Pequeño Cuento de amor

[Icewizard]

El final

Un leve rayito del sol me despertó esa mañana. Sin abrir los ojos tanteé por la cama en su busca pero solo encontré una hoja áspera doblada a la mitad. Abrí de repente los ojos y mire la hoja. De un lado decía mi nombre, por lo que la abrí y comencé a leer atentamente.

“Gal, me fui unos días a la tumba de mis padres. Es un viaje anual que debo hacer. Volveré en unos pocos días.
Te quiero.”

Treeck se había marchado unos días por lo que me dejaba sin nada que hacer. Las horas se estiraban y se volvían a estirar sin fin alguno. Por suerte tenía a Erwene para entretenerme con asuntos poco importantes para mí, pero aun así la ausencia de Treeck se volvería pesada.
Pasada la semana ya estaba ciento por ciento estresada, no tenía noticas de Treeck y Ryech no dejaba de visitarme.

-Ryech, en esta semana has venido cien veces… ¿Qué es lo que necesitas?-

-Bueno Gal, debo confesarte algo.- dijo.- Es sobre él.-

-¿Qué pasa?- pregunté nerviosa. Ryech sabía algo de Treeck que yo desconocía.

-Murió.- La palabra dolía más de lo que hubiera dolido una bofetada.

-¿Cómo lo sabes?- dije en un jadeo. Los sollozos comenzaban a atacarme. Ryech me rodeó con sus brazos y me susurró al oído.

-No llores.- y se quedó en silencio un breve momento.- Estaba por el bosque de la muralla cuando le vi venir, luego de la nada salieron elfos oscuros y se lo llevaron, lo más probable es que este muerto.- dijo lentamente.

No pude hablar. Estaba helada en los brazos de Ryech llorando como una desalmada. Cada latido me dolía, la pena y tristeza invadían mi cuerpo cada segundo que transcurría. Me sentí débil y desganada, lo único que quería era dormir y no despertar.

-Gal estas pálida, mejor te acuesto en tu cama.- y yo asentí con un pequeño movimiento de la cabeza.

Ryech me ayudo a ir a mi cuarto pero en la mitad de las escaleras sentí que mis fuerzas fallaban.

-Si…nna…- tartamudeé y mi visión se volvió negra.

Desperté en mi cama y desesperadamente le busque, deseando que todo hubiera sido una horrible pesadilla. Pero solo encontré el rostro de mi tía que me miraba desde la puerta. Su rostro carente de felicidad me dijo que todo fue verdad. Él ya no volverá y no había nada que pudiera hacer ahora.

Pasaron dos meses eternos. Ryech no se despegaba de mi lado. Al comienzo era molesto, pero cada día iba queriéndole un poco más. De todos él, Erwene y mi tía fueron los únicos que me comprendieron y soportaron mis locuras. Comencé a sospechar que quería más que una amistad. Ignoré esa idea completamente, lo que menos necesitaba ahora era un romance. Mi comportamiento en estos últimos meses fue malo, no salía de mi casa y solo hablaba con Ryech y con Erwene. De vez en cuando con mi tía, que no la veo sonreír desde hace tiempo, preocupada por todo.
Esa mañana me senté en el sofá y no salí de allí. Ryech, paciente, me acompaño.

-Gal.- dijo suavemente Ryech.- No podes vivir el resto de tu visa así.-

- Entiende que me duele.- dije en voz baja.

-Entiendo que te duela, pero eso paso hace meses. Tenes que probar cosas nuevas, hacer que el pasado duela menos. Inténtalo.-

-No quiero, me siento muy desganada.- dije sin elevar mi tono de voz.- ¿Sentiste alguna vez lo que es perder lo mas valioso que tengas?-

Se quedó callado. Pensativo.

-¿Qué hora es?- pregunté luego de un tiempo.

-Cerca de las tres. ¿Sucede algo?-

-No, va a venir Erwene.- dije y luego suspiré.- ¿Te podes quedar?-

-Claro.- y me sonrió.

Al rato siguiente la puerta sonó. Me levanté del sofá y deja pasar a Erwene. Regresamos a la sala y nos miramos las caras.

-Bueno, ¿les parece ir a la plaza hoy?- dijo Erwene.

