Magia, hechizos y guerra

[Nevinirral]

Me dolía cada centímetro de mi cuerpo. Era como una muy mala resaca. Mire de nuevo la habitación, había un excesivo brillo, mis ojos todavía no se acostumbraban a la luz, y el sol me pegaba directamente a la cara desde una ventana abierta. Desde ella salía el cálido y familiar viento del desierto, que hacia mover unos adornos colgantes hechos de semillas secas, haciendo un ruido relajador.

Las sabanas que me envolvían estaban bastante limpias, me pregunte hace cuanto las cambiaron, pero más importante aún, cuánto tiempo estuve inconsciente. Los ojos por fin se acostumbraron y podía ver el resto de la habitación con más claridad. A mi izquierda tenía una jarra con agua cristalina, con unos vasos transparentes. Al lado de esas jarras se encontraba una muñeca de trapo, con un brazo remendado. Recuerdo que esa muñeca se la hiso Dama Blanca a Sofi, nunca se separaba de ella. Supuse que todos debieron preocuparse cuando me desmayé.

Seguí explorando la habitación desde la cama, aun me dolía mucho el cuerpo para levantarme. En una esquina de la habitación, acurrucada en un sillón había una mujer de pelos violáceos que dormía con un libro entre las manos. Al parecer, Kagome no se había dado cuenta que me había despertado. Tenía la garganta más seca que los desiertos de Ignis, ignoraba cuanto tiempo estuve sin poder comer ni beber. Alzé una de mis adoloridos brazos y trate de agarrar la jarra. Al parecer no lo debí haber hecho muy bien por que tire un vaso al suelo y derrame medio contenido de la jarra en la mesita de luz en donde se encontraba. Maldecí en voz baja, trate de sacar la muñeca de Sofi de allí que por falta de prensión en las manos también se me cayó al suelo. Maldecí un poco más alto esta vez. Me moví hacia la punta de la cama y estire el brazo lo máximo posible para alcanzar a la muñeca, pero era inútil, no llegaba. Intenté una vez mas y esta vez la alcancé, pero no gracias a mis manos si no a las de otras mucho mas femeninas y delicadas. Al parecer, desperté a Kagome con mi intento de auto-suficiencia, ella me tendió la muñeca con una sonrisa y unos ojos felinos que brillaban de alegría. Tome el juguete de sus manos con una sonrisa y ella, sin aviso, me rodeo con los brazos a la altura del cuello, ese acto de amor, pese a ser cariñoso, me producía un dolor insoportable.

-Kagome… por favor, me duele… -Dije tragándome el dolor que producían mis músculos y mis huesos.

-¿Cómo? ¡Oh! Si, perdona, Beddoes dijo que podría suceder eso. Lo hiciste Jace, de verdad eres elegido por los dioses.

-Solo tuve suerte. Y pos cierto, ¿Cuánto tiempo estuve dormido? ¿Tres, cuatro días?

-Estuviste una semana . –Den ese momento casi se me cayó la mandíbula inferior al suelo – Nos preocupaste por un momento Jace. Pensábamos que no despertarías. No te imaginas como estuviste los primeros días, gritabas a tu madre, gritabas de dolor. Y estuviste muerto por unos segundos, según dijo Dama Blanca. Ahí es cuando más me preocupe. Y no te imaginas como fue bañarte. Hubieras muerto de sed y de hambre si no fuera por tus… nuevas cualidades.

-Espera, ¿Me tuviste que bañar? –La idea de mi inerte cuerpo desnudo siendo bañado por Kagome me produjo tanto vergüenza como risa.

-Claro que no, fue Gambli a quien le toco tal desafortunada tarea. El muy tonto creyó que los tatuajes eran suciedad ¡ja!

-Espera… ¿Tatuajes? –Mi mandíbula inferior casi se cayó de nuevo.

-Si… ¿No sabias? Pensé… oh khyla… hay un espejo allí pero no creo que sea conveniente que te pares… ¡Espera Jace! Déjame ayudarte aunque sea.

Estaba desnudo y apenas tenía suficientes fuerzas para cubrirme con las sabanas, pero con ayuda de Kagome llegue hacia el espejo. Los tatuajes no eran lo único que cambio de mi. Mi masa muscular aumento significativamente, y creo que era unos centímetros mas alto. Los tatuajes eran una serie de líneas paralelas, que empezaban desde la palma de mis manos y recorrían los brazos completamente, para llegar al medio de mi pecho y subir recorriéndome los pectorales y el cuello hasta mi cara. Aunque los tatuajes del lado izquierdo llegaban a mi rostro, los del lado derecho se detenían en mi barbilla. Los que cruzaban mi testa eran dos líneas (también paralelas) que recorrían mi mejilla izquierda, llegaban a la cuenca del ojo izquierdo, se cortaban pero luego continuaban hasta el lado izquierdo de mi frente.


-Tranquilidad muchacho… -Dijo el profesor mientras me inspeccionaba la garganta –Todo esto te favorecerá. Créeme.

-Lo siento si no entiendo su punto de vista profesor. Pero no entiendo como esto –Dije señalándome a mi cara- puede de alguna manera ayudarme.

-Mira muchacho –Dijo el profesor mientras dejaba sus herramientas medicas en la mesita de luz –pregúntate esto a ti mismo ¿Por qué los magos usan un báculo? Para canalizar su poder, como bien sabes. Porque la magia es poderosa como un rio, pero feroz como tal. Por eso es necesario tener “guías” para impulsar esa magia en el lugar adecuado, porque si no saldría como un torrente incontrolable. Cosa que te pasó cuando eras pequeño. Por eso los magos usan báculo y no invocan hechizos con sus manos desnudas. Pero tu no. Estos tatuajes, para los Moloks son más que una costumbre que una necesidad. Tiempo atrás, los Moloks tenían vibración mágica como los humanos o los elfos. Pero la perdieron hace bastante. Pero aun siguen haciendo estos ritos. Estos tatuajes, sirven para canalizar tu poder, sin necesidad de un báculo. ¡Imagina las posibilidades! No mas esa molesta herramienta, con un chasquear de dedos podrás invocar a la flama o al trueno. Puede que incluso te de la posibilidad de blandir una espada al mismo tiempo que un poderoso trueno sale de su punta.

-¿Sin báculo eh? –Dije mientras miraba mi mano derecha. Me concentre unos momentos y note que las líneas de mi cuerpo se iluminaron de un color blanco azulado, sentí como la magia, el poder, salía desde mi mente y recorría mi cara, para luego sentir esa calurosa sensación en el pecho y luego en mis manos, que brillaban en un azul blanquecino.

-Como verás, las líneas van desde tu cabeza, pasan por el centro de tu pecho y recorren tus brazos hasta la palma de tu mano. Tiene todo una explicación lógica. La magia viene desde la mente del individuo, pero también involucra emociones, por ello pasan por el corazón. Y por último, el poder se libera desde la punta de tus dedos. Pero eso no es lo único que cambio de ti Jace. Ahora tienes varias cualidades de los Moloks. Posees un incremento de tu fortaleza física, no si se lo habrás notado ya. Tus reflejos se vieron aumentados, como tu percepción también. Creo que la frase “lo que no te mata, te fortalece” encaja a la perfección. Ahora vístete que Dama Blanca y Sofi están por llegar, hicieron unos grandes descubrimientos mientras tú estabas inconsciente.