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La Taberna Un lugar para conversar sobre casi cualquier tema

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Old 12-28-2009, 08:31 PM   #1
Icewizard
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Icewizard is on a distinguished road
Default Pequeño Cuento de amor

Pequeño cuento de amor

Capitulo 1- Allahed y Nae (Corregido)
Capitulo 2- La visión
Capitulo 3- Primer encuentro/Capitulo 4- La búsqueda/Capitulo 5- El plan
Capitulo 6- El regreso
Capitulo 7- Enfermedad/Capitulo 8- Discuciones
Capitulo 9- Expulsión/Capitulo 10- Primera vez
Capitulo 11- Planes
Capitulo 12- ¡A las armas!
Capitulo 13- La batalla
Capítulo 14- Viejos amigos
Capítulo 15- El final/Capítulo 16- Descubrimiento/Capítulo 17- Sueño extraño
Capítulo 18- Sobrevive un amor, muere un rey.
Capítulo 19- Propuestas.
Capítulo 20- Noticias.
Capítulo 21- La llegada
Capítulo 22- Los hermanos "Ice"
Capítulo 23- Jamás lo hubiese imaginado
Capítulo 24- Decisiones
Capítulo 25- La huida
Capítulo 26- Información
Capítulo 27- El puente blanco
Capítulo 28- Presentaciones
Capítulo 29- Sumida en la oscuridad
Capítulo 30- Versión verdadera
Capítulo 31- Misión importante
Capítulo 32- Lejos de casa
Capítulo 33- El tornado y el hielo
Capítulo 34- Terror
Capítulo 35- El último duelo
Epílogo- Elentari
Allahed y Nae



Hace mucho tiempo atrás el reino vivía lleno de felicidad y paz. La gente disfrutaba de los días que comenzaban hasta que terminaban. Los antiguos reyes elfos cada tantos días hacían fiestas y todos estaban invitados.
Cuando aun ni La Gran Muralla había sido construida debido a que no había necesidad, nació un elfo. Pero no era cualquier elfo porque era hijo de un poderoso y antiguo hechicero cuyo nombre fue olvidado con el tiempo. El gran hechicero había sido despojado de toda magia debido a actitudes un tanto perjudiciales para la paz del reino. En fin, al bebé lo llamó Allahed.
Con el paso de unos años, el niño fue criado de forma distinta a los otros jóvenes elfos. Su padre mismo lo crió enseñándole que los elfos eran criaturas bondadosas por fuera, pero cobardes a la magia desconocida, a la magia negra. Él niño no discutía con su padre, pero se sentía confundido. El también era elfo, ¿lo que decía el padre se aplicaba a él también? Él niño nunca tuvo amigos, pero su padre le dio un hermano. Se llamaba Nae. Totalmente opuesto a su hermano mayor, Nae era de lo más amistoso y compresible. Las enseñanzas de su padre eran inútiles debido a que su hijo menor era de mente abierta y comprobó que su padre solo estaba enojado. Ya adultos, Nae se casó con la princesa y heredo el trono del reino. Su hermano al comienzo no dijo nada, fue consejero de su hermano por un par de años mientras que en silencio, preparaba tropas.
Allahed comenzó a sentir celos de su hermano menor, él confirmaba que Nae desperdiciaba el poder del trono en tonteras. Allahed deseaba expandir el reino y si era necesario, lo haría por la fuerza. Nae se negaba absolutamente a eso pues él sabía que su hermano había sido criado de forma diferente debido a las personalidades sin embargo confiaba en que su idea no llegaría tan lejos y se olvidaría.
Allahed, una tarde de verano, pensó que ya era hora de mostrar su ejército de elfos que fueron robados desde pequeños y su mente estaba llenada con falsas acusaciones sobre los demás. Allahed, confiado de su ejército, asedió el palacio desde adentro. Su plan marchaba a la perfección pero él debía haber investigado mejor sobre el ejército del rey. Nae invocó a los espíritus de los bosques y capturó a todo el ejército de su Allahed.

-¡Vamos hermano! Acábame con tu magia. Tú no eres como los demás, somos iguales, ambos conocemos los poderes de nuestro padre. Sé que los conoces bien, los has estudiado.- Dijo Allahed

-No, hermano mío. No cometeré los errores de nuestro padre. No entiendo tu actitud Allahed ¿de qué nos serviría hacer una guerra con las criaturas del desierto? No necesitamos su magia oscura. Además estamos bien en este lugar, donde la naturaleza nos brinda todos los recursos necesarios para poder sobrevivir.- Declaró el rey.

-¡Es necesario! Seriamos imparables, Nae. Poder ilimitado, inmortalidad- Nae esperó a que su hermano siga.- ¡OH! Ya lo veo… Eres como los elfos que nuestro padre intentaba educar. El miedo a mas poder.- Y escupió a los pies de su hermano.

-¡Es suficiente!-

Y Nae levantó su báculo. Allahed no esperaba morir, él sabía además, que su hermano no sería capaz de poder matarle.

