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La Taberna Un lugar para conversar sobre casi cualquier tema |
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04-05-2009, 02:02 AM | #21 |
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Capítulo II Lágrimas Durante seis días esperan ocultos entre las ruinas de las granjas que el ejército alsirio incendió. Son seis personas asustadas, en mayor o menor medida, ante algo desconocido. Tienen tras de sí seis cadáveres; son los que no lograron vencer a la naturaleza. Al frente, los dos niños se mantienen en silencio. Observan con cuidado desde su refugio los movimientos de los invasores. Son al menos treinta, acampando en las cercanías. -¿Qué están esperando, Arán?-pregunta Kurt, frunciendo el ceño. -No sé. Llevan dos días ahí. Creo que corremos peligro. Regresan al silencio. No comprenden bien lo que ocurre. Nunca antes una muestra tal de violencia y estupidez fue presenciada en Alzerán, la tierra bendita no por los dioses, sino por La Razón. Hoy arden las comunas. Cientos de miles de hombres han sido crucificados en las calles. Algunos más, aquellos que ofrecieron resistencia, fueron empalados. Mujeres. Niños. Ancianos. Nadie se salva de la ira de los pequeños hombres que llegaron desde el norte para traer el odio a las tierras donde, por un siglo, la paz reinó. Arán piensa. Recuerda todos y cada uno de sus actos. Se entristece. Aunque no comprende con totalidad lo que ocurre a su alrededor, está seguro de que hay actividades que no podrá realizar en el futuro. No extraña a las personas. Está acostumbrado a sobrevivir. Pero en su interior algo está clamando, algo pide sangre. Kurt piensa. Desde que tiene memoria se lo preparó para luchar, para ser el último hombre en pie. Muchas veces se preguntó el sentido de tan extenuante entrenamiento. Ahora cree comprender el porqué. Tiembla por un momento. ¿Era esto algo inevitable? ¿realmente él entre todos debía someterse a tan cruento destino, a ser el que toma las vidas de otros? Entonces el cielo pierde equilibrio. Se derrumba sobre ellos. Esconden, ahora, sus mundos. Nadie los verá, nadie sabrá qué es lo que guardan dentro. Hasta que sea tarde. -¡Nos vieron!-exclama Kurt. -¡Vamos!-le dice Arán. Los adultos, un poco más atrás, comprenden lo que ocurre e inician la retirada. No esperan por ellos. El pánico cunde entre los presentes. Sienten que los cazan como animales. Y la verdad es que su sentir no es distinto a la realidad. Los enanos son fuertes, veloces y persistentes. Durante una hora sin calma los siguen. Kurt se queja un poco por el peso de la mochila en su espalda, pero de ninguna manera podría haber dejado atrás sus libros y la extraña caja de plata. Pronto los alcanzan. Sin preámbulos matan a los tres hombres. Golpean un poco a la mujer y se la llevan con ellos. -Juraría que había dos más-murmura un soldado. -También yo-responde el de mayor jerarquía. Guardan silencio un minuto. Nada llama su atención. -Vamos, esto es una isla. No tienen a donde ir. Se retiran entonando una alegre canción tradicional de sus tierras, una canción que habla de dragones y castillos, de princesas y emperadores, de valor y lealtad, de como se aplasta al enemigo y como se trata a sus mujeres, tras vencerlos. En la copa de un árbol Arán los escucha. Kurt, bajo la maleza, no sólo oye, también comprende. Lo que lo aterroriza es que lo que cantan es lo que viven, como ha visto con sus propios ojos durante los últimos seis días. -Deberíamos...-dice a Arán, una vez se reúnen. -Nada, Kurt. ¿Qué podríamos haber hecho? -Herr Arán-murmura el chico-no tenemos que huir como cobardes. Tenemos que llevar la frente en alto. -Es difícil hacer eso si vivís dos metros bajo tierra. Vamos, salgamos de acá. No tenemos motivo para quedarnos. No hablan durante el trayecto. Se estudian mutuamente. Son sólo unos críos y lo saben. Cada uno de ellos entiende que el otro no se comporta como suele hacerlo la gente de su edad. Descubren en la oscuridad los senderos internos del otro. Arán está curtido por la vida. No sólo hay algo mal con él, algo que trae desde la cuna, sino que los últimos demenciales meses precipitaron la extinción de los suyos. Lleva treinta y seis días solo en Alzerán. No hay nadie que responda por él. Aprendió a vivir de lo que caza. Kurt fue formado en una ya perdida tradición. Sigue El Camino Del Guerrero. Se lo preparó para pelear. Es un maestro del combate cuerpo a cuerpo, un arte perdido. Cada noche leía con su maestro, quien lo trató como un adulto. Su infancia, ahora que alcanzó las postrimerías, no fue más que un suspiro. Le enseñaron a pensar como un anciano. Por eso sospechan. Saben que el otro esconde algo. Pero no preguntarán. A sus anchas en el Concilio Central, Igor recibe a sus camaradas. -¿Y bien?