Magia, hechizos y guerra

[Nevinirral]

La marcha avanzaba lentamente, pero de la última duna avistamos la ciudad de Meleketi, brillante como un oasis en el desierto.

-Fantástico –Dijo Gambli que se tambaleaba con pesadez –más guardias.

-No te preocupes, enano, no vamos directamente a la ciudad, ¿ves esa casa en la colina? Allí es la casa en donde se hospedarán. –Dijo Enkio, con una tranquilidad y seriedad dignas de su raza.

-¿De quién es la casa de todas maneras? –Dijo Din, que su voz ahogada salía desde debajo de Gambli.

-Yo personalmente no lo e conocido mucho, –Dijo el Molok –pero se que es un gran aliado de los Rana Othar. No es un guerrero, pero el conocimiento es su arma.

-Parece un buen amigo para ti ¿no Jace? –Dijo Gambli golpeándome levemente con el codo.

-Si… ¿Cómo dices que se llama?

-Como dije, imperial, no lo conozco mucho. Es más, es un ermitaño en estas tierras. No sale mucho de su casa y cuando lo hace, no habla demasiado. Por lo menos con otras personas, pero se le descubrió muchas veces farfullando para si mismo, pero cuando ve que lo están observando saluda alegremente y se va sin decir nada.

-Es un gran aliado de los Rana Othar, pero ¿no saben nada de él?

-YO no sé nada de él imperial. Kagome quizás sepa algo más. Después de todo, le pide a ella que busque las muestras y cadáveres de criaturas para estudiarlas.

-Así que… ¿es un alquimista?

-No, como te dije, no es ningún guerrero. Tampoco un mago, el simplemente se basta con su conocimiento para resolver los problemas.

Por alguna razón, la descripción que me estaba dando Enkio me resultaba familiar. Espolee en caballo para que se apurase para poder alcanzar a Kagome, que iba a un par de metros de distancia que el grupo de enanos que no le causaban mucha gracia.

-Hey, espera un poco… -Dije apurando al caballo aún más.

-¿Qué quieres? –Dijo con un tono de pocos amigos.

-Quería preguntarte si sabes algo del lugar a donde vamos, es decir, quien es específicamente esa persona que nos va a ayudar.

-No creo que haya una traducción en tu lengua para la profesión de este sujeto… creo que erudito seria la palabra más cercana a la traducción.

-¿Un erudito? ¿En qué rama se especializa? ¿Botánica? ¿Anatomía? ¿Medicina? ¿Química?

-Estás lleno de preguntas ¿no es así? Y la respuesta es todas.

-¿Todas? ¿Y de donde viene este erudito? Se necesita de un gran nivel de educación para poder dominar todas esas áreas del conocimiento…

-No habla mucho de su pasado, pero un día se instaló en las afueras de Meleketi y los guardias no se interesaban en hacerle preguntas. Todo aquel que quería investigar sobre él, le llegaba una orden oficial de que se meta en sus propios asuntos. Como si los chamanes mismos de las ciudades lo protegieran. En cualquier caso, el paga bien por cosas tontas, como pedazos de hojas de los bosques de Syrtis, un Igneo muerto, un diente de Thorkull…

-Espera, espera… ¿Cómo te las ingeniaste para sacarle un diente a Thorkull?

-No querrías saberlo. En cualquier caso, las veces que entre a su casa para que me diera el dinero, pude apreciar toda clase de objetos extraños, botellitas alargadas, formas retorcidas de vidrio, muchos bocetos y notas escritas por todas partes de la casa… pero podrás verlo por tu mismo, ya llegamos.

Desde afuera, la casa no decía nada. Era la arquitectura típica de Ignis, ladrillos con soportes de madera y un techo plano. Pero era bastante grande para una sola persona. Tenía una especie de establo o granero a la izquierda y desde adentro salía el distintivo olor a azufre. Mire sobre mi hombro y la carreta con los enanos “muertos” se acercaba, seguida de las dos figuras tambaleantes de los enanos. Atrás de todo venían Dama Blanca, Climene y Lobo, que se habían mantenido callados durante el corto viaje desde la muralla hasta Meleketi. Enkio se quedo atrás, observando la ciudad desde la colina.

Kagome toco la puerta fuertemente, luego de un breve silencio se escuchó una voz desde adentro y salió a atender una Molok vieja y bajita, de anchas caderas. Se notaba que era la encargada de la casa, la arquera intercambio un par de palabras con ella, no era necesario saber la lengua del desierto para saber de que hablaban. Kagome le decía que tenía muestras de enanos para la investigación, pero la encargada al ver tan numerosa compañía desconfiaba. Luego de un poco de negociación, abrió la puerta de lo que parecía el establo pero desde adentro salió un olor bastante nauseabundo. Olía a muerto ahí adentro, pero no había otra opción que entrar. Empujamos la carreta hacia adentro, Enkio se quedó afuera pero todos los demás entramos.

Una vez adentro, Kagome siguió hablando con la encargada. Noté en el tono de su voz que parecía un poco nerviosa.

-Ahora le va a decir todo lo que está pasando –Me dijo Lobo por lo bajo, que se había acercado hacia mi sin que lo notase. –Este es el momento en que toda nuestra operación queda al descubierto o ella mantiene la boca cerrada y podemos quedarnos aquí.

Trague saliva. Todo dependía de la fiabilidad de la Molok. Kagome le dijo un par de palabras, la acerco a la carreta y descubrió la sabana. Los enanos se movieron saludando como idiotas con la mano. Lobo y yo corrimos a ayudar a Kagome ya que luchaba por sostener a la pesada encargada que se había desmayado. Era comprensible.

La llevamos a un sillón que había cerca, le trajimos agua y abrimos un par de ventanas. Kagome finalmente se acerco a nosotros.

-Menudo cagaso que se ha pegado la pobre. Dijo que el dueño de la casa no está ahora mismo. Que debería volver dentro de…

Se escucharon voces, una de un hombre, hablando en Igneo, luego de una mujer, que también hablaba en Igneo. La tercera voz era de un chico y por primera vez en mucho tiempo no era la voz de Sofi, que estaba abrazada a mí mirando el lugar. Y menudo lugar para observar. La habitación en donde estábamos estaba repleta de bosquejos de lo que parecían engranajes y cuerdas. Había tubos de ensayo de vidrio con sustancias coloridas. El olor a muerto provenía de un Igneo que estaba en una mesa de exanimación. Todo este ambiente me parecía demasiado familiar.

De una puerta salieron los responsables de las voces y uno de ellos lo conocía muy bien.

-Imposible… ¿profesor?

-Por la ciencia… ¿Beleren? ¿Qué…? ¿Qué estás haciendo aquí?

La cara de asombro de los dos era casi idéntica.

-No sabía que se conocían… -Dijo Kagome.

-Veo que los rumores eran inciertos, es un gusto verte John.

-Lo mismo digo Gambli.

