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La Taberna Un lugar para conversar sobre casi cualquier tema |
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Pésima! | 9 | 20.45% | |
Muy mala. | 0 | 0% | |
Mala. | 0 | 0% | |
Regular-mala. | 0 | 0% | |
Regular. | 1 | 2.27% | |
Regular-buena. | 0 | 0% | |
Buena. | 3 | 6.82% | |
Muy buena. | 6 | 13.64% | |
Excelente. | 14 | 31.82% | |
Impresionante! | 11 | 25.00% | |
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06-02-2009, 02:33 AM | #81 |
Apprentice
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Location: Escribiendo historias...
Posts: 84
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Hola cele, que pasa con la siguiente entrega??? no es una critica de enojo, solo de duda :P porqe hace bastante que no hay nuevos capitulos
suerte cele |
06-02-2009, 07:31 PM | #82 |
Banned
Join Date: Mar 2009
Posts: 0
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ta buena la historia(pff, risa) despues voy a tu casa a pasarte algunos errores.
recien voy en iniciacion pero bue q se le vahace
ESCARCEO ڃټکڥںڬڲڿڮڟ ڃټکڥںڬڲڿڮڟ ڥڭښ ڇکڟ Por Celerian ڃټکڥںڬڲڿڮڟ ڃټکڥںڬڲڿڮڟ
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06-04-2009, 11:05 PM | #84 |
Apprentice
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Posts: 89
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Capítulo tres, parte siete. "Saludando al destino".
Esta entrega, va dedicada a MalditoLobo. ¡Grande! Capitulo tres, parte siete. ڥڭښ Saludando al Destino ڇکڟ Por Celerian Abro los ojos. Los rayos del sol golpean violentamente mis adoloridos ojos. La brisa, como suaves manos de ángel, acaricia, suavemente, mi piel y mis cabellos, que se balancean como la llama. El césped, crea un manso colchón natural que sostiene mi cuerpo que yace acostado en él. Los árboles se mecen lentamente creando un clásico, arrullador, sonido natural. Todo se encuentra en paz, en armonía. Doliente por la herida que porto, y a través de un esfuerzo inhumano, me siento. Estoy desconcertada. Me encuentro en un llano, probablemente en Syrtis. El hermoso silencio natural crea el espacio perfecto para pensar y meditar. Recuerdo. Rápidamente, giro mi cabeza para ver a mí alrededor. No, mis amigos no están. Estoy sola. Me levanto. Aun aturdida, no puedo dejar de pensar en que les habrá amparado el destino a mis compañeros. Pero tengo que continuar; quedarse allí no vale la pena. Comienzo a caminar sin rumbo, mientras me sujeto de los dispersos árboles, de vez en cuando, para no caer, débil, al suelo. Mi mente, esta llena de preocupación, y mi cuerpo, de dolor. Camino durante horas en una misma dirección, pensando, inquietándome. Pero como por obra de los dioses, algo increíble me pasa. A la distancia, a no más de 3000 pies de distancia y estando sobre de una elevada colina, lo veo. La maravillosa fortaleza de Algaros. Con mis últimas fuerzas, comienzo a correr. Al llegar, casi desvanecida, a la puerta del fuerte, comienzo a gritar por ayuda. Pero no puedo aguantar más. Caigo, cuan catarata de emociones, al empolvado piso. Pero las puertas se abren. De ella emergen 2 personas que vienen en mi ayuda. Un alturian y una elfa. Ambos, vestidos con la reluciente armadura syrtense, me auxilian. Una vez dentro del fuerte, el alturian me pregunta: - ¿Qué hace una mujer, desolada, por estas insólitas praderas? A lo que yo, débilmente, y mientras me corro el flequillo de la cara, contesto: - Simplemente desperté tirada muy lejos de aquí. - ¡Aja! ¿Será quizá otro caso de robos? – agrega la elfa. - La verdad, no lo sé. – agrega el alturian, dirigiéndose a su compañera – Yo le apostaría a que fueron aquellas grifonitas. - En esta época del año, es cuando suelen migrar a Alsius – me comenta la elfa – Y lo que mi compañero sospecha, es que fuiste atrapada para ser comida. Pero que luego te soltaron por que tu peso era mucho que cargar. Suena extraño, pero sucede. Todo es muy insólito. Ellos discuten entre ellos sobre un tema al que soy totalmente