MI HISTORIA - escrita por Velin

[Raghell]

Excesivamente rolero. Cuidado con eso, he visto muchos casos que han terminado muy mal

Saludos.

[Afrodyta]

Cuando vos naciste...yo ya te estaba odiando
Ponete contento nomas, que es todo un logro que yo odie a alguien eh...si soy un Amor

PD: Solo odio a los grosos!!

[amoradicta]

Heyyyyyyyyy

el chico se mata escribiendo o transcribiendo una historia y nadie dice nada!!!

Porpongo que opinemos (solo si van a decir cosas lindas eh!!)

Buen trabajo ferra!!!

y nada que ver pero... que VIVA EL AMOR!!!!!!!

[Albus_Camus]

Buenisima la historia...

[Ferraje]

Eorwyn

Dos caballeros que entrenaban por el lugar me vieron y comenzaron a hablar conmigo, al principio no les preste mucha atención, esperaba a que se callaran para disculparme y volver a la ciudad, pero antes de que eso ocurriera me di cuenta de que eran simpáticos y decidí que no perdía nada al pasar tiempo con ellos. Rápidamente trabamos amistad, demasiado tarde me di cuenta me di cuenta de que estaban locos, pero a fin de cuentas yo también lo estaba, ¿Quién no lo esta, quien no fue llamado loco alguna vez por ser o pensar diferente? Aquel dúo se llevaba muy bien, y pronto comenzamos a ir juntos a todas partes. Los nombres de estos guerreros eran Lord Blake y Eorwyn. Pasó el tiempo y cada vez la pasábamos mejor juntos, hasta que un día Lord Blake desapareció, no se donde esta, ni siquiera si esta vivo, simplemente desapareció y nunca lo volví a ver. No se que decir acerca de cómo me sentí después de eso, realmente no sentí pena, es como si desde un principio hubiera sabido que tenía que pasar, o quizás es porque no pasamos mucho tiempo juntos, o quizás que ya había presenciado otras muertes de personas que para mí eran más importantes, pero su desaparición no me afectó. El tiempo no se detuvo a esperar que yo lograra determinar mis verdaderas emociones sobre aquella desaparición, y pronto pasó a formar parte del pasado.

Desde que comencé a cotar mi historia, siempre dudé qué decir de lo qué paso luego de la desaparición de Lord Blake, ya que es algo que no puede ser descrito con meras palabras, es una sensación que no se pude explicar, lo mejor que puedo hacer es decir que en mi alma quedo grabada una gran e imborrable marca, y que en mi corazón surgieron los mas hermosos sentimientos. Me di cuenta de que cuando estaba con ella,
el dolor y la tristeza, eran males que afectaban otros mundos, me alegraba cuando la veía y me entristecía cuando se iba, todos los momentos que pasé y paso son los mejores de mi vida y son dignos de recordar. Cuando no estaba, la única razón de mi vida era esperarla, y me sentía feliz al verla, ya que me recordaba que en el mundo hay sensaciones mas poderosas que el dolor y el odio, mis pesadillas se volvían sueños al darme cuenta que estabas en ellos. Creo que hubiera abandonado ya si no la hubiera conocido, ya que nada hubiera sido lo mismo sin ella, sin alguien con quien hablar y pasar los mejores momentos. Ella es la única que siempre que necesité algo me ayudó, y que siempre estuvo a mi lado.

Las cosas pasaron como en un sueño, siempre que nos veíamos nos tratábamos mal, (solo era un juego) creo que la forma de tratarnos escondía algo más. Una noche en Fisgael fue cuando ocurrió todo, nos encontrábamos mientras cada uno hacía algo distinto, y decidimos pasar el tiempo juntos, fuimos a una taberna, y luego, bajo las estrellas, nos besamos. Ese fue el comienzo de una larga historia, la luz en la oscuridad, el amor entre tanto odio. Con el tiempo mejoré y me fui volviendo más poderoso, aunque todo era mejor ahora que estuviera con Eorwyn, en poco tiempo alcancé la habilidad necesaria para cruzar la muralla, y con reticencia, crucé las puertas, aunque ahora todo era distinto, ya estaba listo para enfrentar la crueldad de la guerra y poder ser un Fuego de Fénix, pero en mi interior sabía que todavía no era el momento.

[Roldier]

Esta muy bien el lexico, y las pausas, la mezcla Realidad/Rol aceptable.

Pero este personaje creo que no evoluciona emocionalmente, o me lo parece. Tan poco me parece que tenga sus contras.

