Café Literario

[MalditoLobo]

El Café es un caos.

Arden las paredes incendiadas por las llamas del rencor.

Asesina el aire invadido por el veneno de un odio letal sin precedentes.

Tiembla el piso poseído por el miedo que precede a la silla eléctrica.

Mientras el abogado se retuerce en el baño, los presentes contemplan la titánica batalla, plagiada de Dragon Ball Z (o quizás de Saint Seiya, o de The Matrix, no estamos seguros)

Ahmed-Ali-Aznhed-Bahalthazar-Osama-Orinoco-Neo-Superman, alias pepe, el mozo, lucha como un demonio contra Lobo, aquel llamado el maldito en una pelea a muerte que decidirá el destino del universo; de este universo.

Mientras la sangre cubre las paredes y los muebles estallan ante cada descarga de energía, un paseante casual se aproxima a la dama y le cuestiona:

-¿Pero qué pasa acá?

-Se están peleando-responde ella.

-¿Por qué?

-Pepe aumentó el precio de las medialunas.

-¿Mucho?

-Treinta centavos más el kilo. Al lobo no le gustó eso.

Sumido en la pesadumbre, el sujeto ve un papel en el suelo. Lo recoge y lee en voz alta:

SHOW URBANO

Camina por aceras apenas iluminadas, en un barrio de buena muerte disfrazada de mala vida. La calle es suya, avanza por ella como un glóbulo más recorriendo las venas de una ciudad insomne.

En una esquina una chica de veinte años baja su escote y le guiña un ojo, “veinte billetes por media hora” dice su mirada. Él la ignora.

En la entrada de un baño público un policía vomita al ver a su primera víctima de homicidio. No sabía que tras la muerte el cuerpo se vuelve incontinente. Risueño, el joven no le presta demasiada atención.

Tirado en las escalinatas de una iglesia, un homeless duerme el sueño de los condenados, elude la realidad con una botella pegada a los labios. Ya ha perdido la consciencia. El muchacho se detiene a observarlo un momento, se pregunta qué hazañas estará protagonizando en un paraíso a la medida de sus fantasías.

Las sirenas suenan en la ciudad, callan el llanto de los críos, ahogan los gritos de los desamparados. Las lágrimas no secan, nunca secan, mueren en las comisuras de los ignorados; los desechos que el sistema arrojó a las veredas del olvido.

Poco antes de llegar el joven se detiene, enciende un cigarrillo y eleva la vista al cielo. Las luces y el smog que emana de la piel de asfalto de la inconmensurable bestia le impiden ver las estrellas.

La ciudad inhala el hedor de sus heces. Y él inhala con ella.

Se aproxima a la puerta del edificio. Llama al cuarto departamento.

-¿Quién es?-pregunta la tímida voz a través del artefacto.

-Soy Ian. Abrí.

Un desagradable sonido ataca sus oídos. La puerta cede al primer contacto. Sube por las escaleras hasta el hogar de quien lo ha citado esta noche. Ella está esperándolo.

-¿Y bien?-cuestiona él, sin preocuparse en regalar un saludo mayor que su propia presencia.

-Tenés que verlo. Ya casi es la hora. Vení, es en la terraza-murmura la chica.

En silencio él la sigue. No repara en el maquillaje ni en la ropa, sabe que está enamorada de él y le importa bien poco. De hecho, ni siquiera sabe por qué accedió a este encuentro.

Una vez en lo alto se refugian en las sombras.

-Está vez me vas a creer-dice y sus ojos son estrellas compuestas de ilusión y esperanzas.

-Nunca dije que no te creyera-responde él, apático, frío, distante.

Esperan durante un minuto. Dos. Tres. Al cuarto se escuchan unos pasos. Lentos, torpes. Ven a un anciano caminar, errante en las tinieblas, hasta pararse debajo del único foco que intenta iluminar el sitio.

-Es él-susurra ella.

-Ya lo había deducido-responde Ian, por lo bajo.

No tarda en ocurrir. Una luz, débil al comienzo, blanca, inmaculada, brilla en un rincón. Se intensifica, opaca el neón, el domo fluorescente que cubre la ciudad. Pronto toma forma, se convierte en femenina silueta.

