Café Literario

[MalditoLobo]

Originally Posted by Carpi

Bueno gente, he estado pensando y una de las cosas que hare es alejarme de esta pseudo-genial comunidad.

Lo primero que se me viene a la cabeza es: Mi vieja mula ya no es lo que era ya no es lo quera. Ahora bién apliquenlo a la comunidad.

No me interesa hacerma mala sangre por pensar diferente, hacerlo con respeto que te Karmeen en rojo y no tengan las pelotas necesarias para firmar.

El karma no es nada, no dejo el foro por eso, sino porque no me gusta amargarme por gente que detras de un monitor es el Rey del Universo pero en la realidad no son más que simples mortales como yo.

Evidentemente la comunidad esta creciendo y eso implica que llegue nueva gente digna y también pelotudos sin huevos que nacieron ayer y se creen saberlo todo.

Sinceramente los seguiré leyendo pero sin opinar. En este ámbito no opinaré más, me da vergüenza ser parte de una comunidad en la que más de la mitad ultimamente se comporta cual si fueran reyes dueños de todo y el resto sus lacayos.

A ellos les digo, somos iguales nenes, no por pensar como la mayoria tendran razon. COMAN MIERDA MILLONES DE MOSCAS NO PUEDEN ESTAR EQUIVOCADAS...¿O SÍ?

Sin más, sin menos, les dejo un Pseudo-Abazo de Gol para todos los Reyes del Foro.

Para la gente digna con algo de respeto por el otro por más que este otro este errado o no en su opinión les dejo un beso gigaaaaaaaaaaaaaante(?) como esta(?).

Dan hazco, sinceramente, http://www.cs-sxe.com/foro/images/smilies/chupenla.gif.

Chau!


Pd/Veré si lobo o alguno se presta a cuando escriba algo publicarlo en mi nombre.
El que quiera mi MSN miré el perfil pero antes de "agregarme" envié mail dado que sino no admito.

Yo publico tus textos en tu nombre sin ningún drama, y lo sabés, pero no te vayas!!!

Ok, retiro lo dicho, pero que conste, es sólo porque cuando yo quise irme vos respetaste mi decisión. No voy a acosarte con eso, pero con mis cuelgues, sabés donde encontrarme.

En fin, ni buena suerte te digo, porque seguiremos en contacto y siempre hablamos más por otros medios que por este. Pero igual, preferiría que te quedés. Pero... es tu voluntad. Y la respeto, como vos respetás la mía.

Un abrazo!!

PD: Estuve con laburo y un rato largo sin inter, ahora me pongo al día, posteo acá ahora porque no puedo evitarlo.

[Juan_Widowmaker]

El error mas grande esta en esperar.
Si las cosas tienen que llegar, llegaran.
Mientras tanto, que nada te detenga al actuar.
Evita el dubitar, el frenar, el callar
Deja de pensar en lo que los demás sufrirán
Enfrenta con seguridad tu deseo de amar

Que tu alma se serene en la tranquilidad de ver
Como lo que creaste no para de crecer.
Mientras la vida divague y la tierra siga girando
Quien supo desesperar seguirá amando
Que tu corazón se regocije en la alegría de saber
Que no seguiste nunca algo mas que su querer

No te alteren ajenos y duros comentarios
de quien nada sabe acerca de tu calvario
No te ofusques en la oscura y desentida duda
que no comparte quien vio en tus ojos la Luna


Las ilusiones que apasionada supiste alimentar
No hay desaparecido aun, y jamas lo haran
Solo estan escondidas, agazapadas con miedo
En lo lejano de tu desolada alma, revestidas en hielo

Y mientras esta fría y dura canción perdure
Podrás sufrir y gozar y amar sin traerme
Y mientras mi palpitante y agónica canción se escuche
Podré ilusionarme y volar y soñar sin volverme.

Creo que mi primera poesia salio bastante bien,
La escribo como estoy, sereno y aun en pie
Esto va aparte, y sin ninguna explicación
Quiero pastel de papa, mate y mi colchon.

Me voy a dormir.

[Carpi]

Volveré y seré alfajor, dijo Jorgito mientras fuera devorado por la soledad. (?)

[Juan_Widowmaker]

Che, perdon, hubo otro tipo viviendo en mi cuerpo estas ultimas semanas.
Volvi y encontre mi casa destruida, mi cabeza resacosa y las manos laceradas; ademas de esto de la ida de Carpi.
Loco, andate de donde sea, menos de aca. Ayudaste a crear este universo. Le diste vida. Enseñale avivir (Diria Chris)
Quedate.
Perdon, de nuevo, por no haber reaccionado antes.
Me indigne un poco mucho con esto che.