No puedo evitar compararlo con una buena novela de caballerias con las que don quijote acabo, ponganle algun defecto, siempre le pone emocion al asunto

[Ferraje]

Guerra en Herbred

El tiempo pasó, y las cosas continuaron con su orden natural, seguí entrenándome, aunque ahora que tenía una agradable compañía era una actividad más llevadera. Día tras día me volvía más fuerte, y llegó el momento en que la zona protegida por la muralla ya no tenía nada más que darme, excepto un poderoso maestro capaz de instruirme en los más altos niveles de la magia, un hombre que se encuentra en Raeraira, y que aun hoy en día sigue instruyéndome con su gran sabiduría.

La puerta se alzaba ante mí, una barrera que me hacía recordar lo triste del pasado, pero que al mismo tiempo cambiaría para siempre mi destino, y concluiría una parte de mi viaje, una etapa en la que recién comenzaba a entender como se regían los poderes del mundo. Sabía que una vez que atravesara esa puerta, me encontraría en un mundo nuevo, una sensación que no había sentido desde que usara el teletransportador y llegara a Fisgael, un mundo en el que solo había conocido el dolor, aunque ahora ya era una persona totalmente distinta, el ayer ya había pasado y con él se había quedado mi inexperiencia, ahora solo debía pensar en el mañana y en lo que pudiera depararme, y sabía que no llegaría lejos solo, la compañía de Eorwyn tampoco seria suficiente en la Zona de Guerra, solo había un grupo de gente al que podía recurrir, y al encontrarlos comenzaría una nueva etapa en mi camino, en mi historia, en mi destino y en el de los demás.

Por segunda vez entré en la Zona de Guerra, ahora ya nada sería lo mismo, era mejor no estar solo y mirar hacía todas las direcciones, mi entrenamiento continuó, y luego de conocer un poco el lugar decidí que ya estaba listo, sin que Eorwyn se diera cuenta, una noche partí hacía el fuerte Herbred, según lo que Tatunaty me había dicho, debía probar mi valía en guerra, y la mañana anterior había odio el rumor de un ejercito de ignitas que se dirigían a el fuerte. Consiente del conflicto me armé y me dirigí al lugar donde se desarrollaba la batalla, sabía que aún no era lo suficientemente fuerte como para cambiar el destino de la batalla, pero al menos podía ayudar, y no solo demostrarle a los demás que era un buen conjurador, sino también a mi mismo.
Al llegar al lugar me di cuenta de que la batalla ya había comenzado, me sentí pequeño e insignificante al ver aquella repugnante escena, gritos de guerra, dolor y horror vibraban en el aire, el olor de la sangre lo impregnaba todo, y quise mirar hacía otro lado, al notar como la cabezas rodaban cortadas por grandes hachas y espadas, como aquellos hombres y elfos, Ignitas y Syrtenses, que al igual que yo habían amado odiado y luchado por vivir eran empalados por lanzas y flechas o consumidos por algún conjuro, mientras contradictoriamente mataban por la paz, y por una falsa promesa y esperanza de cambiar el mundo, aunque para ello tuvieran que morir ellos y su familia. Me acerque más y distinguí como los bárbaros caminaban sobre los cuerpos muertos se sus enemigos y aliados, quizá sus amigos, en un frenesí asesino. Vi como los caballeros se encargaban de proteger a sus amigos, incluso dando sus vidas, como los conjuradores ayudaban a los moribundos y brindaban esperanzas a los combatientes y familiares de los caído, como los brujos desde una prudente distancia acababan con grandes cantidades de enemigos con solo decir unas palabras y canalizar su energía vital, vi como los tiradores desde grandes distancias remataban limpiamente a los enemigos mientras inutilizaban a los magos, y como los cazadores con sorprendente velocidad atacaban desde todas direcciones e inmovilizaban a los enemigos impidiendo su escape. Me metí en la batalla y luego de curar a un brujo moribundo vi que unos cuantos guerreros sobresalían por su habilidad y valentía, ninguno parecía recibir heridas mientras abatían rápidamente enemigos o protegían a sus aliados, entre ellos pude distinguir a Tatunaty, Ferraje y Hada, también vi un tirador cuyo nombre me entere más tarde era Edhesso o Meiyo como algunos lo llamaban. Los que combatían cerca suyo se sentían mas confiados y pronto me di cuenta como aquellos personajes eran claves en la batalla, logre instalarme delante de la puerta, y mientras curaba y ayudaba con todos mis medios posibles a mis aliados miraba lo que hacían los cuatro Fénix, no me atreví a luchar junto a ellos ya que sabía que no duraría nada si estaba al frente mientras no tuviera las protecciones que usaban los demás conjuradores.