-¿Es que acaso soy el único que no conoce a este viejo? –Dijo Miolnir.

-Este “viejo” es una de las mentes más brillantes de todo Alsius y probablemente de estas tierras, así que…

-Tranquilo Jace, permíteme presentarme. Escuche de tus hazañas, oh Miolnir de la Jihad. Pero es comprensible de que tú no hayas escuchado hablar de mí. Mis campos son un poco… diferentes a los tuyos. Me llamo John Beddoes, científico, profesor, matemático, ingeniero, químico, astrónomo, biólogo, doctor (cuando la situación lo requiere) e inventor. Pero mis especialidades siempre mas aumentando, después de todo, siempre hay algo más que aprender.

-Un gusto verte John, ¿Cómo ha estado tu exilio? –Dijo Lobo estrechándole la mano.

-Aburrido, extraño el trabajo de campo, ver los resultados de mis experimentos en plena acción. Pero no puedo quejarme de lo que tengo aquí. –Dijo sonriendo y mirando sobre su hombro –¿Pero donde están mis modales? No los presenté todavía. Esta es mi adorable familia. La bella mujer que aprecian es Álika, mi feliz esposa y este pequeño es fruto de nuestro amor.

-Esto es… nunca esperé verlo casado y con un hijo profesor. –Dije luchando aun de salir de mi incredulidad. La mujer se notaba que era Molok. El niño miraba desde detrás de las piernas de su padre, del mismo modo que Sofi estaba mirando de las mías. El profesor había cambiado mucho desde su última vez, se había dejado la barba y tenía un pelo castaño largo que le caiga para atrás, pero conservaba sus redondos anteojos. Haciendo unos cálculos rápidos deduje que en ese momento el profesor debería de tener unos 45 años. –Pero… lo creíamos muerto.

-Y casi tienen razón. Si no fuera por la adorable mujer que ahora es mi esposa, no tendríamos esta conversación.

-No tendría que haber ido a esa expedición… fue demasiado riesgoso, incluso para usted profesor, ¿en que estaba pensando?

-Beleren, muchacho, entiendo que cuando me fui perdiste a alguien que era el único que te daba conocimiento casi ilimitado, modestia aparte, yo te enseñe casi todo lo que sabes sobre todos los campos que salen de lo arcano. Pero tienes que saber que hay otra versión de la historia. Cuando finalicé mi libro sobre las razas del Regnum, decidí seguir el trabajo de tus padres. Si, escuchaste bien, tus padres eran grandes amigos míos. Tu madre, oh, su inteligencia se ponía a la par de la mía. Y tu padre tenía el corazón más caballeroso que se podría encontrar en Alsius. Me pidieron ayuda en su trabajo y los ayude con gusto hasta que… eso pasó. –Cada vez que se tocaba ese tema, no podía evitar inclinar la cabeza hacia abajo –Luego decidí ayudarlos con la única manera que me parecía posible. Educándote a ti. Seguí mis trabajos y luego decidí ir a por los Igneos, creía que tenía el enigma casi resuelto. Pero cuando fui a pedir refuerzos para la investigación, Gerk y sus lacayos se rieron de mí. Dijeron que no tenían tiempo para seguir los locos sueños de una mujer muerta y un hombre borracho. Pero Baldrik opinó diferente y me prometió que enviaría las fuerzas que estaban guarecidas en el fuerte Aggersborg. Pero al perecer, Gerk se las ingenió para que esa orden nunca fuera escuchada. Me encontré en el medio de un ejército de Igneos, con todo mi equipo muerto, me atravesaron con dos lanzas y tres flechas ¡No sabían lo mucho que dolían! Pero en fin, casi muero. Por suerte mi amada llego y me trajo a la ciudad de Meleketi, en donde trataron mis heridas. Si no fuera porque uno de los chamanes era de los Rana Othar, probablemente no hubiera si quiera pasado la muralla.

-Joder… -Dijo Gambli cortando el silencio después del relato –Gerk pagará por todo esto.

-A su tiempo. Pero ahora todos ustedes apestan y tienen que bañarse. Le diré a Kalima –La encargada que no acaba de recuperarse de su desmayo- que preparé sus habitaciones. Pero… ¿Qué tenemos ahí? –Dijo mirando a Sofi- No me digas que tú también eres padre.

-¿Eh? ¡No! ¡Por supuesto que no! Ella es… una niña que me encontré.

-Tranquilo muchacho, la paternidad no es una maldición

-Habla por ti… -En ese momento Sofi reprobaba mi afirmación dándome ligeros golpecitos a las piernas.

[Nevinirral]

Luego de bañar y acostar a Sofi en su cama, fui abajo en donde el profesor estaba estudiando unos pergaminos, con la nariz hundida en las páginas. Me acerqué a él mirando la inmensa biblioteca que tenía alrededor de una chimenea con leños ardiendo.

-Extraño mi antigua biblioteca –Dijo percatándose de mi presencia- Pero me imagino que Giblor debe estar haciendo un buen uso de ella.

-Sí, pero si usted profesor, no es lo mismo. Pero todavía no lo entiendo, ¿Qué busca Gerk? ¿Subir al trono? ¿Poder?

-Creo que busca sobrevivir a la tormenta que se avecina. Busca la salvación de él y su gente. No importa el costo. Pero me dijeron que estas aquí para seguir el trabajo de tus padres. De tal palo, tal astilla dicen…

-Sí pero no tengo ni idea de dónde empezar, y si usted no pudo avanzar nada en todos estos años, ¿Cómo se supone que lo haga yo?

-Sígueme Jace. –Se acerco a una de las bibliotecas, corrió un par de libros y tanteo algo en el fondo del mueble. Luego de un corto tiempo saco un objeto brillante. Tenía una cadena de plata y de ella colgaba un adorno del mismo material, con detalles en jade. El objeto era redondo, del tamaño de una pequeña piedra. –Esto pertenecía a tu madre. Me lo dieron cuando repartieron sus objetos personales. Por alguna razón, tu padre no quería tenerlo. Me dijo que te lo diese cuando tengas la edad suficiente y… bueno, creo que ahora es el momento indicado.

Me tendió el colgante. Lo inspeccioné con la yema de los dedos. Los detalles en verde coincidían con el color de mis ojos. Y con los ojos de mi madre. El jade formaba una estilizada “B”. Beleren. Noté que el adorno tenía unas bisagras. Y una trabita en uno de los lados. Lo abrí con delicadeza. Adentro había tres pequeños retratos. A la izquierda estaba mi padre, sonriendo y con el desenmarañado pelo azul que heredé de él. Podía verme a mí mismo en su cara. A la derecha estaba un fiel retrato de mi madre, con un abundante pelo castaño, y unos ojos de un color verde centellante que sobresaltaban. Y en el centro había un niño con esa expresión típica de retrato de niños, sonriente, con los ojos formando arcos y con un pelo azul bastante despeinado. Era yo. Me quedé mirando los retratos por bastante tiempo.

