MI HISTORIA - escrita por Velin

[Samu]

Originally Posted by eldiablitodir

Si, histeria, no historia...ya que daenisel no era pj de Hada, solo la sobornaron con él...pero su corazoncito siempre será y estará en Syrtis...
Y fue a finales de la beta, cuando los conjus de ignis no curaban y nos aburriamos de matarlos...y pasabamos hooooras en Samal. En fin...

¡já! En aquellos tiempos todavia andaba Samu machacando a cazadores petes en samal (?)

[Tuor]

mataron a har!


dale q esta interesante, eso de los anillos promete mucho

[itzcoatl]

Originally Posted by Samu

¡já! En aquellos tiempos todavia andaba Samu machacando a cazadores petes en samal (?)

Y arthas a brujos ignitas

[valedir]

Como Arthas lo contó... Hada era mi pj 50 en syrtis, pasabamos noches en samal, ignis tenía menos gente. Me sentía medio inutil en syrtis ya que los conjuradores eran excelentes y ademas el número. La verdad me aburría, empecé haciendo pvps con pjs Ignitas y asi empezó la idea del cambio de reino.

Era beta todavía cuando empecé con Daenisel. Y ya decidida en el oficial cree a Hadita, aunque siempre mantuve a Hada.

[TrancoS]

Cuendo uno nace en un reino, lo quiera o no, siempre te llama ,mas la gente, los "viejos" conocidos que te reclaman!!

Hada aun existe, no es ni un mito ni un fantasma... Ya tendremos en nuestras lineas a semejante conjuradora ganandose el odio de sus enemigos ^^

Saludos

[Ferraje]

El regreso a Fisgael


-¿Nunca has oído hablar de las rocas runicas?
-si, alguien me dijo que un noble de Fisgael la buscaba.- respondí esto recordando lo que me había dicho hace mucho tiempo Hylari, había escuchado una conversación entre un Ancalimon Jadescribe y un cazador, por lo que Homer me había contado el anillo contenía una de las rocas runicas de Ignis. Alsius había conseguido las piedras ocultas de su reino y las de Ignis, todas menos una, al parecer la que llevaba Taleneo. Los habitantes de las tierras heladas, buscaban tenerlas todas ya que una antigua profecía aseguraba que si se unían surgiría un gran poder. Seguramente pronto atacarían Syrtis para conseguir las últimas rocas. De todas formas eso no aclaraba por que ese anillo me resultaba conocido.

-Entonces supongo que tampoco será necesario contarte la profecía.
- No me enojaría si lo haces.
-no la recuerdo exactamente pero lo importante puedo decirlo: las veintiuna que forman el círculo ahora están separadas, esperan el momento oportuno para volver a encontrarse y liberar su gran poder. Cuando el momento de la destrucción llegue el bondadoso las buscará para encontrar la paz y evitar la ruina, el soldado errante juntará las rocas y el traidor luchara con el fuerte de corazón. El guardián, sellador de la magia de las rocas deberá caer. Aquel que solo poseía un recuerdo y una de las piedras será el nuevo portador de la gran magia, él sabrá hacia donde ir, ya que las historias más importantes terminan donde comienzan, y su camino terminará donde el mal no ha llegado aún.

La profecía hablaba de mí, no me sorprendí por eso, sino que más bien estaba asustado. Reconocí la frase del final, era la misma que había soñado hace ya tiempo. El momento de la destrucción estaba a punto de llegar, Alsius e Ignis se habían aliado, los Alsirrios ya casi tenían todas las rocas y seguramente en poco tiempo nuestros enemigos unidos atacarían el reino. Antes de que eso pasara yo debía encontrar las rocas, pelear contra un traidor y matar a un monstruo que mientras viviera no dejaría que las rocas runicas entregaran su magia. Lo único que tenía era una roca, una profecía y las personas que me rodeaban, debía saber más cosas, y conocía a alguien que podía contarme lo que quería, iba a interrogarlo, pero sabía que no podía hacerlo solo.

Aproveche la situación y le conté a todos lo que había pensado. Era una locura, de eso no cabía duda, pero era necesario y necesitaba todo el apoyo posible. Largas horas discutimos sobre que era lo que debíamos hacer, finalmente terminaron confiando en mí, nunca olvidaré eso, ya que me pudieron antes que el reino.