-pregunta al ver a su lugarteniente. -No hay novedades, señor. -Tienen a esos poderosos hechiceros... y aún así no responden. -Señor, sabe que nuestros mediums no pudieron establecer contacto. -Eso no importa. Enviamos dos barcos. Ya debiera saberse algo. -Aún es pronto. Lo más probable es que los magos de la corte no puedan contactarse con nosotros. -Seh...-dice con rabia-tal vez no envíen confirmación, tal vez sólo se limiten a mandar tropas para conquistar el lugar. -Este sitio está conquistado, capitán. -Porque estos inútiles no tienen un ejército. De otro modo, ya estaríamos todos muertos. -Me pregunto qué clase de pueblo es el que cree que no necesita soldados. -Uno muy optimista-responde Igor, terminante. *** El aroma del mar antes del despertar del mundo los retiene en la vigilia. No han dormido en toda la noche. Están cansados y hambrientos. Es ya el séptimo día en el que huyen como ratas asustadas. Buscan las sombras, intentan sobrevivir. En el fondo ambos creen que no durarán mucho más. Saben cerca el final. Pero, a la vez, tienen una fe desproporcionada en sí mismos. Pero que los maten si saben el porqué de semejante confianza. -¿Cuanto más creés que podremos aguantar? -No lo sé. No mucho, herr Arán. No podemos seguir quedándonos acá. -Hay otras islas, Kurt. Podríamos ir al muelle y tratar de llegar a una de ellas. -¿Sabés navegar? -No. -Eso pensé. Silencio. Ofuscado, el del cabello como la nieve responde tras un momento. -¿Qué significa eso? -Que estamos rodeados. No tenemos donde ir. Y que no ayuda en nada encontrar soluciones que se nos van de las manos. -¿Y qué sugerís? -Tratar de llegar a un lugar más cercano al centro de la comuna, buscar otros sobrevivientes y... -¿Y..? -Y buscar el modo de formar la resistencia. -¿Resistencia? -Resistencia. -¿Cómo, si ni siquiera tenemos armas? -Oh, tenemos más armas de las que podés imaginar. Emprenden la caminata. No se miran, no quieren hacerlo. El sonido de las pisadas les basta para saber que el otro está ahí. Nadie quiere estar solo. Una inmensa congoja invade los pensamientos de Kurt. ¿Qué habrá sido de su maestro? Sabe que no es tiempo para llorar; sabe que luego será demasiado tarde para las lágrimas. Y odia ese punto ciego en el que se encuentra. Una luz mortecina alumbra con un fulgor oscuro su consciencia. Toda su vida transcurrió en el templo. ¿Qué hay ahí fuera? ¿qué es lo que espera por él? Apenas conoce Alzerán. Sabe que el mundo es infinitamente más grande, que las opciones son enormes. Pero pocas veces se dirigió a las islas que circundan la suya. Vivió en el paraíso, educado para sobrevivir al infierno, a las tempestades que sólo algunos intuían llegarían. El día es hoy. Un día de ciento sesenta y ocho horas ya, que insiste en no despedirse tras el límite de la visión, que se niega a perderse tras un ocaso. *** Al mismo tiempo, en Etiainen, el emperador guarda silencio ante su consejo. Los examina con la mirada. Recorre los rostros uno a uno. Ellos tiemblan. -Sigo sin entender la idea. Estamos en guerra por un motivo-les dice. -Señor, sucede que... -¡Nada!-exclama el enano-el conflicto con los elfos tiene dos objetivos: mantener la seguridad fronteras adentro y lograr réditos acordes a las inversiones. Ambos se han cumplido al pie de la letra siempre. No hay motivo para cambiar esto. -El futuro está en el xymerald-acota el más joven de ellos. Su cara no le es familiar al emperador. -¿Y este? ¿quién es?