Magia, hechizos y guerra

[Nevinirral]

Me dolía cada centímetro de mi cuerpo. Era como una muy mala resaca. Mire de nuevo la habitación, había un excesivo brillo, mis ojos todavía no se acostumbraban a la luz, y el sol me pegaba directamente a la cara desde una ventana abierta. Desde ella salía el cálido y familiar viento del desierto, que hacia mover unos adornos colgantes hechos de semillas secas, haciendo un ruido relajador.

Las sabanas que me envolvían estaban bastante limpias, me pregunte hace cuanto las cambiaron, pero más importante aún, cuánto tiempo estuve inconsciente. Los ojos por fin se acostumbraron y podía ver el resto de la habitación con más claridad. A mi izquierda tenía una jarra con agua cristalina, con unos vasos transparentes. Al lado de esas jarras se encontraba una muñeca de trapo, con un brazo remendado. Recuerdo que esa muñeca se la hiso Dama Blanca a Sofi, nunca se separaba de ella. Supuse que todos debieron preocuparse cuando me desmayé.

Seguí explorando la habitación desde la cama, aun me dolía mucho el cuerpo para levantarme. En una esquina de la habitación, acurrucada en un sillón había una mujer de pelos violáceos que dormía con un libro entre las manos. Al parecer, Kagome no se había dado cuenta que me había despertado. Tenía la garganta más seca que los desiertos de Ignis, ignoraba cuanto tiempo estuve sin poder comer ni beber. Alzé una de mis adoloridos brazos y trate de agarrar la jarra. Al parecer no lo debí haber hecho muy bien por que tire un vaso al suelo y derrame medio contenido de la jarra en la mesita de luz en donde se encontraba. Maldecí en voz baja, trate de sacar la muñeca de Sofi de allí que por falta de prensión en las manos también se me cayó al suelo. Maldecí un poco más alto esta vez. Me moví hacia la punta de la cama y estire el brazo lo máximo posible para alcanzar a la muñeca, pero era inútil, no llegaba. Intenté una vez mas y esta vez la alcancé, pero no gracias a mis manos si no a las de otras mucho mas femeninas y delicadas. Al parecer, desperté a Kagome con mi intento de auto-suficiencia, ella me tendió la muñeca con una sonrisa y unos ojos felinos que brillaban de alegría. Tome el juguete de sus manos con una sonrisa y ella, sin aviso, me rodeo con los brazos a la altura del cuello, ese acto de amor, pese a ser cariñoso, me producía un dolor insoportable.

-Kagome… por favor, me duele… -Dije tragándome el dolor que producían mis músculos y mis huesos.

-¿Cómo? ¡Oh! Si, perdona, Beddoes dijo que podría suceder eso. Lo hiciste Jace, de verdad eres elegido por los dioses.

-Solo tuve suerte. Y pos cierto, ¿Cuánto tiempo estuve dormido? ¿Tres, cuatro días?

-Estuviste una semana . –Den ese momento casi se me cayó la mandíbula inferior al suelo – Nos preocupaste por un momento Jace. Pensábamos que no despertarías. No te imaginas como estuviste los primeros días, gritabas a tu madre, gritabas de dolor. Y estuviste muerto por unos segundos, según dijo Dama Blanca. Ahí es cuando más me preocupe. Y no te imaginas como fue bañarte. Hubieras muerto de sed y de hambre si no fuera por tus… nuevas cualidades.

-Espera, ¿Me tuviste que bañar? –La idea de mi inerte cuerpo desnudo siendo bañado por Kagome me produjo tanto vergüenza como risa.

-Claro que no, fue Gambli a quien le toco tal desafortunada tarea. El muy tonto creyó que los tatuajes eran suciedad ¡ja!

-Espera… ¿Tatuajes? –Mi mandíbula inferior casi se cayó de nuevo.

-Si… ¿No sabias? Pensé… oh khyla… hay un espejo allí pero no creo que sea conveniente que te pares… ¡Espera Jace! Déjame ayudarte aunque sea.

Estaba desnudo y apenas tenía suficientes fuerzas para cubrirme con las sabanas, pero con ayuda de Kagome llegue hacia el espejo. Los tatuajes no eran lo único que cambio de mi. Mi masa muscular aumento significativamente, y creo que era unos centímetros mas alto. Los tatuajes eran una serie de líneas paralelas, que empezaban desde la palma de mis manos y recorrían los brazos completamente, para llegar al medio de mi pecho y subir recorriéndome los pectorales y el cuello hasta mi cara. Aunque los tatuajes del lado izquierdo llegaban a mi rostro, los del lado derecho se detenían en mi barbilla. Los que cruzaban mi testa eran dos líneas (también paralelas) que recorrían mi mejilla izquierda, llegaban a la cuenca del ojo izquierdo, se cortaban pero luego continuaban hasta el lado izquierdo de mi frente.