A los dos días estábamos listos para partir, éramos solo cuarenta y seis, pero éramos los mejores, de todas maneras no podíamos enfrentarnos a toda una ciudad, tenía la esperanza de que los guardias no nos atacaran teniendo en cuenta nuestra reputación y me dejaran actuar. El grupo atraía varias miradas, era raro ver tanta gente entrando en el reino y alejarse de la guerra. En el camino no paramos para hablar ni ayudar a nadie, apenas descansamos en los pocos días que nos llevó la travesía. Cada segundo era clave, el fin de las cosas como las conocíamos estaba más cerca de lo que todos creíamos.

No voy a detallar el viaje a Fisgael porque no es importante, solo diré que llegamos en muy poco tiempo, aunque quizás demasiado tarde. La gente se apartaba en las calles al vernos pasar, tuvimos que preguntarles a varios guardias la ubicación del noble, solo uno respondió impulsado por el miedo. Lo encontramos en una armería como nos habían dicho. Rodeamos a Ancalimon cuando salio del lugar, y yo me acerque a él. Cuando los guardias vieron esto no encerraron en un círculo aún más grande, todos estaban preparados para usar sus armas. Apoyé la punta de mi báculo en el cuello del asustado noble, los guardias vacilaron y uno se lanzó al ataque, una flecha se clavó en su pierna aunque no fui capaz de ver quien la disparo. El efecto fue inmediato, una batalla comenzó, algunos se unieron a nosotros, seguramente los opositores del noble, pero yo no presté atención a los hechos de mí alrededor, ni siquiera a las flechas que caían cerca mío, tenia que confiar en mi clan, como ellos habían confiado en mí.

-¿donde están las rocas runicas?- le pregunté.
-no se de que hablas.
-no estas en las mejores condiciones para decir eso.
-no te estoy mintiendo no se que es eso que me dices.
-se que crees que tus hombres nos derrotaran, pero mira.- señalé la batalla a la que cada minuto se sumaban aliados a nosotros.- aunque no lo creas, los soldados que pasamos nuestras vidas luchando y morimos para defender a las personas que queremos, somos mas respetados que alguien que solo permanece a salvo en su casa ocultándole a los ciudadanos la verdad.
Nuestros enemigos se han aliado y la única manera de vencerlos es con las piedras, has escuchado la profecía, sabes que se va a cumplir.

-¿y por que tendría que darle las rocas a ustedes?
-primero porque tengo una de las piedras-conteste mientras se la mostraba- y segundo porque si no me contestas habrá otro que puedo hacerlo- comencé a conjurar un hechizo.
-¡No me mates!
-entonces ordena que paren de pelear y dame las rocas.
Fue más fácil de lo que había pensado, siempre había creído que cuando decían que era un cobarde solo era por el odio que le tenían, pero parece que realmente lo era. Tenía siete rocas conmigo, las guarde en una bolsa que colgué a mi túnica. Luego de revivir a la mayoría de los muertos estábamos listos para irnos, pero un elfo a caballo llegó donde estábamos.
-Vienen hacia la puerta de la muralla, son miles.

[TrancoS]

Se puso buena la historia, muy buen relato!!!

[seba_ktupe]

Ferra, no me dejes con las ganas

[Ferraje]

La resistencia de la muralla

Salimos rápidamente en dirección a la muralla, nos habían brindado caballos para poder llegar antes de que la situación se volviera critica. Prácticamente todo Fisgael estaba con nosotros, solo algunos soldados habían permanecido en la ciudad para aumentar las defensas en caso de que no se pudiera resistir fuera del reino.

Los sonidos de la guerra eran llevados por el ligero viento de la tranquila noche, el chocar de los metales y los gritos de furia y dolor. Cuando nos acercamos a la puerta me di cuenta de que no era solo una batalla más. Durante varios metros se veían arqueros y magos ocupando toda la superficie del lugar y lanzando una lluvia de flechas y magias que surcaban el campo de batalla, apenas visibles en la noche, en el camino no perdí tiempo y cure a muchos aliados.