[armestt]

Carpi, tan solo lo que le haga feliz.

En el bar, nadie le dará la espalda cuando decida volver.

[Carpi]

Yo soy el hombre que nunca estuvo, que nunca existió, por lo tanto no me voy, porque nunca llegué,
Yo soy el hombre, un hombre, un don nadie que una vez se equivocó,
que una vez le creyó, soy aquel que repetidas veces se traicionó al volver a confiar en quien desamor solo le brindó.
Yo soy aquel que nunca llegará, porque ya no confiará en quien falsas esperanzas solo quiera brindar.
Yo soy ese, ese don nadie, ese que todos quieren, quieren ver lejos y muerto por la envidia que causa tener tan buen aliento(?)...


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Bueno gente, eso salió recién mientras escribía lo solo que me sentía, a no, mientras escribía que con ella no me acostaría a no, mientras escribía que nunca me fuí... Jajajaja!

El final lo hice mas humorístico para romper un poco las caras largas.

Adios! Y Asatan :P

[flor_del_desierto]

Mi muerte anunciada


A lo lejos una voz me habla me cuenta sobre lo malo y sobre lo bueno.

Caminamos juntos por mis recuerdo, un sol a lo lejos le sonríe a mi vida, los tesoros son encontrados, miro su rostro joven hermoso, lleno de luz de vida, y solo con eso ella reconforta mi alma, mi voz la llama y ella responde con su dulce voz: Acá estoy gordi no llores, me toma entre sus manos consolándome, cura mis nanas, cura mis heridas, espanta mis miedos, le da valor a mi fantasías, mueve mis alas y me dice: anda ve y baila, yo tan solo una niña, su niña; solas las 2 el patio es mi paraíso es el mundo resumido en un juego.

Mi mundo va girando entre bosques de cuentos, soy buena soy mala, soy traviesa pero sobre todo soy Feliz.

Creo en Dios, ella me hace creer en el, y el por ella se apiada de mi, es bondadoso. Me pregunto que haría si alguna vez me faltara, si me pierdo?, pero la respuesta es fácil el me traería a casa de nuevo por el caminito amarillo de piedras, me tomaría con sus manos largas y me regresaría al hogar, a sus brazos que no regañan, que no hacen mal, brazos que no guardan secretos donde no hay mentiras, que hablan con honestidad, bendita honestidad.

La voz serena regresa y me habla, cierra la ventana y me muestra la pequeña puerta, camino hacia ella y la abro, el panorama cambia: El señor silencio me acompaña, 4 paredes son mi refugio, mi nuevo escondite, me creo grande, pienso que ya lo se todo, que puedo caminar sin miedos que soy la reina y el mundo mi dominio, creo que todo siempre estará bien que el estatusquou no cambiara. Pero nada es real, nada es verdad, la noche amenaza, esta apunto de llegar, el sol tibio me dice: Si me buscas volveré, lo miro sin entender que todo esta apunto de cambiar…

Admiro la belleza del cielo abierto completamente despejado, la luna brilla en lo mas alto, y aunque su luz moja cada rincón, puedo sentir que algo no anda bien…

Y la llamo, esta vez solo responde tenuemente (con la voz cargada de emoción, pero como si se estuviese por quebrar): Aquí estoy en el patio regando, y camino a su encuentro (lo primero que note es que su belleza todavía esta ahí, solo que es diferente, tiene marcas que la vida le dio, sabiduría acumulada que solo con los años y el dolor se adquieren pero… sus ojos celestes, turquesas sigue brillando con la misma intensidad con la misma luz, y reflejan su serenidad su paz, la reconozco, es ella, la misma aunque por fuera algo cambiada esta, a su amor lo puedo reconocer y sentir), me reconoce pero ya no soy su pequeña ni su nena, soy su mujercita, su nueva amiga, la confidente de alguna de sus vivencias.