Fui de más ayuda de lo que esperaba, quizá por mi deseo de quedar bien ante los integrantes del clan al que quería pertenecer, aunque también por un intimo deseo de venganza por lo que los ignitas me habían hecho. Aunque todos eran buenos guerreros, quedé absorto con la habilidad de las conjuradoras, era como si tuvieran ojos en la nuca, no solo curaban a los que estaban delante de ellos, sino que también ayudaban a los que estaban detrás de ellas, y eran capaces de hacerlo con varias personas a la vez, me di cuenta que se preocupaban más por curar más a sus dos compañeros que al resto de los Syrtenses, aunque claro, cada uno de ellos valía al menos por tres de los demás. Me atreví a acercarme y luchar junto a ellos. Uno, dos, tres y cuatro enemigos fueron abatidos por las flechas de Edhesso antes de que pudieran llegar a estar cerca, luego con una velocidad increíble congelo a un brujo que se acercaba, recibió un flechazo en el pecho, pero antes de que pudiera hacer nada fue curado por su hermana. Tuve que conformarme con curar a un caballero que pasó frente a mí, y me fijé en un arquero que acababa de morir, me dirigí a revivirlo, pero una calavera gigante apareció frente a mis ojos, caí al piso temblando, no pude evitarlo, cuando volví a tener conciencia de lo que rodeaba vi como un bárbaro se me acercaba, iba a huir cuando sentí como una flecha se clavaba en mi pierna, tuve tiempo a curarme pero el bárbaro lanzó un golpe directo a mi cabeza con su enorme espada, cuando sentía que todo estaba perdido, me di cuenta que el golpe no había llegado, al levantar la vista, vi que Ferraje había parado el golpe con su escudo y que con su hacha asestaba un golpe fatal a su enemigo, me di cuenta de que su brazo se había lastimado al detener el golpe y lo curé, súbitamente se lanzó contra un grupo de enemigos, y yo fui detrás de el, acabo con cinco, pero mi magia no era lo suficientemente fuerte para mantenerlo sano del todo, cuando creí que iba a morir unas flechas que venían detrás mió aparecieron de la nada matando a los enemigos.-Julius- lo saludo el caballero, mientras retrocedía y yo terminaba de corarlo. Fui a revivir al arquero que había visto anteriormente, y apenas tuve tiempo de escapar de los enemigos que estaban detrás mió, sin darme cuenta estábamos atrapados contra la puerta. La batalla fue terrible, deje de ver a los Fénix y dejaron de importarme, sentía como las saetas de mis enemigos se clavaban en mi cuerpo, era una tortura atroz, pero no tenía tiempo a curarme ni a sacármelas, sabía que debía proteger a mis aliados antes que a mi mismo, ellos eran mas fuertes y yo solo podía ayudarlos, cuando dos guerreros comenzaron a pelear a mi lado tuve tiempo a retroceder y otro conjurador se ocupó de mí, me pareció conocido aunque en ese momento no logré distinguirlo, aunque lo conocería muy bien, supuse que era un Fénix por su manera de moverse en el campo de batalla.

Larga fue la batalla y cuando terminó estaba bañado en sudor, me senté a descansar, pero algunos magos me transmitieron parte de su energía y pude encargarme de curar a mis aliados y de revivir a los muertos, al colocarnos contra la puerta los Ignitas cavaron su propia tumba, ya que unos brujos, Arthas y Dat, (ambos de Yaara creo, aunque en su tiempo fueron Fénix) lanzaron esa ilusión de calavera contra los agrupados enemigos que cayeron al suelo temblando de miedo mientras los guerreros los abatían, un grupo de enemigos logró escapar, aunque no se si habrán llegado lejos ya que una partida de cazadores y algunos conjuradores partieron en su búsqueda. La victoria fue total, la mayoría de las almas de los muertos aún no había atravesado el velo que separa los dos mundos, por lo que pudieron ser revividos, solo quince de los nuestros murieron.

Luego de la batalla me acerqué a los cuatro Fuego de Fénix con los que había luchado, (los otros dos salieron en búsqueda de los ignitas sobrevivientes, en realidad el conjurador en ese momento era de yaara, pero pronto pasará a ser parte de los Fénix) les agradecí por haberme salvado, y haberlo hecho con todos los demás, me enteré que habían decidido que era un buen guerrero, y que durante una semana discutirían si era digno de pertenecer al clan. La semana pasó y con gran alegría me enteré que fui aceptado.

[Samu]

No me lo leí por que la historia más o menos la conozco, pero... hum llegará el capítulo donde eres derrotado por un nuevo brujo ignita que subió de level al mismo tiempo que Arthas...(?) ?

