Sin ropa el Regnum es más divertido

[Masterkick]

(ATENCIÓN: CONTENIDO NO EXPLÍCITO PERO ALGO SENSIBLE, SÓLO BUSCA AGRADAR)

Las orejas no son lo único largo que tienen las elfas. Sí, tiene forma parecida aunque hasta un poco menos angosta y más profunda, seguro. De los elfos no se puede decir lo mismo, siendo las orejas su única característica de tamaño considerable.

Y así ella está necesitada, impaciente, revoltosa. Y así estoy yo disfrutando de su agilidad casi imprudente, primaveral. Y cantaba, soñaba, armonizaba el trance ya maravilloso.

De hecho me llamó la atención como dentro de esta posesión angelical jamás desafinaba, jamás.

No podía durar tanto y ella parecía poder seguir eternamente, ¡cuánto lo hubiera disfrutado! Se enojó cuando exhalé con fuerza y me crucifiqué en el colchón; caí destrozado y al lado mío "mi" elfa, que aún en condiciones de correr dos o tres maratones y después volver a hacerlo, decidió acompañarme en el descanso.

Debían ser las tres o cuatro de la mañana; ya los primeros rayos del sol cortinaban las más longevas estrellas, ya me despertaba con el perfume de sus largos pelos rubios.

Me despertaba o más bien me despertaban, y de esto tardé en percatarme.

Un grueso enano, o un barril con patas, me arrastraba de los genitales al jardín. Sí llore y grité y mis gritos no eran para nada armónicos pero no me atreví a insultar a la elfa; aunque un poco se lo merecía.

Vagué por los bosques no muy lejanos y cuando despertaba la luna despertaban los cantos y despertaba algo de mi felicidad, que no iba más allá de mi imaginación y mi mano derecha.

Hice hallazgos sorprendentes sobre ese lugar inexplorado que no era el habitual y me pareció escuchar algo de otros valles inhóspitos, quedaba loco y completamente atónito.

No soportaba más. Llamé a mis amigos más cercanos y tuve que compartirles lo que sabía sobre esta chica fantástica y su secreta morada, ahora no tan secreta.

Sitiamos la cabaña esperando que el enano salga por alguna razón pero no lo hacía y parecía no lo iba a hacer nunca. Eramos nosotros los que moríamos de hambre cuando la elfa, vestida de desierto con dos o tres oasis, nos comunicó que su compañero estaba dispuesto a repartir el botín dada la situación angustiante que estaba soportando.

Entramos despavoridos y al barbudo le dejamos cerveza para que llene ese barril y muchas tortas de todo tipo. Sonaban canciones antiguas y justas, entre ellas:

Más allá de las hoscas y brumosas montañas,
a mazmorras profundas y cavernas antiguas
a quitarle nuestro oro y las arpas,
¡hemos de ir, antes que el día nazca!

A excepción de la línea sobre el oro y las arpas, encajaba a la perfección; penetramos profundas mazmorras y antiguas cavernas y salimos indemnes e iluminados.

Creo que esa era la palabra: iluminados.

~~Masterkick (y algo de un amigo inglés aficionado al tabaco de pipa).