-Gracias… por todo profesor.

-No tienes nada de que agradecerme. Yo quería mucho a tus padres, y haré lo que sea necesario para que sus memorias no se pierdan. Pero lo que tienes allí es algo más que un lindo recuerdo. Para ser más precisos, es un recuerdo, los recuerdos de tu madre.

-No lo entiendo…

-¿Nunca escuchaste antes de los memoriandum?

-Sí, son aparatos muy raros y caros, hecho por los elfos para grabar sus memorias, recuerdos, pero sé que se necesita un poderoso mago para grabar los recuerdos…

-¿Y tu madre no era acaso una poderosa maga? Yo no he sido capaz de descifrar su contenido, ya que mis dotes para lo arcano son nulas. Pero lo compenso con conocimiento. Y se necesita alguien de la misma sangre del mago para poder activar el aparato. Y dado como tú eres el único de su progenie, tú eres el único que puede vislumbrar su contenido. Las respuestas que buscas, yacen adentro. Pero ahora duerme, una mente cansada es como un lívido que no se para.

-Gracias profesor, por todo.

-Ya lo repetiste muchacho.

[Ludus]

Buenisimo enganchar a John al relato!!! jaja

Esta lindo jace, seguí así que tengo intriga XD

[Nevinirral]

Mis sueños se iban tornando más extraños. La última noche soñé que estaba en un amplio prado de espigas doradas. Había un arroyo con aguas cristalinas que corrían hacia un lago. Arboles que mostraban toda clase de frutas radiantes. Todo brillaba con una inusual fuerza, pero miraba al cielo y solo veía un firmamento oscuro, con millones de estrellas alumbrándolo de a momentos. Luego se me acercan personas, hablan con un eco extraño. Varios hombres, solo un par de mujeres. Me alientan a que siga con lo que sea que esté haciendo. Luego me despierto por unos rayos de luz que se filtraban de una ventana. Me desperté sudado, en Ignis se hace bastante difícil dormir, con el calor más la sequedad del ambiente, si no te acostumbras duermes pocas horas.

A mí me había tocado la habitación del medio, en donde dormía en una litera, con Sofi durmiendo abajo. Los grupos se dividieron en: yo y Sofi en la habitación de huéspedes, los enanos en el laboratorio y la sala de estar y los elfos en la segunda habitación de huéspedes. Enkio y Kagome se hospedaban en Meleketi, ya que ellos no levantaban sospechas. Las salidas estaban muy limitadas para todos, pero aún más para los enanos. Si querían salir tenían que salir en grupos de a cuatro y acompañados por alguien más que no sea un enano. Era para que los cuatro enanos se vistieran con las túnicas, la escolta era para que pueda sacarlos de alguna situación peliaguda. Mire abajo a ver si Sofi aun dormía pero encontré su cama vacía. Me puse las ropas y me dirigí hacia la cocina. Encontré a una muy despeinada Sofi que comía de un bol, lo que parecían cereales.

-¿Dormiste bien? –Dije acariciándole la cabeza. Sofi asintió muy lentamente. A las mañanas, era callada y hacia pocos movimientos. La encargada, Kalima, estaba en la cocina con Álika, probablemente haciendo de desayuno.

Álika se acercó a mí con dos huevos (que presumí que eran de lagartija) y algo que parecían escarabajos cocidos.

-Ten –Dijo poniéndome el plato adelante mío –Jonh ha hablado mucho de ti. Constantemente decía que eras su mejor alumno. Que tu curiosidad por perseguir la verdad y desentrañar enigmas era invaluable.

-Gracias, de verdad. Es muy bueno que el profesor haya podido encontrar a alguien con quien formar una familia. –Le di un bocado a los huevos primero, los escarabajos no se me apetecían mucho –Y tienen un hermoso hijo.

-Sí, –dijo con una sonrisa –el pequeño Alí es nuestro más grande tesoro. Pasa las tardes entrenando con Enkio y Kagome, y las noches estudiando con Jonh.

Se abrió la puerta que daba hacia afuera y entró Dama, al ver a Sofi sonrió.

-Por fin te despertaste. Pero mira ese pelo, esta todo despeinado, ven, termina tu desayuno y te peinaré. Buenos días Beleren, ve a hablar con Beddoes, necesitamos saber cuál es el próximo paso.

-Ciertamente. ¿Pero en donde esta…?

-En el laboratorio –Dijo Álika –Desde que te volvió a ver se ha vuelto muy entusiasta con sus estudios.

Me dirigí a lo que antes creíamos que era un establo, pero en realidad era el laboratorio. Habían unos cuatro enanos durmiendo, a puro ronquido. Vi a alguien sumergido en unos pergaminos en la parte izquierda del lugar, alumbrado por una vela. Me dirigí hacia allí salteando los durmientes enanos, encontré al profesor con su nariz hundida en unos escritos.

-…si la fuerza del cuerpo es igual masa por aceleración… no eso mataría al individuo… ¡Oh! Ven Jace, buenos días.

-Buenos días profesor. Todavía no eh tenido tiempo para decírselo pero tiene un impresionante laboratorio.

-Gracias muchacho, avance mucho desde que me fui de Alsius. Ahora no hago las cosas tan… “legalmente” pero los conocimientos a cambio que obtengo valen los peligros que se corren.

-Tengo tantas preguntas pero creo que no tenemos tiempo para resolverlas todas…

-Tonterías, siempre hay tiempo para aprender algo más, dime, ¿Qué te intriga?

-Bueno, principalmente a estas… criaturas que nos estamos enfrentando.

-Ohh… buena pregunta muchacho, buena pregunta. Para empezar, tenemos que ponerle un nombre, decirles “criatura” todo el tiempo no es bueno. Muchos dicen que se parecen a demonios, pero yo soy un hombre de poca fe hacia las divinidades, por ende, también a los demonios. Pero para que la gente entienda, e decidido nombrarlos “Demonicus Sucubus”. Pero sigue siendo un nombre bastante extraño para que la gente normal se lo acuerde… ¡Lo tengo! Krogan, los enanos ya lo han llamado así antes.

-Pero profesor, según los informes, los Krogan no son nada parecido a lo que nos enfrentamos ahora. Los Krogan son criaturas sin razonamiento, al parecer trabajan en conjunto con una mente colmena. Estos pueden hablar, usar herramientas, joder, creo que incluso son habilidosos magos.

-Pero eso no quita que no sean los mismos. Toma a un simio, por ejemplo. Técnicamente, nosotros pertenecemos a la misma familia, solo que nosotros evolucionamos. Lo mismo pasa con los Krogan, se adaptaron Jace, están evolucionando. Se dieron cuenta que con sus anteriores experiencias, la fuerza bruta no les sirvió ni les serviría. Ahora son seres racionales, que pueden abarcar grandes aéreas de trabajo. Tú por ahora viste a los magos y a los guerreros. También a los arqueros. Pero ven, quiero mostrarte mis estudios.