Cuando al fin llegamos a la puerta los vi que los soldados heridos permanecían dentro Tatu, Remus, Serena, Chumy y yo permanecimos dentro, curándolos, mientras Sr. Lag y Hechizerita fueron a ayudar a los que combatían fuera. Pasamos un buen tiempo allí, finalmente decidí salir seguido por Chumy. No pasó prácticamente nada de tiempo hasta que cayeron los primeros, Valinor se había lanzado con la ayuda de Hechi contra un grupo de enemigos, el caballero murió como un héroe con los cuerpos de seis enemigos rodeando el suyo. La conjuradora trató de escapar pero una hiedra surgió del piso y antes de que tuviera tiempo a defenderse cayó abatida entre las hordas de enemigos. Me dirigí a revivir a la caída para que a su vez hiciera volver a Valinor, pero me paré en seco. Estábamos completamente rodeados en un semicírculo, era imposible ver hasta donde llegaban las filas de los enemigos, alsirrios e ignitas por igual, pero si pude ver un destacamento de al menos unos quinientos elfos oscuros dirigidos por Mario of Persia acercarse por el flanco izquierdo. Si revivía a Hechi caerían cientos de los nuestros bajo ese ataque, por lo que usando mi maná protegí a todos los guerreros de mí alrededor y me lancé hacia allí. En el corto camino se me unieron Ferraje, Otto, Cuajoneta y Wolf.

Llegamos junto a nuestros aliados justo a tiempo para que yo pudiera crear un temblor y evitar así a Mario causar estragos con sus poderes. Los dos grupos chocaron y comenzaron a pelear. Me perdí en el ir y venir de aliados y enemigos, lanzándome protecciones y curando a todo aquel herido que se me cruzara delante, Otto y Wolf se me unieron cuando los enemigos comenzaron a encerrarme y gracias a ellos pude sobrevivir, pero el tirador murió cuando lo enfrenaron tres bárbaros. Mientras el brujo se encargaba de inutilizar a los guerreros yo reviví a mi amigo. En ese momento vi lo que pasaba justo en el centro de la batalla. Ferraje luchaba mano a mano con Mario of Persia, la batalla era terrible y ambos eran realmente buenos, la muerte llegaría para aquel que cometiera el más mínimo error, trate de llegar hasta allí para ayudar al caballero pero los enemigos me lo impedían, por suerte mi compañero resistió el ataque de Mario y le rebano la cabeza, acabando así con quien era posiblemente el mejor brujo de los tres reinos, antes de que tuviera tiempo a voltearse una flecha le atravesó el cuello, Cuajoneta mató al asesino pero luego cayó bajo el ataque de un brujo. Me acerque a donde estaba el brujo buscando lo que estaba seguro que llevaba, protegido gracias a mi santuario tome la roca runica que llevaba. No podía revivir a nadie por un tiempo y aunque busque desesperadamente no halle ningún Conj. Cerca, por lo que decidí volver a la muralla.

Permanecí un tiempo curando los heridos, a varios de ellos los conocía, a la mayoría nunca los había visto había allí desde curtidos veteranos hasta novatos que habían comenzado hacia solo unos días. Me entere por Tatu que Homer y Wolf habían muerto, pero ese no era el momento de lamentarse por lo que decidí volver a salir.

La situación fuera iba de mal en peor, el círculo de los defensores cada vez era más pequeño, fue en ese momento cuando recibimos el último ataque. Decenas de arietes llevados por Uthgars. Todas las flechas se dirigieron hacia los portadores de las armas de asedio, pero cuando uno caía otro tomaba su lugar. Pronto un enorme grupo de tiradores enemigos se adelantó y comenzó con su masacre, luego de esto aparecieron entre nosotros cientos de cazadores que hasta el momento estaban camuflados. Fui lo suficientemente rápido para lanzarme la máxima protección, pero otros no tuvieron esa suerte. Entre ellos se encontraban Edhesso, Den, Durothan y Lili August. Reviví a la bruja por ser la más cercana a mí, apenas tuvo tiempo de lanzar un ataque antes de volver a morir, pero ese solo golpe bastó para noquear varios enemigos y le permitió a la mayoría escapar de la terrible trampa.

La batalla de la muralla estaba perdida, nos preparamos para emprender la retirada, mientras un grupo de valientes héroes permaneció junto a la puerta, de pie esperando su destino, enfrentando la muerte con el mayor valor que hubiera visto, morirían solo para darnos algo de tiempo, para que hubiera solo un poco más de posibilidades de ganar una guerra casi imposible, Nizzan, Ráfaga, Sir lag, Tatu y Sir Lican permanecieron allí, yo también quise quedarme y morir con el máximo honor posible, pero mi destino era otro y aún estaba por verse, durante la batalla había encontrado cuatro rocas más por lo que ahora tenia un total de doce, me di cuenta de que quizá la ultima esperanza consistía en que las encontrara todas, por lo que decidí hacerlo lo antes posibles para evitar más muertes. Eso era lo que pensaba mientras nos dirigíamos a Fisgael para luchar la última batalla.

[TrancoS]

WOW!!!!!

Tremendooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!! !!!

tengo que esperar a mañana?? joer -.-