo recomiendo).

Sale mail.

PS: ¿Alguien tiene idea de quien es el que cada tanto me manda karma rojo diciendome que soy un salame? Si tienen sospechas avisen. Y vos -el del karma- si me lees, gracias por alimentar mi ego ^^

[climene]

Originally Posted by MalditoLobo

PS: ¿Alguien tiene idea de quien es el que cada tanto me manda karma rojo diciendome que soy un salame? Si tienen sospechas avisen. Y vos -el del karma- si me lees, gracias por alimentar mi ego ^^

te iba a mandar un karma verde vengativo... lamentablemente debo dar a mas gente antes de volverte a dar (karma)... y no te puedo decir por acá lo que iba a poner porque arriesgo ban con fuertes declaraciones

[Tuor]

Capítulo XVI
Consecuencias

El conjuro los transportó a una verde pradera en las cercanías del Puente de Pinos Occidental. Se trataba de un sitio de escaramuzas recurrentes entre los frentes de Syrtis y Alsius, por lo que los compañeros echaron un vistazo nervioso alrededor para asegurarse que no hubiera nadie cerca.

- Muy bien, somos prófugos ¿Ahora qué? – preguntó Wolfus.
Se miraron entre sí, nadie contestó. Finalmente Richox susurró:
- Tenemos varios escondites para casos como estos, pueden quedarse en uno de ellos hasta que encontremos una forma de averiguar qué pasa. Tuor, necesitamos saber todo lo que sepas. ¿Qué es eso que dijo Ancalimon de tu hermano?

El conjurador, a regañadientes, les contó todo lo que sabía, comenzando por aquel sueño premonitorio hasta la burlona reverencia que Sithel le había dedicado en la cima del tejado al matar a su madre.
- Esto tiene que ser la causa de lo que pasó en Arvanna... – susurró reflexivamente Richox para sí mismo, y aquello encendió la luz en la mente de Tuor.

- Un momento, ¡ya se!
Le llovieron miradas de desconcierto. El conjurador les devolvió la ojeada como si no pudiera creer que no se hubieran dado cuenta de algo tan crucial, aunque claro que él también había tardado en armar el rompecabezas.

- Miren, en Arvanna Sithel me dijo que comenzaría por eliminarme a mí y por aquellos con quienes compartiera lazos de sangre, porque serían el único desafío para él. – Hablaba apresuradamente, excitado al creer que por fin había encontrado una luz al final del túnel – Creyó haberme matado en ese momento, pero no fue así. Es por esta razón por la que hizo que mi madre asesinara a Elnher y por la que terminó matándola a ella también con su flecha. Quería acabar con todos los lazos de sangre. Pero yo estoy vivo todavía, soy una amenaza para él. Puedo vencerlo de algún modo, sino no estaría tan preocupado.

- ¡Claro! Entonces sólo tenemos que hacer que lo encuentres y lo derrotes usando encantamientos de curación, ¿no? – dijo Har, mofándose. Aquello no tenía ni pies ni cabeza. Por más que supusiera un desafío al compartir la misma sangre el poder de Sithel estaba muy por encima del suyo, sumado a que el conjurador estaba dedicado a la magia blanca y no a hechizos ofensivos.

Tuor la miró sin considerar lo que decía. Todo estaba muy claro para él.
- Pero queda alguien más todavía. Cuando moría, mi madre me dijo, textualmente, las palabras “Tu padre es la esperanza, él vive en un mito ahora…” Yo pensé que balbuceaba, pero no creo que sea así. Ella era una hechicera después de todo. Quizás mi padre todavía esté vivo en algún sitio y él pueda enfrentar a Sithel.

Har lo miró escéptica. Era la única que hablaba, pues el resto se guardaba sus pensamientos. Pero era evidente que tenía que decir lo que pensaba, aunque aquello supusiera romper la frágil bola de cristal en la que el mago empezaba a encerrarse en su fantasía.
- Pero... Tuor, tu padre no tiene ningún lazo de sangre con tu hermano, porque... ¡es tu medio-hermano!