Los roles se entre mezclan, pero mi edad no se deja de notar y mi inmadurez siempre aparece por el lugar, ella todavía me quiere ayudar, pero no soy fácil, y me odio tanto, no me gusta lo que veo, mi cuerpo no es lo que quiero, o lo que pienso debo querer, soy diferente, y busco la aceptación de aquellos a los cuales creo vanos, de aquellos que para mi son escasos en emociones, en sentimientos, en esencia en verdad, pero la contradicción controla mi cabeza y aunque no sea bueno igual quiero ser parte de su mundo, quiero su aceptación… Ella solo me mira con la dulzura que guarda en si para mi y con paciencia sus palabras trajeron la clama: No temas ser diferente, lo diferente no es malo, solo es ser especial, algún día alguien vera mas allá de la piel, y tus ojos le hablaran como me hablan, y le mostraran lo que me muestran, alguien preocupado por los demás, que lucha y sede su lugar con tal de que otros sean felices, tu magia podrá ver, y aunque estés llena de defectos ellos no se interpondrán. Lo que esta destinado esta guardado…

Y vuelvo a ser feliz, su calor consoló mi alma atormentada, los fantasmas por ahora se alejaron, el camino continua, y ella me va contando su historia ahora puede ir empezando a revelármela, me va preparando pero no se para que, me va enseñando eso lo se, ya las palabras nos sobran ella me habla al alma, mi corazón reconoce al suyo aunque estemos lejos nuestro laso es cada día mas fuerte.

Todavía creo en Dios.

La voz me interrumpió, cerro suavemente la puerta, y sin decir nada a un abismo me traslado, al borde de un acantilado, el frente el mar enfurecido chocaba con las rocas de la costa, la tormenta era inminente, el cielo gris cubierto de nubes abrió paso a una imagen: Bajo del colectivo corro a casa la desesperación se apodera de mi, mi corazón se desboca, ya lo sabe lo siente, mi apuro corro mas rápido; entro a casa gritando: M ama, Mari, MA , decide que no… Pero no esta, la llamo y por teléfono me dicen que ya viene en camino, pero mi corazón ya lo sabe lo siente, y trato de dominarlo pero es mas fuerte que yo, la angustia lo acorrala, ella y yo somos una sola y los e su alma se lo dijo a la mía, se que tiene miedo lo puedo sentir, esta batallando con sus propios temores, siento el frió, quiero llorar el miedo de perderla me esta destruyendo, pero trato de ser racional, a ella no, claro q no y me repito Dios no lo va a permitir, de pronto la puerta se abre es ella, y su rostro, su cara, su ojos la delatan, pero sus labios tardan en decirlo trata de guardar la compostura de no desmoronarse, pero lo se y solo quiero que me lo diga: Nani tengo Cáncer, pero no te asustes lo vamos a luchar y le vamos a ganar…La sentencia de muerte así se firmo.

Mi mundo se derrumbo, la vida perdió su color y Dios me abandono.

Me dedique a cuidarla a estar con ella, a pasar horas enteras tratando de animarla y entre las 2 hicimos que la vida continuara para nosotros y nuestra familia, pero la cruz era pesada, la angustia era grande y no quise compartirla era mi pena, mi dolor, yo le pedí a Dios que me ayudara q la salvara y tal vez estaba muy ocupado o tal vez no, lo que se es que duramos todo el año con esta batalla, pero los últimos 3 meses la música ya no sonaba, faltaba la estocada final.

Sus ojos se apagaban.

Sus ganas de luchar se extinguían.

Mi fe se escapaba.

Ella moría y solo las 2 lo sabíamos.

La luchamos, la empuje la presione, le pedía q lo haga pro mi, que no me deje, paso a ser mi hija, y aun así desde su cama me daba fuerzas, me decía Nani Salí a tomar aire, Salí hija, pero si salía llamaba Para ver q este bien y me volvía no podía ella me necesitaba, me despertaba por las noches solo para saber que respiraba.

Dios no me escucho…

O tal vez si… no lo se

Solo se que trate de salvarla.

La tormenta se desato, y los rayos cayeron a mi alrededor, la lluvia comenzó a mojar mi piel el frió infinito se hizo sentir… La hora se acercaba…

Ese Martes de sol, me desperté a las 7 de la mañana, fui a verla y estaba rezando como siempre, me dijo buenos días, me puse en movimiento rápido le pregunte como se sentía me dijo que bien pero su carita no decía lo mismo, ya no era mi mama, no era ella, no era lo que conocí, esa mujer fuerte, esa mujer que tenia los ojos llenos de vida, era un cuarto de lo que fue pero su corazón seguía latiendo y yo por primera vez entendí q no podía seguir reteniéndola ella no merecía eso, que Yo la Amaba mas que a mi vida y que por ello tenia que dejarla ir, así q me fui a verla a la virgen y me arrodille y deje: Te entrego lo que mas amo en este mundo, cuídalo pero pro favor no la hagas sufrir mas; y así entregue a mi MA, a mi ángel a mi otra parte, a la mujer que me enseño a luchar, que me mostró lo que era en verdad ser feliz y lo que significaba en vivir y no sobrevivir.