-¿Hay más de estas cosas?

-Krogan, Jace, Krogan. Y por supuesto que hay más. Pero no creo que en este mismo momento. No aquí, al menos. Si no los ejércitos de los tres reinos los hubieran encontrado hace mucho. Piensa en la situación de Kampat Dur. Los enanos no pudieron ver de donde procedían, ya que adentrarse muy profundo en esos túneles era sinónimo de muerte. Por ello, erróneamente se saco la conclusión de que viven en las entrañas de la tierra. Pero si haces las cuentas de cuantos Krogan han sido aniquilados por el acero enano durante todos estos años, deduces que es imposible que quepan en un lugar tan chico como puede ser el núcleo de estas tierras. No quiero sacar ninguna conclusión, pero ahora te estás encontrando con estos Krogan a plena luz del día, ¿Cómo es que pudieron escapar de las minas de los enanos? Si me pides mi opinión, son seres interplanares. Los conjuradores invocan a criaturas de otros planos, si piensas eso mismo pero en una escala mucho mayor, también es posible que estas criaturas… ejem… Krogan, sean invocados desde otro lugar… desde otro planeta.

-Pero… ¿Quién es el invocador? Quiero decir, para hacer eso se necesita a alguien para que abra el portal.

-Aun quedan los Igneos Jace, débiles, si, pero ellos pueden empezar algo que quedó olvidado hace mucho tiempo. Y es en esta parte en donde entra la importancia del razonamiento e inteligencia de los Krogan. Ellos saben que sin ayuda no pueden volver. Por ello están tratando un ataque más sutil, el del miedo, la mentira, la discordia. Están haciendo que miremos para otro lado. Creo que todo esto, todas estas guerras, las crearon ellos. Son solo una gran y oscura distracción. Pero para eso están los Rana Othar. Son eternos vigilantes, y están ahí para detener a los Krogan.

-Es… es increíble lo que ha descubierto por si solo profesor. Siempre hay algo más que aprender, por lo que se ve…

[Nevinirral]

-Es por ello que eres tan buen alumno Jace. La curiosidad es algo que no se puede aprender, y tú la tiene asimilada desde el momento de tu nacimiento. Pero ven, me eh olvidado de lo que... ¡Ahh! –Dijo sacando un manojo de manuscritos –Aquí esta. Es un “moustrario” para decirlo de una manera. Mira, aquí están los estudios de las diferentes Krogan que pude inspeccionar. La regla general es que todos son más fuertes que el humano común. Incluso los magos. Tienen la piel roja, pero sus tonos pueden ir de un verde oliva a un amarillo grisáceo. Tienen unas especies de protuberancias que le recorren el rostro y a veces la espalda y hombros. Creo que no tienen ninguna propiedad especial, pero son parecidos a los “cuernos” de los demonios de la mitología. Tienen una cola, que puede ser ancha como la de un reptil o angosta como la de un gato. Algunos presentas pelaje solo en la cabeza y mentón. Cuando mueren, tienen un muy buen mecanismo de defensa, se transforman en carbón (o una especie de carbón al menos) y luego se deshacen con el viento. Es por ello que fue tan difícil su investigación. Tienen garras y unos dientes bastante afilados, además de una lengua bífida como las serpientes.

“Ahora bien, pasemos a las clases que se encontraron de estos Krogan. Están los guerreros, que te encontraste en tus viajes. Son corpulentos y tienen una piel resistente, pero se los vio con armaduras y armas de acero negro. No he podido deducir cual era el material de dichas herramientas. Los magos, son los más inteligentes de los Krogan, no tan grandes en tamaño pero si bastante habilidosos en el arte de la arcana. Pueden hacer hechizos de ilusión muy fuertes, y todos sus hechizos provienen de la nigromancia. Luego están los arqueros, agiles y rápidos. Son fuertes pero no se le equiparan a los arcos de los elfos, pero tienen una cantidad grande de ellos. Luego están lo que me gustaría llamar “Bruto”, no es muy inteligente pero tiene el tamaño de un Tol-Tar adulto, es bastante fuerte, lo vi atravesar paredes de piedra a mano limpia y las flechas comunes no traspasan su piel. No es muy común verlo solo, en general vienen acompañados de otros Krogan, que lo tiran con cadenas y hasta a veces lo montan, haciendo de un ariete de batalla bastante temible. Tienen más o menos la misma fisiología que sus parientes. Luego están las “sombras”, a estas no las vas a ver en un campo de batalla, no, y si las ves, probablemente sea lo último que veas. Son asesinos por excelencia, no tienen una forma corpórea y manejan dagas con agilidad. No he podido ver su fisiología, ya que para matarlos no se pueden usar hachas ni flechas, solo con la luz pueden matarlos. Por último están “cegadores”, y de esto Jace, no tengo mucha idea. Solo me han llegado reportes de los guardias, y son aterradores. Al parecer, son Krogan, ya que su descripción concuerda con su fisiología. Pero la forma de actuar… es diferente. Según los reportes, se mueven silenciosamente y con una agilidad y velocidad increíbles. Tienen unos dientes afilados como cuchillas, garras que cortan la piel como manteca y una cola con un aguijón en la punta. Estos no tienen piedad, y matan de las peores maneras. Se encontró a un grupo de Ignitas desollados vivos, con sus tripas esparcidas por todo el lugar. Estos no son animales, porque ni un animal haría algo así, estos son monstruos”

-Esto solo nos da más preguntas… ¿Quién es el que los controla? ¿Cuál es su objetivo? ¿Y qué es lo que lo retiene?

-Muy bien Jace, muy bien, esas son las preguntas que nos dirigen en la dirección indicada. Ah, hay otra cosa, pero son solo rumores. Dicen algunos que vieron como se llevaban a algunos Ignitas vivos hacia las montañas, que no se los veía a ver más. Pero una señora de Altaruk juró ver a una de esas criaturas con el rostro de su hijo. Pero todavía necesitamos una confirmación. Pero es lógico que estos Krogan hayan empezado a asimilar a otras especies.

-Este asunto es bastante turbio profesor, pero necesitamos ponernos en marcha ¿Cuál es el próximo paso?

-Bien, lo que tendríamos que hacer es investigar todo lo que podamos, para ello pondré a un par de investigadores a trabajar. ¿Recuerdas lo que te di? Bien, eso también nos servirá, tienen que ver en que quedó el trabajo de tu madre. Pero además de todo eso, no podemos hacer más hasta que no tengamos otra pista. Así que ponte cómodo que estarás un par de días por aquí.

-Gracias profesor, buscaré a Gambli para decírselo… por cierto, ¿Dónde se metió?

-La última vez que lo vi se fue al patio trasero de a casa con Lobo…

Se abrió la puerta de un portazo. Entraron Gambli y Lobo riendo y con el aliento entrecortado, tenían la testa con moretones y sangraban desde diversos lugares, estaban sucios y olorosos.