ajena y yo sigo sin recibir la ayuda que tanto anhelé. Pero algo sucede. De entre la torre del fuerte, sale una corpulenta figura. Equipado por la centelleante armadura de Syrtis y una gigantesca espada sostenida en sus dos manos, portando una intimidadora presencia y una grave y decidida voz, grita: - ¡Nos atacan! Desconcierto. La gente de adentro del fuerte comienza a correr a sus posiciones mientras suena la campana. - ¡Arqueros a tarimas! – ordena el hombre mientras sube, como de un salto, a su caballo - ¡Magos a sus posiciones! ¡Guerreros, prepárense para el choque! Yo, totalmente exaltada, comienzo a correr hacia la torre. Y, mientras los nobles guardias del fuerte son derribados por las incendiarias piedras que lanzan contra ellos, comienzo a subir a paso veloz. Puedo ver, en mi ascendiente trayecto, los guardias de las tarimas incendiándose y revolcándose en el suelo. Pero lo peor no llega aun. Un poderoso ariete, fortificado con grandes placas de acero a su alrededor, avanza en dirección al fuerte, mientras es resguardado por decenas de elfos oscuros. Parece el fin. Una vez arriba de la torre, tengo un mayor panorama del enfrentamiento. Subiendo las colinas del frente, yacen parados más de mil impuros. El miedo me invade, cuando escucho el grito: - ¡Tol-Tar! Corro hacia la baranda del balcón, para ver lo que nunca debí. Una figura gigantesca, de piel roja, unos 10 pies de altura, un enorme casco de cuernos, una formidable maza en su mano derecha y una aterradora mirada. Después de un poderoso rugido, comienza a golpear la puerta del fuerte. El miedo se hace notar. Los soldados que esperan atrás de la puerta, tiemblan de miedo. Al romperse la puerta, proyectiles se cruzan, conjuros aparecen y los cuerpos comienzan a caer. La gigantesca bestia, una vez adentro, comienza a arrasar con todo a su paso. Me cuesta respirar. Una fuerte presión en el centro de mi pecho, aparece, dejándome con la sintomática referencia referida al pánico. Desconsolada, me siento en el piso, mientras aquellas saladas lágrimas recorren mi cara. Entre todo el desastre y los gritos, escucho paso que se acercan; alguien está subiendo. Sujeto una daga que se encuentra tirada al lado del cadáver de un guardia y me preparo. Mi piel se hiela al ver que no eran enemigos, sino mis rescatistas y aquel valeroso y pintoresco general, acompañados por un mago de túnica negra. - ¡Tienes suerte! – grita el alturian. - ¡No perdamos tiempo! ¡Vámonos de aquí! – ordena el hombre, armado por aquella vistosa espada. Sin dudarlo, el mago nos ordena que nos sujetemos de las manos formando, así, una especie de círculo. El hombre se para entre nosotros y recitando, rápida pero efectivamente, unas palabras crea un destello que comienza a penetrar en nuestros cuerpos a medida que se expande del centro de su pecho. Los gritos de dolor, esta vez, conllevan a un mensaje de felicidad y esperanza. Pero el desconcierto nos invade cuando nos encontramos rodeados de elfos oscuros, en un paraje totalemente desconocido. Asustados y con la guardia alta, nos preparamos. De entre las silenciosas filas enemigas, se escuchan unos aplausos. Desarmando su formación, los elfos oscuros dejan lugar a un misterioso elfo oscuro. Las relucientes armaduras del general quedan miserables a comparación de las de este excentrico personaje. - Los esperaba - dice con una voz aguda y encantadora pero a su vez, tenebrosa. - ¿Quien demonios eres? - pregunta la elfa, toda cubierta de polvo. - Se me conoce como General Raziel L, y espero no haber arruinado su ilustre velada - ríe. ڃټکڥںڬڲڿڮڟ ڃټکڥںڬڲڿڮڟ Proxima entrega: Capítulo tres, parte ocho, "Enfrentando la Realidad".
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And thats how Celerian sees it! Alcanzá la gloria. Encontrá vos también la Fuerza ~ Last edited by Celerian; 06-21-2009 at 12:03 AM. |
06-06-2009, 07:32 PM | #85 |
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Capítulo III, parte ocho. "Enfrentando la Realidad"
Capítulo tres, parte ocho.