Ryech no contestó, pero giró su mirada hacia mí. Suspiré.

-Esta bien, vamos a la plaza.- y Erwene se puso de pie con una gran sonrisa.

-Vamos.- dijo eufórica.

La plaza estaba repleta de gente. Niños, elfos y humanos, corrían de un lado al otro gritando y riendo. Las ancianas cotilleaban hasta por los codos, y las madres vigilaban que sus niños estuvieran bien a la vez que charlaban.
Erwene se perdió en la feria mientras que Ryech me llevaba a un lugar apartado de la gente. Charlamos tanto que ni cuenta me di que Ryech me había sacado de la plaza y me había llevado a una especia de calle solitaria.

-Gal, hay algo que quiero decirte…- dijo con la voz nerviosa.- Supongo que lo sabes, pero de todas formas lo dejaré en claro.-

A causa del dolor de la ausencia de… él, no estaba muy avivada y no logré a donde me quería llevar Ryech.

-¿Qué es?- dije finalmente.

Continuara.

[nedax]

:O
(texto) (texto)

[Ryech214]

Muy bueno, no me esperaba el secuestro/asesinato del elfito oscuro, pero tampoco me imaginaba que el fachero de Ryech le tirara onda a Gal

[Icewizard]

Descubrimiento

-¿Que necesitas de mi?- Insistí confundida aun.

Ryech no habló, por lo menos no con su voz. Tomo mi rostro entre sus manos, acariciando mis mejillas. Lo que faltaba, dijo una voz en mi cabeza. Había comprendido la paciencia de Ryech durante este tiempo, la ausencia de Erwene en la plaza y porque nos habíamos ido de ella. Sabía, en el fondo, que cosas le sucedían conmigo pero lo ignoraba. Ryech comenzó a acércanos por lo que el tiempo se me agotaba.
Tenía dos opciones, la primera era darle un golpe a Ryech y salir corriendo. No era una idea desagradable pero me daba pena. Él me ayudo a sobrevivir, fue paciente conmigo y además solo él sabe hace cuanto tiempo estuvo esperando.
La segunda opción era dejar que las cosas sigan su curso, mi amor por Treeck nunca dejaría de existir pero Treeck ya no estaba y nadie ni nada podrá hacerlo volver. Ryech me ama, y lo seguirá haciendo, de eso no hay duda pero ¿podré ser feliz a su lado?
No logré escoger a tiempo, con su mano en mi espalda me empujó hacia él y nuestros cuerpos quedaron pegados al igual que nuestros labios. Abrí los ojos como platos. Espere unos segundos que me resultaron eternos. Cuando Ryech terminó me aleje unos pasos de él.

-¿Qué haces?- dijo Ryech y logré percibir una nota de alegría en su voz.

Tomé aire.

-Estoy confundida.- dije moviendo la cabeza negando lentamente.- Es muy pronto.- dije mas bajo.

-Hace meses que se fue.- dijo acercándose a mi. Me tomo de las manos.- ¿No deberías intentar cosas nuevas?- Miré al suelo sin hablar hasta que Ryech me obligo a verle a los ojos, que brillaban tenuemente a causa de la alegría, y a ver su sonrisa.

No hay más opción. Dijo esa voz en mi cabeza. Me negué lo más posible a esa idea pero finalmente me rendí. Volví a suspirar para hablar.

-Solo te vas a decepcionar.-

-No lo creo.- y volvió a sonreírme.

-Podemos intentarlo, pero que no sea muy público.-

Me sujetó de la cintura y me besó por segunda vez. Soltó una de sus manos para que nuestros dedos queden entrelazados. Luego de eso me acarició el rostro con las manos.

-No te veo muy feliz.- dijo a mi oído.

-No es eso, es que estoy sorprendida.- mentí y rió bajito. Nos quedamos en silencio unos minutos y luego agregué- ¿No habría que ir con Erwene?-

No respondió al instante pero finalmente, luego de darme otro beso rápido, asintió con la cabeza. Solté nuestras manos unidas y caminamos de regreso a la plaza. Nadie notó nuestra ausencia, con todo este lió olvidé el paso del tiempo. Debió de haber pasado una hora como mucho, pero para mi fue eterno.
Erwene seguía buscando chucherías cuando le vimos.