[Ferraje]

El torneo

La guerra en el fuerte de Herbred había pasado, varias personas me dijeron que era posible que entrara en Fénix, ahora ya no podía hacer nada más que esperar y seguir entrenando. El tiempo pasó rápido, yo seguí entrenando y ayudando a mis aliados en la lucha contra los reinos, en el lugar del bosque donde me encontraba con Eor, era bastante seguro, y rápidamente logré alcanzar su nivel. Todo siguió sin problemas, excepto por un día en que intentaron darnos caza dos alsirrios, un brujo y un cazador, al darnos cuenta de que eran mejores nos adentramos en el corazón del bosque que conocíamos mejor, pero el cazador fue más hábil y me di cuenta de que nos seguía al sentir que una flecha se clavaba en mi hombro, vi como tensaba el arco y disparaba un rematante proyectil a mi pecho, no tuve tiempo a reaccionar y cerré los ojos esperando mi final, pero sonó el sonido de dos chocando y vi como la flecha había sido desviado por el escudo de Eorwyn, el cazador lanzó otra flecha con el mismo resultado, y antes de poder preparar otro tiro, recibió un fuerte golpe de martillo que le disloco el hombro, se volvió invisible para escapar, pero antes de poder moverse Eor le destruyó su yelmo y su cráneo con un potente golpe.

Mientras tanto yo luchaba con el brujo que se ya nos había alcanzado, sin tiempo a quitarme la flecha invoqué una plaga de insectos para que lo rodeara y atacara, mi enemigo solo poder la nube de insectos y tratar de evitar sus picaduras mientras yo lo hería con los no muy potentes hechizos que usan los magos para reservar su energía, sin darme cuenta una bola de fuego salio de la nube de bichos, dándome solo un pequeño instante para saltar hacía la izquierda y evitar mi muerte, aún así mi brazo quedó en carne viva y no pude evitar gritar, cuando el brujo preparaba su hechizó final, recibió un golpe de maza en la nuca que le quebró el cuello, apenas tuve la fuerza suficiente para sanar mi brazo derecho bañado en sangre, aún tengo la cicatriz en el otro, ya que no pude curármelo completamente a causa de lo débil que estaba, tampoco podía hacer un sacrificio para obtener energía ya que había perdido mucha sangre, le sonreí a la chica que había aprendido a amar y me desmaye.

Antes de que la semana terminara, llegó a nosotros la noticia de que celebraría en el coliseo de Doshim a través de un mercader, fuimos comenzamos un largo viaje a la ciudad costera, donde me enteré que era un hecho verídico averigue las condiciones y me enteré de que por el nivel de mis habilidades lograba entrar en la penúltima categoría, pero Eor, por poca diferencia de experiencia debería luchar en la categoría más alta contra aquellos que ya habían su máxima habilidad ( el cerebro como el cuerpo se va ejercitando al aprender nuevos conjuros, y llega un momento en que alcanza su limite, cuando esto ocurre un guerrero llega a su máximo nivel de batalla y ya no le sirve de nada seguir entrenando, solo debe luchar contra sus enemigos), por lo que decidió no participar. El torneo sería dentro de un día y medio por lo que nos quedamos en la ciudad.

