[Relato] Palabras de Fe

[climene]

Pienso igual que Fer, deja que se jodan, no cambies una parte de TU relato solo por otros...

Solo considera la crítica constructiva, y no la destructiva a la hora de escribir

[JoseMRomero]

Capitulo 4: Alsius

Dedicado a Merak Green
y a Estrella Solitaria por su boda.
Dedicado también a Rallito de Sol
en su graduación.

Un poderoso bárbaro de la guardia de Imperia pateó al mago, tirándolo al suelo mientras este se retorcía de dolor.

-Encontré a este espía observando la ceremonia desde la torre.(1)

-Es el mejor puesto del castillo, la vista es fenomenal, créeme - el mago parecía divertirse con la expresión de odio que mostraba la multitud de alsirios reunidos en torno a él.

-Cállate, insolente - El guardia pisó al mago con repulsión, causando un grito agudo de puro sufrimiento en el syrtense.

-Basta, déjalo ahí, continuemos con lo que vinimos a hacer - un caballero se alzó frente a la multitud, Percebal, el benévolo.

Los alsirios, de todas las razas del norte, miraron la procesión con entusiasmo, Estrella Solitaria caminó hacia un improvisado altar. A un lado de Percebal, Merak Green, un poderoso conjurador de la Orden Alsiria, observaba con profundo amor a la maga.

-¡Apuren, matamos al syrtense y nos vamos a la guerra! - Brucex, impaciente caballero, gritaba una y otra vez en señal de campaña.

-Hermanos, henos aquí reunidos para celebrar el enlace de Merak Green y Estrella Solitaria, enlace que ni el tiempo ni nuestros enemigos podrán destruir - La voz de Percebal era inmutable.

De las filas de espectadores, un caballero encapuchado se acercó lentamente al rincón donde yacía el báculo del syrtense.

-Merak Green, ¿aceptas a esta dama como tu esposa, para amarla y protegerla de las garras de rufianes como el que hoy nos acompaña?

-Sí, acepto.

-Y tú, Estrella Solitaria, ¿aceptas a este hombre como tu esposo, para cuidarlo y acompañarlo hasta la muerte, sin escapar con santuario alguno?

-Acepto.

-Yo los declaro, por el poder de ORG, marido y mujer. Merak, puedes besar a la novia.

La multitud alzó al cielo los gritos de júbilo vitoreando la unión. El syrtense se colocó de pie como pudo y se acercó a la pareja.

-Felicidades chicos

-Lego... - Merak Green hizo una señal a un tirador a su lado mientras miraba con odio y desprecio al conjurador verde. El puño del tirador aturdió al syrtense, quien se tambaleó y se recostó de uno de los muros del castillo.

El encapuchado alturian tomó el báculo, dejó ver un martillo de acero y noqueó con él a los guardias del Imperio. Tomó a su compañero de un brazo y corrieron hacia la puerta.

-¡Rompe la maldita puerta! - el escudo del caballero empezaba a ceder frente a la ofensiva enemiga.

-Lord... - Los brillantes ojos azules del mago se oscurecieron, la tez blanca tomó un tono azulado y en un estallido de cristales los cerrojos de la puerta se rompieron.

-Terminala - En un espiral de dolor puro, el mago volvía a su forma original y el hábil guerrero hizo añicos la entrada en un golpe fulminante.

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-Gracias por la ayuda... - Jm sentía verguenza por sí mismo.

-Todavía no me des las gracias, Romero. Falta que lleguemos a la República - Julian D fijaba la vista sobre el horizonte, tratando de ver el peligro en esas tierras ajenas.

La pareja de syrtenses cruzó un campamento orco donde un grupo de cazadores alsirios otorgaba el máximo rango de maestría a una arquera norda de cabellos rojos. La curiosidad del mago logró que se acercara al despistado grupo de enemigos y, descifrando el estandarte escrito en runas nórdicas, se acercó hacia la pelirroja.

-¡Felicidades Rallito de Sol!

Los alsirios voltearon hacia el mago y con indescriptible asombro escucharon sus palabras, de entre ellos una voz surgió.

-Matenlos, acaben con los intrusos.

-Maldigo el día en que aprendiste alsirio, Jm - Julian tomó a su camarada en brazos y corrió con todas sus fuerzas hacia el Puente Pinos Este, hacia la República de Syrtis.


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(1) Todo lo que esté en negrita es alsirio.