-cuestiona el viejo. -Soy Ingmar, señor. -Ingmar... ¿estuviste en el ejército? -No. Soy analista económico. -Bien. Cambiaremos eso. -¿Perdón? -Salís hoy mismo al área en conflicto, soldado. -Pero... -¡Pero nada! ¡vas a ir a esa guerra y lo mismo le espera a quién trate de contradecirme! Con un chasquido de dedos da la orden a los guardias. Ingmar grita y patalea, entre lágrimas y rabietas. Se lo llevan a la fuerza. Partirá hoy mismo. Nadie regresó nunca del área en conflicto. Él no será excepción. *** Es tarde. Se reúnen una veintena de ellos en el centro de la comuna. Kurt y Arán escuchan con sobrada paciencia la conversación de los adultos. -El problema es el xymerald-murmura el más viejo. -¿Pero por qué? -No puede extraerse. Está en una falla. -¿Y eso qué significa? -Que si se saca suficiente habrá un terremoto. -¿De qué proporciones? -No estoy seguro. Pero nuestros estudios revelan que será enorme. Podría incluso hundir Alzerán. -¿Las siete islas? -Eso me temo. -Los invasores ya están cargando sus barcos con lo que pueden. Si llegan refuerzos estamos perdidos. -Necesitamos formar un ejército. Ahora-dice la única mujer presente. -¿Y con qué los armaremos? Forjamos herramientas, no espadas. -Disculpen-dice con firme voz Kurt, interrumpiéndolos-creo que tengo una solución. Se quedan en silencio. La voz, tan frágil, les llama la atención. Porque a pesar de ser joven posee edad. No podrían explicar el porqué, pero asienten, le ceden la palabra. Quieren escuchar lo que tiene para decir. Tal vez porque ya han pensado en todo. -Creo que el xymerald mismo puede ser un arma. -¿Cómo?
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04-05-2009, 02:03 AM | #22 |
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-Ese mineral... se supone que tiene propiedades místicas, ¿verdad?
-Sí. Sí, tiene propiedades... fuera de lo común-responde el anciano-contiene una cantidad enorme de energía. En grandes cantidades es incluso peligroso. -Si es así-toma la palabra Arán-podemos estallarlos cuando aborden sus naves. -Destrucción en masa... podría funcionar. Aún así, muchos quedarían en tierra. -Exacto-dice Kurt-pero los números estarían más igualados. Podríamos intentar expulsarlos. Dudan. Son gente de paz. Sólo piensan en soluciones violentas porque el tiempo y los efectos de la atrocidad los presionan. En otras circunstancias jamás hubiesen contemplado ideas como las que ahora debaten. Pero han sido días infernales. Han visto su cultura arrasada. Han visto morir a sus seres queridos. Han visto arder su tierra. Poco les queda para perder. Durante la noche trazan un plan. Algunos ocasionarán una distracción, ganarán tiempo para que alguien logre acercarse lo suficiente a los barcos como para desencadenar la energía concentrada dentro de los cristales. El único voluntario para dar inicio a la explosión es Arán. Pocos de ellos tienen conocimientos metafísicos. Se sienten tan derrotados que no les importa que un niño sea carne de cañón o mesías. Comienza al amanecer. Acechan en las sombras. Ven la enorme cantidad de soldados cargando las enormes cajas repletas de xymerald. -Esto es mejor de lo que pensé-dice el anciano-la mayor parte de ellos está acá. No creo que queden muchos en otras áreas. -Bien-murmura Kurt-síganme. -Espera, niño-dice su interlocutor, tomándolo por el brazo-no te expongas. Esos guerreros van a descuartizarte. Él los mira. No dice nada, su mirada habla por él. -Alguien tiene que abrir el juego-señala Arán-él es tan buena opción como cualquier otro. Además, es el que menos miedo tiene. Silencio. Kurt inspira profundamente y corre contra los enanos. Veloz y ágil trepa por unas cajas, se ubica sobre ellos y emite, por vez primera, un feroz aullido. El sonido desgarra la percepción de los alsirios. Han atestiguado por vez primera el grito de guerra que torcerá sus destinos. Su sangre es hielo. Un ardor desconocido incendia sus pulmones. Son los vaticinios de un mundo nuevo en el cual no hay lugar para ellos. El niño salta sobre un enano y le hunde los ojos. Parte las piernas de los dos que acuden en su auxilio. Atónitos, los otros soldados no reaccionan. ¿Un crío de verdad está haciendo esto? El resto salta desde las sombras en ese momento. Atacan como pueden, con palos y piedras, con ira y odio, con resignación que se transforma en locura. Retroceden. Se atrincheran tras unas cajas de madera, cubriéndose de la lluvia de flechas que ya se abalanza sobre ellos. Las cartas brillan sobre la mesa. Arán aprovecha la mano de suerte. Sube al barco, destapa una caja y contempla el preciado material. Xymerald, el signo de una era aún por arribar. Comienza un cántico arcano. Algo que lo conecta, más allá de la física, a la energía que reside en los cristales. Es el fulgor de las almas que agonizan por siempre; la vida de los nonatos, los que jamás ocuparán cuerpo alguno. Él lo comprende. Poder en estado puro. No tiene voluntad, por eso puede ser manipulado. Se concentra como jamás lo hizo antes y busca en un laberinto de formas y siluetas, de significados y significantes la ecuación justa. -¡No se rindan!