ڥڭښ Enfrentando la realidad ڇکڟ Por Celerian - Me es imposible pensar que haré con ustedes, señores – agrega Raziel, el invocador, dirigiéndose a nosotros, sus prisioneros. - ¡Podrías empezar soltándome, para así poder romperte la...! – exclama el alturian que me acompaña. Pero es interrumpido por un azotazo de Groom Percos, el bardo, fiel seguidor de Raziel. Silencio. Las miradas se entrecruzan acarreando un fuerte mensaje de ira. Todos nosotros, amarrados en estos troncos, esperamos, con una enérgica ansia, la oportunidad de escapar. En caso contrario, nos esperaba la muerte. De entre los pliegues de una carpa vecina, y en el medio de la noche, aparece un curiosa figura. Cabello blanco largo, manos flacas y rajadas, y un rostro que se veía reflejado por el frío furor de la muerte. Caminando a paso tambaleante e impreciso pero veloz, se acerca diciendo: - Solo hay una solución para esto: el Clan – ríe. - ¿Qué tan seguro estas de esto, Karkhadann? – pregunta el General. - Muy seguro, mi Lord – se arremanga – Serán de utilidad solo si pasan las pruebas. - De acuerdo. Te tendré en cuenta, pero no me falles. Porque si lo haces, terminarás como tu hermano, maldito anciano. - No se preocupe, mi Señor, no le fallaré – agrega Karkhadann, mientras Raziel se aleja a paso firme y vertiginoso. El desconcierto había invadido nuestra tranquilidad desde el momento de la aparición de este extraño anciano. Pero, ¿Qué estarán tramando? ¿A que se referirían con esto del Clan? Solo el tiempo lo diría. - A ver, ratas inmundas – dice el anciano con un notable tono de superioridad – Si quieren sobrevivir, harán lo que les diga ¿Entendido? En caso contrario yo mismo me encargaré de eliminarlos. ¿Alguna duda? - Definitivamente, y después de analizarlo, yo tengo una – agrego – ¿Qué es “el clan”? El hombre comienza a carcajear. Luego de unos segundos, mientras se limpia la saliva de la cara, dice: - Es la elite de prisioneros. Los que superen las pruebas, podrán pertenecer a este clan. - ¿Y los que no? – pregunto asustada. - Mueren – comienza a reír. Las miradas de preocupación son evidentes. El sudor corre por la cara de más de uno de mis compañeros, incluyéndome. Las sogas, que nos tienen amarrados como valkins al corral, nos lastiman los brazos. Karkhadann, aquel demente anciano, cesa sus risas, limpia, nuevamente, la saliva de su rostro e indica: - Bueno, ya es hora. ¡Desátenlos! – les ordena a sus soldados allí presentes. El primer soldado se acerca a aquel majestuoso guerrero, que montaba en su corcel durante la defensa de Algaros, para desatarlo. En cuanto lo desata su primera mano, este hace una fuerza inhumana para lograr liberar rápidamente la otra. Con ambas manos desatadas, liberado de su prisión, golpea con toda su furia al elfo. El elfo cae al suelo. El hombre se agacha y levanta la espada del guardia inconciente, la levanta, y mientras clava el afilada arma el pecho de su enemigo, que yace recostado en el suelo, grita: - ¡Mi nombre es Hajime Saito, hijo de Fred’Land Saito! ¡Soy un hombre libre y nada cambiará eso! Mucho menos un mequetrefe como tú – señala a Karkhadann. El anciano, con la mirada en el piso, sonríe y agrega: - Un hombre solo hombre no podrá contra toda una legión, chico. Se racional. Terminadas sus palabras, un grupo de más de cincuenta elfos oscuros entra en sesión. - Piénsalo, Hajime, hijo de Fred’Land. Hazlo por las buenas y entrega esa espada, o mantén tu postura y muere como un hombre – dice Karkhadann mientras se limpia el rostro con un paño de seda. Tensión. La mirada del anciano esta fija en Hajime. Este, sin pensarlo dos veces, suelta la empuñadura. Mientras el metal aun resuena en el eco, los soldados rodean al prisionero y vuelven a encadenarlo. - Espero que hallan aprendido algo con esto – agrega el repugnante octogenario – No jueguen conmigo, porque terminarán mal. No son rival para mí. Así que, antes de hacer algo, piénsenlo dos veces. Hajime se veía derrotado, como si, al lastimar su honor, hubieran vencido a aquel valeroso guerrero. Pero, aun lleno de ira y enojo, agrega: - ¡¿Qué será de nosotros ahora?! Karkhadann levanta su cabeza como mirando al cielo, extiende sus brazos y anuncia de un grito: - ¡Que comiencen las pruebas! ڃټکڥںڬڲڿڮڟ ڃټکڥںڬڲڿڮڟ Proxima entrega: capítulo IV, parte 1, "Un tiempo despues".
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06-07-2009, 04:26 AM | #86 |
Count
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genial!!
te felicito cele!!!! va quedando genial sos pero... felicitaciones!!!
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07-21-2009, 07:57 PM | #87 |
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Capítulo 4, parte uno.