Camina ahora, con lentitud, con delicadeza, hacia el foco; hacia el viejo.

-¿Ves? Te dije que había un fantasma-murmura la chica.

La difunta y quien pronto fallecerá están ya cara a cara. El abraza su cintura, sólida para él, inmaterial para el mundo, y la besa con ternura en los pálidos y muertos labios. Abre la boca. Su lengua y su fétido aliento atraviesan la nada; atraviesan el todo.

El anciano baja al cuello, comienza a desvestirla, bebe de sus senos el néctar amargo de lo que se fue para nunca volver. Se escucha un gemido.

Sólo entonces Ian nota que las vestiduras del espectro no son contemporáneas.

La levedad de la muerte juega a favor del viejo. No es difícil sostener por los glúteos a un ánima. La tiene con la espalda contra la pared. La penetra casi con ira, se adentra, poseído por un arcángel que debió llamarse Lujuria, en la humedad de algo que fue devorado por los gusanos cincuenta, cien años atrás.

El movimiento es, a un mismo tiempo, mecánico y frenético, lascivo y aburrido. Un nauseabundo hedor se apodera del lugar. Tiembla la sima de esta cima de hierro y concreto cuando un hormigueo recorre un cuerpo y un alma.

Un volcán estalla, se desata una ráfaga solitaria, un viento de fe desesperanzado, un maremoto de emociones, un orgasmo prohibido por el infierno y alentado por el paraíso; la quintaesencia de la necrofilia.

Ríe La Parca. Llora una partera. Un viejo derrama en el piso su semen. Una chica ilusionada se aferra a su amor. Y un tipo aburrido enciende un cigarro.

El show acaba. El anciano, con lentitud, baja al fantasma. Recibe un cálido beso en la mejilla a modo de agradecimiento y luego se halla solo, una vez más.

Sube su pantalón. Ajusta el cinto. Respira profundo el muerto aroma de su placer. Cuando se recupera habla.

-Voyeur, ¿un cigarrillo para un viejo?

Ian camina hacia él. La chica trata de detenerlo, asustada, pero resulta infructuoso. Se para a un metro y le extiende la caja.

-¿Sabes?-dice el anciano mientras se dispone a fumar-hay gente que se conforma con una bolsa de papas con un hueco. Yo no soy de esos.

-Lo noté-murmura el joven.

-Fue acá. En esta misma terraza, bajo un foco igual a este. Hace sesenta años. Se llamaba... ya ni me acuerdo como se llamaba. Estaba preñada. La mató la familia, por eso de la deshonra. Dicen que fue acá donde se embarazó. La gente cree que revive su último momento de felicidad, pero eso es mentira. Ya no queda nadie de los que la conocieron. Ya ni una aparecida es.

-¿Entonces? ¿qué es?

-Una chica muy dulce. Y muy complaciente-responde, mostrando sus siete dientes en una sonrisa.

No hablan más. El viejo se va. Un minuto después lo hace la pareja.

-No parecés sorprendido-afirma ella, mientras se dirigen al departamento.

-No lo estoy. Te lo dije antes: he visto muchas cosas en estos últimos cuatro años.

-¿Y qué creés? ¿qué fue lo que vimos?

-Un viejo echándose un polvo con el recuerdo de un fantasma.

Ella le sonríe. Se despiden en la puerta. Él se adentra en las calles, una vez más.

Recorre las arterias de la metrópolis y respira con ella. Deja en el pavimento huellas metafísicas, impregna de sí, Hombre Urbano, el asfalto y la basura, el humo y el ruido. Su imagen se graba en las pupilas de las putas y los borrachos, de los policías y los proxenetas. Es Presencia en la ciudad desnuda, la que nació por cesárea, la de las mil historias, la que parió las progenies nocturnas que vagan más allá de los límites de la piedad.

Nadie es un ausente, todos construyen la historia, con cada paso, con cada palabra, con cada golpe y cada abrazo, con cada muerte y cada nacimiento. Aunque a nadie le importe.

Porque ella está viva. Se alimenta de esperanzas y frustraciones, regurgita odio y amor, excreta miseria y soledad y hambre y frío. Sueña con mañanas perdidos en los anales del ayer, cuando no había electricidad ni agua potable. Respira agonía. Y recuerda, a cada momento, cada fechoría y cada virtud de sus hijos. De todos sus hijos.