-grita Kurt cuando los enanos corren hacia ellos en una estampida brutal. Sus compañeros están asustados. No quieren morir, la sangre y un puñado de pacíficos recuerdos les gritan que huyan, que vivan un día más. -¡No se rindan!-exclama una vez más el hombre atrapado en el cuerpo de un niño. Es tarde. Ya corren, ya lo dejan solo, ya los enemigos lo rodean. Cierra los ojos. Recuerda las palabras de su maestro. Recuerda su misión. Y ve hacia dentro, hacia lo profundo de su mente. En las simas de la memoria ve su rostro. -¿Saben lo que van a hacer?-dice en lengua alsiria. -Otro que habla nuestro idioma...-murmura un soldado. -No importa-acota otro-¡matenlo de una vez! La oscura mirada del niño llena de dudas sus corazones. Aún así se lanzan sobre él. Se resiste, claro, pero no es rival -aún no- para un puñado de soldados. Quiebra unos cuantos huesos antes de caer al suelo. Gruñe, sabiéndose derrotado. -Levantenlo-dice uno. Dos soldados obedecen, tomándolo por los brazos. -¿Qué es esto?-pregunta mostrándole su mochila. -Nada de tu interés-responde él. -Veamos-dice el militar-libro... libro... ¿qué idiomas son estos? -Élfico, quenúa, zeránian-responde. -Ya veo... mirá esto... Rutas Mercantes. Esto es alsirio, ¿de dónde lo sacaste? -De la biblioteca del templo en el que viví. -Eso explica algunos puntos-afirma mientras termina de revisar la mochila- ¿Una caja de plata? -¡Deja eso!-exclama Kurt. Los soldados ríen. -Vaya-dice que el que los lidera-¿oro, tal vez? Lo que sea de seguro es más valioso que la propia caja. Abre la caja, sentenciando a los presentes, y a una diáfana luz emana de ella. Al principio sólo los ciega, acariciando su piel, pero luego arde; es la combustión de un alma perdida. Entre gritos y súplicas los enanos tratan de arrojarse al agua. Casi ninguno llega al borde del muelle y los que lo hacen ya han sido calcinados antes de saltar. El poderoso fulgor compite con la luz de la estrella que nace en el horizonte. Kurt es inmune, al parecer. A ciegas busca la caja y la cierra por instinto. Sabe entonces que puede sobrevivir, aún cuando no comprende lo que ha ocurrido. Presuroso, sube al barco en busca de su compañero, en busca del único que no escapó. Lo encuentra de rodillas frente al xymerald. -No queda mucho tiempo, tenés que apurarte, Herr Arán-le dice. El otro no responde. Por un segundo el mineral brilla iluminando el muelle en un esplender mortecino. Luego se apaga y rápidamente la superficie del cristal se vuelve negra. -Vamos-le dice Arán irguiéndose-esto va a estallar pronto. -¿Qué hiciste? -Preparé una trampa. Corren hacia la salida. Ya hay al menos cincuenta soldados esperándolos. -¿Y ahora? -Ahora al agua, ¿sabés nadar?-pregunta Kurt. -No. -Qué bueno, yo tampoco. Van con dirección a la proa con los alsirios a sus espaldas. -El tiempo se acaba-murmura aquel del cabello como la nieve. -Lo sé. Mientras huyen una neblina comienza a cubrir la zona. -¡Rápido!-exclama el futuro mago-¡pronto va a estallar! -Creo que ya no importa-dice señalando los soldados que los rodean. -Eso es todo. Terminen con esto-ordena un militar. Algo cruje. La neblina y la oscuridad se mimetizan mientras el sol los cubre ya en lo alto. El tiempo se muestra como una ilusión y el espacio como una entelequia. Todos pueden verlo. Un lugar remoto que no es sino acá. Un momento que es un ahora, dentro de cuarenta años. Un hombre que sueña con el horizonte ardiendo para honrar las lágrimas de un mundo. Un anciano convertido en un monstruo por su propia voluntad empalado por su propio hijo. Murallas que caen. Un mundo enfermo que regresa a la normalidad. Y en lo alto de una montaña, un semi elfo maldito que tomó su nombre de un animal, escribiendo las reglas del futuro. Contemplan los designios del universo durante una fugaz eternidad y luego aquello encerrado en los cristales termina su ciclo. Algo se hace demasiado grande en muy poco tiempo. Y estalla. Los barcos y el muelle, en el centro del huracán, no son afectados por la energía, pero sí lo es el aire. El viento los esparce en cien direcciones distintas. Los dos niños caen al agua, bajo dos toneladas de madera. La mayor parte de los soldados muere al caer en el suelo de la ciudad. La onda expansiva arrasa el área, desintegrando edificios, exaltando las aguas, penetrando en la tierra y alcanzando las minas de xymerald. Comienza una reacción en cadena. Se sacude el