Esa mañana me dijo gordi veni, me fui a su cama, me senté en la punta de los pies, hacerle masajes, y me dijo: Estoy orgullosa de la Hija que crié, Dios me premio con vos, yo voy a ver tus hijos desde otro lado y nunca, nunca te voy a dejar sola (yo no podía controlar mis lagrimas), mi amor siempre te va acompañar(ella trataba de no llorar pero la emoción se coló en sus ojos y fue peor), me preocupa tu hermanita me dijo, es chiquita, y con lo q tenia de vos le dije: que no se preocupara que yo la iba a cuidar y q no dejaría que nada malo le pasara, que nunca solita la dejaría.

MA se quedo tranquila y el curso del día fue normal hasta que se sintió mal, llegaron los médicos mi casa era un mundo de gente, ya no sabia que hacer y a las 8 de la noche entre por ultima vez a su cuarto entre tubos y médicos me miro me regalo su ultima sonrisa y un beso, Salí de allí y le rece a Dios.

Mamita murió a las 10 de la noche tomada de la mano su hijo mayor, en mi casa un 11 de enero y desde entonces, el dolor dejo su marca en mí, y Nani dejo de existir, solo soy esto un intento de lo que quedo, alguien que lucha todos los días para salir adelante pero como en todas las cosas nada es fácil, y mi vida no es la excepción.

Esa es una parte de mi historia!...


Querido Kb, simplemente gracias... Perdon por la palabras de hoy aun le temo al dolor!... Soy una cobarde lo se...

[MalditoLobo]

CORAZA

Redeem me into childhood
Show me myself without the shell
Like the advent of May
I’ll be there when you say
Time to never hold our love

Holopainen - Ghost Love Score

…y cuando terminé, contemplé con frío recelo el reluciente metal. Palpé con cuidado los cayos en mis manos. Valió la pena tanto esfuerzo para forjar ESTO.

Sin miedo, pero un tanto excitado, decidí probarla.

Me puse las hombreras y los guantes, luego las perneras y el peto. Por último el yelmo.

Con la pesada armadura protegiéndome abrí la puerta y salí al mundo. Me paré frente a los enemigos de siempre y grité a viva a voz:

-¡Vamos, cobardes, ataquen de una buena vez!

Y llovieron las piedras y los palos, los golpes y las risas.

Me sentía inmune. Era inmune, en buena medida.

Tras mis sólidas defensas los contemplé y supe que su odio no podría dañarme ya nunca más. Sonreí, victorioso, ante quienes en el pasado abrieron tantas heridas en mi piel para divertirse; para liberar sus propios demonios.

Venganza.

Sus huesos eran míos. Uno a uno fui por ellos. Me lastimaban, pero no sentía dolor alguno. Y estuvo bien, por un tiempo.

En la intimidad, en las noches más silenciosas, pulía mi brillante obra con materiales que fueron concebidos en otras realidades y traídas a estas por grandes Magos y Chamánes. Milton, Blake, Kundera y tantos otros.

Mi marca de Caín no podría ser más efectiva.

Hasta que un día, mientras vagaba sin rumbo, la vi sentada bajo un árbol.

Me acerqué lentamente. Ella me sonrió. Dijo algo. Respondí. Conversamos durante largas horas, hasta que tuvo que marchar. Y me quedé solo bajo el roble, meditando.

Al día siguiente volví a verla en el mismo lugar. Volví a acercarme. Volvió a sonreírme. Volvimos a hablar.

Repetimos esto durante varias semanas.

Un día entre los días me di cuenta que no necesitaba la armadura. Ella no quería dañarme. Pero estaba tan acostumbrado a la protección, que temí quitármela. Fue entonces cuando sentí un dolor nuevo. Algo por completo desconocido.

No podía ser tocado. Y era todo cuanto quería. Quise llorar, pero ya había olvidado como hacerlo. Y en silencio, cargué mis penas. Y la coraza fue más pesada. Y el mundo más oscuro.

No volví a visitar aquel árbol. Alguna vez la vi de la mano de un tipo. No me reconoció. No es para menos, somos tantos los que deambulamos por la vida ocultos tras nuestras armaduras, que sería como distinguir dos gotas de agua.

Me retiré a la cima de la montaña y permanecí ahí, en soledad, durante diez largos años.