Los vivos. Los muertos. Los que nunca nacieron y aquellos que han de vivir por siempre. Para nadie existe el olvido, ese divino elixir que cierra toda herida. Ni siquiera para los fantasmas.

Al fin, tras naufragar, otra vez, en la mar de concreto, la marea del devenir lo arroja a las costas de su cama. Y acá sigue, acosado por las calles; y acá siguen las calles, acosadas por él. Alguien podría creer que es otro espectro haciendo más oscura esta noche sin luna.

Mi ciudad, por su parte, sabe que es un recuerdo del futuro.

[kierkegaad]

Genial!!! Por tiempo no lei todos los posteos, pero los que lei (y no fueron pocos) me gustaron mucho. Esto hace que la comunidad de Regnum sea tan buena, realmente hay gente muy valiosa. Los felicito, merecen ser muy difundidos estos escritos.
Ya que estoy aca dejo un cuentito. Sigan posteando, quiero seguir leyendo



Amigazo

Sí amigazo, te cuento que paso.
Hace un par de días o semanas atrás encontraste a tu pareja a la que apreciabas demasiado con otro. Vos te irritaste un poco pero intentaste perdonarla. Ella no te dejó y te dejó. Solo y destruido te deprimiste demasiado. Empezaste a tirar todo lo que te recordaba a ella.
Justo yo pasaba por ahí, te vi mal, entonces me puse los anteojos. Un chiste, para romper el hielo. Estabas acarreando cosas furioso. Te pregunte que pasaba y me respondiste con una crítica general hacia las mujeres. Enseguida me di cuenta de todo. Te invite un trago. Charlamos largo y tendido, nos caímos bien, teníamos muchas cosas en común: por ejemplo vos trabajabas en una de las fabricas que pertenecen a la empresa que yo represento como abogado. Me contaste que lo que te había pasado no te deja pensar bien y que no te podías concentrar ni siquiera en el trabajo, al que amabas y era lo único que te mantenía cuerdo, en una pieza y con fuerzas para seguir viviendo. Te recomendé que te tomes licencia ya que la empresa a la que pertenece la fábrica en la que trabajabas y a la que yo represento como abogado son muy permisivos y tratan muy bien a todos los empleados, les pagan bien y los cuidan. Vos dijiste que si no ibas a trabajar te ibas a volver loco.
Justo llegaron al bar unas "amigas" mías y vos te fuiste con una para desahogarte. Sin embargo no pudiste sacar de tu cabeza a la que te engañó, defraudó, lastimó y te hizo muchas otras cosas malas. Además no me hiciste caso y fuiste a trabajar, siendo la empresa tan permisiva y preocupada por sus empleados. Y como tenías la cabeza en otro lado y tuviste un accidente hace 4 días por tu culpa. No podés ir a trabajar teniendo la cabeza en otro lado. Podrías haber lastimado a alguien. Tuviste muchísima suerte. Te envidió. Te golpeaste la cabeza muy fuerte y recién recuperaste la conciencia. Menos mal que la empresa a la que represento hace las cosas bien y se preocupa por los empleados, de otro modo habrías perdido el otro brazo también. Los doctores dijeron que no te lo podían volver a unir, pero hay unas prótesis estéticas hermosas. Si este hospital se preocupara tanto por los pacientes como la empresa por los trabajadores te habrían puesto el brazo del hombre biónico. Fíjate lo bueno que son los de la empresa que ni siquiera te van a denunciar por negligencia así renuncias honradamente y te van a dar indemnización por el tiempo que trabajaste. Si no fuera porque tenés la cabeza en cualquier lado le habrías salido muy caro a la empresa a la que represento. Hasta la vista amigazo. Que te mejores.

[flor_del_desierto]

Bueno Lobo que te puedo decir, uno nunca puede satisfacer a todo el mundo, no se que estabas pensando cuando lo escribiste, la verdad un giro muy raro, y para ser del todo honesta no me gusto!, y eso es mas raro todavia!, asi que paso mi turno a Armestt y el me va a pasar el suyo!, veremos que sale de la galera del mago!!... Besoss Lobito


Armestt es todo tuyo!... Dale duro!

