02-02-2011, 04:15 AM | #51 |
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Capítulo 5
Llamada del bosque Varias semanas habían pasado de aquella extraña visita. Olga insistió en ir a buscar a aquellos guerreros del bosque y aunque me negué, durante las noches vigiló el perímetro de nuestra ya pequeña aldea, intentado encontrarlos. En vano, siguió su vigila. El Poeta continuó ayudando a los aldeanos e instruía a los jóvenes guerreros. Se empeñaba en conseguir respeto y borrar su antiguo pasado, que él mismo se asegura de mantener en secreto. La aldea de a poco crecía. Las casas eran construidas con magia y piedras, los techos eran de hojas y ramas caídas. Los aldeanos se repartían las tareas; algunos cazaban o cosechaban mientras que otros se entrenaban para ser parte de la guardia. Al ser un lugar oculto no llegaba gente nueva. Una tarde, casi cerca del crepúsculo, mientras meditaba debajo de un árbol, Olga se me acercó luego de días. Mi rechazo había logrado distanciarnos. Tímida se colocó a mi lado. -Perdón mi enojo, sabes que soy muy tenaz con lo que quiero.- susurró. -No importa, Olga, solo que preferí darle toda mi atención a los aldeanos.- expliqué con calma. -¿Y ese tal Señor del Infierno?- preguntó confundida.- ¿Crees lo que dijo?- -Trato de no pensar en ellos, me ha dejado noches enteras sin dormir.- confesé.- Si es verdad, que los dioses nos amparen.- Olga no dijo más. Nos limitamos a oír los sonidos del bosque; pajarillos cantar, roedores corretear de un lado al otro, grillos anunciando la noche, el viento soplar entre las copas de los árboles. A mis oídos elfícos, un espectáculo musical. Finalmente, Olga se incorporó. -Creo que es momento de hacer guardia, por si acaso.- dijo con interés oculto. En ese momento, Poeta se acercó alarmado. Su brillante armadura llevaba el color anaranjado del cielo. -Algunos aldeanos se quejan de que el alimento escasea, Ice.- -¿No se van de caza cada día?- pregunté mientras me ponía de pie. Olga nos miraba fijamente. -Sí, pero no alcanza. Cada cacería es menos productiva, es como si los animales ya no quisieran acercarse a estas tierras.- dijo Poeta enojado. -No, no quieren. Es obvio, el movimiento que generamos los ahuyenta, no hay que ser elfo para notarlo. Además, no hay que olvidar la advertencia.- dijo Olga fijando su vista en mí. -Tendremos que buscar otra solución entonces. Olga tiene razón, los animales salvajes no se acercarán.- asentí. Los tres quedamos en silencio y una calida brisa llegó del norte. Sentí un escalofríos recorrer mi espalda. -Podríamos buscar una ciudad que nos pueda proveer de alimentos.- sugirió Poeta. -Sí, ¿pero donde hallar una?- dijo Olga.- Creo que debemos de explorar el bosque.- Ambos me miraron, suspiré. -Esta bien, iremos al norte. Caminaremos unos kilómetros y si no hallamos nada, buscaremos otro medio.- accedí. Olga sonrió y me abrazó. -¿Cuándo iremos?- dijo al soltarme. Poeta y yo la miramos.- Digo, no podemos enviar aldeanos, es peligroso.- el joven caballero suspiró cansado. Nuevamente sentí un impulso hacia el norte. Algo me llamaba y me alarmaba enormemente. -Cierto, es peligroso.- admití.- Mañana partiremos, hoy descasaremos.- y Poeta me agradeció con la mirada. Yo, deambulé entre las cabañas e ingresé a la mía. Como todas, era pequeña. Acogedora y limpia por mi magia. Era de un solo ambiente; una cama en un rincón, un escritorio donde anotar mensajes, por otro rincón había dejado mi libro de hechizos y viejas recetas de pociones junto a un caldero. Finalmente, una gran ventana que daba vista al bosque. Me recosté sobre mi cama y recé para que nuestra búsqueda sea sin inconvenientes. Continuara.