-Va a sospechar si sonreís demasiado.- le dije a Ryech y me reí.

No dijo nada pero intento ocultar semejante sonrisa. Luego de que Erwene terminó de comprar algo se dio cuenta de nuestra ausencia y giró su cabeza en nuestra busca. Cuando finalmente nos encontramos con la mirada sonrió y levanto la mano saludando, como si no nos hubiésemos visto antes.

-¿A dónde fueron?- preguntó.

-A dar una vuelta por ahí.- dijo Ryech tranquilo.

-¿Qué compraste?- intenté evitar todo tipo de preguntas.- ¿Me dejas verlo?-

Erwene me entregó la bolsa y la abrí. Era un collar con una cadenita pintada de oro y una gema azul pequeña.

-Es muy bonita.- dije

-Si, y a buen precio la encontré.- y rió.- ¿Quieren volver?-

-Claro.- dijo Ryech en mi lugar.

Erwene marchó a su casa y Ryech me acompaño, obviamente, a la mía. Al volver, Sinna nos esperaba ansiosa.

-Gal, he descubierto algo nuevo.- dijo nerviosa.

-¿Qué es tía?-
-Revisé el bosque, y encontré rastros de una pelea.- y luego de eso, Ryech tomó mi mano con fuerza.

-¿Y qué encontraste?-dije y mi tía saco una gran flecha. En la punta había un pedazo de piel de animal, un pedazo de armadura que llevaba Treeck. Jadeé y Ryech me abrazó para consolarme.-Es de Treeck.-

-Si, es donde le atraparon los elfos.- y luego miró a Ryech.- Es raro que cases por esas zonas, es muy peligroso.-

-Estaba rastreando cuando lo vi, ya saben la historia.- dijo nervioso.

-Gal, este veneno en la flecha no es asesino, simplemente paraliza un tiempo largo.- dijo mas tranquila.- La victima, si es que despierta, no recuerda nada de lo que sucedió.-

Luego miré mejor la flecha. Esta flecha no tenía la forma dentada como las ignitas, era una flecha elfica.

-Es muy parecida a tus flechas.- le dije a Ryech.

-Es que… intente ayudarle.- dijo Ryech.- Treeck no era el único elfo oscuro con esa armadura.- luego me miró.- ¿No creerás que fui yo, o si?-

-No, no creo.- dije confusa.- Voy a dormir un rato, nos vemos luego.- intenté escaparme de la situación.

-¿Puedo hablarte un segundo antes?- dijo Ryech.

-Claro.- y luego miré a mi tía, que por su expresión, ella si dudaba de Ryech.- Hablamos luego tía.-

-Hablamos.- y se fue de la casa.

Subí a mi habitación y Ryech me acompaño de la mano. Me acosté sin vestirme y Ryech me besó.

-De verdad que no fui yo.- suspiró.- Te dejaré que lo pienses.- y luego se marchó.

Agotada, mas mentalmente que físicamente, me deje llevar por el sueño.

Continuara.

[Icewizard]

Para que no quede atrás el post

[nedax]

chan chan chan channnn

[Icewizard]

Originally Posted by nedax

chan chan chan channnn

Pone un comentario decente! (?)

[Icewizard]

Dejen de hacerse los graciosos poniendo que no se escribir, mínima mente tengan la decencia de poner que no les gusta del cuento.

[nedax]

Originally Posted by Icewizard

Pone un comentario decente! (?)

DDDD es q no se ocurria nada jajaja

no t preocupes, escribis muuy bien para la edad q tenes...

[Icewizard]