-¡Por ORG! –Dije despertando a los cuatro enanos que dormían -¿Qué han estado haciendo?

-Entrenando muchacho, entrenando. Resulta que este semi elfo tiene una izquierda muy rápida. Pero nada que el viejo Gambli y sus puntapiés no resuelvan. –Dijo golpeándolo con el codo a Lobo que sonreía.

-Tienes una gran habilidad enano, lo reconozco, pero te falta alcance.

-Mi falta de alcance esta recompensada por mi rapidez y mi habilidad de dar a las partes nobles. Por cierto, necesitamos un conjurador, se me ha caído un diente… no espera, dos dientes.

Dama Blanca entro a la habitación farfullando y maldiciendo por lo bajo. Mire por la ventana y vi a Sofi jugando a lo que parecía la mancha con Alí. Jugueteé con el relicario de mi madre, pensando en que gran parte de la misión dependería de mí.

[Nevinirral]

Dama estaba terminando de curar al enano y al semielfo. Sofi y Alí estaban jugando afuera. El profesor seguía en sus estudios. Y yo todavía no lograba cómo hacer para activar el memoriandum. Después de varias horas viendo el colgante mecerse sobre mi mano, sin resultados, decidí pedirle ayudar al profesor. Sé que él no sabía nada de cómo activarlo, pero por lo menos de señalaría a la dirección correcta.

-Profesor yo…

-Mira muchacho –Me interrumpió mientras me acercaba una especie de objeto con hilos y palos de madera, que se asemejaban al esqueleto de una mano –Estoy trabajando en una idea que permitirá a los enanos moverse disfrazados con mayor libertad. Verás, solo pueden salir de a grupos de a dos, uno que haga de piernas y otro que suplante la cara y brazos. Pero con esto –saco una sabana que cubría varios objetos, todos de madera con un par de refuerzos en metal, podía distinguir unos zancos de madera y lo que parecía otra copia de lo que tenía en la mano –no necesitaran más que ellos para moverse. Mira esto, funciona con estos anillos, metes los dedos de esta forma, son cinco anillos, uno para cada dedo. Ahora mueve tu dedo hacia la palma de la mano, ¿ves como el hilo atado al anillo se mueve? Mira como hace que el dedo anular (el que estas flexionando) del prototipo se doble de la misma forma. Es muy limitado en sus movimientos, si, y tampoco servirá mucho para luchar pero puedes pasar desapercibido con él. Ahora, ¿Qué querías decirme?

-Es sobre el artefacto de hecho… no e logrado deducir como funciona. Le hice varias pruebas con sondeos mágicos, solo para descubrir que hay una potente vibración de poder arcano. Pero eso no es nada que usted no haya descubierto antes. Tiene que tener una especie de contraseña para abrirse y liberar su contenido, pero todavía no lo sé. Y la verdad que no se me ocurre nada.

-Un gran enigma chico, un gran enigma. Pero la respuesta no debe ser complicada. No puedo darte la respuesta ya que no la sé tampoco, pero ten por sentado que debe ser algo relacionado con trigo. Pero lo que sí puedo hacer es darte algo para ser en el ínterin. Toma esta lista de cosas que quiero que me consigas.

-Como los viejos tiempos profesor, ¿Qué es ahora? ¿Muestras de escarabajos albinos? ¿Pelaje de hiena? Es… una lista de víveres…

-Sí, no te imaginas como comen estos enanos, quiero que vallas al mercado y compres lo que te pido. Pero que mi esposa no se entere, ya que me lo ah encargado a mí. No me mires así Jace, sabes tan bien como yo que un hombre de mis conocimientos tiene que estar enfrascado en sus libros en vez de comprar unos tomates en la verdulería.

-Pero profesor, a duras penas se hablar ignita…

-Creo que te las arreglarás bastante bien, después de todo, aprendiste álfico bastante rápido me dijeron. Aquí tienes dinero, ahora ve y tráeme lo que te pido.


Sali de la casa y me dirigí a la ciudad que se encontraba cuesta abajo. De vez en cuando pasaban grupos de peregrinaje, o de guerreros que iban a la ciudad a abastecerse. Llegue a las puertas de la ciudad, los guardias apenas me notaron, era mucho el trafico de gente como para ir fijándose en cada persona sospechosa. El mercado me recibió con un barullo de voces, gritos y sonidos de animales. Muchos mercaderes llamaban a los transeúntes con ávidos gestos, frases que te hacían creer que tendrías todo el poder del reino si comprabas esa patata mágica. Un elfo oscuro llevaba de las riendas a un corcel negro, algunos moloks se los veía con manojos de gallinas desplumadas en el hombro, otros le traían leña a los carpinteros para hacer sus arcos y flechas, etc.

De a poco, fui comprando los ingredientes de la lista, eran cosas bastante comunes como papa, lechuga, apio, quince kilos de carne de res, trigo, alubias, pollos, y demás ingredientes de cocina. Hasta me sobro dinero y decidí comprarme uno de los boletines informativos. Según entendí de la pulcra y sofisticada letra ignita, decían que uno de los más influyentes líderes de Alsius (por no decir el único) Baldrrik Hammerstriker, estaba fuera del foco publico por varios días. En su lugar, Gerk el sabio estaba tomando las decisiones. Las ejecuciones públicas se estaban haciendo más frecuentes, al igual que los arrestos. Prácticamente todo aquel que no estaba de acuerdo con el régimen de Gerk terminaba encerrado o peor, bajo el hacha del verdugo. Me senté un momento mientras sostenía el pedazo de pale con mis manos temblorosas. Mi reino, mi hogar mi gente estaba siendo reprimida por un tirano sin espina… y yo aquí jugando a ser el detective. Tenía que ayudarlos. Tonterías brujo, me dije. Si iría ahora, la muerte de mi padre seria para nada. Tenía que terminar el trabajo. Luego podía ir a hacerme el líder revolucionario en Alsius.

Guarde el boletín en el bolsillo de mi pantalón, ya tenía todo lo que en la lista me habían mandado, pero unos gritos enfurecidos de una mujer llamaron mi atención. Era Kagome, que al parecer estaba furiosa con un muchacho, un elfo oscuro (que probablemente, pese a su aspecto de joven, me doblaba la edad), no entendí muy bien lo que le estaba diciendo pero pude distinguir tres cosas: “bocazas”, “idiota” y “vete antes de que te caiga a golpes”. Palpe mi bolsillo izquierdo, note que aun me quedaba dinero. Me dirigí hacia la carpintería y tratando de decir lo menos posible compre el mejor arco que me alcanzase con el capital que tenía en sima. Cuando salí del local, Kagome estaba sentada al borde de una fuente de agua. Tiraba piedritas a la fuente mientras maldecía por lo bajo. Me acerque sin decir una palabra y me senté de espaldas a la fuente. Creo que no era necesario decir que era yo para que se dé cuenta de mi presencia.