-Tranquilidad muchacho… -Dijo el profesor mientras me inspeccionaba la garganta –Todo esto te favorecerá. Créeme.

-Lo siento si no entiendo su punto de vista profesor. Pero no entiendo como esto –Dije señalándome a mi cara- puede de alguna manera ayudarme.

-Mira muchacho –Dijo el profesor mientras dejaba sus herramientas medicas en la mesita de luz –pregúntate esto a ti mismo ¿Por qué los magos usan un báculo? Para canalizar su poder, como bien sabes. Porque la magia es poderosa como un rio, pero feroz como tal. Por eso es necesario tener “guías” para impulsar esa magia en el lugar adecuado, porque si no saldría como un torrente incontrolable. Cosa que te pasó cuando eras pequeño. Por eso los magos usan báculo y no invocan hechizos con sus manos desnudas. Pero tu no. Estos tatuajes, para los Moloks son más que una costumbre que una necesidad. Tiempo atrás, los Moloks tenían vibración mágica como los humanos o los elfos. Pero la perdieron hace bastante. Pero aun siguen haciendo estos ritos. Estos tatuajes, sirven para canalizar tu poder, sin necesidad de un báculo. ¡Imagina las posibilidades! No mas esa molesta herramienta, con un chasquear de dedos podrás invocar a la flama o al trueno. Puede que incluso te de la posibilidad de blandir una espada al mismo tiempo que un poderoso trueno sale de su punta.

-¿Sin báculo eh? –Dije mientras miraba mi mano derecha. Me concentre unos momentos y note que las líneas de mi cuerpo se iluminaron de un color blanco azulado, sentí como la magia, el poder, salía desde mi mente y recorría mi cara, para luego sentir esa calurosa sensación en el pecho y luego en mis manos, que brillaban en un azul blanquecino.

-Como verás, las líneas van desde tu cabeza, pasan por el centro de tu pecho y recorren tus brazos hasta la palma de tu mano. Tiene todo una explicación lógica. La magia viene desde la mente del individuo, pero también involucra emociones, por ello pasan por el corazón. Y por último, el poder se libera desde la punta de tus dedos. Pero eso no es lo único que cambio de ti Jace. Ahora tienes varias cualidades de los Moloks. Posees un incremento de tu fortaleza física, no si se lo habrás notado ya. Tus reflejos se vieron aumentados, como tu percepción también. Creo que la frase “lo que no te mata, te fortalece” encaja a la perfección. Ahora vístete que Dama Blanca y Sofi están por llegar, hicieron unos grandes descubrimientos mientras tú estabas inconsciente.

[Ludus]

Muy bueno jace!!!

Esperemos q esto del beso en la boca y todo no termine en una regla 34

jajaja

PD: repito, quiero matar a alguno!! XD

[Nevinirral]

Mientras me abrochaba los botones del jubón frente al espejo, miraba las nuevas marcas en mi cuerpo.

-Te juro que no se en que pensaron cuando me hicieron esto –Le dije a Kagome que estaba en un sillón leyendo atrás mío. –Esto dura para siempre ¿sabes?

-Te quejas demasiado. –Dijo levantando su mirada del libro –Además, te quedan sexys. –Dijo riéndose entre dientes –Ahora vamos, que los niños ya han llegado y la comida esta lista, tienes que bajar a comer un poco –se acerco a mí y abrocho los últimos botones sueltos que faltaban.

Bajamos las escaleras, en donde una muchacha rubia jugaba con unos muñecos hechos de madera junto a un chiquillo. Al verme, abrió sus claros ojos de par en par y se tiro hacia mí. Alcé a Sofi en brazos. Este era como nuestro tercer reencuentro, empecé a pensar que no hacía muy bien mi trabajo de cuidador de la niña. Salude a los que me faltaban, Lobo, Cliemene, Dama Blanca, Enkio, el profesor y su esposa. Gimli me saludo con un “atras vala” y un cálido abrazo.