El mismo día en que se terminaba de decidir si entraría o no en Fénix se llevó a cabo la competencia para ver quienes eran los mejores guerreros. El coliseo era un hervidero de guerreros que iban y venían por todas partes, todos ataviados con mágicas túnicas y esplendidas armaduras, me sentí un poco inhibido ante tal despliegue de poder de parte de alguno, las voces de unos pocos se alzaban sobre el ensordecedor murmullo de cientos de conversaciones, eran los organizadores, pronto me di cuenta de que aunque había fuertes guerreros, la mayoría eran débiles, y me di cuenta de cómo había cambiado, yo, que hacía tan poco tiempo era tan inexperto como los demás, por otro lado me di cuenta lo mucho que tenía que mejorar para alcanzar a los demás que eran mucho más poderosos. Mientras buscaba algún conocido entre la muchedumbre para averiguar que debía hacer, distinguí una inconfundible melena rojiza entre la multitud, mientras me acercaba a Tatu me di cuenta de que una de las muchas voces me hablaba. –hola, me alegro de verte acá, ¿Cómo estas? Me di vuelta y vi a un imponente arquero, al principio no lo reconocí, pero luego me di cuenta de que el gran arquero era aquél que llamaban Sónico, uno de los mejores tiradores de Syrtis, luego de hablar animadamente un poco me di cuenta de que había perdido a Eorwyn entre la muchedumbre, traté de encontrarla con la mirada, pero no la vi, entonces me acerqué a Tatu, hablamos durante un buen tiempo, una de las cosas que me dijo, fue que luego del torneo me reclutaría para entrar al clan, luego de agradecerle hablé con el organizador de mi categoría y esperé un buen tiempo hasta que todo se terminara de organizar.
Por suerte mi categoría fue la primera en pelear, no éramos muchos con ese nivel y a causa del numero impar pasé automáticamente a la segunda ronda. Cuando por fin me llegó el momento, bajé a la arena y me di cuenta que mi contrincante era un brujo con el que había estado hablando, las reglas eran sencillas, se luchaban tres veces hasta que uno no podía continuar o muriera, luego era asistido por un Conjurador. Cuando la cuenta regresiva terminó fui el primero en atacar, usando la misma habilidad que usara días antes contra el mago que me había quemado el brazo, aunque cada uno tiene una manera particular de pelear, generalmente se repiten movimientos, y yo ya había aprendido lo que n o debía hacer, así que comencé a correr en círculos alrededor de mi enemigo mientras lanzaba barreras de protección y un hechizo para regenerarme en caso de que lo necesitara, una llamarada salio de la nube verde, pero no se me acercó, mi enemigo se había liberado y lanzó un hechizo para congelarme, si no hubiera erigido barreras protectoras habría muerto, pero todo tejido que se congelaba era remplazado por uno nuevo, mientras la sangre no dejaba de correr. Aproveché el tiempo para descansar y cuando el hechizo se difuminó lancé una bola de luz que se impactó en el pecho de mi oponente, que lo lanzo varios metros hacía atrás dejándolo en el piso, rápidamente me acerqué y de una patada alejé su báculo, y le apoye el mió en el cuello, había ganado la primera batalla.

Fui muy idiota al tratar de ganar la segunda pelea de la misma manera, ya que antes de poder invocar a los insectos una roca ardiente calló del cielo, rodé hacía delante para evitar el fatal impacto directo, y logré evitarlo por poco, no podía pensar en otra cosa que no fuera la roca, hasta que sentí que algo me envolvía y cortaba las piernas, me di cuenta de que la roca estaba encantada e intenté liberarme pero cuando arrancándome trozos de mi pierna logré sacarla de mi prisión de hiedras una bola de fuego se dirigió hacía mí, lancé una bola de luz que la diezmó haciendo que su impacto no sea fatal, pero de pronto la tierra tomo forma de agudos pinchos y sentí como se adentraban en mí, lo próximo que recuerdo es que me embargaba una sensación de paz y total libertad, pero pronto me di cuenta de que estaba recostado sobre la arena,. Supongo que morí. Llegó el momento de la tercera batalla, mi enemigo atacó primero haciendo brotar estalagmitas del suelo, salte para escaparme del lugar donde ocurría la transmutación pero cuando me di cuenta estaba muy cerca de mi enemigo y este lanzó unos puntiagudos bloques de hielo que me hirieron gravemente, me tiré al suelo, y cuando creí que iba a perder, con un ultimo esfuerzo invoqué una plaga de insectos, mientras mi enemigo luchaba contra ellos, me curé lo mejor que pude y comencé a regenerarme, cuando mi enemigo se dio cuenta de lo que había pasado y se liberó del enjambre yo estaba a su espalda y le lancé un llamarada. Ahora estaba en la final.

Creo que no hace falta relatar con detalle lo que pasó después, fui noqueado y acuchillado por Neo, el caballero al que debía enfrentarme, las dos batallas no superaron los cinco minutos. Tatu nos llevó fuera del coliseo y nos dio nuestro premio consistente en oro, luego Neo se fue y vi que un grupo de guerreros salía del coliseo, todos eran poderosos, entre ellos logré distinguir a Ferraje, Lester, Dat, Hada, Edhesso, Julius, Serena, Agni y Gotera, a los últimos los había conocido en una de las batallas contra ignitas. A los demás los desconocía aunque tenía conciencia de haberlos visto.- Felicidades- me dijo Edhesso, ya eres uno de los nuestros. Al fin era parte de Fuego de Fénix, aunque en ese momento había muchas personas que ya no existen, dejaron al clan o nos traicionaron.

[TrancoS]

jejej va muy bien la historia ^^

Lastima ser nombrado al comienzo y como un pt matador de bichos feos :P

Aun asi, se agradece ser parte de este relato como tantos otros que tb siguen en mi memoria y hoy ya no nos acompañan!!!

Estare esperando como continua!!!!!

Saludos