[armestt]

Originally Posted by flor_del_desierto

Armestt es todo tuyo!... Dale duro!

...un recuerdo del futuro.... mi ciudad... mi ciudad... futuro... un recuerdo.... otro más.... y otro.... la catalepsia... el ardor... la falta de aire... la inmovilidad... Las visiones del dolor. Los desvaríos de la agonía, es todo cuanto ví en ese rato. Son ruidos que me atormentan tirado en el piso... Esas proyecciones sobre las perversiones de la vida, la muerte y los que transitan por el medio de la calle.... Los ojos bien abiertos, las pupilas dilatadas, y sin embargo todo obscuro, nada veo. No puedo moverme, no puedo nada... agonizo. A lo lejos oigo disturbios. Ruidos secos. Sordos. Cristalería que precipitadamente haya su fin contra el piso, una cabeza, una pelada, un corazón. Alboroto. Griterío de apuestas y sin sentidos. Una lucha titánica se desata sobre un mostrador, y yo muero junto a un mingitorio, impregnado del ácido olor a naftalina, lavanda y orines.

De repente, la pesadez se difumina en un ambiente aterciopelado. Todo se reviste de una suavidad, que aún inmóvil parezco acariciar. Sin poder mover ni una sola extremidad, siento golpear a la puerta del baño.

-¿estás bien federiquito? tas tardando mucho. Hay un lío bárbaro acá fuera. Me da miedo.... Fede... ¿tas bien? ¿querés algo?

Tirado ahí, en ese agujero infecto solo la llamo con mi pensamiento, pues mi corazón no late.

De repente, la puerta se abre de sopetón. Entra ella.

-Tapate que entro... Gordoo...! Aaahhhhhhhhhhh!!!!!!!! ¿qué te pasó? Fede... Fedeeee.... reaccionaaá...!!!!!

Se arrodilla junto a mi... rompe en llanto y grita cosas que no logro entender. Me zamarrea creyendo que era un chiste. Un chillido histérico raja el espejo del baño.

No sabe que hacer, pero su corazón se acelera porque sabe que el mío aminora su marcha. Me abraza fuerte, y sus lágrimas caen sobre mi rostro. Me aferra a ella temiendo que parta. No quiere dejarme ir. Me acaricia la cara, el pelo. Se hinca sobre mí y me toma por la solapa del saco. Se recuesta sobre mi pecho y se aproxima. Juraría que intenté decirle algo... todo.... nada.

Se incorpora decidida. Me saca la corbata y me abre de un tirón la camisa. Apoya su rostro sobre mi pecho y percibe que no es tan frío como alguna vez dije. Se aproxima nuevamente a mis labios pero no para oírme. No me quiere escuchar. Tal vez intente despedirse, o con su corazón puro de cuentos y cantos, pretende despertarme. Funde sus cálidos labios con la tersedad de los míos. Sin titubear un instante se abalanza y me propicia un beso de amor. De aquellos besos que sólo imaginabas en tu tierna adolescencia. Por un instante ella se fue de este mundo, y yo.... y yo volví a él. Su cálido aliento me invade. El dulzor de su néctar se esparce en mi como un chispazo de vida. De repente el pulso comienza su errático devenir. Los calores, los colores, todo vuelve a su lugar. Esa narcoléptica fragancia a jazmín. Esa claridad que se filtra por unos ojos hartos de no ver. Esa tersura en el ambiente. Esos labios incrustados en los míos que continúan propiciándome el más dulce y largo beso. Esa ahora caoba muchachita a quien pertenecen esos delicados labios, con sus ojos cerrados, empapándose de cada instante, deja caer una tras otra sus lágrimas de miel. La tomo por la cintura entusiasmado. Abre esos cometas a punto de impactarme, y sonríe.