La mesa empezó a llenarse de exquisiteces del desierto, al parecer esta cena era algo así como un festejo de que allá sobrevivido. Gimbli, al contrario de los elfos sentados allí, comía con pocos modales y muy ruidosamente, se le quedaban trozos de bebida y comida en la barba y daba disimulados eructos, que producían risas en los dos niños allí presentes pero miradas de desdén de parte de Dama.

-Así que… -dije mientras tragaba un bocado de puré de papas – tengo un aumento en mis reflejos y en mi condición física. Además de mi resistencia. ¿No?

-Bueno –dijo el profesor mientras cortaba educadamente un bife de carne –tus condiciones son más altas de la que cualquier humano normal. Al menos más altas que las de un mago normal, no sé si llegas a tal punto de los guerreros mas duchos de Alsius, pero que te codeas con ellos, de eso seguro. Ah, por cierto, un detalle más, al parecer el proceso químico destruyo tu capacidad de engendrar descendencia, quedaste estéril –Al decir esto me atragante con el vaso de agua que estaba bebiendo en ese momento.

-¿Qu.. Qué? –Dije mientras tosía.

-Lo siento muchacho, pero no podrás tener hijos. Un pequeño precio para tantas nuevas cualidades, si me preguntan a mí. Vamos muchacho, no me mires así, podría haber sido mucho peor, como… que murieses en el proceso.

-Si… supongo –Dije mientras miraba el agua del vaso. Era un gran golpe a mi autoestima, aunque era joven y no tenía planeado tener hijos por el momento, la incapacidad de tenerlos no era una buena noticia. Mire a Sofi que se reía con Gambli al otro lado de la mesa y eso repuso un poco mis ánimos.

-Por cierto –dijo Lobo mientras se limpiaba la boca con una servilleta – no tienes que desperdiciar estos nuevos talentos Beleren. Mañana por la mañana empiezas con migo y con el enano un entrenamiento para que sepas combatir cuerpo a cuerpo. Y no es una broma.

-Joder… son muchas nuevas noticias para estar una semana dormido…

-Y tenemos reportes sobre la situación de tu reino también –Dijo Climene –al parecer, no se ve a Baldrik en la escena pública por varios días y eso le molesta al pueblo de Alsius. Gerk está dirigiendo al imperio en lugar de el, tiene a la mayoría de los Alsirios bien controlados y las ejecuciones públicas se están haciendo aun más frecuentes. Tiene a un capitán Uthgar como mano derecha Keylan… Kalyan… algo así se llamaba. La Jihad está en una empresa en las fronteras nortes de Alsius, luchando contra Ignis al parecer. Hay capitanes leales al imperio que están tratando de contener las revueltas, pero no confían mucho en Gerk. Hay un Uthgar en especial, Urza, que está luchando para descubrir la verdad tras todo el asunto, pero sin ayuda le va a ser difícil. Y aquí hay algo nuevo: rumores dicen que un hijo no legítimo del ya muerto emperador de Alsius, se embarco desde la capital para tomar cartas en el asunto. Muchos dicen que el enano es un bastardo, pero que tiene suficiente sangre real en las venas para sacar a Gerk del medio. De cualquier manera, primero tenemos que averiguar nuestro plan de ataque antes de hacer cualquier acto de tonto heroísmo en Alsius.

Se levantaron los platos y algunos se quedaron conversando en la mesa, vi que Sofi ya estaba somnolienta así que la alcé y la lleve a su cuarto. Supuse que me esperaría un arduo entrenamiento mañana así que me dispuse a tratar de conciliar el sueño. Pero después de una semana dormitando uno no está específicamente somnoliento que digamos.



Me levante con los primeros rayos de luz, afuera en el patio estaba ya Lobo calentando y Gimbli durmiendo sobre el pomo de su martillo. Cuando entre al patio lobo le dio una patada al martillo en donde el enano estaba apoyado, haciéndolo despertar súbitamente.

-Bien, espero que hayas dormido bien –Dijo el semielfo. –Agarra una de esas espadas de madera y quiero que trates de golpearme con ella.

-Esto es ridículo –Dije mientras me dirigía a agarrar la espada. Antes de que llegase a agarrar la empuñadura, algo me golpeo fuertemente en la mano, era la Lobo que se había acercado rápidamente hacia mí, me agarre la mano y empecé a dar pequeños saltitos en el lugar por el dolor -¡Pero si ni si quiera la había agarrado!