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La Historia de Icewizard.-Pequeño Cuento de Amor.-Nuevo Mundo.-La Travesía de Apolo.- Perdido como un ruido al alba
Last edited by Icewizard; 02-02-2011 at 07:54 PM. |
02-06-2011, 08:48 PM | #52 |
Baron
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Te odio ¬¬
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02-06-2011, 08:54 PM | #53 |
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02-06-2011, 09:10 PM | #54 |
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Ricardo las kasasCaballero lvl 50 Alsius 666/Frozen Death Clan bruto para gente del ro http://elbruto.es/team/614397 Mi bruto: http://puxilk.elbruto.es/ |
02-06-2011, 09:13 PM | #55 | |
Baron
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Mas bien papa |
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02-07-2011, 12:32 AM | #56 |
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02-07-2011, 12:58 AM | #57 |
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Vos siempre vas a ser mi preferido...
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02-07-2011, 01:06 AM | #58 |
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02-07-2011, 01:06 AM | #59 |
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02-15-2011, 03:24 AM | #60 |
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Capítulo 6
No fue pura coincidencia Ya había amanecido; el sol se asomaba con cautela sobre el horizonte. La noche había transcurrido veloz mientras preparaba las cosas del viaje. Los chicos me esperarían ya adentrados en el bosque, revisando el área. Debía avisar a los demás de nuestra ausencia. Al salir de mi cabaña sentí el viento agitarse entre los árboles. No podía evitar la sensación de correr hasta el boscaje, aún sabiendo que ir solo traería penas a la aldea. Pero debía cuidar de Ale y Olga, no podía dejarlos solos. Ignoré la corriente suave de aire y caminé en un frío silencio entre las cabañas. Finalmente llegué con los chicos. Olga se cubría con su gran túnica y su rostro se ocultaba en una oscura capucha. Ale era su antónimo; llevaba su armadura reluciente y limpia con su casco en brazos. -No hay nadie o algo peligroso en los alrededores.- dijo Ale.- Podemos partir tranquilos.- -Precisamente, Poeta, tranquilo es algo que no puedo estar.- confesé.- Hay algo en el viento que me genera inquietud.- y él me miró intranquilo. -¿Vamos?- preguntó Olga con impaciencia. El caballero y yo asentimos. Con sigilo nos adentramos en lo profundo del bosque oscuro. Si valoras tu vida, entonces nunca entres solo al corazón del bosque oscuro, porque será lo último que hagas. Incluso a los animales se los veía con menos frecuencia ahí. El ambiente se volvía pesado y húmedo, insoportable. El aire era denso, costaba respirar, se sentía estar como en una nube de vapor. Las tonalidades de las hojas cada vez se tornaban del verde normal a un verde oscuro y apagado. El calor del sol se enfriaba y sus rayos se perdían. Los troncos de los árboles eran más grandes, resistentes, antiguos. La magia comenzaba a emanar de la tierra misma. Sin duda, nos encontrábamos cerca del corazón del bosque. -Me siento raro en este lugar.- dijo Olga, molesta. -Sí, es normal. Los humanos no están acostumbrados a la magia, al menos no una magia tan pura como la del bosque.- expliqué.- De todas formas, yo también me siento raro. Algo no está bien.- -¿Demonios?- preguntó el Poeta preocupado.- ¿Alguna criatura perturbando el lugar?- Negué con la cabeza. -No lo sé, pero no es nada bueno.- Atravesamos el pasillo de árboles unos cuantos metros hasta que un chocar de espadas nos alarmó. Ale desenfundó su arma, una espada que brillaba incluso en ese lugar oscuro. Olga continuó oculta en su túnica pero ahora tenía una posición agazapada como si estuviera esperando a su presa. Intenté encontrar el origen del sonido y no fue nada fácil; incluso el sonido era lento y pesado. De nuevo, el chocar de espadas. -Corran, es cerca.