Café Literario

[MalditoLobo]

Jajajajajjaaj!!!

Se escribieron hoy lo de toda la quincena =P

Ojalá se escribiera así todos los días.

Son varios posts y, comprenderán, me va a tomar un tiempo comentarlos todos.

@Tere: Ya hablamos esto. La mejo forma de librarse del acoso de un fantasma es acosar al fantasma.

Luego sigo con el resto.

[La-Dama-Blanca]

Originally Posted by MalditoLobo

@Tere: Ya hablamos esto. La mejo forma de librarse del acoso de un fantasma es acosar al fantasma.

Poco a poco dame tiempo, estamos enfrentando...

[flor_del_desierto]

HOLAS!

Como va gente linda!?, veo q tenemos muchas caritas nuevas!... Eso esta bueno!...
Debo confesar que algunas cosas que lei me gustaron mucho mucho, otras no tanto!(pero bue es gusto personal ), pero en general todo entretenido!...
En algunos dias estare con la parte del cafe que me toca, la tergo armada en hoja de cuaderno pero cada vez que la mira la vuelvo a retocar!, en fin, eso mas todo lo ocurrido en mi vida en estas ultimas semanas me matienen algo ocupada! asi que bueno ni bien este todo mas o menos en orden estare por aqui, hasta entonces lamento la Demora, con el Hilo de la Historia del Cafe!

Fede! me re gusto lo tuyo(pero convengamos que me tenes mal acostumbrada a cosas buenas!), y Querido Lone la verdad fuiste mi sorpresa no te tenia escribiendo! ... Besos y saluditos

[Malcolm]

aca va el mio

La vida de un Guerrero

Un día lluvioso, extraño, para una tierra tan árida y seca como la nuestra. El campo de batalla era un infierno desde entonces.
Yo era tan sólo un niño bautizado por el combate como es tradición en mi país. Brindando armas y flechas a los soldados presentes en las barricadas y tarimas.
Intentando ser útil para algunas cosas. Vendando heridos, llevando a los muertos para ser purificados y levantados a luchar otra vez.
Ese fue mi estilo de vida hasta alcanzar los 10 años de edad tuve que elegir entre el arte de la guerra o la economía. era el momento ahora, o nunca. Titubee, mis músculos se contragieron pero deje salir la palabra. ¡Bárbaro! grite. Mi entrenador me miro de reojo y me dijo: -ve atrás-.
En mi entrenamiento fui forzado a escalar montañas demostrando que mi persistencia era lo último que venceran. Fui torturado por garrotes y látigos demostrando que lo último que podrían quebrarme era mi espíritu. Luego empecé a entrenarme en el uso de hachas luchando contra animales salvajes demostrando que soy peor que ellos.
Al poseer 30 años de edad puede adentrarme en la guerra a la mano de mi general kasark en los frentes inferiores para luchar con mis hermanos pocos experimentados como yo. En el combate pude verlos caer junto con el respeto que les daba. Pero hay algo que me impulsaba a seguir hacia delante no importando nada, destrozando escudos en astillas y armaduras en pedazos.
Al poseer 35 años tuve mi primera muerte en los campos principales de batalla, un disparo perdido de un cazador y caí sobre el suelo viendo brotar mi tan conocida sangre y poco a poco pude ver al ángel de la muerte.
Sólo escuche gritos de mi general kasark y hermanos. De repente mis heridas se cerraron y visualize a mi lado una joven conjuradora que me había salvado. Solo cruzamos miradas y me volví a adentrar en los frentes.
Los tambores sonaron. Ordenaron la retirada pero el general kasark seguía adelante barriendo oleadas de enemigos impulsando un contraataque. Yo corrí para reforzar su carga pero era demasiado tarde. Diez hombres y cinco arqueros lo habían destrozado completamente. Escuche un feroz grito de combate desde aquella colina producto de los últimos suspiros del general y baje mi cabeza a adentrarme en aquella sanginaria pelea, acompañado de las tropas que emprendían la retirada. Al vencer aquella batalla, fui a ver los restos del general. Su rostro poseía una sonrisa que no entendía a causa de mi juventud. Preguntas que luego fueron respondidas.
A los 40 años de edad tube dos hijos con mi salvadora. Los cuales crié orgullosos de ellos hasta el final.
A los 45 años de edad tuve mi asenso a general. Era muy temido por el enemigo. Y era motivo de hacerlo había cobrado muchas vidas, y mucho temor de cada soldado syrtence y alsiulse.
Me asignaron a entrenar a los nuevos soldados. valientes y tercos armados de valor ¡si que daba gusto crecer con ellos!.
Poco después contrage una enfermedad común en los campos de batalla que no podía ser tratada y solo pensé que de un momento a otro llegaria a morir torturando de aquellos dolores.
A los 50 años de edad cansado, viejo, sicatrizado tube que emprender la defensa del reino. Nos dispusimos a armar una resistencia con mi ejército y a esperar que la puerta de ignis colapsara para dar el anhelo de una última batalla desesperada.
No podía permitir el paso, mis hijos y mi esposa se encontraban detrás de mí, mi vida se encontraba detrás de mí.
Al caer las puertas empezó la batalla final. Por desgracia comenzamos a perder y otra vez el odioso sonido de los tambores ordenaba una retirada.
Pero yo desistí, decidí encarar a los enemigos demostrándole que deben de temer. Pronto llegue a romper las primeras tres filas enemigas llegando al rango de su general. Estaba herido de gravedad y ensartado en flechas como para morir al luchar contra otra tanda más. Solo choque contra su ultima fila y clave la mira sobre él.
Luego de eso varios enemigos me ensartaron. Caí de rodillas al piso y antes de que su "valeroso" general me diera mi ejecución di un rugido que resonó en cada oído de esos malditos, descorazonándose de temor, me cortaron la garganta y caí desplomado en el suelo. Solo sonreí y dije "fue una buena muerte" y cese de de respirar.