-Un verdadero guerrero nunca baja su guardia –Dijo mientras dio una impecable estocada hacia mi dirección. Pese a que pensé que eso me dolería, mi cuerpo actuó instintivamente, haciendo que me corra a un lado centímetros antes de que la espada llegue a su objetivo. –Impresionante, así que es verdad lo de tus reflejos. Ahora entrenaremos tu resistencia. Quiero que agarres una de esas bolsas de heno y la cargues a tus espaldas. Ponte a correr alrededor de la casa hasta que yo te lo diga.

-Estas de broma… -no me dio tiempo para darme vuelta, Lobo me dio otro fino golpe en uno de mis tobillos. Pensé en maldecir en voz alta pero temí que eso llevase a otro golpe sorpresivo.

Luego de una hora de correr en círculos, Lobo me llamo con la mano. Al parecer Gambli ya estaba más despabilado.

-Quiero que luches contra él.

-No temas muchacho, tal y como te lo e enseñado antes ¿recuerdas? Voltereta y estocada, seguido de un cambio de pies y una finta con el hombro izquierdo. –Al parecer, mi amigo pensaba que recordaba algo de las clases de autodefensa que me había dado cuando tenía dieciocho años.

Luego de varios encuentros, por fin los movimientos me salían más instintivamente. En una parte chocamos espadas, cosa que me obligo a retroceder, mire y en el cerco que delimitaba la arena estaban Cliemene y Kagome, que se dijeron algo entre ellos y se echaron a reír. Ese momento de distracción fue suficiente como para que Gambli me diese un fuerte golpe en el medio de la cara. Me desperté viendo brillos. El entrenamiento por fin termino cuando el último de los rayos de luz se escondía. Me dolían todos los huesos, pero tenía la sensación de que podría haber continuado con esto unos tres días seguidos sin cansarme.

[Nevinirral]

Volví a mi habitación con vendas y remaches cortesía de Dama, me desplome en mi cama como un saco pesado de papas. Me quede unos momentos mirando el techo, tratando de no moverme mucho a causa del dolor de los moretones. Me puse a pensar sobre los cambios físicos en mi cuerpo, y de cómo serían útiles en algún momento futuro. El ruido de la puerta abriéndose interrumpió mi meditación, miré hacia arriba esperando encontrar la cara de alguien, pero tuve que bajar la vista unos centímetros más abajo, ya que la rubia chiquilla no era tan alta como esperaba. Sofi se subió de un salto a la cama, tirándose sobre mí, riéndose. Yo la agarre y (con gran esfuerzo de mis adoloridos brazos) la levanté quedándose en el aire con sus rubios cabellos apuntando abajo.


-Vas a tener que hacer algo mejor que eso para vencerme pequeña –Dije riéndome.


-Cuando sea más grande verás que te comerás tus palabras Jace –Dijo mientras la bajaba –Me dijo doña Álika que en unos minutos bajaremos a comer, y me mandaron a avisarte.


-Bien, después de todo el entrenamiento podría comerme un Benkku entero. No te preocupes, no me mires con esa cara, la carne de Benkku es fibrosa y sin sabor, no me comeré a uno. –Puse el amuleto de mi madre sobre la mesita de luz y me masajee mi dolorido cuello.


-¿Qué es eso Jace?


-Bueno, el profesor me dijo que se llama un “memoriandum”, allí puedes guardar notas mentales, para luego escucharlas por si se te olvidan. Este pertenecía a mi madre.


-¿Y los has escuchado?


-Bueno, aun no. Todavía no descubro la forma de activarlo. El profesor dice que lo más probable sea con una palabra clave, pero las palabras en el idioma alsirio son muchas y hasta que demos con ella por casualidad, podría pasar mucho tiempo.


-¿Qué significa esa “B” azul en su tapa? –Dijo mientras lo tomaba y lo abría, viendo las fotos en su interior.


-Puede significar el apellido de mi familia, Beleren. Pero creo que este memoriandum se hiso antes de que mi madre allá conocido a mi padre, así que no tiene sentido que tuviera el apellido de casada para ese momento… aunque las fotos fueron agregados después, sin duda. Pero aun queda la incógnita de esa B. Quizás… -dije haciendo memoria – “Bruma” –Dije despacio, acto seguido tres finos rayos verdes salieron de las tres fotos, convergiendo en un lugar formando una pequeña esfera. Se empezó a escuchar ruidos inentendibles, hasta que por fin una voz femenina se escucho cada vez más fuerte.


-¿Esto esta encendido? Bien, comenzaré mis notas el… veamos que día es… oh si, primera entrada, primer equinoccio de luna, de la octava época.