lecho del mundo. Se estremece la voluntad de Alzerán. Un terremoto forzado. Las aguas reclaman esa tierra que fue Ningún Lugar por un siglo. Todo se pierde bajo el mar. Una hora más tarde aún se escuchan los sollozos de una cultura muerta que no será recordada más que por un par de soñadores. Dos horas más tarde las gaviotas, desconcertadas, dan la vuelta en el aire y parten con rumbo al sur, con rumbo al lugar del que vinieron. Tres horas más tarde la calma puebla el desolado paraje. Ya nada queda, en la superficie, de lo que otrora fue el paraíso en la tierra. Cien kilómetros al oeste una solitaria viga de madera es llevada por la corriente, con dos niños dormidos sobre ella, hacia los horrores nacidos de un puñado de almas decadentes. Hacia las costas de la hermandad de Ignis. Llueve. Aún, las lágrimas de las alturas son insuficientes para purificar a los no-arrepentidos. Aún, un pecador viola un millar de santas sin castigo. Próximo: Capítulo III “Ritos De Paso”
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04-05-2009, 04:27 AM | #23 |
Master
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Location: En tu peor pesadilla...
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Muy bueno como siempre Lobo.
Ahora ponete a escribir el proximo Saludos.
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Lupus El Brujo-lvl 48--Dragon de Colosos De Syrtis
A La Luz De La Luna Reino Banana |
04-07-2009, 01:05 AM | #24 |
Master
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buena feo
sigue asi
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mig rog barbaro lvl 51 - migrog conjurador lvl 50 - I Brutal Killer I Cazador lvl 51 - M I G Tirador lvl 55 Van Sack
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05-29-2009, 02:56 AM | #25 |
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................Lobo esta ??????..................................
.................................................. ......... .................................................. ................. ...........Estoy buscando el teclado.................. .................................................. . .................................................. ...................... .................................................. ...... .................Lobo esta ???............................. .................................................. ........ .................................................. .......... ........Estoy tipeando la historia................. .................................................. ....... .................................................. ..... .................................................. ............. .................................... 4/4/09, estemmm...paso un tiempito, no ???? Va con onda. Nos vemos. Hugo.
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Hugo El que me conoce, sabe como ubicarme ... |
05-29-2009, 03:50 AM | #26 |
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Location: Chile
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que buen juego infantil me hiciste recordar...
Juguemos en el bosque mientras el Lobo no está, ¿Lobo está? y considerando que es/somos de Syrtis... queda como guante
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Todos los días se aprende algo nuevo
Climene (caba re-aprendiendo a moverse) - Ananke (conju de guerreros) - en receso... |
05-29-2009, 04:31 AM | #27 |
Apprentice
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Para, para, que aca enseguida sacan la calculadora y hacen cuentas, yo por las dudas aclaro, 42, XDD...
En serio, sabes que nostalgia tengo de esos dias en que mi mayor obsesion era treparme al ombu de la plaza despues del colegio...???....ahhhh, que lindo.......y pensar que ya no los puedo sacar ni a la esquina a estos salvajes, si no es la play es la pc, si no es la pc son los dibujitos, en fin, al menos los sabados hacen futbol uno y scout el otro, y en verano pileta, pero....estoy desvirtuando demasiado con mis desvarios, no le habia hallado el sentido que le encontraste al post hasta que lei lo tuyo, Clime... Nos vemos. Hugo
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Hugo El que me conoce, sabe como ubicarme ... |
07-19-2009, 03:59 AM | #28 |
Count
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Vamos Lobo!! Tu puedes hacerlo!!
Solo tienes que postear!!
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