Karma: no sólo acciones físicas [editar]
Tanto para el hinduismo como para el budismo, el karma no implica solamente las acciones físicas (como matar a otro ser humano), sino habría tres factores que generan reacciones:
- Los actos
- Las palabras
- Los pensamientos.
Tanto el budismo como el hinduismo creen que mediante la práctica de esas respectivas religiones, las personas pueden escapar del condicionamiento del karma y así liberarse de los cuatro sufrimientos (que se enumeran igual en ambas religiones):
- Nacimiento
- Enfermedad
- Vejez
- Muerte.
Karma y reencarnación [editar]
Usualmente se asocia el karma con la
reencarnación, ya que una sola vida humana no alcanzaría para experimentar todos los efectos de las acciones realizadas («cobrar» todo el bien que se ha hecho o «pagar» todo el mal que se ha hecho).
En religiones teístas (como el
hinduismo o el
cristianismo) existe el concepto de
alma. Bajo el punto de vista del karma, la
reencarnación sería la nueva encarnación del alma en un nuevo cuerpo físico, en tiempo futuro, en el útero de una nueva madre.
En el
budismo, y en el
hinduismo, el concepto de alma individual, o
jiva-atman, es una chispa del Espíritu Divino
(atman) que todos tenemos. Se entiende que existe un estado de pureza y
sabiduría original, latente pero dormido, en la vida de todos los seres humanos. En el concepto oriental el ser humano olvida su naturaleza superior y se identifica erróneamente con el cuerpo en el momento del nacimiento.
La
reencarnación —o transmigración de las almas—, es el paso hacia la siguiente existencia física. El karma determina las condiciones bajo las cuales el individuo vuelve a la vida. Sin embargo, el estado de pureza y sabiduría latente sigue intacto y desarrollándose lenta y progresivamente vida tras vida, en una especie de evolución espiritual del alma/cuerpo astral a través de numerosos cuerpos físicos y personajes, un largo viaje desde nuestra naturaleza inferior o animal hasta nuestra naturaleza superior o divina.
Recuerdo de vidas anteriores [editar]
El yogui, gurú y escritor
Yogananda creía que todos los seres realizados (entre quienes contaba a
Jesucristo o
Buda) podrían recordar sus vidas. En cambio al ser humano común y corriente no le ayudaría recordarlas, debido al peso emocional que eso acarrearía. Por lo tanto el recuerdo de esas vidas está oculto, pero guardado en la «memoria del alma» hasta que la persona esté preparada para recordarlas sin daño emocional.
La mayoría de las escuelas budistas enseñan que mediante la
meditación se puede llegar a un estado de superconsciencia llamado
nirvana (
samadhi en
yoga), que es el fin de la existencia condicionada por el karma. Algunas, como las del
budismo nichiren, entienden que no es posible escapar al ciclo de la
reencarnación. Por lo tanto, la práctica budista intenta que las personas alcancen un estado de felicidad absoluta en esta misma vida.
Los niños prodigio [editar]
El karma y la reencarnación serían la manera en que los orientales trataban de explicar el fenómeno de los
niños prodigio, que serían resultado de muchas vidas de práctica en ese don particular. Esos niños serían almas que de alguna manera podían aprovechar el talento aprendido en vidas anteriores, que estaría almacenado en una inaccesible memoria astral o
registros akáshicos (anales en el
éter, sustancia mítica invisible, más sutil que el aire).