- dije imperativamente. Y así era, a unos metros de nuestra posición se libraba una feroz batalla, en el claro de Árema. Instantáneamente reconocí a los peleadores. Era aquél grupo con el que Olga se había topado. Ahora peleaban ferozmente con dos demonios enormes. La zona de conflicto ardía en llamas y mi parte elfica estalló en furia. Sin embargo, me quedé quieto. Observar esa batalle fue increíble. La elfa arquera, Erwene, posaba en una rama alta de un árbol mientras que disparaba flechas a velocidades impresionantes. Otros dos humanos, Flavios y Coriaj, saltaban una gran altura para poder llegar a la cabeza de uno de los demonios. El chocar de espadas era en realidad el choque entre las lanzas de metal y las espadas de fuego. Los humanos rebotaban hacia atrás debido al fuerte impacto. Guaje, el humano mago, lanzaba enormes esferas de fuego pero estas eran inútiles y eso que el calor se sentía a lo lejos. La humana, Sinna, emanaba una fuerza pura y mágica, su efecto era muy poderoso. Sus compañeros regeneraban sus heridas y el bosque también. De un momento al otro veo a Olga correr hacia los demonios. -¡Ice, despierta, vamos a ayudarles!- me gritó Ale. Sacudí mi cabeza en un intento de ordenar mi mente. Tomé mi báculo con firmeza y avancé a la batalla. Al acercarme a la humana esta me miró con fiereza. -¿Qué hacen? Huyan.- me pidió. -Necesitan nuestra ayuda.- dije. Y la de los dioses, pensé. Sinna intentó quejarse, pero su fuerza flaqueó y cayó con su rodilla derecha al suelo. Me acerqué a ella y conjuré un hechizo. Lentamente comencé a sentirme un poco débil. La menuda humana se incorporó. -Gracias.- dijo y emanó de nuevo su energía mágica. Árema, tu bosque peligra, sálvale y sálvanos Sabía que rezar era efectivo. Ya había ocurrido una vez atrás, cuando conocí al caballero. Esperé una señal pero nada ocurría. Me sentí frustrado con la diosa. -No vamos a poder, estos son muy resistentes.- se quejó Flavios, el humano de pelo castaño. -¿Qué hacemos?- preguntó Erwene desde la rama del árbol. Un trueno cayó sobre un demonio y este terminó aturdido en el suelo, inmóvil. -Creo que ya sé como detenerlo.- dijo Guaje. Conjuró un hechizo en silencio y de repente, desde su báculo, una tormenta de nieve golpeó al demonio restante y se congeló. El grupo se reunió delante del demonio congelado. Ale y Olga se me acercaron. Me sorprendieron los aspectos que tenían. Olga ya no tenía más su túnica negra y Ale tenía partes de la armadura rostizadas. -Ice, será mejor tenerlos de nuestro lado…- susurró Olga sabiamente. El otro grupo no aparentaba haber luchado contra los demonios. Nos miraron y se acercaron firmes. -Gracias por la ayuda.- dijo Sinna.- creo que hacemos un buen equipo.- -Sí, igualmente.- dijo Olga.- De todas formas, debemos seguir en nuestra búsqueda.- agregó. -¿Qué buscan?- preguntó Guaje, curioso. -Un lugar donde poder comprar comida y abastecer nuestra aldea.- dije. No los conocía, pero sentía una tenue confianza en ellos. -La ciudad mas cercana a este punto es la de Raeraia.- comentó Erwene.- El camino para llegar sigue siendo largo aún, quizá necesiten de nuestra ayuda.- Ale me miró emocionado, con un brillo en los ojos. -Será lo mejor, que conveniente habernos cruzado.- dijo. -Lo que son las coincidencias.- dijo Coriaj. Entonces mi cabeza hizo ‘crack’ cuando comprendí el misterio. La extraña sensación de advertencia y el llamado del bosque habían sido obra de Árema.¿Por qué rezar no funciono? porque la ayuda ya había sido dada y éramos nosotros mismos. La diosa del bosque nos condujo hasta el mismo punto. No era coincidencia. -No lo creo.- dije.- Pero no hablemos más, mejor partamos a la ciudad de Raeraia.- Sonreí en mi interior.
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