-Por favor brujo, ahora no es el momento…. –Dijo sin sacar la vista del agua.


-Mira, sea lo que sea, se puede arreglar, así que no tienes que estar tan… -giro su cabeza hacia mí, y me dio una mirada tan fulminante que parecía que iba a escupir fuego de esos ojos felinos que tenia - …bien, es grave, lo entiendo. Pero creo que demostraste tu punto con ese joven elfo oscuro, parecía bastante arrepentido por lo que sea que hiso.


-Pues debería. Porque si nos llegan a atrapar, juro por los dioses que iré personalmente a arrancarle las cejas…


-Espera… ¿si nos atrapan? ¿Por qué hablas en plural? –No me gustaba hacia donde iba la conversación.


-Por que el muy idiota no pudo contener su necesidad de popularidad y le dijo a unos amigos que tenia a unos enanos y elfos vivos en algún lugar de Meleketi. Es joven, lo sé, pero no pasará de su juventud si nos caen los guardias en sima.


-Hijo de…


-Ahora me entiendes… pff, hombres.


-No te preocupes, el profesor tiene buenos contactos, no creo que nos pase nada.


-Ignis no esta tan unida como piensas brujo, lo que está pasando en Alsius, en cierta manera… también está pasando aquí. La corrupción se está propagando por todos los círculos chamánicos. Ya hay varios que se hacen llamar chamanes pero no son más que idiotas con ansias de poder. Los contactos del profesor son buenos, si, pero si se llega a enterar la gente inadecuada, estamos muertos.


-No me atraparán. Ya eh salido de más de una cárcel.


-Valiente pero orgulloso. Generalmente son dos cualidades atractivas, pero en este caso no servirán mucho si te matan al segundo que te ven. Aquí no va haber juicio, no va a haber calabozo, si los atrapan, van a la horca inmediatamente. Si es que no los matan ni bien los encuentran…


-Te sorprenderías lo versátil que puedo ser en este tipo de ocasiones. Probablemente escuchaste sobre mis logros, y aun sigo vivo pese a todo ello. Si no eh muerto hasta ahora… bueno, puedo decir que es el regalo de la suerte y la experiencia. Y hablando de regalos… -saque el arco que había comprado hace unos minutos atrás –Perdón por lo de tu arco.


-Gracias… no me lo esperaba. Pero… mira, brujo… Jace, yo soy una ignita, y tu… bueno, digamos que por ahora eres un apátrida, pero el punto es que… somos muy diferentes, y si, con lo que te refieres sobre si escuche tus logros, la respuesta es sí, tanto en la batalla como en el catre. Sé cómo eres con las mujeres, y sé que somos jóvenes y que aun tenemos mucho… mierda, estoy divagando. El punto es que, ¿Qué esperas que pase con esta relación? Los dos estamos haciendo una misión con un seguro de muerte casi seguro, simplemente… ¿Qué deseas Jace?


-Desearía… que el hecho que nos estén rodeando, sea solo un gran malentendido.


El grupo de guardias que hacía de cordón ya había bloqueado las salidas y de un momento al otro, el bullicioso mercado se silencio de repente. Y yo sin báculo. Mire a Kagome, se notaba que estaba maldiciendo por dentro al muchacho que hace unos momentos estaba gritando. Uno de los guardias, que tenía una armadura más adornada dio un paso al frente. Saco un pergamino y con una potente voz empezó a decir su contenido (que estaba en ignita, pero lo entendía bastante bien. Un punto para el profesor).


-Señorita Kagome, cazadora del decimocuarto regimiento de Ignis… y el acompañante, se la acusa de retener y traficar ilegalmente a individuos de otros reinos. Entréguese pacíficamente para poder ser sometida a juicio y que los chamanes de todas las tribus juzguen su acción.


La mire a los ojos, se notaba que no quería ir con esos guardias, pero eran muchos y ella una sola. La agarre de la mano.


-No te separes de mí. –Dije mientras reunía todas las energias que tenia. Estaba listo para mandar a la fila de guardias de la derecha al quinto infierno, cuando de repente algo actuó por nosotros.


El suelo tembló y frutas, objetos, cerámicas, que estaban apoyados en los locales del mercado cayeron al suelo. Los guardias cayeron con un estrepitoso estruendo de metal, que pronto fue ahogado por el inmenso ¡BOOM! De una explosión. Kagome y yo caímos al suelo, polvareda y escombros caían alrededor nuestro. Los oídos me zumbaban. Escuchaba los gritos de la gente corriendo asustada, vi el cielo y un hongo negro se elevaba de la parte oeste de la ciudad. Agarre a la muchacha de la mano y la levante como pude. Estaba demasiada mareada para caminar, así que la tuve que llevar en brazos. El mercado era un caos, gallinas y cerdos corriendo sin dueño, gente que gritaba, algunos ladronzuelos que aprovechaban la ocasión para robarse algo, niños sin madres que lloraban a moco tendido, en resumen, lo ideal para que una pareja de fugitivos escape a unos guardias atolondrados. Cuando se recompuso, Kagome se bajo y empezamos a correr hacia donde pensamos que era la salida de la ciudad. Encontramos el arco que delimitaba la entrada y salida de la ciudad, pero cuando estábamos por cruzar el callejón que salía hacia allí, un gran pedazo de escombro cayó del cielo, tirándonos a los dos hacia atrás. Lo que sea que había volado, ahora estaba respondiendo a las leyes de la gravedad y estaba volviendo a caer. La levante de nuevo agarrándola de la muñeca y busque rápidamente otra salida. Sombras se dibujaban en el cielo, eran más escombros que volvían a caer. Vi a una niña llorando, justo debajo de una de las sombras. Solté a Kagome por un momento me tire hacia la dirección de la niña, justo a tiempo para sacarla del medio de un escombro aun en llamas. Una mujer se acerco llorando, con los brazos extendidos, le entregué a la niña que la abrazó con fuerza. Kagome tiro de mis manos para que me levantase, humo y fuego inundaban las calles de Meleketi. Llegamos a la salida, por suerte, sin guardias.


Mientras hacíamos nuestro camino colina arriba hacia la casa del profesor, empecé a pensar que es lo que podría haber ocasionado tal despliegue de poder y caos. Ni los mejores hechizos de ignición podían causar una explosión así. Abrimos la puerta de la casa casi sin aliento, solo para ver al profesor y a un elfo oscuro con aspecto muy sombrío hablando al frente de las brazas encendidas… habiendo unos treintaicinco grados a la sombra.

[La-Dama-Blanca]

Me habia perdido un tiempo ya que estuve sin pc mas de 1 mes xd, pero veo que avanzaste mucho en tu lindo y entretenido relato, uffff bastante diria yo, lo malo que uno se queda con las ganas de seguir, y seguir leyendo y dan ganas de que tengas todo el tiempo del mundo para llegar al siguiente capitulo pronto... vamos nevi, siga deleitandonos con su historia, que desde este lado estare pendiente de leer las aventuras que estan por venir.