Pocos realmente contestan la llamada a los frentes. Menos todavía sobreviven. Esto es un camino largo y difícil, es el camino del Guerrero. A lo largo de ello mienten al dolor, al miedo, y la muerte. Recompensas escasas y gratitud más escasa. Al final, para el más, es una tumba anónima sobre algún campo de batalla arrastrado por el viento. Si tienen esa suerte.

Soy un guerrero...
Yo veo la muerte y reduciré la marcha de su progreso mandando a mis enemigos a verla primero...

[Delamancha]

Nota: Historia en proceso. (El Lector desprevenido queda avisado que en cualquier momento el relato puede ser modificado)

Primera parte.

En una era perdida en los anaqueles de la eternidad...

El tiempo inclemente golpeaba la Ciudad de Birka, un invierno cruento que se alargaba mas de la cuenta. La nieve caía y caía, y no dejaba de caer. El abismo blanco se extendía por toda la superficie del helado reino.
Y en una cabaña aledaña de la ciudad….

El pequeño niño Nordo lloraba, sus padres aguerridos y nobles guerreros alsirios habían partido a la guerra ya hace mas de un mes (la invasión de Elfos se había intensificado desde que aparecieron unas extrañas gemas mágicas dentro del Reino de Alsius)
El pequeño niño Utghar lo miraba atónito.
- si que eres una marica, muuuuu, dejá de llorar vo. Nuestros papás no van a morir tán fácilmente…. y si llegan a morir, reviven en el save....
- es que (tragándose los mocos) mamá… sniff sniff…
- pero si es por la leche… mira acá yo tengo… (mostrándole un pequeño pezón peludo)
- (de pronto el pequeño Ti deja de llorar y lanza una mirada furibunda a la cabra descarada) vaca mugrienta, ¿vos querés que chupe eso? Salí de acá seudoanimal de cuatro patas.
- (el Utghar se enoja, la cólera se le sube a los cuernos) ¿qué me dijiste humanoide? (y sacando su varita de juguete le empieza a pinchar en las costillas)
- Aia, carajo, tengo menos bloqueo que un flan (pero el niño Nordo no se queda en el molde, orgulloso, pela su espada de madera y comienza a golpearle en la cabeza al niño Utghar)
- descendiente de monos sin pelo
- cuádru-pedo maloliento
- marica, llorón
- seudo mamífero sin sentimientos
Así durante dos horas, dándose, el pequeño niño Nordo Tiberia y el pequeño crío Utghar Quijote. Jugando a ser algún día guerreros heroicos del Imperial y Majestuoso Reino de Alsius. Esperando el regreso de sus padres cada noche. Escuchando las lejanas noticias de una guerra que no parecía tener final...

