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07-19-2010, 04:43 AM | #1 |
Master
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Location: Peleando contra el fascismo en el sur del mundo
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Asedio de Mar Sara (relato sobre Starcraft)
buenas noches! bueno, aca les dejo algo que estuve haciendo esta noche. resulta que empeze a jugar Starcraft (el 1) y hubo una parte en especial que me gusto tanto que (con sueño y todo ) le hice un relato cortito.
para los que jugaron el juego, hablo del sitio Zerg de Mar Sara (no se si era esa o Chau Sara) de la campaña Terran... para los que no lo jugaron y desean entrar al quilombo este que llamo cuento... que Wikipedia los ayude bueno, eso es todo, sepan que es de lo primerito que escribo asi que no sean tan malos conmigo suerte! Asedio de Mar Sara -Por la ley y el progreso… versos!- dijo mientras agitaba uno de sus musculosos brazos, cansado de sostener el gatillo de su C-14 en la ventana del bunker. Todavía tenía una vaga idea del precario entrenamiento que había recibido en las barracas: “esto es un gatillo, apretalo para disparar, cuando el cañón huela a pollo quemado, deja de disparar. Si ves algo que se arrastra, dispara. Si ves algo con forma de una bola de carne y pus en el cielo, corre” había dicho su entrenador hacia dos o tres días, “puras pavadas” pensaba el en ese entonces. Lamentaba haberse enlistado en los Marines, todas las promesas de viajes exóticos, de una vida mejor que le habían prometido morían acá esta noche, junto a el. Se encontraba en uno de los tantos Bunkers que rodeaban la derruida colonia de Mar Sara, junto a el había otros tres Marines con la misma armadura y armas, salvo uno de ellos que era medico. -Estan re cagados- él lo sabia, podía sentir el miedo en las caras de sus compañeros, sentir su pánico como quien saborea una cerveza. Afuera, la niebla cubría la calle, las tiendas, ya saqueadas, eran un retrato de la pobreza y miseria de la gente. La calle, ancha y misteriosa, estaba ahora cubierta por una rara niebla amarillenta, producto de los gases de las minas de Vespeno cercanas y daba un dejo de misterio y austeridad al paisaje. -la perra madre de Reynor, porque no viene el a darle a los bichos estos- murmuro un soldado al lado de él. Todos empezaron a festejar ese comentario, como si fuera un justificativo para su ineptitud. Tenia razón, pero nadie hiba a insultar a su amigo. -callate boludo!- dijo él mientras pegaba su oído al piso. Las pequeñas vibraciones del terreno desfilaban eufóricas frente a su oído. Se quedo callado, su cara estaba pálida. No sabia que hacer…salvo gritar –ZERG!- dijo, lisa y llanamente. Sus compañeros se quedaron helados, solo atinaron a agarrar sus armas y esperar su final, claro, sin antes llevarse algunas cabezas… “Los Perros del Demonio” les decían algunos, sin lugar a duda, eran maquinas de matar, sus afiladas zarpas podían penetrar el blindaje hasta de un tanque, su piel, de un tono rojo grisáceo, parecía podrida, y sus ojos, sus ojos mostraban odio y sed de sangre, demostrando ser merecedoras de su apodo. Ahí estaba su destino… o tal vez su gloria? Sus manos transpiraban, su mente estaba en blanco, solo pendiente del eterno danzar de la niebla en la calle. Cuando de repente unas explosiones se oyeron a lo lejos, junto a unos chillidos de dolor –minas- pensó el aliviado de que la precaria defensa los salvara del inminente desastre. Pero no, las sombras de los primeros de Zerglings se dibujaban a lo lejos, como reflejos de una trágica ilusión. Un viejo desde atrás de su bunker les hablaba a los soldados con un megáfono, dando instrucciones y alentándolos a la par. -esperen… esperen… fuego!- grito el viejo con toda sus ganas Las púas salieron disparadas de los cañones como si fueran escupidas, con odio. Los primeros Zergs cayeron sin más remedio frente a las trincheras Terran. Pero seguían avanzando con decisión hacia sus posiciones. La batalla fue encarnizada, cada tanto se escuchaba el explotar de alguna granada o algún grito de dolor de algún Terran herido. A menudo se veía alguna nave Zerg surcar el cielo, aunque no duraba mucho frente a los potentes misiles que les hacían frente. Los disparos se escucharon por varios minutos, como 10, nadie quería dejar de pelear, menos sabiendo que de eso dependía su vida. Las defensas no iban a aguantar lo suficiente, todos lo sabían. El final estaba cerca, los Zerg estaban tan cerca de las trincheras Terran que casi se podían sentir sus latidos, sus emociones y sus temores actuando como una gran masa orgánica. De pronto, el estridente sonido de los cruceros de transporte se precipitaron en la escena, siendo símbolo de salvación… pero claro, alguien tenía que sacrificarse mientras los demás abandonaban la zona, el sabia que nadie iba a ser tan loco o tan suicida para hacerlo, el sabía que era el único capaz de hacer eso… Una sombra verde nublo la vista de el, Jim Reynor, su amigo, su hermano, ahora volaba por los cielos con su moto, con una mano controlaba la potencia de los impulsores, y con la otra tiraba paquetes de C4 a la horda enemiga, aterrizo con elegancia y se volvió a esconder entre las filas aliadas. Eso dio tiempo a algunos para escapar, solo unos pocos se quedaron a hacer tiempo a los Zerg mientras sus amigos y hermanos escapaban. Los sonidos de los impulsores sonaron de vuelta, signo de que ya no había marcha atrás, una austera lagrima recorrió su mejilla. Ya todo esfuerzo estaba de mas, saco su cuchillo, el que le habían regalado cuando niño, su pistola, y salió corriendo a la búsqueda de su enemigo. Apenas llego de dar un par de disparos cuando una de las poderosas zarpas de un Zergling atravesó de punta a punta su traje. La sangre recorría su herida como un gran rio, el miro a su verdugo una ultima vez, y le atino un cuchillazo en la sien, dejándolo inmóvil en el piso. Ya no había dolor, había hecho bien las cosas, por lo menos una vez.
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Retirado.
Last edited by nedax; 07-20-2010 at 10:24 PM. |
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