-¿Quién… quien es ella? –Dijo Sofi que no salía de su asombro, al escuchar una voz tan clara como si estuviéramos escuchando a su emisora al lado nuestro.


-Creo… creo que es mi madre. –Dije mientras la voz proseguía de una breve pausa.

-Estoy muy emocionada, había escuchado historias de los Rana Othar, pero nunca esperé convertirme en uno de ellos. Se me han abierto caminos a una información que de ninguna otra forma pudiera haber hecho. Cuando se los conte a mis padres, casi se desmayan, imagínense, su hija de veintiún años convirtiéndose en un miembro de una secta casi invisible. Me gusto mucho que me hayan designado como investigadora principal de este proyecto, y me dijeron que contaré con ayuda del profesor Beddoes, una mente brillante si las hay. Su controversial libro es una de las piezas científicas de nuestra era. Mírenme, ya desviándome del tema, volviendo sobre mi investigación, mi trabajo es saber por qué los Krogan se esfumaron de estas tierras y solo se los encuentra en las entrañas de la tierra, allá en la capital de los enanos.

En ese momento, tocaron a la puerta, la encargada de la casa entro y casi se desmaya (otra vez) cuando escucho una voz misteriosa viniendo de un extraño artefacto en el medio de la habitación. Mientras la ayudaba a levantarse, no aguantaba las ansias de decir en la mesa lo que habíamos descubierto. Pero una gran duda rondaba sobre mi cabeza, ¿Cómo Niv-Mizzet sabia la contraseña para el memoriandum?

[Ludus]

me gusta me gusta XD, quiero masss!!! jaja

[Nevinirral]

Luego de llevar casi a rastras a la enorme encargada, por fin me pude sentar en la mesa. Cuando por fin termine el relato, todos tenían una cara de estupefactos. Gambli se había quedado con un trozo de pollo a medio masticar en la boca, los elfos tenían cara de pensativos y el profesor tenía una rara sonrisa.


-Muchacho, ¡esto es perfecto! Por fin estamos haciendo avances en nuestra investigación.


-Aunque temo que encontremos algo que no busquemos. Pero profesor, por lo poco que pude escuchar, usted trabajo con mi madre, ¿No tiene ningún dato que pueda aportarnos?


-Joven, ya les eh dado toda ayuda que se me disponía. Ayude a tu madre, con la fisiología de los Krogan, y con algunos puntos para qué empiece, pero todo lo demás, era secreto exclusivamente de ella.


-Ustedes si toman ajenjo del bueno –Dijo Gambli –No es posible hacer lo que dicen ustedes.


-Sí, con la magia, puedes alterar la realidad y el orden de las cosas.


-¡Bah! Magia, aquello no hiso más que producir dolor en este mundo. Las cosas podrían ser mucho más simples, pero no, los magos quieren investigar y develar secretos que nunca debieron ser sacados a la luz…


-Gracias a la magia, mi corto amigo, estás vivo hoy. –Al decir esto, Gambli refunfuño y volvió a su tarea de ingerir grandes porciones de comida.


-Bueno, se hiso tarde –Dijo Climene- Mañana sigue tu entrenamiento brujo. Esta vez te toca con migo.


-No desearía ser tu –Dijo Lobo por lo bajo y dándome golpecitos con el codo.




No podía dormir, la casa estaba silenciosa. Me quedé pensando en lo que escuche hoy. Apenas recordaba cómo era la dulce voz de mi madre. Tenía apenas unos seis años cuando paso todo. A partir de ese fatídico día, no escuche la voz de mi madre. Y escucharla ahora, después de tantos años, era extraño, muy extraño. En eso, escucho que llaman por mi nombre, una voz muy apagada y lejana. Me despabilo inmediatamente. Agudicé el oído. De nuevo esa voz, casi como un lamento, llamaba mi nombre. Mire al costado y Sofi dormía. Me levante con cuidado, tratando de no despertar a Sofi.

Agarre la vela y la encendí con una chispa que salió de mis dedos. La casa estaba oscura, muy oscura. No se escuchaba ni un sonido, el silencio era de penumbra. De repente, y sin aviso, la voz sonó mas fuerte que antes, llamándome. No pude evitar estremecerme y que mi respiración se agitase. Venia del piso de abajo.