(Continuará... cuando se me de la gana)

[Maryan]

El mundo está cambiando, las bases tiemblan. El ser, todavía sentado en el piso observa a los de la barra mientras discuten acerca del reciente acontecimiento. Hombres y mujeres lloran nerviosos sin comprender la situación. La calma se ausenta de ese rincón lejano en el que se refugió. Los murmullos, gritos, sollozos y llantos invaden sus oidos.

-Está trabado- Dice aquél que había caminado hasta la puerta.

-No... no lo está- le dice otro que se encontraba parado junto a la pelirroja bartender.

-¿Qué?

-La puerta no está trabada. Con un poco de esfuerzo conseguirías abrirla, pero aún así no podrías alcanzar la vereda con tus pasos. Estamos atrapados acá.

De pronto el silencio... y una voz sin rostro que lo corta:

"-¡Qué cliché!..."

Y nuevamente se escuchan las voces de los presentes, y por sobre todas la de aquél que trataba infructuosamente de abrir la puerta pocos minutos atrás...

-Nada, esta puerta de mierda que no abre. Rompí el picaporte. Que se vaya a cagar.

Observando desde las lejanas sombras a aquel grupo, el ser comienza a pensar para sí:

- No hay caso, donde quiera que voy pasan cosas malas ¿será mala suerte o yo soy yeta?

Su pensamiento es interrumpido por una hermosa melodía que comienza a manar del piano... Las notas inundan su ser, le angustian y traen a su mente imagenes de aquel viaje... Levantó la cabeza mirando al infinito, la capucha cayó hacia atrás y con una lagrima derramandose por su mejilla la nada de su rostro tomó forma de mujer.

- Quizás sea el destino lo que me trajo aca...

Destino

Pase varios días grises, ayer un poco de color me había salpicado, ayer creí que estaba mejor. Esta mañana me levante como siempre, desayuné, me vestí y descubro en el celular un mensaje de texto “Traeme el bolso que te presté, lo necesito. Besos”. Cepille mis dientes y busqué el bolso ¿Dónde lo habré metido? Estaba casi lista para salir cuando algo en mí dijo que vaya más tarde… miré la hora y pensé: “No hay modo de verlo a esta hora, puedo salir tranquila”. Salí de casa con un presentimiento en el pecho, trate de no hacerle caso y continué mi camino. Mirando el piso, por si acaso… No tomé el camino de costumbre, fui por calles que hace años no recorría. El camino se hacía mas largo por ahí, pero era más seguro, no iba a arriesgarme.
Por fin llegué a lo de Ana, toqué el timbre y ella me atendió alegremente, hacía dos meses que no nos veíamos. Nos quedamos charlando en la puerta de la casa, contándonos sobre nuestras vidas, los estudios, hombres, poniéndonos al día con algunos chismes… No habían pasado ni 20 minutos cuando ella dijo que tenía que ir a hacer unas cosas, pero antes de despedirnos recordó que tenía unos libros que yo le había prestado: “Esperame acá, ya que estamos te doy los libros que me prestaste”. Me quedé en la puerta de la casa, caminando impaciente de un lado al otro. Los minutos se hacían eternos y yo tenía una necesidad infrenable de salir corriendo de ese lugar. Salió con los libros dentro de una bolsa, y me dijo: “Venite mañana temprano”, así podíamos charlar mas tranquilas. Nos despedimos con un beso y un ademán con la mano. Camine hasta la esquina y vi un auto acercarse por la calle. El corazón me dio un vuelco al verlo avanzar. Todo se detuvo por un instante y comencé a ver el auto pasar frente a mí en cámara lenta. Y adentro, te vi a vos charlando amenamente con ella.
Me sentí como una espectadora de televisión, sólo que en ese momento no podía cambiar el canal, no podía apagar esa imagen. ¡¿Quién me robó el control remoto?!
El auto terminó de pasar y yo avance hasta la mitad de la calle, mientras veía como se alejaba… bajé la mirada al piso y comencé a caminar lentamente hacia el resto de mi vida.