Una noche en la que pulía mi armadura apareció un hombre. Era joven y robusto. Me saludó. Lo saludé. Le pregunté que hacía en un lugar tan lejano del mundo.

-Vine a desafiarte a un combate-me dijo, sin expresión alguna en el rostro.

Me sonreí. No quería luchar, pero nunca antes había rechazado una pelea.

-¿Cuales serán tus armas?-pregunté.

-No las necesito-murmuró.

Me encogí de hombros y corrí hacia él. Pensaba golpearlo un poco y dejar que se fuera, para que no perturbase mi paz nuevamente en el futuro.

Al llegar a él sentí su pierna trabando las mías y el filo de una de sus manos golpeando la parte posterior de mi yelmo, a la altura del cuello.

Caí y rodé unos cuantos metros. Me puse de pie y ataqué nuevamente. Él repitió la operación. Al erguirme por segunda vez noté que había perdido ambos guantes. Me enfurecí y quise acabar todo con un golpe limpio a su pecho.

Para mi sorpresa, el desconocido se arrojó al suelo, de espaldas, antes de que pudiera tocarlo. Mientras lo hacía, tomó mis brazos y depositó una de sus piernas en mi peto, arrojándome nuevamente. Ese movimiento hirió más que mi orgullo. Comencé a preocuparme. Esto no debiera suceder nunca. La armadura era perfecta.

A la siguiente embestida él usó el piso de nuevo, pero esta vez sus piernas se enredaron con las mías. No sé si logré golpearlo, pero sí es verdad que caí sobre una roca. Y perdí mis perneras. No tuve tiempo de reaccionar, sentí una fuerza descomunal tomándome y azotándome contra la roca repetidas veces.

Cuando se detuvo me paré y vi como lo que quedaba de mi peto se caía a pedazos. Sólo me quedaba el yelmo. Me senté en el suelo y me lo quité.

-Ganaste, desconocido-le dije, ofreciéndole el cuello-mi vida te pertenece ahora.

Él se sentó a mi lado.

-No-me dijo-ahora tu vida te pertenece a vos de nuevo. Ya no es propiedad de los anhelos de venganza.

Me fui de la montaña a la mañana siguiente. El desconocido se internó aún más en aquellas zonas olvidadas del hombre.

Visité cierto árbol que conocía. Había una chica leyendo. Me senté junto a ella y dejé que me mostrara el mundo sin la coraza.

Duele. Pero puedo sentir su mano tomando la mía. Y eso es todo lo que me importa.

[armestt]

Nanu: cuanta dulzura, cuanto amor, cuanta tristeza, cuanto dolor. Admiro tu temple y tu entereza. Me conmoviste. Me partiste el alma.

Tan sólo te diré que te quiero mucho.

[armestt]

Un día en Buenos Aires


Otra de esas calurosas mañanas de febrero en Buenos Aires. El sol calienta y agobia a quienes la transitan, cual niño atormenta con la lupa de su padre a las hormigas del jardín. Aún es temprano, y ya terminé con mis quehaceres. Salgo del último palacio de la justicia, último recinto fresco y me aventuro a la jungla. Tengo que hacer tiempo. Aún es temprano. Entro en cuenta que no he desayunado, y siendo ya las 11.40, me adentro en un café de la calle Lavalle. Me siento en una mesa próxima a la ventana. Por suerte el lugar está fresco. Se me acerca una mesera joven, bien predispuesta, bastante inusual, de trato amable. Me ofrece una carta. Le pido un café americano y dos medialunas. Le devuelvo la sonrisa. Pongo mis papeles en orden, reviso no haber olvidado nada. Creo estar bien, aunque no sé lo que voy a decir. Enciendo un cigarrillo, busco furtivamente con la mirada a la mesera para pedirle un cenicero, ya que no ubiqué en las mesas continuas uno para tomar prestado. La joven mesera, con los ojos desorbitados y la prisa en el gañote me espeta que no se puede fumar dentro, que si quería podía ir a una mesa de afuera. Maldición! Lo olvidé. Le agradezco, pero prefiero permanecer dentro. Me asomé a la puerta y tiré mi cigarro. Un transeúnte lo recoge cual tesoro.