Baje por las escaleras y me pareció ver una figura en la oscuridad. Casi resbale del escalón por el estremecimiento. Pensé en volver a la habitación, pero la voz volvió a llamar de nuevo, era una voz femenina. Me dirigí a la cocina, por donde se fue la inquietante figura. No había absolutamente nadie, pero con el rabillo del ojo vi que la puerta del almacén se cerraba débilmente. Escuche como mis dientes rechinaban, me dije a mí mismo “eres un brujo, no le tienes miedo a nada”. Esas palabras vacías me dieron un poco de coraje para abrir esa puerta. Nada, ni un alma. Pase la vela encendida un par de veces, esperando avistar algo. Me di la vuelta para volver a mi cuarto. Entonces la vi. Estaba prácticamente a unos centímetros míos, mirándome fijamente, el sobresalto fue tal que me tropecé hacia atrás, al almacén. Cerré la puerta y apague la vela, esperando que no me viese. Sentí como empezaba a tiritar. Con el mayor coraje que encontré, me dispuse a ver por el hueco de la cerradura.

No vi a nadie, el ojo se me estaba secando. Parpadeé, y cuando abrí nuevamente mis parpados, vi un ojo verde del otro lado, pero un ojo que parecía vacio, que me llamo por mi nombre. Caí para atrás nuevamente, cargue un hechizo de fuego en mi mano preparado para carbonizar hasta los huesos cualquier cosa que este del otro lado. Cualquier cosa menos ella. La puerta se abrió, y la espectral figura era de una mujer, con cabellos negros azabache, que le caían con finas ondas sobre sus hombros pálidos. Era mi madre.

-Esto es un sueño –Dije cerrando fuertemente los parpados y llevándome los puños a las sienes –Esto es un puto sueño. Ella está muerta.

-Jaaace –Dijo con una voz fantasmal.

-¿Qué… que quieres? –Dije al ver que pellizcándome no despertaba.

-Mátame –Dijo mientras se seguía acercando.

-No… estas muerta, esto es un sueño. –Dije mientras cerraba los ojos.

-Mátame –Dijo subiendo el tono de voz.

-¡No! ¡Aléjate de mi! –Dije gritando.

-¡Mámate! –Dijo gritando de una manera ensordecedora, al mismo tiempo que una ráfaga de viento abría todas las ventanas y las hacia golpear contra las paredes de manera insoportable.


Me desperté con Lobo agarrándome de los brazos, Dama tratando de recitar algunos hechizos y Kagome llevándose la mano a la boca mientras veía como me retorcía en mis sabanas. Sofi estaba en un rincón, aterrada de miedo. Mire la pared y había un hueco del tamaño de tres Uthgars, por donde se podía ver el cielo estrellado. Cuando por fin vieron que me había despertado, Lobo me soltó. Trate de salir de la cama pero me desplomé en el suelo, Kagome trató de levantarme.


-Que… que te está pasando –Dijo mientras me pasaba sus delicadas manos por mi cara empapada de sudor frio.


-Creo… creo que estoy perdiendo la cordura.

[Ludus]

queda mas? XD , quiero mas acción!! adrenalinaaaa jaja

posta feo, pone otro capítulo ¬¬

[Nevinirral]

Unos momentos después de lo sucedido, estábamos casi todos en la cocina. Afuera, el alba despuntaba sus primeros rayos de sol. Estaba sentado con mi palma en mi frente, con mis cabellos entrecruzados en mis dedos. Siempre tuve sueños raros, pero nunca como este.

-Así que… -Dije rompiendo un largo silencio -¿Me repiten que hice mientras dormía?


-Bueno, desde la otra habitación –Dijo Dama que parecía muy serena pese a todo lo que paso –se escucho que gritabas a alguien, pidiendo que se alejase, luego empezaste a gritar, desaforadamente, ahí es cuando escuchamos un estruendo y nos preocupamos. Al parecer, de un solo hechizo desasiste la pared de tu cuarto. –Cuando dijo esto, Álika resopló, y el profesor le dirigió una mirada inquisidora –Estos sueños se están volviendo peligrosos brujo, pero tienes que explicarnos para que podamos ayudarte.


-¿Dónde está la niña? –Pregunté ignorando los consejos de la elfa.


-Sofi no ha salido de la habitación. Y no ha dicho una palabra tampoco, cosa que me preocupa. Obviamente, está asustada.


-Pude haberla matado. Trato de protegerla pero la pongo cada vez más y más en peligro. Si alguien sabe qué debo hacer ahora, por favor díganmelo, porque estoy bastante perdido. Todo esto me está haciendo perder la cabeza.