Saludos.

[Nevinirral]

-¡Oh! Muchacho, me alegra que estés bien, nos preocupamos por un minuto. –Dijo el profesor mientras con hacía señas con la mano para que pasáramos. Aunque todo era confuso, Kagome parecía tener una cara de desconfianza bastante notoria. El elfo oscuro no se había movido de su lugar, y no había dicho una palabra aun. En ese momento noté que tenía un fosforo enganchado en el hélix de su oreja puntiaguda. Tenía un pelo blancuzco, atado en la nuca y con algunos mechones rebeldes que le caían en una cara negra por lo que parece una exposición cercana al fuego.

-Profesor… ¿Quién demonios es él? –El extraño aun no se había movido de su lugar y tenía los brazos cruzados. Me miro unos segundos y saco de sus ropas una pipa, que se dispuso a encender para luego fumarla.

-¡Nadie menos que tu salvador muchacho! Pero es aun más que eso, es un genio… con una mente inestable, pero dentro de su cabeza yacen los secretos para abrirnos paso en la próxima revolución tecnológica. Se llama… -Kagome se levanto de golpe, interrumpiendo al profesor.

-Niv-Mizzett. Psicópata, asesino en masa, con una torcida afición por el fuego. –Dijo con una furia inentendible en sus palabras. –Me voy de aquí, no pienso pasar el tiempo con… esto. –Dijo dirigiéndose a la salida, la tome de la mano pero me rechazo con un tirón. Salió con un golpe de puerta muy sonoro.

Me di vuelta y me dirigí hacia el “psicópata”

-Ahora bien… Niv-Mizzett, dime lo que quiero saber y hazlo rápido, o olvidare el hecho de que nos allá salvado hace unos minutos, que por cierto aun no tengo ni la mas mínima idea de cómo participaste en nuestro rescate.

-Antes que nada –Dijo por fin con una voz bastante seca – me gustaría que me llames por mi profesión, piromante. El nombre “psicópata” es muy rudo además de erróneo, un loco no sabe lo que hace, en cambio yo estoy muy consciente de mis actos y no hago nada precipitado. Pero tu amiga en algo tenía razón. Soy un asesino, como todos los que participan en tu viaje (quizás el profesor sea la única excepción) la única diferencia es que a m me hicieron pagar por las vidas que… apague. Probablemente nunca has escuchado hablar de mí, porque antes de que nacieras estuve encerrado. Porque los que me encerraron fueron tus padres.

-Profesor… es mejor que tenga una muy buena razón para incluir a alguien así en el equipo.

-Mira Jace, entiendo que tengas unos sentimientos bastante agresivos hacia el señor Mizzett, pero entiende que el solo quiere hacer las cosas bien… quizás con métodos poco ortodoxos, pero créeme que él solo quiere ayudar.

-Si mis padres lo encerraron, fue por una buena razón.

-No niego mi pasado, joven brujo. No niego a mis victimas. Pero escuche de tus hazañas hasta ahora, y me has llamado la atención. No sé si es redención o el simple hecho de ver cosas arder, pero quiero unirme a tu compañía. Y créeme que seré útil.

-Muchacho, tenemos que aceptar toda la ayuda que se nos ofrezca, eso lo sabes muy bien.

-Y como muestra de confianza, déjame regalarte esto –Dijo mientras tendía una bolsa en sima de la mesa. La abrí y había un polvo negro brillante.

-¿Qué se supone que es?

-Impresiónate… esto es lo que te decía Jace. Esto es lo que nos puede impulsar al próximo salto tecnológico. Esto es… pólvora. Es una combinación de nitrato de potasio, carbono y azufre, que si se le da ignición con alguna clase de fuego, libera una energía impresionante en una potente bola de fuego. Es probable que haya usado esto para escapar y… hacer esa distracción. No te imaginas la cantidad de ideas que se me ocurren con una sustancia así… -Mientras decía todo esto, el piromante parecía sonreír de placer.

-Es… mucho poder, pero si quieres ayudarme, tengo que confiar en ti. Y para eso falta mucho, así que primero respóndeme esto: ¿Por qué el fuego?

-El fuego limpia el pecado del alma. El fuego quita la carne de los huesos. El fuego purifica. El fuego limpia. Y mi mamá no crio a ningún sucio.

-Estas adentro… por ahora. Ahora, si me disculpan, tengo que hablar con una señorita…

-Antes de irte Jace, tengo que pedirte algo.-Dijo el profesor poniéndome la mano en el hombro- Hable otra vez con mis contactos y ya no molestarán a Kagome, pero me ha salido caro. No creo que pueda seguir sacándolos de problemas por mucho más tiempo. Pero mis contactos quieren verte, después de todo, es lo menos que pueden pedir, ver a quien están sacándole las papas del fuego. –Al decir esta última palabra, a Niv-Mizzet se le iluminaron los ojos.

-Con gusto… pero ¿Quiénes son sus contactos?

-Aquí la conocen como la vieja y sabia matriarca Mila y ella es… mi suegra.

[Kagome_Besucona]

me gusta mucho las partes que salgo yo si te digo la verdad no e leeido toda la historia para entenderlo todo como estoy con mi ipod no lo veo bien y pasare toda la historia en mi portatil y lo mirare bien en el ipod apenas se puede leer luego todo leeido con calma te dire que pienso de todo en conjunto y de mi pj kagome
^^ un beso artista!!!! Sigue asiiiii

[Nevinirral]

Entre el caos del escape, la charla con el profesor y Niv-Mizzet, se había hecho de noche. Salí a buscar a Kagome, que se había ido bastante enojada. La encontré farfullando por lo bajo, y mirando a la luna (que en ese momento estaba llena). Me acerqué hacia ella, no se si no me notó o simplemente no le hiso caso a mi presencia, pero no saco la mirada de la luna.

-Escucha, se que estas molesta y…

-Silencio, interrumpes mis oraciones –Dijo aun mirando al cielo estrellado. Dijo un par de palabras por lo bajo y se beso la yema de los dedos, para luego tocarse la frente y el pecho con ellas. –Listo.

-No sabía que eras creyente…

-No precisamente, no hablaba con un dios, si no con mi familia.

-Perdona, no lo sabía. ¿Murieron en la guerra?

-No, los asesinaron. Ese psicópata los mató –Dijo haciendo un ademán con la cabeza hacia adentro de la casa, refiriéndose al priomante –Vi como mi madre, padre y mi hermano menor morían en un infierno de llamas. Hubiera muerto yo también si no fuera por Enkio, que me vino a socorrer. Unos meses más tarde me enteré que tu padre le dio caza y lo encerró. Y mi familia no fueron sus únicas víctimas. Tiene más almas cobradas en su haber que tú y yo juntos. Y ahora no me puedo creer que tenga que trabajar con él. No se Jace, simplemente no puedo, el mato a mi familia, es un asesino hecho y derecho y tu confías en el. No creo que pueda hacerlo.