-Volviste...!!! Funcionó...!
Con dificultad le devuelvo la sonrisa. Alegre por verla, triste por interrumpirla.
-No te pases -me dice, sacando mi mano de la parte baja de su cintura, ahí donde había terminado unos 15 cm más arriba.
-¿Qué pasó?
-Te besé y te reviví -ingenua, feliz y orgullosa.
-Me duele la cabeza. No entiendo... me empecé a sentir mal y.... el café! -exclamo queriendo entender.
-Creo que sabemos que es lo que pasa... Vení. Apoyate. ¿Podés? salgamos de acá. Igual afuera hay mucho bardo. Vamos a que te vea alguien.
-Esto no queda así. Tengo que...
-Nada! -me para en seco. En otro momento peleador... en otro momento -sin apartar la preocupación de su rostro.
-Ahora, ¿me tenía que morir para que me besaras?
Me sonríe. Me sonríe grande.

[flor_del_desierto]

Armestt me gusto mucho!...
Ya termine con la parte que sigue solo la tengo q subir!, despues edito post y la subo!... Besoss

[Earwin]

(Acabo de encontrarme en guerra, por primera vez, a Armestt. No pude resistirme... ¡Tenía que tirarte meteorito!) Entrando en seriedad... Hace un largo tiempo que no escribo nada. Miles de ideas se me cruzan por día en la cabeza, la mayoría sin futuro, otras muy especiales, como la historia que les presento.

El misterio del amor oculto.

Lo miré. Estaba sentado en el borde de aquella fuente de agua cristalina. Su pureza, su bondad, su alma se reflejaba allí; dejar de mirarlo me fue imposible. Mucha gente caminaba por la plaza, casi amontonados, pero la luz que su corazón inspira, guió mis ojos y luego mi cuerpo hacia él.

-Hola...-le dije, en voz baja.

-¡Hola! Llegaste... Te estaba esperando -me contestó alegremente- y la impaciencia se apoderaba de mí.

-Qué bueno saberlo, qué bueno saber que significo algo.

-Pero claro que significas mucho para mí. Más de lo que te imaginas.

-No sabía que fuera tanto. Al menos, no encuentro tantas razones para que me admires.

-Las hay. Pronto te darás cuenta. Te invito un café, ¿vamos?

-Está bien, vamos.

Caminamos por la plaza, cruzando la calle había un bar. Tomamos café mientras charlábamos. Mientras tanto, me contaba sobre su nuevo proyecto. Sería un libro con un informe y una reflexión sobre el amor muy completos. Me pidió ayuda.

-Necesito que me ayudes con esto. Vos tenes mucha experiencia y tus reflexiones son muy importantes. Te ofrezco un lugar para que trabajes conmigo sobre el proyecto. Considero que tu reflejo sobre la relación entre la vida y el amor son muy importantes para el libro.

-No puedo... Vos sabes por qué.

-¿Cómo que no podes? Eso no es un impedimento para mí y...

-Pero sí lo es para mí-le argumenté, casi gritando.

Rápidamente, dejé algo de dinero sobre la mesa, me levanté y me fui, sin mediar palabra. Al caminar por las anchas veredas, mirando el suelo, las lágrimas comenzaban a caer, humedeciendo mi piel. Dolor y sufrimiento recorrían mis venas, a la vez que lo hacían el amor y el ardor que en ese momento sentía.
Llegué a mi casa. Me tiré sobre mi cama, llorando desconsolada durante un largo tiempo. Pensaba y reflexionaba sobre todo lo que pasó y lo que podía pasar. Perdí la noción del tiempo y me dí cuenta que eran ya las diez de la noche: había pasado dos horas acostada, pensando en él. Pensando en su mirada recorriendo las calles de mi cuerpo, pero penetrando en mi alma.
Mientras preparaba la cena, trataba de calmarme a mí misma. Luego de un gran esfuerzo, decidí que le pediría disculpas pero no estaba segura de poder aceptar su oferta. El haberle dicho una vez todo lo que sentía por él me incomodaba y no quería que piense mal de mí.
Busqué en la agenda su teléfono celular, lo llamé y le dije que esperaba verlo en la plaza el día de mañana a la misma hora. Tenía que decirle algo importante.
Terminé esa jornada estando muy pensativa y, a la vez, nerviosa. No podía dejar de imaginarme lo que pasaría. Tal vez él se había enojado conmigo, tal vez sólo se alejaría, tal vez aceptaría mis disculpas y todo continuaría normalmente. Me impacienté esa noche y casi no pude dormir.

La mañana y la tarde transcurrieron como siempre, siguiendo paso a paso la rutina, hasta las ocho.