-Brujo, dime como son los sueños, permítenos ayudarte –Dijo Dama.


-¿Qué hay decir? Maté a mi madre y su fantasma me lo está recriminando. No es nada menos de lo que merezco. –Me levanté y salí afuera, en donde el fresco aire de la mañana me acariciaba la cara.

Inspire hondo, tratado de aclarar mi mente, de olvidar por una vez en mi vida lo que había pasado. De lo que era responsable. Pero era imposible. Cada vez que trataba de olvidar, las imágenes de mi madre gritando mi nombre en ese infierno llameante volvían a mi cabeza. Me agarre los pelos con la mano, me arrodille y empecé a tiritar. No aguantaba más. En ese momento sentí que unas manos se posaban delicadamente sobre las mías. Abrí los ojos, una hermosa mujer me miraba con unos ojos felinos.

-No creo que soy el indicado para ser todo esto… -Dije mientras me paraba- …simplemente no creo que pueda hacerlo. No tengo la fortaleza suficiente, mierda, por algo que me paso hace muchos años ya me sigue doliendo.


-Jace… de todas las personas que me pude haber cruzado… eres la más interesante. No digas que no tienes la fortaleza necesaria, ¿recuerdas quien me tomo de la mano y no me soltó allá en Meleketi cuando los guardias nos rodeaban? –Dijo mientras tomaba una de mis manos -¿O recuerdas esa vez que soportaste varios puños y patadas en la cara? –Dijo riéndose.


-Trató, de verdad –Dije mientras ella me seguía tomando de la mano – Pero la niña… no está segura con migo. Yo mismo no estoy seguro ni en mi propia mente.

Me agarro la cabeza delicadamente con sus manos y llevo su frente a la mía. Y por primera vez en muchos años, allí en el medio del desierto, los problemas de mi vida se esfumaron, dando lugar a un solo sentimiento.

-Yo creo en ti Jace –Dijo mientras sonreía –Desde el momento que te vi, supe que eras un hombre remarcable.

Subí mis brazos y acaricie sus manos que aun sostenían mi cara. Le pase los brazos por alrededor de la cintura y la acerque poco a poco hacia mi. Nuestros labios se encontraron. Tal encuentro fue llameante. Le acaricie delicadamente su nuca. Olía a claveles.

[Nevinirral]

Nos quedamos ahí, en la mañana fría del desierto, mientras el sol poco a poco empezaba a iluminar nuestras caras. Luego de un tiempo (que pareció eterno) decidimos volver a la casa. Adentro quedaban pocos de los que hace un momento habían estado: Climene se quedo apoyada con la espalda en la pared, Niv-Mizzet estaba armando una especie de cilindro muy pequeño con un papel fino y el profesor estaba yendo a mi habitación con lo que parecía instrumentos de medición para la arquitectura.


-Si ya te recompusiste –dijo Climene –en una hora y media te quiero afuera y listo para seguir tu entrenamiento –Tomo el último sorbo de una taza y se fue por la puerta de la que acabe de entrar.


-Será mejor que suba a ver como están las cosas –Dijo Kagome mientras me acercaba una taza con agua –de todos modos tengo que ir a arreglarme el pelo, tu acto nos despertó a todos y no nos dio tiempo de arreglarnos.


-Despeinada o no, hace falta más que eso para opacar tu belleza –Kagome emitió una risita y se fue escaleras arriba.


-Que encantador –Dijo Niv-Mizzet acabando de enrollar el cilindro de papel –El brujo y su amor. Menudo poder, por cierto, volar una pared… estoy impresionado. –Dijo mientras se llevaba el papel a su boca –Me recuerdas a tu madre ¿sabes? Tanto poder… pero eligió concentrarse en el camino de ayudar a otros. –De la punta de su pulgar se formó una flama que uso para encender el cilindro que tenía en la boca -¿Quieres uno? –Dijo señalando a lo que acaba de prender –Los nativos los llaman… tenían una palabra rara… cigarrillo. Contiene tabaco.


-Conozco el tabaco de los Moloks, pero prefiero pasar de él. No creo que sea mejor que el veneno que fuman los enanos en sus pipas.


-Como quieras. Pese a lo que pienses, tu madre tomo una decisión cuando… todo esto pasó. Lo que sea que estás viendo durante tus sueños, no te recrimina nada.


-Yo la mate, ahora su fantasma me lo debe estar recriminando.