Aquello derrumbó todas las ideas del conjurador. Claro, tenía razón. Que imbécil. No se había dado cuenta. Pero entonces ¿Por qué su madre se lo había dicho con sus últimas palabras? Debían tener algún propósito, ¿o acaso eran producto de un delirio causado por la proximidad de la muerte?
- Supongo que es la mejor pista que tenemos – intervino Wolfus. Tuor lo miró asombrado, no pensaba que iba a ponerse de su lado cuando Har acababa de rebatir sus argumentos tan verazmente. - ¿Qué? No me mires así, te digo lo que pienso. No creo que haya otra cosa productiva que podamos hacer. Y esconderse no es una opción porque este arquero está ahí afuera y tiene que ser detenido.

Tuor miró entonces a Har, quien asintió con la cabeza. Por su parte, Richox y Linglot esbozaron una sonrisa que mostraba su conformidad.
- Gracias... – fue lo único que pudo decir.

* * *

- ¿Y ahora señor? ¿Qué haremos? El maldito escapó.
- Verás Irehok, no es un gran problema el que haya escapado. De hecho quizás sea algo productivo, dadas las circunstancias...

Alguien golpeó a la puerta. Con un murmullo Ancalimon permitió que quien estaba del otro lado ingresara a la estancia. Se trataba de un joven guardia, con una expresión de palidez como si acabara de ver un muerto.
- ¿Qué? – inquirió el gobernante, desconcertado.

El hombre no habló. Sus ojos se fueron lentamente fuera de sus órbitas y entonces la punta de una flecha negra marcada por fuego apareció en su pecho. Irehok desenvainó su espada mientras que el semblante del monarca se ensombrecía.
- Simpáticos tus guardias, no hablan mucho pero sus mentes son fáciles de manipular. – dijo una voz, y una figura vestida de negro apareció. La flecha se desvaneció y el cuerpo cayó inerte en el suelo.

Irehok se lanzó al ataque... y quedó congelado antes de poder dar un simple paso.
- Ah, mortales. Que efímeros que son. – susurró la misma voz. Una mano de dedos esqueléticos surgió del velo oscuro y, con un tronar de sus dedos, dio muerte allí mismo a uno de los generales de más alto rango de Syrtis.

- ¿Qué hiciste? – tronó Ancalimon, mirando cómo Irehok se derrumbaba a un lado, aún en la pose en que había sido congelado.
- Quitando la basura. Nunca me cayó bien, con todo eso de las misiones y el tema de recorrer todo el reino de un lado a otro buscando baratijas...

Sithel, o quien en otro momento fuera Sithel, caminó hacia la estantería y extrajo una botella de vino y dos copas.
- Verás, me he enterado de tu doble juego mi querido amigo – susurró con aquel tono sibilante, y la faz del gobernante quedó más pálida que el mármol de la Fuente de la Vida. – Me he enterado que por un lado quieres mantener nuestro trato, mientras que por otro planeas fortalecer a uno de los únicos seres que pueden hacerme frente.
- No sé de qué hablas. – argumentó, con vacilación y un tono muy poco convincente.
- No puedes mentirme a mí como le mientes a tu pueblo, amigo mio. – comentó, poniendo las copas de vino sobre la mesa y llenando ambas copas casi hasta el borde. –Verás, tendré que hacerme cargo personalmente de matar a mi querido hermano. Sé perfectamente que planeabas hacer que fortaleciera a Evendim a través del mismo sacrificio que su padre hizo hace ya muchos años.
- No, eso no es verdad...
- Me hiciste creer que Tuor había muerto en la explosión pero lo tuviste aquí, entre tus garras. Y ahora lo dejaste ir. Oh no, tu tiempo terminó Ancalimon, voy a ocuparme personalmente... o lo que es mejor, TE vas a ocupar personalmente.
- ¿Qué? ¡No! No, por favor, no puedes...

La copa de vino cayó al suelo y se quebró en mil trozos de vidrio. Un fogonazo de luz violácea inundó aquella sala subterránea que no era otra que la sala de operaciones de la prisión. El preciado líquido manó como sangre. La figura de Sithel se desvaneció, dejando tras de sí a un hombre erguido, pálido y con la mirada perdida.

Ancalimon Jadescribe, gobernante de Syrtis y líder de la fructífera república, se había convertido en un títere más del Raptor de Almas. Un oscuro panorama se extiende sobre el mundo...