Nuevamente fui hasta la plaza y lo encontré sentado en la fuente. Su alma seguía reflejada en aquella agua cristalina, pura y natural. Me acerqué muy suavemente, casi sin hacer ruido, tomé valor y comencé a hablar.

-Siento mucho haber reaccionado así ayer. Te pido que me perdones.

-No hay problema. Yo te entiendo y te perdono. Tus razones son válidas pero aun insisto en que trabajes conmigo sobre el libro. La apreciación que podes ofrecerle a todas las personas que lo lean es... ¡Majestuoso! Complementando mi informe con el trabajo que me mostraste hace algún tiempo, podemos lograr un best seller. Mas no me importa tanto la venta que tenga, sino también lo que esas palabras puedan producir en los lectores. Por eso es muy relevante que te incluya.

-¿Tan importante es que yo participe del proyecto?

-Importantísimo.

-Mmm... Dame tiempo para pensarlo. Cuando sepa la respuesta, te lo haré saber.

-¡Bueno! Con eso me conformo.

Una vez que le dije que había esperanzas, noté en su semblante una alegría que lo invadía totalmente. Sus ojos brillaban y su sonrisa era cada vez mayor.

-Ahora tendrás que disculparme, pero tengo cosas que hacer en casa-le dije, atinando a despedirme antes de que me provoque más ternura de la que ya había provocado en mí.

-Está bien. ¿Qué te parece si me llamas el...... Miércoles?

-Bueno. El miércoles te llamo y vemos.

Nos despedimos y me fui para mi casa otra vez.

El miércoles, teniendo ya mi respuesta, lo llamé al celular y pactamos otro encuentro en el mismo lugar. Esta vez llegué yo primero y me senté donde solía verlo a él.
Lo vi llegar por la vereda del bar, estaba dispuesto a cruzar. Llevaba en la cara una gran sonrisa, se notaba esperanzado.

-¡CUIDADO!-le grité, más nerviosa y asustada que nunca en mi vida.

Un auto lo atropelló y escapó. Él quedó desparramado en la calle. Corrí hasta donde estaba mientras pedía ayuda. La gente miraba con cara de horror, estaban paralizados. Pero no me importaba nada más que él en ese momento.
Apoyé su cabeza en mi brazo izquierdo, abrazándolo. Quería decirme algo, casi no lo escuchaba. Descifré ésto unos segundos después de pensarlo:

-¡Yo te amo! ¡Yo te amo! ¡No me dejes por favor!

Rápidamente, llegó una ambulancia que uno de los transeúntes había llamado y lo llevaron al hospital más cercano.
Luego de varias cirugías, lo dejaron internado en el hospital.
Ahora estoy en una sala del hospital, sentada a su lado. Mientras espero que despierte, escribo estas líneas en un diario que siempre llevo en mi cartera.

-Estás aquí-escuché que dijo, muy suavemente.

-Siempre, amor, cuidándote-le respondí de manera intensa.

Lo abracé, me abrazó. En esos segundos, me besó como jamás yo había sentido a nadie hacerlo, me miró a los ojos y me confesó algo realmente importante.

-Yo... ¡Yo te amo! Te amo más de lo que algún día podrías imaginarte. Nunca me he atrevido a decírtelo, pero hoy te lo confieso.

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Así termina este fragmento de la vida de dos personajes que se aman.
Espero que les guste.

Saludos, Ear.

PD: uff es tardísimo, aunque valió la pena.

[armestt]

Bueno, antes que nada, bienvenido a este humilde espacio a kierkegaad, a quien por cierto lo estoy viendo muy seguido por la ZG.

Espero te sientas a gusto posteando aquí y allá, y subiendo cosas, y leyendo lo que todos ponemos.

Amigazo... esa puta ironía de la vida que parece no tener fin...

Ear.... no recuerdo haberte cruzado.... asumo que me mataste... Bien por vos!

Así termina la vida de las personas? en una sala de hospital? agonizando? Así es el amor? me lo temía. Volvemos a esos putos designios del destino a los que les encanta dejarte en evidencia.

A continuación les dejo algo que lleva un tiempo ya entre mis apuntes....