-Escucha, sé que es alguien peligroso, y no tiene un buen curriculum, pero no podemos rechazar la ayuda. Sabes bien que no contamos con muchos aliados, no estamos en posición de rechazar ayuda. Y no sé porque, pero hay algo que dice que confié en el. No eres la única en perder a su familia ¿sabes?

-Si… creo que somos dos huérfanos. Dime, ¿crees que están allí observándonos? –Dijo mirando de nuevo al cielo – Nuestros ancestros, nuestros padres.

-Creo… que hay algo más después de esta vida. Aunque lo ignoro. –Me agarre el colgante de mi madre –Pero si, creo que están allí como silenciosos vigilantes, observando cada paso que damos. ¿Qué les decías a tu familia antes de que llegase?

-Le pedía por fuerza. Por coraje, por que se que pase lo que pase, pondrá a prueba mi temple y espíritu. –Se estiro e hico un sonoro pero fino bostezo –Ya es tarde brujo, hay que dormir. Te espera un importante día mañana. Escuche que vas a ver a la tribu Tolok. Al parecer quieren hacerte el rito de paso, para ver si de verdad los dioses y las estrellas te eligieron. Prepárate física y mentalmente –Dijo mientras cruzaba el umbral de la puerta y me regalaba una sonrisa. Me quede mirando sin entender mucho.

-¿Cómo es un ritual Molok? –Dije gritando antes de que se valla.




-Bueno muchacho, lo que los Moloks quieren hacerte es sencillo –Dijo el profesor mientras llegábamos a lo que parecían unas tiendas de cuero en el medio del desierto. Mientras nos íbamos acercando, varios Moloks se hacían presentes. Saludaban al profesor y hacían leves reverencias con la cabeza a Álika. Unas mujeres venían juntas con jarrones haciendo equilibrio sobre su cabeza, mientras unos niños (presuntamente sus hijos) correteaban y jugaban unos metros delante de ellas. Con migo estaban Kagome, el profesor, Álika, Niv-Mizzet y Enkio. Unos hombres pasaron con leños cargados en sus espaldas, todos sobrepasaban mi altura por varios centímetros. –Es básicamente una prueba de resistencia física. Me imagino que has estudiado mi libro, así que sabes cómo es que los Moloks obtienen tal resistencia física. Si, adivinaste, por aquella flor con químicos mutágenos. Te la quieren dar, es un gran honor sabes, no son muy frecuentes que afuera de la cultura Molok se den este tipo de privilegios.

-Pero profesor, los Moloks estuvieron años en adaptarse al mutágeno, muchos murieron en ese proceso. ¿No me mataría a mi también?

-Esperemos que no muchacho, esperemos que no.

-Pero… todos parecen excesivamente tranquilos, ¿no temen que pueda morir allí mismo?

-Es que es sencillo, o sobrevives y la tribu confiara en nosotros, o no y toda nuestra operación termina en la ruina. Así que, en una manera, todo depende de ti ahora. Pero mira el lado bueno, si sobrevives, tendrás grandes beneficios. No serás un Molok pero tendrás varias de sus facultades, como mayor resistencia física, masa muscular, entre otras cosas.

-Si usted lo dice profesor… -dije con un tono un tanto nervioso.

Llegamos a una tienda más grande que las demás, en donde había dos guardias Molok con sus cuerpos tatuados. Supuse que era la tienda de la matriarca, la madre de Álika y la suegra del profesor. Podía entrar pero quizás nunca regresar de esa tienda, me di vuelta para mirar a mis acompañantes.

-No entraré contigo Jace, nadie lo hará salvo Álika –Dijo el profesor –Así que pase lo que pase, estoy orgulloso de haber sido tu mentor. Sé que sobrevivirás muchacho. –Dijo mientras me daba palmadas en el hombro. Luego se acerco Niv, bastante silencioso, se acerco a mí y se puso cerca de mí.

-“Bruma” –Dijo susurrándome al oído. Lo mire con una cara de intriga pero él se limito a dejar espacio e irse por una de las tiendas.

-Brujo –Dijo Kagome mirándome a los ojos –Solo trata de no morir, me has empezado a caer bien –sonriendo se me acerco y me dio un beso en los labios, mientras yo me quedaba parado ahí tratando de analizar la situación ella se fue mirándome por su hombro con una hermosa sonrisa. Mis ganas de sobrevivir de repente aumentaron.

Seguí a Áliika adentro de la tienda, en frente de una fogata que echaba humo había una anciana sentada con los ojos cerrados y haciendo gestos con las manos. Cuando entramos de repente abrió los ojos y el humo dejó de danzar, como si ella le hubiera dicho que parase. Se levanto con un poco de dificultad, haciendo sonar los diversos adornos hechos de huesos y semillas vacías, llevaba un collar con dientes de diversos animales y tenía un bastón hecho de madera y hueso. Se acerco a mí y me reviso la cara con sus manos, al parecer la matriarca no veía muy bien.

-Llevas contigo gran dolor, Beleren. –Dijo con una voz bastante seca –Tienes el valor para hacer lo que es necesario, pero aun no sabes si lo que haces es lo correcto. Te has metido en un viaje que sabes que te costará caro. Eres un hombre bueno, pero no seré yo quien lo decida, si no los dioses. Ven, toma y bebe –Dijo acercándome un cuenco con lo que parecía agua muy oscura y pétalos de una flor muy amarilla.

-Se vive una vez –Dije pensando en voz alta. Tome el vaso e hice fondo blanco. La bebida quemaba mi garganta, pero los peores efectos aun no estaban por venir. Después de unos momentos, sentí como si me hubieran golpeado la cabeza con un martillo de enano. El suelo se empezó a mover, y el fondo se alejaba. El escenario se oscureció, para dar lugar a una ciudad en llamas. Había gente gritando (¿elfos?) y niños que lloraban sin madre. Las llamas terminan ocupando todo el lugar, y me encuentro mirando mi antigua casa en Rottservall. Veo como se quema todo el lugar, pero lentamente una figura humanoide con pelo blanco y unos cuernos de carnero se levantan de las cenizas, me mira con unos ojos centellantes. La criatura se acerca hacia mí con toda velocidad y antes de golpearme la criatura se desvanece en cenizas. Veo a mi padre, en unas llanuras doradas, con un aspecto deprimido. “Sálvala” me dice. No sé a quién se refiere. De repente, siento un dolor terrible en el pecho y en mi cara, y veo como sujetos vienen con agujas y me pinchas varias partes del cuerpo. Poco a poco, la escena se oscurece una vez más. Luego de un largo rato, empiezo a respirar con dificultad y abro los ojos con cuidado. Me encontraba en una cama acostado en unas sabanas blancas como la nieve. Había vuelto a la realidad. Pero me dolía cada centímetro de mi cuerpo. Pero sobreviví. Tuve suerte.