-Allahed, te destierro del reino junto a tus servidores… al mar de dunas… y no podrán cruzar nuestra muralla-

-¿Muralla? ¿Cual muralla?- preguntó Allahed confuso.

-Mi muralla- y Nae tocó el suelo con el báculo.

-Este no es el fin, hermano. Volveré con estandartes y los colgare en tu trono.- juró chillando Allahed.

Allahed fue teletransportado junto a su ejército. Al principio quisieron volver y rogar el perdón del rey, pero Allahed les hechizó y estos estuvieron bajo su total control.
Allahed guió a su ejército de elfos, que habían cambiado el arco y flecha por las espadas, en el mar de dunas hasta que encontraron el campamento de los moloks. Los moloks eran como humanos, solo que su tamaño era mucho mayor. Allahed les convenció de aliarse y acabar con los ígneos, enemigos incansables de los moloks. Los ígneos eran una civilización de magos oscuros, quienes habitaban en el desierto desde el principio del tiempo. Finalmente los moloks aceptaron. Actualmente, muchos dicen que el mago les hechizó. Caminaron mucho tiempo por el mar de dunas hasta que finalmente llegaron al El impero ígneo. La guerra fue dura. Las tropas de Allahed se encontraban con su moral muy débil por su expulsión y agotados del viaje. Los moloks eran pocos y sus armas eran muy primitivas. Muchos elfos y moloks murieron, pero finalmente Allahed venció y tomó lo que mas anhelaba en la vida, el libro de la nigromancia o también conocido por “El libro de la magia oscura”. Allahed fundó un nuevo reino llamado “Ignis” porque quería demostrar su victoria. Los elfos y moloks fundaron las primeras ciudades. Allahed re-construyó un ejército. Todo estaba listo, faltaba que él diera la orden y sus hombres partirían sin embargo algo salió mal.
Los elfos debían de ser criaturas puras o de lo contrario sufrirían hasta morir. Y así sucedió. La magia más antigua cayó sobre los elfos de Ignis, pero Allahed no se rindió. Utilizó la magia negra y convirtió a sus elfos del bosque, en elfos oscuros. Sus corazones estaban llenos de odio y pena, no sentían amor ni nada que sea feliz. Solo odio, incluso llegaron a odiar a Allahed por hacerlos malditos pero este utilizó la duda de los elfos y les dijo.

-Fue la maldición que mi hermano nos lanzó. Debemos vengarnos por habernos causado tal transformación, los elfos del bosque deben morir. Piensen hijos míos, podríamos reconstruir el imperio de mi hermano en algo mejor. Los elfos del bosque serían nuestros esclavos. Nosotros tendríamos el poder sobre todo en esta tierra.-

Y los elfos cayeron en el engaño. Partieron hasta los bosques. El viaje duro días. Cuando por fin llegaron, notaron algo distinto. Una gran edificación que se perdía a lo largo protegía su antiguo hogar. Era la muralla que Nae había construido al desterrar a los elfos.

-Nae- dijo Allahed con odio.

Los guardias de la puerta impresionados corrieron en busca de ayuda. Pero no tenía sentido, los elfos oscuros eran tan veloces como ellos. Derribaron las puertas y entraron en el bosque, pero otra sorpresa les llego. Nae estaba frente, con su corcel blanco como la nieve, a elfos y humanos.

-Hermano mío, ¡¿Qué le has hecho a tu gente?!- exclamó sorprendido Nae.

-Esto es poder hermano mío, ahora lo veras- dijo Allahed.

Y la guerra comenzó. Los elfos del bosque contra los elfos oscuros del desierto. Fue una lucha inexplicable. Muchas casas fueron quemadas, mucha gente inocente murió. Pero no mucho más. Finalmente las tropas de Nae vencieron de nuevo pero esta vez, Nae no fue tan compasivo con su hermano. Lo encarceló.
Una tarde, Nae visitó a su hermano.

-¿Qué haré contigo, hermano mío?-

Allahed esperó en silencio.

-Has maldecido a tu gente, y tú también sufriste de la maldición. Te dije que los ígneos solo estropearían todo.-

Allahed siguió sin contestar.

-Vete hermano- dijo Nae- Sal de mi reino y no vuelvas nunca- con un tono de suplica.

Allahed llegó confundido a la muralla. Al llegar entendió todo. Nae le había tendido una trampa mortal. 10 elfos arqueros llevaron a Allahed al bosque. Ahí le asesinaron. Los descendientes de los elfos arqueros cuentan que las últimas palabras que el brujo dijo fueron. “Larga…. Vida… Ignis” y unas palabras más en elfo antiguo.
Luego entendieron que era una maldición. Allahed maldijo al reino de Nae con diez desastres. Una por cada flecha que le atravesó.


Continuara

Last edited by Icewizard; 08-05-2010 at 09:15 PM.
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amor, cuento


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