****************

Un instante*

Sentado a un milímetro de la realidad, contemplo el vaso vacío que me recuerda que todo tiene un fin inexorable. Brindo por tu memoria, celebro por mi olvido y me desplomo en el lugar vacío que dejaste. Me levanto, y a un milímetro de la realidad cierro la puerta del jardín, donde las luciérnagas destellan los últimos rayos de amor antes de que despunte el alba. Me paro junto a la ventana, y miro con cierta angustia el lugar al que ya no salgo a jugar. A un milímetro del odio, contemplo el cielo. Las nubes se deshacen en el horizonte, y tan solo las veo pasar.

Me siento en la cama. Pienso. Me llevo las manos al pecho. Contengo la respiración y escucho a un errático corazón que no para de darme sustos. A un milímetro de Dios pienso en lo que resta. Salpico el acolchado con salinas de otros lares, a un milímetro de recordarte.

Tomo el teléfono a un milímetro de decir tu nombre por primera vez. Por infinita vez. Por la última. Busco algo, espero algo, pienso en algo, pero no sé que es. Mis manos inquietas, a un milímetro de la locura se agitan y tiemblan. Mis labios, a un milímetro del abandono tiritan de frío y se resecan por el aire que, tan solo los roza.

Me recuesto, y en el claroscuro de mi habitación fantaseo despierto. Contemplo una bóveda húmeda llena de figuras, donde los sueños y las frustraciones yacen atrapados entre una gastada alfombra y el maltrecho yeso del cieloraso.

A un milímetro del sol creo abrazarte. A un milímetro del suelo creo tocarte. A un milímetro de vos, creo que sigues ahí.


*Inspirado en el tema Fugu, de Pedro Aznar.

[Earwin]

Originally Posted by armestt

Ear.... no recuerdo haberte cruzado....asumo que me mataste... Bien por vos!

Así termina la vida de las personas? en una sala de hospital? agonizando? Así es el amor? me lo temía. Volvemos a esos putos designios del destino a los que les encanta dejarte en evidencia.

A continuación les dejo algo que lleva un tiempo ya entre mis apuntes....

****************

Un instante

¡Sí! Angy me dijo que era muy posible que no me reconocieras. Yo también me dí cuenta, no hay problema. No, no pude matarte... ¡Evadís mucho! No tiene crédito lo mío... Fue en guerra. Pero me sorprendió porque nunca te había visto en Regnum.

Volviendo a los temas del café...

Sí, el amor siempre termina de esa manera (obviamente es metafórico, no estoy diciendo que los vaya a pisar un camión). Es un sufrimiento constante y sonante, a veces disfrazado de alegría y buenos momentos. Es una confusión permanente, en conclusión.

En cuanto a "Un instante", comparto muchos de esos sentimientos. Me gustó, realmente.

Saludos, Ear.

[ChiziAlsius]

Originally Posted by armestt

Un instante*

Mi querido Fede, cuan agradable se me hace leer tus líneas. Un instante, tan solo eso.

Cuando el momento no me acompaña, la agonía renace en un intento desesperado por martirizarme más y más. Pero la casi imperceptible pasión de tus textos, me devuelve una pizca del ardor que continúa muriendo en vista y causa del desamor. No sé si es quizás por la identificación que siento hacia ello o por ya no saber qué.

Buscando la inspiración en el vacío, tropiezo con su recuerdo y caigo en el hastío. Pues, la sangre de mi alma moja aún en la vereda, y es preciso aguardar para que se desvanezca. Con la agudeza del martirio y el desacato de mi ser, me encuentro en el camino de matarte o serte fiel. Mas no comprendo esta locura; y si me exiges el perdón, yo te juro por mi Luna que aquí mueres, corazón. Suelta ya las esperanzas, él no vale tu pasión; pues tan sólo si lo quieres dejarás la obsesión.


Ear, según dice Fede, yo soy su fan número 1... Te hubieses dado el gusto de matarlo (aunque sea un compañero de reino...) ... Ja.

Luego, posteo algo más. Saludos a todos!

[Iacobus]

Cada vez que te leo, despertas sensaciones adversas en mi angy. No siempre buenas. Pero eso es bueno. Tus palabras me llevan a mi pasado. Y siento que los fantasmas me susurran. En fin, segui asi...