ڥڭښ Un tiempo después ڇکڟ Por Celerian No había aún ningún indicio de que allí halla un sendero. Hubo un largo silencio. Uno a uno bajaron por la ribera y siguieron a Hajime. Centrados en su objetivo, el clan seguía su rumbo sin interrupciones. La hilera de los viajeros demarcaba una importante senda que delataba su rumbo, pero no lo suficiente como para que alguien, sin experiencia, lo notara. Las hojas del viento, como suaves trozos de lana, se mecían por la brisa. El imponente rugido del río rompía la tranquilidad de la callada marcha. Hajime hace una casi imperceptible seña levantando su mano derecha; todos se detienen. Al cabo de unos intermitentes segundos, pregunta: - ¿Oyeron eso? Primer silencio. - ¡Son ellos! – anuncia Terendil, aquel callado y reservado elfo, exaltado. Hajime desenvaina su espada, resguardado por Terendil, Celerian, Burugu, Ishka, Talan, Atman y Crioz, los miembros del Clan. Formándose en círculo alrededor de Atman, el brujo, y rodeados de una débil, casi transparente, arboleda, se preparan para lo que sea. El silencio se rompe: - ¡Itz’mun ákhalar! –pronuncia precisamente Atman. Acto seguido, una nova de color verde se expande desde la punta de su báculo. La bendición mejora tanto los reflejos de los afectados como su precisión en combate. Las ramas del suelo comienzan a crujir. La presencia inevitable de aquellos extraños seres se convierte en una clara y perturbadora señal de enemigos. Un rápido pliegue de armas, seguido por un suave y delimitadamente perfecto corte vertical de la espada de Crioz, deja como consecuencia un enemigo tirado en el piso, un cíclope guerrero, lleno de sangre, herido de muerte. Pero no es todo. Una cuadrilla de cíclopes entra en escena. La sola presencia del cadáver de su compañero tirado en el suelo crea toda excusa suficiente para que aquellos extraños y salvajes seres, llenos de ira, tengan toda justificación en el ataque que realizarían. Celerian se agacha para evitar ser lastimada por aquel porrazo que sobrevuela horizontalmente sobre su cabeza, desenfunda y, con una precisamente letal muesca, corta transversalmente las rodillas de la bestia. Esta cae estrepitosamente al suelo, donde se convierte en otra víctima letal del mandoble de Hajime. Segundo silencio. Un enorme número de cíclopes entra en sesión. El Clan, rodeado, planifica silenciosamente su estrategia. Era solo cuestión de segundos antes de que aquellos seres de un solo ojo se abalanzaran sobre ellos. Terendil dispara. Su flecha atraviesa el único punto débil de estos extraños seres. El cíclope, totalmente ciego, comienza a lanzar porrazos por doquier. Rápidos son los movimientos de los héroes que esquivan semejante calibre de golpes. - ¡Formación Delta! –ordena Hajime. Todos los allí presentes, abandonan sus actuales posiciones para ubicarse de tal manera de que formaran una “V”. Aquella extraña formación había sido de gran ayuda en momentos críticos de combate. Desde el comienzo de Las Pruebas, aquella extravagante manera de combatir se había convertido en no más que una poderosa estrategia defensiva. Resultó ser factible durante el combate en el Puente Blanco y la defensa de Eferias, durante las invasiones, por lo que gano gran respeto para los miembros de Syr-T, el clan. El desagrado generado por la presencia de los cíclopes llevo a que, por medio de la bulliciosa violencia y una infinidad de ataques enrabietados, cada uno de los salvajes cayera al suelo, muerto, sin vida. Hajime, aquel poderoso bárbaro que alguna vez defendió con orgullo la bandera syrtense, estaba confundido. Su actual objetivo, el de todos, era cruzar el Puente de Pinos para así poder establecerse del otro lado para evitar el pasaje de los elfos a Alsius. *** Todos fuimos de alguna vez del reino de Syrtis, pero aquellas ganas de sobrevivir nos llevaron a trabajar para hundir al reino que alguna vez juramos defender. Es por eso que formamos el clan, para obedecer las órdenes y caprichos de aquel general, Raziel L., que nos tiene prisioneros de nuestro destino. Más allá de que hayamos aniquilado a gran cantidad de syrtenses, por más que hayamos sido nosotros los que destruimos las atalayas de Syrtis en Zona de Guerra, aun yo conservo mi patriotismo intacto. Y mientras mi nombre sea Celerian Rinadeth Valarion’Sever mi alma se alimentará de orgullo y devoción cada vez que escuche el nombre de mi reino resonar en los más profundos de los ecos. Porque no voy a parar hasta que esta tortura acabe, porque siempre tendré mi mirada atenta al horizonte para que algún dia, desde aquel miserable sol, surja un rayo de esperanza que se apodere de los elfos, semielfos y alturians y, orgullosamente, los lleve a gritar: ¡Viva Syrtis! Por eso es por lo que peleo. ڃټکڥںڬڲڿڮڟ ڃټکڥںڬڲڿڮڟ
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And thats how Celerian sees it! Alcanzá la gloria. Encontrá vos también la Fuerza ~ |
08-16-2010, 02:02 AM | #88 |
Pledge
Join Date: Jan 2007
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Incluso aunque mi pj no es un cazador,yo huelo una secuela !
Muy buen relato Celerian,muy bien redactado y demás,simplemente brillante saludos
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La Maguita,Conjuradora 44 |
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