Tomo el diario, y veo lo mismo de siempre. Payasada tras payasada de una sociedad que no sabe qué hacer con las jaulas. Domadores cuyos animales padecen enfermos de miseria, y no tienen con qué alimentar, pretenden que hagan el truco de la bolita y el aro de fuego. Trapecistas del presupuesto hacen maromas para no desbarrancarse. Ya no me interesa. Ni siquiera veo el deportivo. En eso llega la moza con mi café. Entro en cuenta que se llamaba Noelia. Llevaba un gafete. Tímidamente agradezco y asiento con la mirada. Dos señoras coquetas me miran absortas. “Con este calor tomando café”, debieron pensar, mientras disfrutaban un jarro de jugo de naranja. “Con este calor boludeando en la calle”, pensé yo. Me quito el saco, me aflojo la corbata, y se me viene a la mente las palabras de un amigo “no pierdas la presencia”. Me incorporo, pero no cambio. Me quedo pensando en él. Hacía tiempo que no hablábamos. Decido llamarlo. Me atiende, hoy no es un buen día. Tratará de ubicarme en “diez”. Qué curioso que él dijera eso. Nunca fue un fiel cuidador de las formas. Sin embargo, en lo que al ejercicio de la profesión concernía, fue más cauto que en toda su vida.

La veía en cada rostro que pasaba por ahí. Mis ojos querían encontrarla. Esperaban que de alguna manera, ella pasara pavoneándose por ahí. Debió pasar un buen rato en el que contemplaba la nada divagando, puesto que se me había adormecido el traste de estar sentado en esa posición. Noelia se acercó y me preguntó si quería algo más, puesto que era cambio de turno y debía cerrar la caja. Le agradecí:

-Noelia, ¿cuánto te debo?”
–$12.40 me contestó perpleja.
–Tomá –le dí $15- está bien.
–Gracias- alcanzó a decir.
-Nos vemos mañana- le repliqué.

Salí a la calle. Realicé mi acto más sacramental del día , billetera, celular, llaves, maletín, anteojos. Podía seguir. No tenía ganas de volver. No quería ir a lo que me esperaba. No era el mejor día, pero así y todo decidí caminar. Me senté a un costado de la fuente, y una brisa húmeda corría suavemente. La disfruté cual perfume del mar en una tarde en la costa. Saqué algunas fotos con el teléfono, mientras seguía observando caras preocupadas, rostros adustos que iban y venían sin cesar. Nadie notaba al viejito vendiendo hojas de ruta, más que algún interesado en comprarla. Hombres empilchados, mujeres escotadas. Cada uno en su mundo. Cada tanto se oía algún “Doctórrr, tanto tiempo”, y ahí uno observaba las conversaciones e imaginaba las palabras. Siempre los mismos gestos. Brazos abiertos en cruz, el sujeto calvo hincado hacia atrás, sonrisa prometedora. El otro mira perplejo, lo reconoce, y cual espejo lo imita. Risas comedidas. Mano en el hombro. Palmada va, palmada viene, se abrazan y se retiran con una sonrisa que les dura 50 metros, con los hombros encogidos y la vista en alto. El mundo de las mujeres muy distinto. Ellas más frías, más meticulosas, se observan, se miden, se estudian, cual predador dispuesto a dar un zarpazo. Ninguna da el brazo a torcer. Terminan la conversación con un beso con mirada al aire, y se retiran erguidas, con el pecho inflado y el abdomen chato.

Decidí volver. Encerrado pasé el resto del día ahí, hasta que cayó el sol. Nuevamente, era amo y señor de mi tiempo. Podía volver a lo que llamaba casa. Los rostros eran distintos. Cansados, gélidos, apesadumbrados. Gente que exhausta, asumo, hacían lo mismo que yo. Retornaban a algún lugar. Para encontrar a los suyos, o para entrar en cuenta de que nadie los esperaba.

La ciudad respira. Nuevos individuos la recorren. La asedian. Ya nadie la disfruta. A partir de las 18.00 comienza la diáspora, el éxodo. Todos se alejan de ese centro neurálgico que en algún momento del día fue Florida y Lavalle. Sus callecitas se vuelven por momento lúgubres y desoladas.
Los derredores de la legislatura se enfrían. Algunos turistas asustados y maravillados caminan por ahí, queriendo camuflarse con la fauna local. La Avenida de Mayo es una postal insustituible. Recorrer sus cuadras hasta la 9 de Julio, ver el obelisco iluminado, donde algún japonés saca fotos con equipos costosísimos, a los que uno quisiera aconsejarles que fueran más cautos. Camino hasta la camioneta que me llevará a casa. Sueño despierto que el día de mañana será distinto. Pienso en encontrarla a cada paso y repaso un texto en blanco de que le voy a decir, pero aún no encuentro las palabras.

Me encantaría quedarme a compartir tus tristezas con vos esta noche Buenos Aires, pero preciso descansar.