[MalditoLobo]

“When you kiss me heaven sighs
And tho I close my eyes
I see La vie en rose

When you press me to your heart
I'm in a world apart
A world where roses bloom”

Prosiguió La Vieja cuando el abogado cesó. El sitio en el piano fue ocupado por uno de los recién llegados, un tipo de saco sin corbata.

Las furias del momento se disolvieron con celeridad. El anarquista encendió un cigarro y miró a la bartender.

-Creo que vas a tener mucho laburo.

-Sí. ¿Me ayudas?-preguntó ella, ilusionada.

-No. La verdad, no quiero.

Comenzó a caminar entre las ánimas que acababan de quedar atrapadas en el café, dando la espalda a la gema que había encontrado. Ella, contrariada, prefirió no decir nada.

En una mesa se habían acomodado dos tipos. Uno llamó su atención. De pelo rubio que no conoció el shampoo, él también lo contemplaba. Se sabían hermanos, en cierto modo. La A circulada en la remera del sujeto era casi un faro para el revolucionario. Se aproximó y, sin mediar palabra, se abrazaron. Acto seguido se sienta a la mesa con ellos.

-Soy Lobo-le dijo tras el fraternal saludo.

-John, el punk-se presentó el otro-y este es mi amigo, O'shabnessy, el astronauta.

Sólo entonces el hombre mitad bestia mitad sombra reparó en el segundo individuo. Era, en efecto, alguien que vestía un traje de astronauta. Le estrechó la mano

-¿De dónde vienen?

-1977-dice John.

-2011-dice O'shabnessy.

No es sólo el espacio, piensa el anarquista. El tiempo... ¡el tiempo!

Se incorpora de un salto. Busca con la mirada. Necesita a alguien. Pero el diablo ya no está. ¿Qué hacer?

La figura solitaria en el piso. La oscuridad y la capucha cubren su rostro. Pero intuye -quizás sabe- que algo ha cambiado. Duda. ¿Puede ir y comprobarlo él mismo? ¿debe esperar que él-ella-eso se explique? ¿el ser tiene, realmente, que dar explicación alguna?

Sacude la cabeza. “Acordate que al final hay que matar al lider”, recuerda las palabras hace poco dichas por El Coleccionista. Gruñe. Siente el impulso homicida nacer en lo profundo de su corazón. En este momento está más cerca de los animales que le dieron nombre que de la humanidad que lo adoptó.

Camina ahora con rumbo a la barra. La salta y busca algo entre las botellas.

-¿Qué pasa?-pregunta, tímida, la bartender.

-Busco algo.

Silencio, entre el murmullo del café.

-Todos pidieron bebidas, por si te interesa.

-Ajá...

-Bah, todos, la chica que está allá en el suelo no respondió cuando le pregunté.

-¿Chica? ¿cómo sabés que es mujer?

-Le vi la cara.

El anarquista se detiene. Vio antes el rostro y no era una cara. Ahora se tornó fémina.

-¿Qué te pasa?-pregunta, ahora ofuscada, la colorada.

-Creo que... creo que entiendo.

-¿Qué?

-Vi algo así hace tiempo...

-¿Por qué no hablás en castellano?

-Dira necessitas-murmura él.

-¡Hombres!-exclama ella, y bandeja en mano se une a la muchedumbre, dejando solo al revolucionario y sus cavilaciones.

