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12-24-2008, 07:25 PM | #11 |
Master
Join Date: Mar 2008
Location: Acracia
Posts: 434
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NOTA: Este es un interludio entre dos de las partes que componen la saga que abre el thread.
INTERLUDIO Tengo frío. Un viento gélido aulla en mis oídos mientras me desplazo por el tejido que separa las realidades. El tiempo no existe y eso acá es obvio: no hay cambio. Estoy donde estaba y donde estaré. La ilusión regresará cuando llegue a destino. ¿Pero como llegar si todo es siempre igual? No es un lugar, es ningún lugar. Tomás Moro nunca lo imaginó así. El viento de la nada me mece violentamente. Quiere devorarme. Ruego porque lo haga. Aunque sé que no sucederá. Debo continuar aunque no me guste. Estoy en camino a Pandemonium y tengo miedo. Tengo mi yelmo, el sueño de un símbolo perfecto nacido en las mentes de un millón de anónimos ideólogos de lo imposible. Hará retroceder a los demonios. O al menos impedirá que avancen. Tengo mi coraza. La fabriqué yo mismo con el cadáver de un héroe imaginario. No seré lastimado. Tengo mi Lanza De Los Anhelos. Aún puedo luchar. Me distrae una imagen. Debajo de mí, perdido en este vacío más allá de la creación, un trozo de Tierra deambula casi como yo. Hay alguien más. Desciendo. Es joven. Fuma sentado en una roca. -Hola-me saluda. -Hola-respondo. -¿Extraviado? -No. No demasiado, al menos. -¿Y qué hacés acá? -Estoy viajando. ¿Y vos? -No estoy seguro. Estaba en Ámsterdam en un asunto… complicado. Creo que me dieron un tiro en la cabeza. Lo siguiente que recuerdo es estar acá varado, con un pedazo del suelo conmigo. -Entiendo. No me preocuparía en tu lugar. Volverás al lugar del que viniste, porque, en realidad, nunca te has ido. -Que asco. Esto es mucho más tranquilo. Pero debo volver. Hay algo que dejé inconcluso. Sus palabras resuenan en mi mente. Lo recuerdo. Nos hemos encontrado un millar de veces. Pero nunca acá. No me reconoce. Y yo no recuerdo quien es él en Oniria. -Estoy cansado. Necesito un respiro. -¿Todo ocurre muy deprisa, no? -En efecto. -No siempre se puede descansar, amigo. Toma esto, no servirá de mucho, pero ayudará. Me extiende una cantimplora. Agua. ¿Cuánto hace desde la última vez que bebí? En este sitio no se puede soñar ni morir; no puedo obtener ni lo más básico sin mis habilidades naturales. -Gracias. -Por nada. Bebo lentamente, como si fuera la primera vez. Y quizás lo sea. Él me mira complacido. -Hey, amigo, con calma. Todo es cuestión de voluntad-me dice. Recuerdo a Lucifer. Recuerdo su caída. Su choque contra una oscuridad vacía y sin nombre. Desnudo y solo, con su voluntad e inteligencia como únicas herramientas, forjando el reflejo del cielo. Sí el pudo… -Adiós. Encontrarás tu camino cuando de verdad quieras hacerlo-le digo a mi casual acompañante. -No lo dudo-responde-quédate el agua. No me va a hacer falta. Asiento y salto al vacío. Vago en la inmensidad. Las nieblas se disipan rápidamente. Porque yo lo deseo. Veo las puertas, veo la inscripción. Quienes crucen por acá, abandonen toda esperanza. Se les devolverá al salir. Ha cambiado desde que El Lucero Del Alba abandonó este plano. No hay guardias. Parece que me esperan. Respiro el azufre lentamente y doy el primer paso. Otra vez estoy en el infierno. Y tengo frío…
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historias, literatura |
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