Sueño extraño

Todo estaba oscuro y silencioso. Estaba confundida, ¿Dónde estaba? ¿Por qué vestía mi túnica de guerra, llevaba mi báculo y el libro de hechizos? Pasaron unos minutos de confusión cuando de la nada a lo lejos vi una luz, que se volvía más y más grande cada segundo que transcurría. Cerré los ojos y al abrirlos me encontraba en el bosque cerca de las montañas y de la gran muralla. Todo se sentía muy real, si no hubiese sido porque anterior mente estaba parada en la oscuridad, tranquilamente me hubiera confundido por ese canto de las aves o los animales corretear de un lado al otro. Luego un lobo cachorro se me acercó, para intentar no asustarle, le acaricié en la cabeza suavemente. Lamió mi mano de forma juguetona y dio unas vueltas alrededor mío. Comenzó a alejarse de mí unos pocos metros y luego volvía. Repitió este movimiento un par de veces hasta que me di cuenta de que quería que le siguiera.
El lobo me alejó de los bosques y me guió entre las montañas hasta una oscura cueva. No había terminado de pensar en encender una luz que el acto ya se había realizado y eso solo logró confundirme mas. Avanzamos despacio y me detuve cuando el cachorro me miró con sus penetrantes ojos negros. Noté que sus ojos estaban muy húmedos y que quería llorar, luego hizo ese ruido que suelen hacer los perros cuando lloran. Con su hocico apunto hacia adelante y con mi báculo intenté iluminar más pero la luz se apagó. Toqué el lomo del lobo para comprobar que seguía allí. Al cabo de unos momentos la luz de mi báculo volvió y vi un cuerpo tirado que cuando finalmente lo reconocí las lágrimas brotaron de mis ojos como si nunca hubiese llorado. Mi corazón me dolía, no podía soportarlo. De repente un arquero apuntaba al elfo oscuro pero no lograba verle la cara. Cuando la flecha del arquero se ilumino a causa de su magia, el extraño sueño me parecía una completa tortura. Ryech apuntaba con odio al elfo oscuro, el que había amado con todas mis fuerzas y ahora yacía semi muerto en el suelo. Intenté gritarle y rogarle que no lo hiciera pero, ¿Qué clase de pesadilla sería si logrará evitar semejante dolor? Por lo que obviamente mi voz no sonó y Ryech le disparo a mi elfo, a mi antiguo amor.
Desperté chillando y llorando. Escuché los apresurados pasos de Sinna acercándose a mi habitación. Abrió de un golpe la puerta y me rodeo con sus brazos y luego me mecía suavemente para calmarme.

-Ya terminó, fue un sueño.- dijo en mi oído.

No podía hablar, me sentía helada y no lograba quitarme de la mente esas horribles imágenes, tampoco lograba encontrarle sentido a nada, ¿Qué hacía Ryech en una cueva con Treeck? ¿Por qué el lobo chilló cuando Ryech le disparó a Treeck? Pero no encontraba respuestas.

-¿Estas mejor?- dijo Sinna interrumpiendo mis pensamientos.

-Algo.- dije tartamudeando.


-¿Podes contarme que sucedió?-

Negué con la cabeza.

-¿Llamo a Ryech?-

-¡No!- chillé espantada.

Sinna me miró confundida.

-¿Se pelaron?-

-No, es que comienzo a creer en tu idea, quizás haya que investigar más.- y la imagen del elfo oscuro semi muerto en el suelo invadió mi mente. Moví la cabeza rápidamente para quitarme esa imagen.

-Te lo dije.- dijo bromeando.- ¿Estas mejor?- insistió

-Si.- dije finalmente. Mejor que recién levantada estaba, eso seguro.

Le pedí a Sinna que me dejara cambiarme. Dudó al principio pero asintió para ella misma y se marchó de mi habitación. Intenté no pensar demasiado en ello, no podría hacer nada bien con la cabeza en esas imágenes extrañas. De repente, una chispa se ilumino en mi cerebro. Una gran curiosidad y enormes deseos de comprobar que simplemente fue un sueño ¿Qué perdía con comprobar eso?
Mas rápido de lo que mis piernas me daban, corrí a la casa de Erwene. Toqué a la puerta demasiado ansiosa. Me parecía que todo transcurría demasiado lento. Cuando Erwene abrió la puerta medio dormida me di cuenta de que era temprano. Aun así, necesitaba de su ayuda y compañía.
Tragué saliva e intenté explicar lo mejor que pude. Erwene al principio me miró extraña, intentando descifrar que le había dicho. Sin éxito alguno finalmente preguntó.

-¿Qué te pasa?-

Repetí la historia de nuevo, más lentamente y esta vez Erwene logró comprenderme.

-Esta bien, te acompañare. Me voy a vestir y a buscar el arco y las flechas.- Luego me invitó a pasar y esperé.

Cuando finalmente Erwene ya estaba lista, partimos al bosque de las montañas.

Continuara.