Él continúa revolviendo las botellas. Sabe que dejó algo ahí hace tiempo y ahora lo necesita. Pero que lo maten si sabe donde lo puso.

-¿Y bien?-dice una voz a sus espaldas. El Colecionista.

-¿Qué?

-Te conozco. Estás nervioso. O iracundo. O enamorado. Algo está pasando. Y no sé que no es precisamente el encierro.

-No me gusta estar encarcelado, pero tenés razón. No es la situación lo que me molesta.

-¿Entonces?

-Allá...-dice mientras señala a la persona de la capucha.

-¿Qué tiene?

-Hace unos cuantos años viví en África, con un tribu. Me llamaban Whynnkal Stubro.

-¿Whynnkal Stubro?

-“Gran Cazador Blanco”. Me movía junto a ellos, lanza en mano, por la selva. Maté animales a su lado. Me enseñaron a sobrevivir sin la civilización. Y yo les enseñé a mutilar fantasmas. Fue una experiencia interesante. Entre las muchas cosas que me mostraron estaban los shufuni, los cambiantes, los demonios de las profundidades.

-¿Y eso?

-Que quizás, sólo tal vez, la persona de la capucha sea un shufuni.

-Vos estás loco.

-Sí, pero eso no significa que-responde cuando, presa del sobresalto, encuentra lo que tanto buscaba-¡acá está!

-¿Ah?

-Mi katana. Voy a necesitarla.

-¿Para qué queres una espada?

-Sólo hay un modo de librarse de un shufuni: decapitandolo a medianoche y devorando luego sus corneas.

-¿Pensás atacarlo?

-Sí.

-¿Pero estás seguro que es un... shufuni?

-No.

-¡Entonces no lo ataqués!

-Si lo dejo nos va a comer a todos.

-¿Comer? ¿qué, es el cuco?

-Peor. El cuco al menos cae rápido, a ese lo mato con las manos desnudas. El shufuni es resistente, por eso necesito la katana.

-Escuchame, ¿lo vas a matar sin saber si es uno de esos bichos?

-No es un bicho. Es un shufuni, un demonio. Y sí, lo voy a matar.

-¿Y no tenés modo de corroborarlo?

-Bueno, sí... pero necesito una moneda forjada en Atlantida, una roca del muro de Berlín, diez pepas de oro halladas en el oeste de USA, saliva de Grendel, un colmillo de Cerbero y el ojo de Odín.

-¿Sólo eso? Hubieses hablado antes-respondió El Coleccionista mientras, uno a uno, sacaba de su morral los objetos antes enumerados por el revolucionario.

-¿De dónde sacaste esas cosas?

-Soy coleccionista.

Se sonríen. Lobo parte una botella de whisky, arroja dentro cada ingrediente y lo sacude.

-¿Y ahora?-pregunta el tipo del morral.

-Ahora sabremos si es un shufuni o no. seguime.

Caminan en la penumbra hasta llegar al ser. Sin miramientos, el anarquista derrama el líquido sobre la capucha mientras, con la mano libre, sujeta con fuerzas el mango de su katana.

Consternado, el ente los mira desde el suelo.

-No... no era un shufuni después de todo.

-Perdón-le dice El Coleccionista-mi amigo acá está un poco loco. No era la intención mojarte con... con eso que preparó.

-Sí, sí era. Pero es algo bueno.

-Callate.

-Nah, digo que es algo bueno. Ahora ya sabemos que no sos un shufuni. No hace falta que te decapite.

-¡Callate!

-¿Para qué, si ya me voy?-responde el libertario y les da la espalda.

Vuelve a la barra. Guarda la katana, por si luego la necesita. Se sirve un trago.

-¿Y bien, universo? ¿qué debe ocurrir ahora?-murmura, a salvo en las sombras.

[Juan_Widowmaker]

Luego de la conmoción, ambos aprovecharon para darse un respiro.
El Coleccionista tomó su morral del suelo, y ayudó a la Soñadora a incorporarse. Ambos se acercaron a los que discutian junto a la barra.