-Deja los llantos brujo tonto, ya eres demasiado grande para eso –Dijo mientras tomaba el cigarrillo con los dedos y se lo sacaba de la boca –Tu padre tenía un dicho. “Elegimos lo que queremos ser”. Si me preguntas a mí está un poco errado, pero que mejor que seguir el ejemplo de tus padres para este tipo de situaciones ¿no? Tomate a ti, como ejemplo. Podrías simplemente negar toda responsabilidad de esta empresa y dejarnos a nuestra suerte, pero no lo hiciste. Pudiste usar tus poderes para robar o matar, pero en vez de eso decidiste servir al reino de Alsius. Hiciste tus elecciones, con sus ventajas y consecuencias. Yo eh echo las mías. Decidí ayudarte.


-¿Cómo conocías tan bien a mis padres? ¿Cómo un homicida como tu fue tan cercano de ellos? Y en el nombre de ORG ¿Cómo conocías la contraseña de memoriandum?


-Yo no naci así. Yo decidí ser así. Pero basta de esto, creo que tienes una elfa afuera esperándote. Las respuestas que buscas, yacen adentro. –Dijo señalando con la mano que tenía el cigarrillo al colgante de mi madre que tena en el cuello- Estúdialo bien.

[Nevinirral]

Salí de la casa, vi el hueco en la pared que había producido. Se podía ver al profesor y a varios enanos (casi todos exceptuando a Gambli a Din) conversando entre si y con varios instrumentos de mampostería en la mano. No era raro, ya que los enanos eran maestros en la arquitectura. Mire para adelante y estaba Climene, ajustando las bragas de cuero de sus rodilleras.


-Por fin. –Dijo mientras me tiraba un gran bolso un poco más pesado de lo esperado, casi pierdo el equilibrio en atajarlo –Pruébate esto.


Abrí la bolsa tirando de una soga que la cerraba por la punta. Ordenada, estaba una serie de piezas de metal y cuero duro. Era una armadura.


-Tienes que estar bromeando –Dije sacando lo que parecía el peto del conjunto.


-Me han llamado de muchas maneras brujo, pero “bromista” no es una de ellas. Lo que tienes en las manos, por si tus habilidades cognitivas no lo han notado ya, es una armadura. No como la de los caballeros –Dijo mientras se palmeaba su propio conjunto, que de mas estaba decir que además de hermoso era brillante, incluso a estas tempranas horas de poca luz –pero como ya pronto aprenderás, la armadura sirve para proteger lo que la destreza no puede. Para usar una armadura de gran tamaño se necesita además de la resistencia física (cosa que ya tienes), un gran y largo entrenamiento. Pero no te confundas brujo, lo que tienes en las manos en una pieza de arte. Bastante vieja también, pero que no te engañe, este pedazo de tela y metal a salvado la vida a más de un Rana Othar.


-Espera, ¿esto perteneció a los Rana Othar?


-Nunca dejo de pertenecer. Es un conjunto de la forja enana, con la sastrería elfica. Protege y da una versatilidad sin límites a la vez. Quizá un poco ligero para un caballero común y corriente, pero más que una buena protección para un mago. Ven, empecemos con el nombre de cada una de las partes y como ponérselas.





-Bien, siente como la armadura se ajusta a tu cuerpo, no esfuerces los músculos pues te tensionarás, deja que las articulaciones se muevan por si solas. Trata de levantar los brazos lo más alto que puedas. Excelente, te queda como un guante. Y hablando de eso… -Climene me extendió un guantelete de placas de metal reluciente, con un carvado hermoso. Las puntas de los dedos, iban en forma de punta, simulando a una garra, pero en la sección en donde iba la palma de la mano era de cuero flexible –El decorado sirve para algo más que la estética. En la antigüedad, servía para canalizar la magia, de la misma manera que tus tatuajes de la otra mano. Este conjunto solo viene con un guantelete, ven pruébalo. Con eso bastará para que dures al menos cinco minutos en la primera línea –Dijo la syrtense con una amplia y orgullosa sonrisa.


Y la verdad que si, el conjunto era un peto de cuero duro, divido en los pectorales y en los abdominales para darme más flexibilidad, las hombreras, pese a no ser grandes y ornamentadas como la de los demás caballeros, eran flexibles y duras. El guantelete daba una eficaz protección al mismo tiempo que podía servir como agarre y manipulación de objetos delicados. La protección para los pies consistía en unas botas largas, protegidas en de las rodillas para abajo con una placa de metal.


-¿Bien? –Preguntó Climene -¿Qué te parece?


-Lo quiero en azul.