------- (ver Armestt, Maldito Lobo, Maryan) --------

- Hemm..... Disculpalo, no siempre es así... ¡a veces es peor!- dijo el Coleccionista tratando de salvar el mal momento. Tal vez debiera seguir los consejos de Lobo, y aceptar que su humor siempre parecía un anacronismo...

- Ok... Murmuró la mujer, para luego volver el rostro a su cuaderno, a sus miedos hechos trazo.

Su cabeza comenzó a ir y venir, lentamente, siguiendo la melodía del piano. En ese movimiento parecía que su ser se alejaba hacía el inmaterial mundo de la palabra. Sus ojos se cerraron. El Coleccionista recordó a cierto hombre que una noche estrellada, en Akita, le enseñó cómo el cuerpo puede ser medio del espíritu. Le mostró movimientos, palabras, silencios, danzas, miradas, respiraciones que lograban la llegada del blanco a la cabeza. Suave paz para quien conozca los caminos de la realidad. Algo, sin embargo, lo preocupaba. "Muchas veces ciertos seres, por sufrimiento, aburrimiento o simple casualidad; se encuentran con alguna de estas técnicas... cuidado. La realidad suele ser frágil en extremo. Si sus secretos caen en almas inexpertas... Creo que está de más que lo escuches. Tu intuición es buena aliada", había dicho el japonés.
Seguía parado frente a ella. Desconocía lo que había sucedido momentos atrás. No comprendió lo que Lobo había intentado explicar (y sabía que había mucho más adentro suyo que no se transformaba en palabras sólo por cautela, por no convertir en cenizas las manos de quien escuchara. Ya había pasado alguna vez...). Alguna relación surgió en su mente entre el tormento de la lágrima eterna que nunca acababa de caer, y el alborotamiento de la misma base del entramado conceptual.
Tal vez no, pero quizá sirviera de algo...
Metió la mano en su morral y tomó una pequeña botella de un extraño color borravino. Se acercó a la barra y sin preguntar tomó dos copas, aprovechando el sueño en el que la pelirroja habia caído luego de besar al Libertario... Volvió al rincón, dejó el morral en el piso, destapó la botella, puso una copa en frente de cada uno, y tratando de recordar lo que el oriental le enseñara, cerró los ojos, respiró profundamente, y susurró: "La inveterada realidad de cada mañana es sólo una elección más". Sirvió algo del líquido en las copas, bebió lo suyo, se paró y se alejó a observar.
Lentamente, la mujer detuvo su extraño movimiento. Abrió los ojos, como atraida de algún lugar por un fuerza invisible. Miró atentamente la copa. La tomó, sintió el aroma del liquido, y una sonrisa se hizo presente. Sorbió, y, a pesar de la lágrima que nunca cesaría de caer, siguió escribiendo.
La realidad tal vez siguiera alterándose, pero una partícula del todo había vuelto a su espacio, otra vez.

[flor_del_desierto]

Bueno como no hubo drama en saltar algunas partes, voy a no escribir el capitulo que tengo en soporte de papel!... Asi mejor dejamos ese tema a lo que cada uno quiera, pueda e imagine... La Libertad del espiritu muchas veces puede verse coaccionada por las palabras, cada uno sabra dentro de si que fue del Coleccionista y Flor. yo en especial se que paso entre ellos, el final ni ellos mismo lo saben... asi que simplemente veremos!

[MalditoLobo]

Originally Posted by flor_del_desierto

Bueno como no hubo drama en saltar algunas partes, voy a no escribir el capitulo que tengo en soporte de papel!... Asi mejor dejamos ese tema a lo que cada uno quiera, pueda e imagine... La Libertad del espiritu muchas veces puede verse coaccionada por las palabras, cada uno sabra dentro de si que fue del Coleccionista y Flor. yo en especial se que paso entre ellos, el final ni ellos mismo lo saben... asi que simplemente veremos!

¿Y no es más fácil si lo contás a continuación?